223

MARZO - ABRIL DE 1948.
MEMORIAL
DEL
EJERCITO DE CHILE
Revista bimestral
Organo divulgador de cultura militar, publicado bajo la
autoridad del Estado Mayor General del Ejército.
Oficinas: Alonso Ovalle 1187 — Teléfono 65271 — Anexo 223
Director de la Revista: Tte. Coronel Jorge Armas Cruz.
AÑO XLII. N.° 223 ler. Semestre.
S U M A R I O :
Pág.
Imp. I. G. M. — O|T. 179 — 48.
1.—Inaguraron de la Base Militar Antártica "General Bernardo O'Hig-
gins".—La Dirección
2.—Inauguración del busto de O'Higgins en la Escuela Militar.—La Di-
rección
8.—El gran día de Chile—La Dirección
TECNICA MILITAR.
4.—Los principios de la guerra en la gestación, preparación y ejecución
de la invasión en Europa en 1944—Por el Capitán O. Guzmán S
5.—Contribución a la solución de algunos aspectos del problema econó-
mico-social en el Ejército—Por el Tte. Coronel O. Cortés y Mayor
R. Castro
6.—Guerra de guerrillas.—Por Bert Levy.—Traducido por el Tte. Crl.
R. Salinas. (Continuará)
7.—La Situación.—Cap. XIX. de la obra "La Extraña Alianza".—Por el
General J. R. Deáne
7
19
23
27
51
64
84
(a la vuelta)

(de la vuelta)
8.—El futuro de la Fortificación.—Por el Gdte. J. Olivares B
9.—Coordinación de los transportes.—Por el Coronel H. Riquelme
10.—Alcance de la moderna cirugía de veterinaria en el Ejército.—Por el
Teniente Vet. Muschel P...................................................................
HISTORIA Y GEOGRAFÍA.
11.—Batalla de Los Angeles.—Secc. Historia E. M. G. E
12.—La primera acción de guerra de 1879.—Secc. Historia E. M. G. E.
13.—Curapaliliue y Gavilán, glorias de Las Heras.—Secc. Historia E. M.
G. E
14.—La Batalla de Maipú y el Director Supremo de Chile.—Por el Vice-
almirante J. A. Rodríguez
15.—Sangre y suelo de Chite. Su geopolítica en acción.—Por el Tte. Crl
H. Medina. (Continuará)
16.—Títulos de Chile a la Antartica,—"El Mercurio"
INFORMATIVO MILITAR.
17.—EE, UU. y la U.R.S.S
18.—Selección del Alto Mando en el Ejército de EE. UU
19.—Consideraciones sobre el rol del Hemisferio Occidental en un futuro
conflicto
20.—Gestación de la segunda conflagración mundial.—Por G. G. N—"El
Mercurio"
21.—EI General Bufl sugiere planes para defender a las ciudades contra
la Bomba Atómica ........
22.—Sorprendió a Hitler la declaración de guerra de parte de Gran Bre-
taña. Prensa Nac
23.—Será empleada la Bomba Atómica en una guerra futura?—Tte.
Corl. S. Herrera
24.—El Artico como teatro de guerra.—Prensa Nacional
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148
148
150
452
Pág.

Pág.
26.—El record aéreo de velocidad en circuito cerrado.—Prensa Nacional 156
27.—Noticias diversas de EE. UU.—Prensa Nacional 157
CRONICA.
28.—Cervantes militar.—Por Walter Starkie 159
29.—Las Naciones Unidas.—Por Tilomas J. Hamilton 163
30.—Solemne ceremonia de conmemoración del 130º Aniversario de la
gloriosa batalla de Maipú 168
31.—Manifestación en el Estadio Militar en el "Día de la Caballería .. 172
NECROLOGIA.
32.—El Capitán don Alvaro Palma Fierro 173
33.—El Tte. Corl. (R) don Manuel Fernando Parot Suva, héroe de la
Guerra del Pacífico 174
34.—El Capellán don Ambrosio Scholz 174
35.—El Tte. Corl. (R) don Luis A. Espinoza Herrera 174
36.—El Coronel Honorario (R) don Carlos Piderit Jerez 175
37.—El Tte. Corl. Honorario (R.) don Augusto Infante C 176
38.—El Capitán (R) don Edo. Yenzen de Booz : ... 176
BIBLIOGRAFIA.
39.—La "Geografía de Chile" del Mayor don Oscar Kaplán C 177
40.—"Yo elegí la libertad".—Por Víctor Kravchenko.— (Síntesis crítica.
por Alone) 179
41.—Sumarlo de revistas recibidas 191
42.—Nuevas obras adquiridas por la Biblioteca del E. M. G. E 199

INAUGURACIÓN DE LA BASE MILITAR ANTARTICA... 7
INAUGURACION DE LA BASE MILITAR ANTARTICA
"GRAL. BERNARDO O'HIGGINS".
"Más allá de Magallanes, más allá de los mares
tormentosos del Cabo de Hornos, he querido con mi
presencia reafirmar el dominio histórico e indiscuti-
ble de Chile sobre el blanco y misterioso Continente
Antártico
Allá en el lejano Círculo Polar, en la Tierra de
O'Higgins, flamea por siempre y para siempre la ban-
dera de la estrella solitaria, indicando al mundo entero
que no hemos dejado un momento de mantener nuestra
plena soberanía sobre lo que nos pertenece desde an-
tes de nacer a la vida de nación independiente, sobre
lo que recibimos como legado histórico e irrenuncia-
ble de la hidalga Madre Patria, sobre lo que el funda-
dor de nuestra nacionalidad nos señaló antes de morir
como su última voluntad".
Del discurso de S. E. el Presidente de la República
a su regreso de la Antártica.
S. E. el Presidente de la República Excmo. Sir. don Gabriel González Vi-
dela, haciendo gala de un ferviente espíritu patrio, realizó durante el mes de
febrero del presente año, un sacrificado viaje a la regiones antárticas de Chi-
le. El objeto de su visita a esta lejana prolongación del suelo patrio ha sido
el de reafirmar con nuevos hechos concretos, la soberanía que jurídica y efec-
tivamente tiene el país a la posesión de ese territorio, cuyos títulos históricos
tan consagrado su dominio en forma irrefutable y desde hace cientos de años.
Cerca de las 10 de la mañana del 18 de febrero, S. E. el Presidente de la
República desembarcó con su comitiva en las costas de las Tierras de O 'Higgins,
que antes se denominaban Tierras de Graham.
Al descender de la nave, a S. E., Ministros y jefes de las Fuerzas Arma-
das, se Je rindieron los honores que prescribe la ordenanza naval. La corbeta
presentó un empavesado éompleto con la insignia presidencial en lo alto de
jos mástiles. Los cañones de la nave atronaron los ámbitos saludando al Jefe
del Estado con una salva mayor de 21 cañonazos.
Una vez que la barcaza que llevaba a S. E. hubo atracado a tierra, la
formación de jefes, oficiales y tropa, en correcta presentación, le rindieron
honores militares correspondientes a su alta jerarquía.
En este instante, en lo alto de un mástil clavado en la orilla, se elevó
la insignia presidencial, mientras la banda de la Marina de Guerra tocaba los
acordes de la Canción Nacional.
El Presidente de la República pasó revista a Jas tropas, acompañado del
Ministro de Defensa Nacional, General Sr. Guillermo Barrios Tirado; del Minis-
tro de Tierras, señor Fidel Estay; de los comandantes en jefes de las Fuerzas
Armadas chilenas. Acompañaban también al Jefe del Estado, su esposa, señora
Rosa Markmann de González Videra, sus hijas, señora Rosa González de Claro
y señorita Silvia González Markmann y demás miembros de la comitiva.

MEMORIAL DEL EJERCITO.
Inauguración del busto al General O'Higgins.
Inmediatamente se dio comienzo a la colocación del busto de bronce del
General Bernardo O'Higgins, acto en el cual pronunció su discurso el Excmo.
señor Gabriel González Videla, cuyo texto damos a continuación:
Discurso de S. E. el Presidente de la República.
"Con verdadera emoción, que me sería difícil ocultar, llego hoy a la par-
te más austral del territorio chileno. Ha querido el Presidente de la Repú-
blica, con su visita a este alejado confín de la patria,. reafirmar las
augustas palabras del Gral. Bernardo O'Higgins, expresión viva y auténtica
del pensamiento general de Chile en los tiempos de la Independencia, con res-
pecto al ámbito de nuestro patrimonio territorial.
Los irrecusables derechos de soberanía de Chile en estas apartadas regio-
nes, jamás visitadas antes por Jefe de Estado alguno, nacieron conjuntamen-
te con el conocimiento del nombre de nuestra patria en las tierras de Occi-
dente; y derivan, en primer lugar, de las autoridades y competentes decisio-
nes de la Corona Española, de la cual somos legítimos sucesores en esta par-
te del mundo.
Al surgir a la vida independiente, al ingresar los antiguos dominios es-
pañoles al concierto de los Estados soberanos, adoptaron como norma para
determinar sus fronteras los principios del uti-possidetis, principios que han
constituidos uno de los más importantes enunciados del Derecho Internacional
Americano.
La generalización universal de esta doctrina implicó la aceptación formal
de que parte alguna de los territorios del antiguo Imperio Español tenía el
carácter de tierra "res nullius" susceptible de ser adquirida a través de la
simple ocupación. De esta suerte, las regiones que formaron un día la Capita-
nía General de Chile pasaron íntegramente a la República cuando ésta nació
a la vida de los pueblos libres.
Pero no sólo en la historia se fundamentan nuestros derechos soberanos.
Son los propios principios jurídicos contemporáneos los que vienen a corro-
borar los inconmovibles títulos de Chile.
Los principios generales de derecho, inmutables en sus líneas, fundamen-
tales, varían considerablemente según sean las circunstancias en que hayan
de aplicarse.
Así, el derecho interno es en su mayor parte el resultado de la concre-
ción de las costumbres imperantes en un pueblo; y el internacional, la regu-
lación de los usos y prácticas que observan los Estados en sus mutuas rela-
ciones. No son las instituciones jurídicas positivas, las que generan testos usos
y costumbres; al contrario, tales instituciones son, en parte principal, reflejo
de hechos sociales encauzados hacia el bien común.
Por tal motivo, las normas del Derecho Internacional clásico para la
adquisición del dominio territorial ordinario, no pueden extenderse en idén-
ticos términos a las regiones polares, dada la naturaleza especial de estos te-
rritorios. Así como nuevos hechos exigen nuevas reglas, el Derecho Interna-
cional moderno se ha encargado de consagrar los elementos que deben con-
currir para dar nacimiento a la soberanía antártica. Tales elementos son la
vecindad y la ocupación.
La sola vecindad, otorgaría únicamente un dominio, latente, si no con-
curre la intención manifiesta o expresa de conservar la soberanía, esta es, sin
8

BaseMilitarGeneralO'HigginsenTierradeO'Higgins.Antárticachilena.

