El documento discute la importancia de tener un corazón sano y restaurado para poder administrar plenamente el potencial que Dios nos ha dado. Señala que Jesús no dependía de la aprobación de otros sino del beneplácito de su Padre, y rechazó la adulación para cumplir los propósitos de Dios. También advierte que buscar constantemente la aprobación de los demás causa inseguridad y frustración.