El grabado muestra la ubicación de Ja Base Militar "Gral. Bernardo O'Higgins" y del
"Rancagua" en la Tierra de O'Higgins, en la Antártica chilena. Además, aparecen ubicado
Base Soberanía en I. Greenwich y el Faro "Prat" en I. Roberts.

una ocupación efectiva realizada en forma apropiada a estos territorios. La
explotación de las riquezas naturales, efectuada por nuestro país a través de
los esfuerzos ingentes de reconocidos hombres de empresa y de la pujanza de
nuestros heroicos balleneros, es, una forma jurídica perfecta de ocupación. Y
esta ocupación, unida a nuestra vecindad geográfica, que ha permitido al
Jefe de Estado trasladarse en pocas horas por la vía marítica al corazón
de la Antártida, genera una definitiva e indiscutible soberanía.
Junto con los que proporciona la historia de la geografía y el derecho,
muchos otros títulos de naturaleza diplomática y administrativa puede ostentar
Chile en apoyo de su dominio antártico, dominio que nos transmitiera en he-
rencia incuestionable la hidalga Madre Patria y que aparece confirmado por
los fundadores de la República y por la acción de más de un siglo de Vida
independiente.
Como Jefe del Estado, tengo el alto honor de declarar inaugurado (si es-
tablecimiiento militar " General Bernardo O'Higgins", precisamente en estas
tierras lejanas, reservas magníficas del futuro, que tanto preocupaban al héroe
y que declaró explícitamente comprendidas dentro de nuestras fronteras
patrias.
El espíritu de O'Higgins cuyo nombre ilustra a este establecimiento mi-
litar, continuará velando sobre estos contornos, los más australes de nuestro
territorio, y también sobre vosotros, soldados de la República, a quienes el
Gobierno destaca en esta zona y Chile entero encomienda la custodia de una
de las porciones más caras de su tradicional legado histórico.
La presencia del Presidente de la República en estas dilatadas regiones
representa una confirmación más de la soberanía de Chile sobre el extremo
sur del suelo nacional. Frente a la bandera de la patria, que flamea altiva
al aire antártico como testimonio glorioso de nuestro irrecusable dominio po-
lar; y en esta ceremonia que tiene como escenario el esplendoroso templo que
forman los hielos de nuestra Antártida, nos sentimos extasiados y plenos de
fervor patriótico, no sólo el Jefe del Estado, sino también los dignos repre-
sentantes del Parlamento, los más altas jefes de nuestra Fuerzas Armadas,
los delegados de la prensa nacional y de las organizaciones sindicales que par-
ticipan en este acto.
Además, pisan hoy este pedazo de nuestro- suelo las intrépidas plantas
de los guardiamarinas y cadetes, en quienes vemos la sólida base del futuro
de la nación.
A todo Chile, que estoy cierto está pendiente de este acto memorable, yo
le blindo esta tierra del mañana, seguro de que su pueblo sabrá mantener vi-
rilmente la soberanía y la unidad de nuestro territorio, desde Arica al Po-
lo Sur".
Discurso del Senador don Joaquín Prieto C.
El senador conservador, don Joaquín Prieto Concha, que forma parte
de la comitiva que acompaña a S. E. en su visita a las regiones antárticas,
pronunció el siguiente discurso en Puerto Covadonga:
"Excelentísimo señor Presidente de la República, señores jefes y oficia-
les del Ejército, de la Marina y de la Aviación, señores parlamentarios, señores:
Cumple hoy S. E. el Presidente de la República una de las más altas,
trascendentales y patrióticas obligaciones que tiene como gobernante. Ha ve-
nido a fundar en esta apartada e inclemente región de nuestro país, un nue-
vopuesto de avanzada de nuestra soberanía y fraguar en roca sólica los ci-

10 MEMORIAL DEL EJERCITO.
entos inconmovibles de los derechos de Chile sobre esta porción del Con-
rienteantártico.
Aquí, desde hoy, entre los hielos que cubren estas tierras batidas por im-
placables vientos y tempestades y la eternidad de esa Cruz del Sur que guía
ilumina los corazones de los esforzados navegantes que cruzan estos mares,
aneará la bandera de la patria como un símbolo perenne de nuestra volun-
nacional, consciente de sus derechos y deberes, que no abandona lo que
ella con justo título le pertenece y que atiende su obligación primordial de
independiente al administrar, por difíciles que sean las, circunstancias,
alquiera parte del territorio nacional que ha merecido como herencia de
antepasados.
Al inaugurar este puerto solitario en los mares y nieves. antárticos, lo ha-
mos bajo la evocación del nombre del gran prócer de la patria, fundador
nuestra nacionalidad, don Bernardo O'Higgins. Y con toda razón y con to-
justicia, él es destacado emblema de la pujanza, de los hombres de nuestra
za que hoy día marinos y militares revisten estos mares; él conquistó dura-
ante, con sacrificio y constancia valerosa la independencia para nuestra Re-
pública, y al hacer esta patria grande también incorporó esta región al te-
rritoríonacional.
Hoy cumplimos nosotros con emoción, no exSfita de patriótico orgullo, la
obligación sagrada de mantener la unidad del patriotismo al colocarlo bajo el
imperio de las leyes de la República y dentro de la ordenación de las institu-
cionesdemocráticas que rigen para el resto del país. Y al ¡hacerlo, señores,
fianzamos el derecho que realmente tenemos al mismo tiempo que contraemos
grandesresponsabilidades de carácter interno- y de alcance internacional.
La soberanía que ejercita un país no solamente da deirecho a gozar de
territorio y explotar sus riquezas. Hay, también, antes deberes que cura-
impuestos por la civilización, la cultura, la ciencia y ja interdependencia
que viven los pueblos, dada el conjunto de problemas y necesidades qufe
y tienen en común.
Tenemos conciencia, por, eso, que el título que nos da la proximidad de
tas tierras antarticas con el irasto del territorio nacional, no es tan sólo uti-
litario.El nos obliga a servir mejor que otra nación más alejada las necesi-
dades de vida, de salubridad o de creación de riquezas para todos los hombres
le lo habiten, o que recalen en sus puertos, o que pasen por sus mares, chile-
nos o extranjeras, como lo afirma o lo manda la Constitución Política del país.
para eso estamos en estas tierras, para atender a su progreso, para encauzar
elevar su riqueza, para servir a la ciencia y a la civilización toda, y para dar
un ejemplo al mundo entero de respeto, de los derechos legítimos de todo
hombredentro del territorio de la "República.
Ese es nuestro propósito inconmovible, acorde a nuestra tradición de país
progresistay esforzado. Nuestra soberanía así ejercida, pacíficamente, como
hemosdado múltiples pruebas a lo largo de la historia; nunca será peligro
amenaza para nadie, ni signo de retroceso. El hombre de empresa hallará
nuestro lado amparo y seguridad en su trabajo y en sus derechos; nadie
podrá despojarlo del fruto logrado con su tenacidad y sus esfuerzos, en lucha
legítima por su porvenir. Los hombres de ciencia tendrán en las autoridades
el país, ayuda y protección y en contrarán dentro de nuestros institutos cien-
tificos, colaboración abnegada y desinteresada para cualquiera investigación
obra que signifique un progreso para la humanidad.
Y así al lado de nuestros derechas, que defenderemos con tesón e indo-
nable energía, colocamos nuestro deber y cumplimos con honradez. De una
otro tienen conciencia cabal nuestros gobernantes y todo el pueblo de Chile,

y al inaugurar esta base podemos repetirlo aquí con sincera convicción, de-
cididos como estamos, a cumplir lo que decimos y lo que ofrecemos.
Señores:
Me ha tocado en suerte acompañar a S. E. el Presidente de la República
en un acto de tanta importancia y trascendencia para el país.
Nadie sabe lo que nos depara el porvenir en estos territorios, cuyas po-
sibilidades todavía no se conocen en su totalidad o magnitud. Pueden ser
ellas fuentes de bienestar, de riquezas y de alegrías para mucho chilenos.
Pueden encerrar las entrañas de estas tierras, elementos insospechados de pro-
greso, de civilización y de cultura para nuestro país.
El tiempo se encargará de decirlo.
No tenemos, Excmo. señor, la representación de la alta Corporación a la
cual pertenezco como senador; pero estoy absolutamente seguro de interpre-
tar el pensamiento de sus miembros al decir que acompañan hoy al Presidente
de la República en la magnífica obra que ha acometido, que es patriótica,
que demuestra visión hacia el futuro y que traduce, sin duda, la voluntad y
los deseos de todos los chilenos.
Y frente a la majestad imponente y sobrecogedora de los elementos, pe-
queños como somos yo invoco las bendiciones de Dios Todopoderoso para esta
empresa, para estas tierras, para sus habitantes y para la patria toda, a fin
de que podamos varia cada día más grande y respetada de todas las naciones".
Discurso del Diputado don Raúl Brañes.
Le correspondió hablar, en seguida, al diputado Dr. Raúl Brañes, quien lo
hizo a nombre de la Cámara de Diputados. (El señor Brañes Enalteció el sig-
nificado de la expedición que realiza el Primer Mandatario de la nación
para visitar el territorio chileno antártico, elogió esta empresa arriesgada y
digna de la soberanía de una nación democrática que quiere afianzar sus de-
rechos inalienables sobre la prolongación de su suelo hacia los confines del
polo sur. Evocó la figura de los próceres de la patria que habían legado este
patrimonio a la ciudadanía, y señaló el deber ineludible que tienen gobernan-
tes y ciudadanos de conservar y acrecentar el progreso de tan valiosas ri-
quezas naturales.
Discurso del Cdte. en Jefe del Ejército, Gral. don Ramón Cañas M.
Finalmente, a nombre de las Fuerzas Armadas, habló el Comandante en
Jefe del Ejército General Sr. Ramón Cañas Montalva, El siguiente es el testo del
discurso pronunciado:
"Nunca como hoy las armas de Chile se juntan en elocuente actividad de
elevación más vigorosas y resplandecientes, ni es dable presentarlas con más
propiedad sobre el suelo patrio, que para rendir nutrido homenaje al excelso
Libertador. del Pacífico, General don Bernardo O'Hggins, visionario infati-
gable, inspirador de trazos trascendentales a la vida de la República.
Aunque múltiples concreciones, desplegadas en las tierras antárticas, des-
de que la Providencia encajó nuestras limitaciones en el Polo Austral ya era
tiempo de un acto señalado a perpetuar como fuente de inagotable inspira-
ción a las futuras generaciones el imperativo de un mandato cuya esencia y
finalidad hayan legado los postulados inquebrantables de su exacta realización.
Providencialmente, por razones que al misterio de la vida guarda con ce-
losa propiedad, junto con poner acicate de superación, ha correspondido esta

vez la suerte al Ejército, que tengo el alto honor de representar, ser el depo-
sitario de tan significativa misión y, es por eso que en su nombre rindo el
más sincero de los homenaje al acerado forjador de las sublimes modelaciones
en que asientan la solidez de su organización y espíritu.
Pero trasciende y aflora la inspiración que señalará sus huellas incon-
fundibles al vigoroso destino del país. Grande es el mérito de la ejecución y,
si ayer admiramos la recia personalidad de un Bulnes logrando el jalonas
miento de estructuraciones potentes sobre el Estirecho de Magallanes, hoy de-
bemos destacar con la amplitud viril de esos caballerescos reconocimientos el
gesto de S. E. el Presidente de la República, Excmo. señor González Videla,
que sin omitir sacrificios ni riesgos personales, ha completado y engrandecido
el mandato de O'Higgins, con el fervor de su patriotismo y la agudeza de su
línea de estadista, extendiendo para siempre los fueros y ventajas de la vida
nacional a los márgenes antárticos de nuestro Estrecho de Dralte.
Por eso, quedará en sagrada custodia de los soldados que han de montar
guardia en la Base Militar Antártica del General O'Higgins. el bronce al des-
cubrirse cual símbolo del espíritu que animara al infatigable desterrado de
Montalbán, el mismo que hoy, renovado en los hombres de Chile, permitirá
ser grande a la República a través de ilimitadas abnegaciones en bien de
un progreso orientado con inequívoca rectitud en resguardo de una sobera-
nía inherente a los mandatos de la comunidad continental y al de las causas
nobles de Ja convivencia humana.
Soldados de mi patria: Presentad vuestras mejores armas; compatriotas:
disponed vuestras más sublimes vibraciones y conjuntamente al descubrir este
bronce inmaculado, elevemos una plegaria de fe y de juramento al servicio
de este Chile, cuya aurora palpamos en pleno surgimiento, orientada a conver-
tirse en "Potencia del Sur Pacífico", como lo quiso y señaló nuestro Liber-
tador el Capitán General don Bernardo O'Higgins, para grandeza y sostén
de las Democracias en el suelo de América".
Acta de Fundación de la Base Militar.
Terminados los discursos, se dio lectura al acta de fundación de la Base
Militar "General Bernardo O'Higgins", documento que insertamos a con-
tinuación :
Al inaugurarse la base militar "Bernardo O'Higgins" fue levantada la
siguiente acta:
"Como una manifestación más de pleno y efectivo ejercicio de la sobe-
ranía de la República de Chile sobre la Sección del Territorio Nacional, cuyos
límites fueron señalados por el Decreto Supremo N.° 1747, de fecha 6 de
noviembre de 1940, del Ministerio de Relaciones Exteriores, a las 11 horas del
día 18 de febrero del año mil novecientos cuarenta y ocho, yo, Gabriel Gon-
zález Videla, Presidente de la República, en presencia de los señorea Minis-
tros de Estados en los Departamentos de Defensa Nacional, General de Divi-
sión don Guillermo Barrios Tirado y de Tierras y Colonización, don Fidel Es-
tay Cortés; de los señores Comandantes en Jefe del Ejército, General Ramón
Cañas Montalva; de la Armada, Vicealmirante don Emilio Daroch Soto; de
la Fuerza Aérea, General del aire, don Aurelio Celedón Palma; de los Sana-
dores señores Joaquín Prieto Concha y Alfredo Cerda Jaraquemada; de los
Diputados señores Raúl Brañes, Quintín Barrientos, Alfonso Campos, Pedro
Medina, Efraín Ojeda y don Manuel Bulnes, ex Ministro de Defensa Nacional;
del Comandante en Jefe de la Escuadra, Contraalmirante don Carlos Torres

Hevia; del General don Teófilo Gómez; del Comandante del Transporte de
1P Armada "Presidente Pinto", don Miguel Lagos Grant y de los jefes y
oficiales de dicho barco; de la Guarnición del Establecimiento Militar General
Bernardo O 'Higgins compuesta por el Mayor de infantería don Eduardo Saa-
vedra Rojas; el Capitán de artillería don Hugo Schmidt Prado; el Capitán
de ingenieros don Rafael Llorente Rodrigo; el Teniente 1.° de aviación don
Carlos Toro Mazotte; el Teniente de ingeniería don Jorge Alfredo Araos Ibá-
ñez; Subteniente de infantería, don Héctor Sagúes Hermán; Topógrafo, don
Alberto Klapp Klapp; Brigadier de infantería, don Enrique Araya Osses;
Sargento 2.° de infantería, don Luis Humberto Leiva; cabo l.° de infantería,
don Nemesio Zamora Cabrera; cabo 2.° de ingenieros, don José Miguel Lan-
deros Pradeñas; soldado de ingenieros, don Luis Alberto Sábaño y cabo
2.° de aviación, don Fernando Peña Rojas; del Comandante del petrolero de
la Armada "Rancagua", don Alfredo López Costa y de los jefes y oficiales
de dicho barco; del Comandante de la fragata "Covadonga", don Jorge Gán-
dara y de los jefes y oficiales de dicho barco, de don Oscar Pinochet de la
Barra, representante del Ministerio de Relaciones Exteriores; de don Julio
Ripamonti, arquitecto de la base; de los representantes de la prensa, señores
Ramón Cortés. Director de "La Nación"; Hugo Ercilla de "El Mercurio";
Arnaldo González y Enrique Piedrabuena de "El Diario Ilustrado"; Enri-
que Munita de "La Hora"; Hernán López, de "Las Ultimas Noticias"; Her-
nán Miranda de "El Imparcial"; Heimógenes Quezada de "La Ultima Ho-
ra" y Hernán Amaya de la Secretaría, de Prensa de La Moneda; del Edecán
de S. E., Capitán de Navio don Rafael Calderón; del Teniente, Coronel don
Tomás Huneeus; del Capitán de Corbeta don Rodrigo Fuenzalida; del Secre-
tario del Presidente don José Claro; de los señores Gonzalo Guzmán, Conse-
jero de la Caja de Previsión de Empleados Particulares; del Sr. Fernando
Lazo, representante de la Confederación de Empleados Particulares; del se-
ñor Gerónimo Rojas, representante de las organizaciones obreras; del señor
Bernardo Ayala, representante de los Empleados Públicos; del señor Juan
Larenas. dirigente sindical; del señor Camilo Donoso, funcionario de la Di-
rección de Impuestos Internos; del curso de cadetes de la Escuela Naval y
de los cursos de guardiamarinas recién egresados, inauguró oficialmente en la
Tierra de O'Higgins, situada en Territorio Chileno Antartico, a los 63 gra-
dos 19,1 minuto latitud sur y a Jos 56 grados 54,7 minutos longitud oeste de
Greenwich, el establecimiento militar que se denominará "General Bernardo
O'Higgins", que en el mismo sitio ha sido eregido y frente al cual, en las
astas correspondientes, se izaron el pabellón nacional y el pabellón presidencial.
Para constancia, en la ceremonia inaugural de esta fecha, se levanta la
presente Acta que firman el Presidente de la República, los circunstantes
nombrados y demás testigos invitados a hacerlo, en triple ejemplar, de los
cuales uno quedará enterrado en el punto céntrico de la sala principal de esta
Base, otro será colocado en condiciones adecuadas para su visibilidad y con-
servación en sitio preferente de la misma sala y el tercero será llevado a la
capital de la República para su archivo en el Ministerio de Defensa Nacional.
Ellanzamientode ambas banderas se efectuó con honores militares, a con-
tinuación de lo cual los firmantes y testigos presenciales entonaron el himno
patrio y pusieron término al acto con tres descargas de fusilería y un ¡Vi-
va Chile!
Firmaron, además, con numerosos testigos, la esposa de S. E. señora
Rosa Markmann de González, sus bijas Silvia y Rosa y la esposa del ex-Mi-
nistro de Defensa, señora Elena Cerda de Bulnes.

Finalizó esta parte del programa, con el Himno Patrio que fue tocado
por la Banda de la Marina y coreado por S. E. y todos los presentes.
La dotación militar designada.
El Presidente de la República y su Ministro de Defensa Nacional, deja-
ron nombrados la plana mayor y la dotación militar que cubrirá guarnición
en la Base Militar "General Bernardo O'Higgins", con sede en el puer-
to Covadonga.
Comandante de la guarnición y jefe de la base del Ejército, es el Capi-
tán de artillería, don Hugo Schmidt Prado, del Comando en Jefe del Ejérci-
to, quien permanecerá, en el territorio chileno antártico, hasta su relevo.
Le acompañarán, como integrantes de la guarnición militar, los siguientes
oficiales y tropa: Teniente 1.° de aviación (R. A.), don Cardos Toro Mazotte
Granada; Teniente de ingenieros don Jorge Alfredo Araos Ibáñez; cabo 2.°
de ingenieros, don José Miguel Lavanderos Aravena; cabo 2.º de aviación, don
Fernando Peña Rojas; y soldado de ingenieros, don Luis Alberto Sabaño.
Esta base de Ejército atenderá los servicios públicos de carácter oficial
como Correos y Telégrafos, Registro Civil, etc., mientras el Gobierno pueda
instalarlos en forma permanente.
Colonia de Pingüinos en Base Militar General O'Higgins. Antártida chilena.
Regreso al Puerto de Soberanía.
Una vez que se hubo dado término a los actos que liemos reseñado, el Jefe
del Estado y su comitiva, se embarcaron en la corbeta "Covadonga", con los
honores de la Ordenanza Naval. Se arrió la insignia presidencial que se había
izado en tierra, y fue enarbolada en el mástil de mesana de la corbeta, mien-
tras el barco disparaba la salva mayor a S. E., en homenaje a su grado de

16 MEMORIAL. DEL EJERCITO.
Almirante de las Fuerzas de Mar. Las operaciones de reembarco, se efectua-
ron sin contratiempo alguno.
Los jefes, oficiales y tropa que quedaron destacados en la nueva Base
Militar, despidieron al Primer Mandatario y a sus acompañantes, con. una
impresionante manifestación que produjo honda emoción, en que resonaron
vibrantes "Viva Chile" y "Feliz viaje. Excelencia".
La "Covadonga" zarpó a las 2.40 P. M. desde el puerto, y la navegación
de retorno se efectuó en inmejorables condiciones, pues la nave hizo el trayecto
hasta puerto Soberanía en poco más de tres horas, por haber recibido vientos
favorables y al no encontrarse con los temidos témpanos que flotan con tanta
frecuencia en esos parajes.
Poco antes de la 7 de la tarde, el Excmo. señor González Videla y comi-
tiva, una vez que llegaron a puerto Soberanía, se trasladaron al transporte
"Presidente Pinto", que se encontraba listo para zarpar con rumbo a Pun-
ta Arenas.
Caluroso homenaje se tributó a S. E. el Presidente de la República a su regreso.
En la tarde del 2 de marzo, hizo su entrada triunfal a Santiago el Pre-
sidente de la República, de regreso del viaje antártico que ha constituido el
tema de "actualidad.
No es exagerado hablar de entrada triunfal, porque enormes masas de
ciudadanas expresaron su adhesión al primer mandatario por medio de es-
pontáneos aplausos, de reiterados gritos de respeto y de cariño y de una cu-
riosidad solícita que recorría toda la gama de matices que ofrece la cultura.
Las instituciones políticas, deportivas y educacionales que se congregaron en
aquella manifestación, con ser numerosas, fueron desbordadas por un público
indiferenciado en el cual se podía, en suma, reconocer a todo el pueblo de
la capital, sin distinción alguna.
El Presidente de la República subrayó con este acto de masas, uno de
los más impresionantes de que hay memoria en Santiago, un viaje por las
regiones antárticas que ha permitido a la nación reafirmar con nuevos actos
de dominio, la soberanía que jurídica y efectivamente posee en ellas, viaje
peligroso por aventurado, ya que los mares polares aparecen visitados con
frecuencia por temporales que ponen a prueba la pericia de los marinos y la
resistencia de los barcos. Viaje, en suma, que basta para acreditar al Excmo.
señor González Videla, los miembros de su familia y los componentes de su
comitiva, como intrépidos adalides de la causa antártica en que Chile ha de-
bido empeñarse con denuedo y fuego ejemplares en vista de las encontradas
reacciones que fuera del país ella ha despertado.
Hubo fervor patrio, emoción, júbilo reflexivo y un grado de adhesión al
hombre que rebasa los lindes de lo. habitual en los cortejos cívicos y en los
actos protocolares que tienen como cabeza al primer mandatario de la nación.
Parecía divisarse en los rostros la emoción de una causa patriótica suficiente-
mente vasta como para embargar todos los sentidos. Parecía, en suma, asistir-
se a un acto de fe en los destinos nacionales, de mística entrega de las vo-
luntades a la patria misma, personificada en las autoridades, en las fuerzas
armadas y en das banderas y gallardetes que ondeaban al viento.
Y es natural que así haya sido y que así sea, porque ningún pueblo sano,
viril, cuyas fuerzas morales se hallan intactas, niega su concurso a un ideal
nacional. En la guerra ya se ha visto a los chilenos abandonar los más leja-
nos rincones del territorio para ir a agruparse bajo la enseña patria, con el

objeto de correr la varia fortuna de las armas. Ahora se les ve, en Ja paz,
emular también en la ofrenda de sus emociones y de sus desvelos para asegu-
rar al país la posesión pacífica de lo que le corresponde en estricto derecho,
ofrenda tanto más exigente y premiosa cuanto más ostensible sea el desprecio
que por los fueros patrios se manifiesta en otras partes.
Pocas veces ha podido sentir un gobernante tan vivamente manifestada
la adhesión de sus conciudadanos como el manifestado al Presidente de la
República en la procesión cívica que le condujo desde el puerto aéreo hasta
la Moneda. Las campanas de los templos resonaban en todos los ámbitos de
la ciudad mientras los aviones zumbaban en el cielo. Flores, vítores y aplausos
se cruzaban por el aire entre las notas del himno patrio, repetido por las
bandas militares. Y, supremo símbolo, la bandera nacional se batía al viento
mil veces repetida desde la miniatura portada por la manos infantiles hasta
los grandiosos pabellones que ostentaban los edificios públicos, y los arcos
triunfales.
La jornada establece un lazo de amor y de confianza entre el gobernante
y su pueblo en que cada uno habrá de dar para recibir y en que, como con-
secuencia, será la patria la que en definitiva resulte mejorada y engrandecida.
Tendamos la mirada más allá del presente que urge y de los menudos pro-
blemas que nos embarazan el paso como guijarros sombrados en un camino,
Observemos la historia; interroguemos a las generaciones, que nos han prece-
dido en la dura tarea de hacer patria a la medida de los ensueños y de los
ideales. Al sacrificio y al esfuerzo del primer mandatario, cumplidos con ju-
venil entusiasmo, deben corresponder sacrificios y esfuerzos de la nación ente-
ra para que las realidades de mañana excedan a las esperanzas de hoy. Por-
que sólo crecen los pueblos que tienen fe en sus destinos, que poseen un gran
ideal nacional por el cual se torne agradable la faena cotidiana y que viven
en fin, aspirando y logrando en una incesante ronda siempre renovada por
inéditos estímulos.
Discurso de S. E. el Presidente de la República a su arribo a Santiago.
S. E. el Presidente de la República, desde los balcones de la Moneda,
agradeció al pueblo de Santiago, con profunda emoción, la forma triunfal de
su recepción en un hermoso discurso saturado de patriotismo.
En él, se refirió nuevamente a los legítimos derechos de Chile a la An-
tártica en los siguientes términos:
............................................................................................................................
"El Presidente de la República no permitiirá jamás que ni una sola pul-
gada del sucio patrio nos sea arrebatada y sabrá colocarse al frente del pueblo
de Chile para defenderla si es necesario".
"Lo hará porque es la voluntad que ha leído en vuestros rostros y la voz
de mando de vuestra resolución de chilenos.
"Lo hará además, porque con ello está defendiendo el patrimonio, la
independencia y los destinos de América.
"En efecto, el sistema americano de defensa, basado en la unión de las
repúblicas americanas y en la defensa de sus territorios en contra de cual-
quier política europea o estracontinental, ha obligado a Chile a denunciar
públicamente a sus hermanas de América las amenazas de agresión, ya que ella
no sólo se haría en contra de Chile, sino en contra de todas las naciones
americanas".
................................................................................................................................
M. del E. 2.

El "Memorial del Ejército" tiene honda satisfacción de dejar constancia
de esta importante gestión presidencial en beneficio de nuestra integridas
territorial y está seguro que la justicia velará por el triunfo de la razón y
el derecho.
Asimismo, antes de dar término a esta exposición, e interpretando el uná-
nime sentir institucional, hace sinceros votos porque la estada del Capitan
Schnaidt y demás compañeros designados para cumplir la interesante y sacri-
ficada misión en las lejanas e inhospitalarias regiones chilenas en que se
encuentra la "Base Militar Gral. O'Higgins", sea fructífera y llevadera. Es
un nuevo sacrificio que les ha pedido la Patria y no duda que se sentirán
orgullosos de su excelente cumplimiento.

Firmando el Acta de inauguración de la Base Militar General O'Hiiggins; en primer plano:
S. E., Sra. de Bulnes (firmando), Almirante Daroch, Cdte. en Jefe de la Armada.
Cordillera General Cañas en Tierra de O'Higgins, 1.500 mts. de altura t/m.; orientación:
Este-Oeste; Antártica chilena, tramo explorado 30 Km. t/m.

Busto del General Bernardo O'Higgins en la Escuela Militar.

INAUGURACIÓN DEL BUSTO DE O'HIGGINS EN LA... 19
INAGURACION DEL BUSTO DE O'HIGGINS EN LA
ESCUELA MILITAR, AL CONMEMORARSE EL 131.º
ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN.
El Gral. B. O'Higgins, primer Padre de la Patria,
dictó en el Palacio Directorial el siguiente decreto,
fechado en 16 de marzo de 1817:
"Considerando la importancia y las ventajas que
deben resultar a los Ejércitos de la patria el tener
un depósito m donde puedan sacarse oficiales ya
formados e instruidos para llenar las vacantes de
loa regimientos, cubrir los cuerpos de milicia cívica
y aun tomar cuadros enteros para levantar pron-
tamente un nuevo Ejército, en caso necesario, he
venido en determinar ae establezca inmediatamente
en esta capital, una Academia Militar, nombrando
por Director y Comandante de ella al Sargento Ma-
yor de Ingenieros Militares, don Antonio Arcos, de
cuyo celo y conocimientos se promete el Gobierno
los resultados más satisfactorios".
El 16 de marzo, al cumplirse el 131.° aniversario de la creación de la Es-
cuela Militar, se inauguró en el patio principal del establecimiento un busto
de su fundador y primer Padre de la Patria, General Bernardo O'Higgins,
como un símbolo permanente del recuerdo y reconocimiento del procer que
cimentó las bases del Ejército de Chile.
El Ministro de Defensa Nacional presidió el acto solemne, al cual concu-
rrieron, además, altos jefes,de las Fuerzas Armadas, representantes militares
extranjeros, jefes de Carabineros y numerosos políticos.
Se inició la ceremonia con la Canción Nacional, mientras el Ministro, acom-
pañado del Comandante en Jefe del Ejército, General Cañas Montalva y otros
altos jefes, revistaban los cadetes formados en el patio principal.
En seguida pronunció una breve alocución el Capitán instructor de la
Escuela, señor Martín Urbina, quien al reseñar la labor cumplida por ese
establecimiento en más de un siglo de vida recordó actos importantes de O'Hig-
gins realizados en las diversas acciones guerreras en que actuara en demanda
de la emancipación política de la patria.
Aludió a diversas otras acciones en que participaron brillantemente otros
proceres como José Miguel Carrera, .San Martín, hasta culminar con la desig-
nación de O'Higgins como Director Supremo de la Nación, alto cargo désele
el cual la fundación de la Escuela Militar, secundado hábilmente por
su Ministro Ignacio Zenteno, el Mayor Arcos, como Director, y Capitán Beau-
chef, como Subdirector.
En seguida se dio comienzo al acto de la inauguración del busto de O'Hig-
gins, prendiendo fuego al paño que lo cubría, quedando el bronce al descu-
bierto, en tanto que en los mástiles levantados a cada lado eran izadas las ban-
deras de la Patria Vieja y la Patria Nueva.

La concurrencia de pie seguía emocionada este acto mientras la banda de
la Escuela ejecutaba el himno patrio.
En el pedestal en que está colocado el busto del prócer se colocó una pla-
en cual se lee la siguiente inscripción: "Para ser oficial no se exigen
más pruebas de nobleza que las verdaderas que forman el mérito y el patrio-
tismo''.
Discurso del Director de la Escuela.
A continuación, el Director de la Escuela, Coronel señor Carlos Meirelles,
pronunció el siguiente discurso, en el cual trazó los aspectos más salientes de
la vida de O 'Higgins :
"Señor Ministro de Defensa Nacional, señor Comandante en Jefe del
Ejército, señores oficiales generales en servicio activo y en retiro, señores co-
rondes, jefes y oficiales, señoras, señores subalféreees y cadetes Frente a
vosotros, como surgiendo de la emoción estremecida de nuestros recuerdo
fervorosos, aparece la estampa de bronce del Heroe Supremo de la raza.
Es la figura del Genio Creador de nuestra Escuela que renueva sus per-
files al conjuro maravilloso de la evocación de sus lecciones admirables.
Es su vida hecha luz que proyecta la gama bendita de sus virtudes sobre
las generaciones de oficiales que nacieron de esta Escuela.
Es la historia que orienta sus ejemplos señeros para que nosotros pódamos
edificar sobre cimientos de grandeza, las magnitudes esperanzadas del porve-
nir de nuestra patria.
Esperanzas que nacieron iluminadas por soles de libertad, quemantes de
idealidad,encuentran fuente fecunda y estímulo constante en la vida de nues-
tro primer Capitán General y Director Supremo.
Infancia huérfana de afectos; niñez vivida en la aridez de un mundo ex-
traño; adolecencia en la penumbra de un porvenir que parecía ca-
rente de horizontes; juventud agostándose con el fruto amargo del desengaño
y de un aparente abandono paternal; ilusiones que murieron sin llegar si-
quiera a concretarse en una visión de hogar que colmara el corazón nacido pa-
ra regazo de ternuras.
Estos son los antecedentes que ofrece la apariencia espiritual de nuestro
procer pero, su alma, nacida para la grandeza, llena los vacías del afecto con
la serenidad del pensamiento iluminado por el estudio y la meditación; con
la firmeza de un carácter luchador que iba a dar vida a la República; con el
valor incomparable y la constancia que hicieron suyos los campos de batalla.
Llenó su alma con la mejor de las ternuras la que profesó a su madre
con solícito afán hasta resarcirse de las horas crueles de su adolescencia deso-
lada.
Llenó su vida con el amor sin paralelo de que dio muestras a su patria
Entregó a ella su vigorosa juventud cuando la vida empezaba a ofrecerle
todas las seducciones de riqueza, del poder y del halago.
Le significó una fortuna inmensa en oro, tierras y ganados, y se reservé
para la lucha por la libertad, las incomodidades y los sacrificios de los viva-
ques, y el lomo soberbio de su corcel de guerra, que habría de conducirlo en
un galope heroico a través de los portales luminosos de la inmortalidad.
Sacrificó sus derechos de General en Jefe a condición de que otro cau
dillo, chileno o argentino, mejorara sus posibilidades de victoria.
Negó su opción al Mando Supremo después de Chacabuco, y su gesto
comprendido como de renunciación que lo hacía el más digno, fue rechazado

INAGURACIÓN DEL BUSTO DE O'HIGGINS EN LA... 21
y Chile la ungió entonces como su Director Supremo como su caudillo inmaeu-
lado, como el Padre de la República.
Al entregarse a su labor de Gobernante, tenía ante sus ojos el panorama
deun país agotado por siete años de sangrienta lucha, entristecido por la des-
truccióii y la miseria, destrozado en su moral por las querellas y los afanes
de ciego predominio.
Sin embargo, restablece la moral de su pueblo.con el prestigio incompara-
blede sus victorias, de sus virtudes y de su patriotismo. Da nacimiento a los
primeros esfuerzo para organizar una economía nacional; crea establecimien-
tos educacionales, y abre a las ansias del saber y de la cultura, el libre acceso
de los libros e impresos extranjeros que habrían de iluminar el obscuro hori-
zonte intelectual de los chilenos.
La liberta de su patria no fue una conquista que se consolidara con el
triunfo obtenido en el glorioso atardecer de IV Maipo.
Los albores republicanos eran ensombrecidos por la amenaza virreinal del
Perú.
Mientras en la pródiga tierra de los incas imperara un poder español, la
nueva estrella solitaria no alcanzaría la plenitud de sus fulgores.
Un sentido perfecto de la realidad, una comprensión generosa de 1a soli-
daridad americana y una capacidad de esfuerzo que sólo tiene comparación
con el milagro, dieron vida a. la Expedición Libertadora del Perú.
San Martín, el gran Capitán de los Andes, cumple esta misión continen-
tal y, junto a O'Higgins, puede agregar a sus blasones el nacimiento de una
nueva República, cuyos colores fueron amasados con la sangre generosa y
heroica de chilenos y argentinos.
Ayacucho es el crepúsculo definitivo del sol ibero en nuestra América;
la estrella que señaló nuestro amanecer republicano brilla serena en el azul
del porvenir.
O'Higgins vuelve la integridad de sus pensamientos y de sus esfuerzos
a la tarea de su predestinación.
En medio de un ambiente de olvido de las jornadas inciertas de la gue-
rra, el pueblo se siente seguro y no acepta la mano severa de su conductor.
Y en una tarde de enero de 1823, venciéndose a sí mismo, inflexible en
su concepto del poder y de la jerarquía y sin olvidar que sobre sus hombros
rrecae el peso soberano de la magistratura que legalmente- encarna, el Director
Supremo entrega el mando.
Es su abdicación. Acto de entereza y dignidad republicana que lo eleva
por encima de sus mayores heroísmos; gesto que recoge la historia como la
lección más bella de su conciencia cívica inmortal.
Al partir de Chile, camino al destierro, deja un manifiesto al país que
deberá ser conservado como un decálogo magnífico de amor patrio y una lec-
ción imperecedera de su grandeza moral.
Empieza el ocaso de la vida del procer. El 28 de julio de 1823, el ilustre
expatriado pisa el suelo peruano que contribuyera a libertar.
Una vez más renuncia al brillo de los salones al incienso embriagador de
los halagos, renuncia también a los homenajes de la gratitud peruana y se
retira a la Hacienda de Montalván, en donde vive del recuerdo de sus luchas
victoriosas y de sus esperanzas de días más felices para Chile.
Lejos de su patria, contempla con el alma acongojada los pasos vacilan-
tes de los gobiernos que se suceden, sin lograr una orientación definitiva. El
espectáculo de Chile desgarrado, desgarra también su corazón.

En su ostracismo parece vigorizarse con contornos de delirio, su cariño al
suelo patrio. Todas sus expresiones reflejan a la vez angustia y esperanzas,
Ha vivido 15 años lejos del suelo natal y su existencia ejemplarizadora
ha pasado ya los sesenta y dos años.
El 23 de octubre de 1842, después de larga enfermedad y sin que una
agonía -dolorosa alterara la serenidad de su semblante desaparece la figura
majestuosa del procer.
La Historia recogió su nombre sin mancilla y con él encabezó la más
brillante de sus páginas.
La República lo ha proclamado su fundador, su primer soldado y su
primer ciudadano.
El pueblo incorporó la memoria del héroe a los objetos de su veneracción
La Escuela Militar renueva en cada aniversario su fe en su propio desti-
no, pues se sabe depositaría de sus lecciones admirables y de sus ejemplos
heroicos.
Los cadetes saben que deben cumplir la condición primera que formulara
su pensamiento creador:
"Para ser Oficial no se exigen más pruebas de nobleza que las verdaderas
que forman el mérito, la virtud y el patriotismo".
Las frases con que lanzó a la lucha.sus huestes libertadoras están escul-
pidas en el bronce de sus estatuas, en el mármol de su sarcófago, en los libros
donde la juventud se inspira en sus ejemplos, en el corazón de todos los chilenos,
Señor Ministro de Defensa Nacional: El homenaje de este día ha alcalizado
relieves de emoción. El sólo nombre de este procer augusto da a la ceremonia
un significado inmenso, arrancado del capítulo más hermoso de nuestra hísto-
ria, pues su personalidad soberana tiene aspectos luminosos como los contormos
ideales de aquellos héroes lejanos que los pueblos antiguos hicieron semidioses.

EL GRAN DÍA DE CHILE.
EL GRAN DÍA DE CHILE.
En la vida de los pueblos sería muy difícil establecer cuál es el día más
grande, más digno de memoria, de su existencia. Desde luego, en cuanto ata-
ñe a las naciones hispanoamericanas, que sin la madurez necesaria pasaron a
independizarse de la metrópoli, resultaría muy digno de estudio establecer si
el cambio de dependencia les fue beneficioso, al extremo de proclamar aque-
llos hechos como símbolos de su redención. Larguísimos años de inquietudes
sangrientas rubrican esa conquista suprema y la libertad a costa de tantos
esfuerzos fue libertad para destrozarse entre hermanos. Otros se independi-
zaron para entrar en círculo de doradas rejas. ¡Mejor no menenealla!
Chile celebra como día de su independencia el 18 de septiembre de 1810
y nada más distante de la verdad histórica, pues en aquel día se juró la adhe-
sión al soberano en desgracia y la firme decisión de conservar la integridad
de estos reinos para la corona de España. Es que, salvo unos pocos iluminados,
estos leales subditos repudiaban al usurpador y jamás habrían aceptado una
sugestión contraria a sus convicciones inveteradas.
En cambio, más adelante, la víspera del tercer aniversario de la batalla
de Chacabuco, el Director Supremo decretó fiesta cívica los días 11, 12 y 13
de febrero para solemnizar el día del aniversario de la declaración de la In-
dependencia y el recuerdo de la batalla de Chacabuco, en que Chile recuperó
los derechos de la libertad.
Si es verdad que desde este último acontecimiento tuvimos gobiernos na
cionales sin interrupción, hasta nuestros días, bien sabemos que hubo que ca-
minar todavía largo trecho hasta ser independientes.
Es por. ésto que el gran día de Chile es el 5 de abril de 1818, fecha en
que después de la prueba suprema de Cancha Rayada, a impulsos del valor
y del patriotismo de un pueblo se levantó de sus cenizas la Patria agonizante
y libró la batalla más decisiva e impresionante que registran los anales ame-
ricanos.
Conocida es la trascendencia continental de esta batalla ,no tanto por los
efectivos que entraron en la lucha, ni por el escenario grandioso en que cru-
zaron sus armas, sino por el milagro, por la resurrección de la nada que se ope-
ró en cortos quince días entre el desastre y la victoria.
Medianero preciso e indiscutible de la salvación en aquellos momentos de
angustia en que se jugaba la suerte de la capital y del reino, fue Las Heras,
quien en la noche de Cancha Rayada salvó del desbarajuste, tres batallones
chilenos, tres, argentinos y la artillería de Blanco Encalada. Manuel Rodrí-
guez, a su vez, levantando los ánimos en Santiago y O'Higgins y San Martín,
encentrando fuerzas materiales y morales, lograron en pocos días volver la
fe a los corazones patriotas.
La distribución de chilenos y argentinos en las divisiones patriotas es un
reflejo exacto de la unión estrecha de sus, armas y si la gloria pudiera dividir-
se, sus partes recaerían por igual sobre estos pueblos hermanos. En la división
del Coronel Alvarado entre los Cazadores de los Andes, reclutados en Cuyo,
y los negritos del N.° 8, libertes de Mendoza, combate el batallón chileno N.°
2, del Coronel Caceras. En la derecha con el N.° 11 de Las Heras, están los
nortinos del Cazadores de Coquimbo y los Infantes de la Patria. En la reser-

va, junto al N.° 7 argentino, van el N.º 1 y el N.° 3 de Chile, con Rivera y
López.
En igual proporción aparece la caballería: a la derecha, los" famosos Gra-
naderos a Caballo, con Zapiola, y a la izquierda, los Cazadores de Chile, a las
órdenes de Freiré y la Escolta Directorial, mandada por Bueras. La artillería
en su mayor parte era chilena, ya que la única que se salvó de Cancha Raya-
da fue la de Blanco Encalada. Esta combatió en el ala derecha. La que diri-
gió Borgoño a la izquierda, y la del Comandante. Plaza, que entró en posición
al centro de la línea, fue la que improvisó el insigne Fray Luis Beltrán en la
Maestranza de la Ollería.
Esta íntima unión contribuyó, sin duda, a la victoria. La confianza que
el pueblo chileno había depositado en el General en Jefe, vencedor en Chasa-
buco, no había sufrido mengua después de Cancha Rayada. Por otra parte,
los efectivos de los batallones de los Andes habían sido completados con reclu-
ta chilena, de modo que soldados de ambos pueblos había en el Comando, en
las tropas y en los servicios, confundiendo sus esfuerzos, como luego su sangre,
Uníalos a todos la conciencia de la misión que se habían impuesto, el orgullo
de sus banderas y el apellido de "libertadores", que ya sonaba gratamente en
sus corazones.
No entra en nuestro propósito describir los incidentes de la batalla; mu-
chos libros se han escrito al respecto, entre otros, un documentado estudio del
General y erudito historiador don Francisco Javier Díaz, y el del Coronel
don Guillermo Arroyo A., fuera de cien trabajos más escritos por las mejores
plumas de ésta y de la otra banda, destacándose entre ellos, Vicuña Macken-
na, Mitre, Barros Arana y Espejo.
En los momentos más críticos de la batalla son dignos de admiración los
artillejos patriotas: Blanco y Borgoño contienen el alud hispano que amena-
za la suerte de la batalla. Al amparo de ellos y bajo la trayectoria de los pro-
yieetiles avanza la reserva y se rehace la disuelta división de Alvarado. Pre-
cisamente en ese instante Freiré y Bueras cargan sobre los Lanceros del Rey
y Dragones de Chillán, visibles por sus guerreras rojas, y volviendo bridas,
embisten a la apretada columna de Ordóñez que se retira hacia las casas, ca-
yendo Bueras, como lo pinta Rugendas, en su último y varonil empeño por
la Patria. Los Granaderos a Caballo, a su vez, habían dispersado a los Drago-
nes de Morgado hasta deshacerlos del todo.
Por el lado contrario descuellan por su imperturbable espíritu, el Are-
quipa, el Burgos, vencedor en Bailen, y el Infante don Carlos. El Coronel Or-
dóñez es el alma y el cuerpo del ejército realista; él continúa la resistencia
cuando Osorio se aleja del campo; él es de los últimos en entregar su espada
al vencedor; su magnánimo adversario lo colma de consideraciones. El Bur-
gos, típica unidad europea, recién llegada a América, se singulariza, por su
arrojo: "Aquí está el Burgos", claman sus soldados y cuando la derrota es
evidente, cierra sus filas, forma el cuadro, muere, pero no se rinde, ¡Esa es
España!
El bravo Rodil, solamente, llega a Concepción, acompañado de 80 jinetes;
el resto es muerto, herido o prisionero. La victoria es decisiva, como más tar-
de lo será Ayacucho, y por curiosa coincidencia, también después de esta ba-
talla, seguirá en pie Rodil, el bravo entre los bravos, encerrado en los castillos
del Callao. Y Blanco Encalada, jefe ahora de las escuadras unidas chileno-
peruano-colombiana, con gentil diplomacia le intimará rendición inútilmente,
como en Maipo, por la boca., de sus cañones.

EL GRAN DÍA DE CHILE. 25
Sólo el 8 de septiembre, cinco meses después de la batalla, se embarcó
Osorio, de regreso al Perú, después de dejar encendida la chispa de terrible
guerra de partidas que costará muchas vidas, hacienda y honras a la ya es-
quilmada zona entre el Maule y el Bío Bío. Había abierto las hostilidades el
Comandante Manuel de Bulnes, ardiente realista, padre de los Bulnes chilenos
y le siguieron el Coronel Sánchez, con los 1.550 soldados que le dejó Osorio,
guerra a muerte que duró muchos años y en que poblaciones enteras fueron
arrasadas, sin respeto a ancianos, mujeres y niños; sólo comparable a la que
asoló a Venezuela bajo el terrible Boves.
Aquí se hacen hombres, soldados y héroes, los que más tarde defenderán
nuestros colores en la mitad del continente. Freiré incorpora Chiloé al te-
rritorio patrio y redondea la obra de Carrera, de O'Higgins y San Martín,
pero, desde Maipo, la mirada de toda la América se posa sobre esta "ciuda-
delacontinental", de la cual saldrán ejércitos, escuadras, dinero, voluntad y
americanismo, a derramarse a torrentes sobre el vasto escenario de los incas,
de Pizarro, y de los virreyes, mientras la Patria desbarrada en sus entrañas y
sin erario, sacá fuerzas de flaqueza, como don Pelayo y el Cid.
Este es el día grande de Chile y de la América; la victoria de Maipo puso
en peligro inmediato al Virreinato del. Perú, según se mira de las cartas
del virrey de la Pezuela al virrey Samarlo, de la Nueva Granada. Este triun-
fo chileno-argentino abre las puertas a Bolívar para su segunda campaña, y
Boyacá es el corolario digno de esta importante y decisiva batalla.

LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA EN LA GESTACION,
PREPARACION Y EJECUCION DE LA INVASION
DE EUROPA EN 1944.
Por el Capitán OSCAR GUZMAN SORIANO.
I . — I N T R O D U C C I Ó N .
A.—OBJETO Y CARÁCTER DE ESE ESTUDIO.
Este trabajo tiene como finalidad analizar la Invasión de Europa occi-
dental de 1944, a la luz de los principios de la guerra.
Luego, no entra en los propósitos del autor el relatar ni describir hechos
—que proporcionan materia para varios extensos trabajos— sino solamente
citarlos en sus aspectos globales y en orden cronológico, como base y funda-
mentos del análisis y para que éste resulte ordenado.
Se desea comprobar cómo los principios de la guerra han sido aplicados,
respetados o vulnerados, y si hay algo de novedad en la conducción de las ope-
raciones modernas.
Por ende, se busca adquirir experiencia en bien del conjunto.
B.—PRINCIPIOS QUE SE CONSIDERARAN.
Antes de enumerarlos, es necesario hacer presente que la denominación de
"principios" se ha adoptado por ser más conocida y más comunmente acepta-
ra. Pero, en verdad, también, pudo decirse "leyes de la guerra" porque esa
es la categoría que tienen las que se considerarán.
Así, indistintamente, en el trabajo se dirá "principio" o "ley" con una
misma significación.

Los principios que se analizarán son los siguientes:
1.—Ofensiva.
2.—Libertad de acción.
3.—Audacia.
4.—Aniquilamiento del adversario.
5.—Sorpresas.
6.—Seguridad.
7.—Rapidez y actividad.
6.—Reunión de las fuerzas.
9.—Superioridad.
10.—Economía de las. fuerzas.
11.—Armonía en el conjunto: simultaneidad de los esfuerzos.
12.—Secreto de las operaciones.
13.—Preparación.
14.—Momento propicio para la operación.
15.—Los flancos y la retaguardia son los puntos más vulnerables.
16.—Envolvimiento en gran estilo y con las mayores fuerzas posibles.
17.—Sencillez en las ideas y procedimientos.
Estos principios se han seleccionado entre muchos otros estudiados por
diversos autores, considerando dos aspectos fundamentales de la Invasión de
Europa: la magnitud de la empresa, y la circunstancia de haber sido realiza-
da por las fuerzas de dos naciones aliadas. El primer aspecto involucra, ade-
más, el carácter combinado de la operación: tridimensional.
II.—COMO FUERON APLICADOS LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA
EN LA INVASION DE EUROPA.
A.—EN SU GESTACION.
1.—La Invasión nace en Dunkerque
a) Por qué necesitaba Gran Bretaña invadir Europa.
A primera vista, el título de este punto uno, podría parecer paradoja. Sin
embarco, la realidad nos muestra, que, efectivamente, el propósito de Gran
Bretaña de invadir Europa para derrotar a Alemania, nació allí en Dunker-
que, en medio de ese "colosal desastre militar", como lo calificó el mismo
Churehill, y el que agregó en su discurso del 4 de junio de 1940, cuando toda-
vía humeaban las ruinas de la retirada desesperada hacia la Isla: "pero no
flaquearemos ni caeremos.; iremos hasta el fin; lucharemos en Francia, lucha-
remos en mares y océanos; lucharemos con creciente confianza y creciente
fuerza en el aire; defenderemos nuestras vidas a cualquier precio; luchare-
mos en los campos, en las calles y en las playas ... y si aún así, y ni por un
momento lo creo, esta Isla o una gran parte de ella fuese subyugada y destro-
zada, entonces nuestro Imperio tras los mares seguirá la lucha hasta que en
la hora de la Bondad Divina, el Nuevo Mundo con todo su poderío y fuerza
salga al rescate, y liberación del antiguo"
Se ha transcrito este trozo del discurso de Churchill, porque encierra los
factores biológicos y políticos fundamentales que obligaban a Gran Bretaña
a buscar por todos los medios, cómo y dónde fuera, la derrota de Alemania.

LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA EN LA GESTACIÓN,... 29
Se trataba de "defender la vida a cualquier precio", pero no sólo la vida
de los británicos, del hombre, el niño y la mujer, sino y muy especialmente,
la vida del Imperio británico.
Sabía Churchill, político y estadista sagaz y de alto vuelo, que junto con
caer una, parte siquiera de la Isla, podría empezar el derrumbe del Imperio.
Muchas eran entonces las preocupaciones que las naciones integrantes de
la Comunidad Británica causaban al gobierno inglés. Una Irlanda rebelde y
una India convulsionada, clamando libertad, empujada, en la sombra por Ru-
siay el Japón. El Canadá, fiel al Imperio, pero peligrosamente vecino del
campeón de la libertad, los Estados Unidos de Norte América. Australia y Sud-
Africa lejanas, con sus propios problemas insatisfechos.
Así, lo que proclamaba defender Churchill con tanto patriótico tesón, más
que la vida de los británicos, era el Imperio, era la dominación británica sobre
unaenorme porción de la tierra, era su situación de gran potencia rectora de
la humanidad con sus envidiables ventajas políticas y económicas, que muy
bien sabía que Alemania codiciaba para organizar su propio Imperio nacional-
socialista.
Por eso es que la Invasión nació en Dunkerque. Porque allí se asomaron
los cañones alemanes apuntando hacia el corazón del Imperio. Y porque para
destruir esos cañones era necesario ir a buscarlos a su propia fortaleza, la
Europa dominada sin contrapeso por la Alemania triunfante.
Las últimas palabras de Churchill. del trozo transcrito, tienen un acento
caballeresco de "desfacedor de entuertos'', cuando dice que la Gran Bretaña
salvará al viejo mundo. Pero en el mismo renglón añade que será con la ayu-
da del "nuevo mundo", con mayúscula muy significativa. Tras esas mayúscu-
las del Nuevo Mundo se asomaba !a eterna y sabia política inglesa: obtener el
máximum con el mínimum de sacrificio.
Podría parecer vituperable esa política inglesa, pero en las circunstancias
que se vivían después de Dunkerque era la única conducta lógica y ajustada
a la realidad. Gran Bretaña necesitaba salvar su Imperio para salvarse ella
misma. De a,hí que volviera sus ojos hacia, el Nuevo Mundo, hacia los Estados
Unidos de Norte América, única, potencia capaz de apuntalar la crujiente ar-
mazón del Imperio, hasta que lograra rehacerse para continuar la lucha.
Gran Bretaña cumplía, con todo eso, con el principio matriz, inspirador
de todas las luchas entre los hombres: el principio de la "lucha por la existen-
cia", que determina la supervivencia del más fuerte.
En Dunkerque, Gran Bretaña estaba sola, pero si quería subsistir, tenía
que hacerse la firme voluntad de seguir luchando hasta vencer. Y para obte-
ner el triunfo tenía que ir a golpear en el corazón del enemigo, tenía que in-
vadirEuropa.
b) Qué significaba la Invasión a la luz de los principios de la guerra.
Después de la desastrosa Campaña de Francia, Gran Bretaña estaba tan
maltrecha que, según declaraciones de sus propios gobernantes conocidas des-
pués que ya había pasado el peligro, si Alemania hubiese lanzado unas pocas
divisiones sobre la metrópoli, ésta no habría sido capaz de defenderse con
probabilidades de éxito. Habría sido el principio del fin del Imperio.
Por eso el propósito de invadir Europa resultaba audaz, de una audacia
que podía sonar a fanfarronería, pero que estaba respaldada por la tenacidad
británica que en más de una oportunidad histórica la había levantado y sos-
tenido.

Y tanta era esa audacia, que ya a fines de junio de 1940 los ingleses realiza-
ron la primera acción ofensiva después de Dunkerque. Fue una pequeña acción
de reconocimiento, pero mareaba la iniciación del propósito de invadir Europa
Dadas las circunstancian, la resolución de tomar algún día la ofensiva cum-
plía ampliamente con el principio de la AUDACIA.
En Francia no habían sido capaces los aliados de tomar la ofensiva y por
ello fueron derrotados. De ahí que Churchill comprendiera que la única posibi-
lidad de triunfo estaba en que Gran Bretaña tomara a su vez la OFENSIVA.
Ofensiva y audacia estaban entonces más ligadas que nunca, puesto que la
primera imponía una operación de gran envergadura cuya ejecución necesitaba
de una gran dosis de la segunda.
Una vez más la historia comprobaba que el más seguro camino del éxito es
la OFENSIVA.
2.—¿Cuándo invadir? 1943 y 1944. Las llaves del éxito: momento
propicio y preparación.
Mucho se ha dicho que la Invasión de Europa por los aliados pudo haberse
realizado en 1943, o por lo menos bastante antes de la época en que se inició.
Se justifica eso diciendo que la guerra habría terminado un año antes, porque
no teniendo los alemanes tanta fuerza en el occidente europeo en 1943, como
tuvieron en 1944, el costo en esfuerzos, sacrificios, vidas y tiempo, habría sido
mucho menor.
Sin embargo, hay que pensar que en 1942, cuando necesariamente habría
tenido que planearse y prepararse la invasión, Alemania estaba muy lejos de
encontrarle en malas condiciones, como para suponer que al año siguiente, en
1943, podría ser batida fácilmente. Cierto es que a fines de 1942 y en la prima-
vera de 1943, .se había producido el desastre alemán de Stalingrado y Rommel
estaba en plena y definitiva retirada. Pero ello sólo eran batallas perdidas, de las
que el poderío alemán muy bien podía recuperarse.
En 1943, Alemania tenía en su poder enormes extensiones de territorio
soviético que habría podido ceder, dándose con ello un tiempo precioso para
resistir con éxito la invasión, retirando fuerzas del frente oriental, reuniendo
una potencia superior, o cuando menos igual que la que tuvo en 1944.
Por otra parte, los desembarcos en Africa occidental en 1942, y la Cam-
paña de Italia en 1943, demostraron que los aliados no tenían ni la experiencia,
preparación ni medios suficientes como para haber afrontado con absoluta cer-
teza de éxito la dura empresa de invadir la fortaleza en que los alemanes habían
transformado a Europa, antes de la época en que lo hicieron.
Lanzarse a la aventura sin la preparación ni la patencia suficientes, pudo
haberles significado a los aliados una derrota de la que difícilmente se habrían
recuperado, como para derrotar a Alemania posteriorimente.
En cambio, en 1944 ya se tenía casi la seguridad de que Alemania no sería
capaz de afrontar una lucha en dos frentes, en uno de los cuales, el oriental,
estaba ya gravemente comprometida.
La Campaña de Italia, aunque costosa y mal conducida por los aliados,
había colocado a ese adlater de Alemania fuera de combate. Todavía peor, los
alemanes habían tenido que acudir con fuerzas considerables para contener
el avance aliado.
En 1943 el Africa había dejado de ser un teatro de operaciones, en el que
Alemania perdiera tropas de elite, como era su Afrika Korps.

LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA EN LA GESTACIÓN,. .. 31
Y sólo en 1943 obtuvieron los aliados el dominio del aire indispensable y
previo a tan trascendental empresa.
Aparte de todo lo dicho, innumerables eran las dificultades de carácter
técnico que los aliados tenían previamente que resolver, desde la construcción
de naves de desembarco, hasta la adopción dé un medicamento que evitara el
marco en los asaltantes. Tenían que reconocer en detalle las costas de desem-
barco y la organización defensiva alemana. Y todo ello demandaba tiempo,
mucho más del que los impacientes pudieran imaginar.
Todavía más. Mirado desde el punto de vista de la política internacional
y de los antagónicos intereses de las potencias occidentales y de los Soviets,
convenía a los angloamericanos que alemanes y rusos se desgastaran al máxi-
mo antes de lanzarse ellos a la lucha. Tal procedimiento ya había rendido sa-
brosos frutos a los EE. UU. con su intervención en la guerra de 1914/18. Te-
níaeso el peligro de que Rusia avanzara demasiado y que los anglo-america-
nos llegaran, hasta cierto punto, tarde. Pero a principios de 1944 quedaba a
los soviéticos mucho terreno que conquistar, ante un adversario hábil y tenaz,
antes de llegar al corazón de Alemania. Por algo los rusos clamaban ante los
aliados para que apresuraran la invasión por el oeste de Europa.
De todo lo anterior se desprende que el MOMENTO PROPICIO para la
invasión no estaba en 1943, sino que en 1944, año en que los aliados tenían
ya la potencia suficiente para atacar con seguridad en el triunfo. Estaban
PREPARADOS, militar y políticamente, para la Invasión de Europa.
Los anglo-americanos observaron correctamente ambos principios.
3.—Por dónde invadir? La puerta falsa y el frontis de Europa occidental.
a) Italia-Balkanes: ruta larga y difícil.
Decididamente partidarios de esta ruta de invasión eran los ingleses.
Pero, más que razones de orden estratégico, eran factores políticos los
queles inclinaban en esa dirección.
En 1943 Churchill estaba muy preocupado por las relaciones de la Metró-
poli con Australia, India y Africa Meridional y pensaba que si se lanzaba
la invasión por el Mediterráneo, tales relaciones se fortalecerían considerable-
mente.
Además, estimaba el líder inglés que la -invasión en la dirección general
del "eje Belgrado-Varsovia", aseguraría el poder británico en los Balkanes,
eliminando anticipada y definitivamente a Rusia con sus anhelos de salir al
Mediterráneo.
Pero, desde el punto de vista estratégico, la invasión por el sur de Eu-
ropa presentaba graves inconvenientes.
Para llegar al corazón del reducto alemán, es decir, a Alemania misma
y a Francia, era necesario conquistar previamente la fuerte cadena de Los
Alpes, fáciles de defender, o la abrupta región de los Balkanes.
La Campaña de Italia, con su espinazo montañoso, demostró que la em-
presa habría sido poco menos que imposible y que, de realizarse, habría tar-
dado tanto tiempo que los rusos alcanzarían a llegar cómodamente hasta el
poniente de Alemania y quizás si hasta Francia misma. Con eso se habría
alcanzado el objetivo estratégico de aniquilar a las fuerzas armadas alemanas,
pero los aliados sufrirían una enorme pérdida en lo político y económico con
el dominio ruso de la Europa occidental.

Además, la invasión por el sur de Europa imponía un recorrido enorme-
mente largo desde las islas británicas, si la flota de invasión partía desde
dicho lugar.
O si se partía desde Africa y aún desde Italia misma, obligaba a los alia-
dos a organizar bases en condiciones muy desventajosas en relación con las
ventajas que ofrecía la Metrópoli inglesa.
Finalmente, si los alemanes eran atacados por el sur, podrían seguir su
ofensiva sobre las Islas Británicas con sus cohetes y armas V, sin restricciónes
En suma, la invasión por el sur de Europa iba contra el principio de la
SENCILLEZ EN LAS IDEAS Y PROCEDIMIENTOS, el cual resultaba
más vulnerado si se piensa en que la magnitud de la empresa imponía un
plan eminentemente realizable, sin complicaciones ni rebuscamientos.
b) Francia, la vía más corta y directa: dura pero sencilla.
En oposición a los ingleses, los norteamericanos querían obtener el obje-
tivo final de aniquilamiento del poder militar alemán, rectamente sin com-
plicaciones políticas.
Por eso es que abogaban por la invasión de Europa por el norte francés
lo cual les llevaría directamente hacia la parte más vital de la fortaleza ale-
mana en el occidente europeo.
Esa ruta de invasión si que crearía efectivamente a Alemania el grave
problema de la lucha en dos frentes. Lo cual no ocurriría plenamente con
una invasión por el sur de Europa, que le dejaba a Alemania todo su flanco
occidental libre, hasta que después de mucho esfuerzo y sacrificio, los aliados
lograron introducirse como cuña entre Francia y Alemania, o dentro de esta
última.
La Invasión de Francia por el norte contaba con la gran ventaja de que
podía ser lanzada desde una base inmediata, como eran las Islas Británicas
Cierto que esa base estaba bajo la acción de las armas V. Pero una dispersión
adecuada obviada en gran parte tal inconveniente.
Pero lo que más fundamentalmente aconsejaba la invasión por el norte
de Francia, era la sencillez de la operación: una corta navegación, que podía
iniciarse y terminarse en la obscuridad, y el desembarco en las playas. La sor-
presa táctica era perfectamente posible.
Afortunadamente para los anglo-americanos, el socio inglés consintió en
La invasión por el nor-oeste europeo, a cambio, eso si, de la costosa y poco
fructuosa campaña de Italia.
En todo caso, el principio de la SENCILLEZ EN LAS IDEAS Y PRO-
CEDIMIENTOS fue aplicado en buena forma en esa colosal operación aliada..
B.—EN SU PREPARACIÓN.
1.—En busca de la superioridad: las fuerzas se entrenan y los medios se acumulan,
Los aliados conocían perfectamente el gran poder defensivo de la Mura-
lla del Atlántico, con que los alemanes habían circundado a Francia.
Y también sabían algo que era de mayor valor que la Muralla misma:
que los alemanes tenían en Francia fuerzas muy poderosas, listas para recha-
zar, cuando menos, la esperada invasión. Varias eran las Divisiones Panzer
que el servicio secreto inglés había logrado descubrir en territorio francés.

Muy poderosas eran, además, otras fuerzas blindadas y motorizadas de gran
movilidad, que podían trasladarse desde el Rhin al Atlántico en un plazo de-
masiado breve, y que podían impedir la consolidación de las indispensables ca-
bezas de playa.
Por lo demás, si se tenía éxito en el desembarco y las fuerzas de asalto
lograban afianzarse en las playas y ampliar las cabezas en forma conveniente,
había que disponer de medios para penetrar y derrotar a los alemanes en el
corazón del continente.
Ya hemos dicho que los aliados no podía exponerse a un fracaso. Luego,
necesitaban alcanzar una SUPERIORIDAD abrumadora sobre su enemigo,
que les dejara un amplio margen de seguridad para suplir los innumerables
errores e imprevistos en la ejecución de la operación.
Y a obtener esa "superioridad" dedicaron los aliados todos sus esfuer-
zos, desde que la invasión fue aprobada a mediados de 1942. Superioridad
en todos sus aspectos: moral, económica y material.
Las tropas del Imperio británico y de los Estados Unidos empezaron a
reunirse en Gran Bretaña, en donde muy pronto iniciaron su entrenamiento
en forma práctica. A medida que el servicio secreto inglés descifraba el en-
marañado sistema de la Muralla del Atlántico, y los audaces reconocimientos
de la RAF y la FAA fotografiaban desde todos los ángulos, se iban constru-
yendo en Inglaterra reproducciones muy exactas de las fortificaciones coste-
ras alemanas, en las cuales las tropas practicaban ejercicios de combate.
Miles de cartas topográficas fueron levantadas y distribuidas, en las cua-
les se señalaba hasta el detalle —cada playa de desembarco y dirección de
penetración.
El entrenamiento de las tropas llegó a costar muchas vidas, porque los
últimos ejercicios se realizaban con munición de guerra. Pero así las bisoñas
tropas americanas se foguearon, junto a las veteranas de las campañas de
Francia y Africa de sus aliados ingleses.
Conjuntamente con el entrenamiento, se acumularon en la Isla inmensas
cantidades de abastecimientos, armas y municiones.
Muchas de las armas fueron especialmente diseñadas para la invasión,
para resistir lo que llamaron la "prueba del agua", o sea, que fueran capa-
ces de soportar en buenas condiciones el chapuzón que obligadamente ten-
drían que recibir para llegar a las playas, y entrar de inmediato en acción,
sin mayores preparativos. Del agua al fuego.
Todo el gigantesco poderío industrial norteamericano se volcó práctica-
mente en Inglaterra, en la acumulación de medios que darían a los aliados
una aplastante SUPERIORIDA y la seguridad de salir airosos en la dura
prueba.
En todo el mundo se sabía y muy especialmente los alemanes, que en 1944,
a más tardar, los aliados invadirían Europa. Y todavía más, suponían muy
fundamente que la invasión se haría por Francia, en su costa norte.
Todos los esfuerzos del servicio secreto alemán estaban dirigidos a des-
cubrir cuando y exactamente por donde vendría el golpe. Se dice que oficia-
les de los submarinos alemanes desembarcaban en las noches en las costas no
vigiladasde Inglaterra y se internaban hacia las ciudades, en las cuales pa-
M. del E. 3.
2.—El secreto de la preparación: ningún alemán vislumbró la realidad.

MEMORIAL DEL EJERCITO.
saban un tiempo considerable, llegando, incluso, a alternar con oficiales in-
gleses. Muchas otras cosas fantásticas se cuentan.
Sin embargo, ningún alemán logró saber cuando y por donde se lanzaría
el ataque. Tanto fue así, que aun cuando la invasión ya estaba en marcha,
los alemanes seguían convencidos de que esa no era la operación principal
y que ésta sería lanzada posteriormente por Calais. Y en esas inmediaciones
mantuvieron su reserva.
En verdad, ese esfuerzo aliado por mantener el SECRETO de la opera-
ción durante una preparación larga y complicada, es algo que merece ser
destacado, como un ejemplo de la conciencia y compenetración con que fue-
ron cumplidas las instrucciones pertinentes. Vaya un ejemplo.
Durante cierto ejercicio de embarque y navegación las lanchas alemanas
lograron torpedear uno de los barcos en que iban numerosos oficiales que es-
taban en el secreto de las playas de desembarco. Diez de ellos no regresaron
y se suponía que habían sido hechos prisioneros. Tan grave fue ese percance,
en cuanto al secreto, que el alto mando aliado llegó a pensar en modificar
substancialmente los planes, si no lograban recuperarse por lo menos los ca-
dáveres de los desaparecidos, para tener la certeza de que no habían sido
capturados. Afortunadamente, la afanosa búsqueda dio buenos resultados y
la buena estrella de los aliados quiso que los diez oficiales fueran encontra-
dos, aunque todos muertos. Entonces se supo que eran varios miles de ofi-
ciales los que conocían muchos decisivos detalles de la invasión, a los cuales
se denominaban Iniciados.
Pero ningún alemán supo la realidad de lo que iba a ocurrir, ni antes y
aún durante las primeras fases de la invasión.
El vital principio del SECRETO había sido celosamente observado.
3.—El Plan de Invasión.
No se hará una relación detallada del Plan de Invasión, sino que se des-
tacarán aquellos aspectos más notables y que dan lugar a consideraciones de
interés relacionadas con la materia.
a) El objetivo estratégico final.
Estaba claramente establecido en la Orden de Operaciones del Comandan-
te Supremo Aliado, General Eisenhower; "atacar y batir a las fuerzas ar-
madas alemanas, actualmente localizadas en Francia y Oeste de Europa".
Esas fuerzas armadas estaban constituidas por la Wehrmacht y la Luft-
waffe, y contra ellas iba dirigido el golpe.
Al menos en el Plan, el principio del ANIQUILAMIENTO del advera-
rio estaba correctamente aplicado.
Si ello no se logró en la ejecución, se debió a las naturales contingencias
de la lucha. Pero el propósito era el que correspondía.
b) Dos esfuerzos tras el fin: Francia por el norte y el sur. Zonas de desembarco
El Plan de Invasión establecía que la operación principal se llevaría por
el norte de Francia y una operación secundaria se efectuaría por el sur. Eso
sí, no indicaba el Plan si ellas se iban a realizar simultáneamente o en tiem-
pos diferentes, como en la práctica resultó.
34

En la operación principal por el norte se emplearían en el primer mo-
mento tres Ejércitos; el Primero Norteamericano, el Segundo Británico y el
Primero Canadiense; posteriormente, entrarían en acción el Tercero y Noveno
Norteamericanos.
Por el sur operaría solamente el Séptimo Ejército Norteamericano.
Estos antecedentes demuestran dos aspectos fundamentales de la conduc-
ción, en cuanto al planeamiento de las operaciones:
—El principio de ECONOMÍA DE LAS FUERZAS fue correctamente
aplicado, ya que se llevó una masa bien definida en la dirección principal, y
sólo un mínimo en la dirección secundaria.
—Pero, por lo menos en el Plan, no se observó el principio de ARMO-
NIAEN EL CONJUNTO Y SIMULTANEIDAD DE LOS ESFUERZOS,
pues nada se decía sobre la coordinación en tiempo entre ambas operaciones.
ni en cuanto al espacio en que se produciría la conjunción de las fuerzas.
Textualmente la Orden de Eisenhower decía al respecto: " . . . para en-
lazar con el Séptimo Ejército Americano, el cual desembarcará al ,S. de la
costa de Francia y el que, en momento oportuno y en combate enlazará al
N. con sus fuerzas". Esta orden iba dirigida a Montgomery, Comandante en
Jefe de las Fuerzas Terrestres de Invasión.
Es posible que, en la práctica, esa cordínación en tiempo y espacio haya
estado prevista, pero en los antecedentes encontrados no hay constancia de
ello.
Como tampoco ha sido posible saber cuál era la misión de la opera-
ciónsecundarla por el sur, aunque es posible deducirla: atraer fuerzas ale-
manas en dirección divergente al esfuerzo principal; amarrar a las que es-
tuvieran cubriendo ésa zona; o atacar hacia el norte para efectuar una ope-
ración de cercamiento del total de las tropas alemanas en Francia.
Por las referencias que hace Eisenhower en su Orden de Operaciones, la
última posibilidad parece ser la más factible. Pero, como ya se ha dicho, se
necesitaba para eso uña detallada coordinación pana que las operaciones re-
sultaran armónica.
Las zonas de desembarco para ambas operaciones de invasión ofrecían
ventajas de carácter táctico innegables. Pero, la zona norte ofrecía serios
inconvenientes técnicos, que obligaron a los aliados a realizar magníficas
obras de ingeniería y a emplear numerosos elementos especiales.
Las ventajas de carácter táctico de las Playas de Normandía pueden re-
sumirse en las siguientes: —por el este y el oeste, las playas quedaban pro-
tegidas contra incursiones desde el mar, por la saliente de Le Havre y la Pe-
nínsula de Cotentin;— en cada uno de los accidentes nombrados se encuen-
tran ubicados excelentes puertos, como Le Havre y Cherburgo, vitales para
elmantenimiento de la invasión una vez adentrada en Francia; —al pene-
trar hacia el sur, el flanco oeste de los aliados quedaba protegido, pues se
apoyaría en el mar;— finalmente, el valle del Sena permitiría llegar desde
Le Havre a París.
Con respecto a las desventajas que las Playas de Normandía ofrecían a la
técnica, constituyeron en la práctica una positiva ventaja para los aliados,
ya que ellas fueron las que hicieron pensar a los alemanes que el desembarco
no se realizaría por allí. Al menos el esfuerzo principal.
De todo lo anterior puede deducirse lo siguiente con respecto a los prin-
cipios de la guerra: —que la Península de Cotentin y la saliente de Le Havre
ofrecian SEGURIDAD AL DISPOSITIVO Y OPERACIÓN DE DESEM-

BARCO EN LAS PLAYAS; —que la posibilidad de apoyar el flanco oeste,
en el mar al avanzar hacia el S, también daba SEGURIDAD AL DISPOSI-
TIVO, facilitando con ello el mantenimiento de la LIBERTAD DE ACCION;
—que los obstáculos naturales de las Playas de Normandía permitían obte-
ner plenamente la SORPRESA táctica; —que la existencia de puertos im-
portantes proporcionaba SEGURIDAD a los abastecimientos, al permitir or-
ganizar una base de operaciones en el Continente mismo.
Por su parte, la zona de Marsella elegida en el sur para el desembarco
de la operación secundaria, tenía las ventajas de que desde el primer momen-
to podría contar con un puerto de gran valer como base de operaciones, y la
de facilitar el acceso al valle del Ródano y posteriormente al Saona, que con-
ducen hacia la frontera franco-alemana. Esa vía de penetración hacia el nor-
te permitiría la conjunción de las fuerzas de las dos operaciones.
c) El aporte Ruso: lucha en dos frentes.
La Orden de Operaciones del General Eisenhower decía al respecto:
"Las fuerzas de Rusia presionarán sobre el frente E, y será incrementado
este ataque coincidiendo con el de Ud. con vista a hacer la retirada de las
tropas alemanas desde el frente E, tan difícil como sea posible".
Al menos la idea expuesta estaba correctamente inspirada en el principio
de ARMONÍA EN EL CONJUNTO Y SIMULTANEIDAD DE LOS ES-
FUERZOS.
Además, en tal idea está el germen de la operación, en línea exterior,
aunque en la realidad no se llevó a la práctica poique no existió esa coordina-
ción y armonía indispensables a dicha operación.
En todo caso, lo que es innegable son loe dos frentes en que desde la ini-
ciación de la invasión tuvo que combatir Alemania, y la circunstancia de que
con el aporte ruso, coordinado o no a la operación aliada, la "superioridad"
de loe adversarios de Alemania resultaba abrumadora.
d) La idea de maniobra en Normandía: en busca del flanco y del
envolvimiento en gran estilo.
La Orden de Operaciones de Eisenhower disponía en el párrafo "Misio-
nes": a ) . . . . b) "Profundizar desde la cabeza de playa y efectuar un amplio
movimiento envolvente sobre el flanco izquierdo alemán, empleando el río Se-
na como pivote del movimiento".
Por su parte, el Mariscal Montgomery dice al respecto en un artículo de
la revista "Journal": "Una vez en tierra y establecidos en forma segura, mi
plan era amagar e irrumpir sobre el flanco este o sea, en el sector de Caen;
esta amenaza atraería las reservas principales del enemigo hacia ese sector,
las que serían combatidas y mantenidas allí, utilizando con ese objeto los Ejér-
citos Británicos y Canadienses. Comprometidas dichas reservas enemigas sobre
el flanco Este, mi plan era irrumpir sobre el flanco oeste, utilizando para esta
tarea las fuerzas Americanas al mando del General Bradley y girar sobre
Caen; este ataque debía ser continuado mas hacia el sur, hacia Loire, y en-
tonces continuando hacia el este en un ancho avance hacia el Sena, sobre Pa-
rís. Esto cortaría a todas las fuerzas enemigas al sur del Sena, en cuyo río,
acciones aéreas destruirían los puentes".
Como puede apreciarse, la maniobra global de Eisenhower y el plan que
se trazó Montgomery para realizarla, coinciden en un amplio ENVOLI-

MIENTO SOBRE EL FLANCO OESTE con lo cual los Jefes aliados apli-
caban en muy buena forma los principios que preconizan el ENVOLVIMIEN-
TO E:N GRAN ESTILO Y CON LAS MAYORES FUERZAS DISPONI-
BLES, y que LOS FLANCOS Y RETAGUARDIAS SON LOS PUNTOS
MAS VULNERABLES.
En 3a dosificación misma que señala Montgomery para la ejecución de la
maniobra, el principio está bien aplicado, puesto que "las mayores fuerzas
disponibles" fueron empleadas en el gran envolvimiento: el Primero y Ter-
cer Ejército N. A. el segundo de ellos blindado y motorizado.
Con respecto a la paternidad de la maniobra analizada, al parecer existen
diferentes opiniones, pues en su obra "Así Invadimos Europa", el norteame-
ricano Ingersoll dice que pertence a Bradley y no a Eisenhower ni a Mont-
gomery.
Como sea, el caso es que la maniobra envolvente que debía seguir al des-
embarco estaba basada ampliamente en los principias que rigen tales ope-
raciones.
e) Las fuerzas y su empleo: Ejércitos, Marinas y Fuerzas Aéreas
tras el mismo objetivo.
Todas las fuerzas de aire, mar y tierra de los aliados se emplearían exclu-
sivamente en la ejecución del Plan de Invasión, para lo cual sus acciones se-
rían coordinadas por el Mariscal Montgomery. Así lo disponía expresamente
el General Eisenhower en los capítulos IX. XII y XIII de su Orden, de
Operaciones.
Con lo anterior, los Jefes aliados no hacían otra cosa que respetar el
principio de ARMONIA EN EL CONJUNTO Y SIMULTANEIDAD DE
LOS ESFUERZOS, en el empleo de las fuerzas, sin lo cual sus acciones po-
dían resultar una serie de esfuerzos sin coordinación, desperdiciándose gran
parte de sus efectos sobre el adversario.
La invasión tendría asi carácter tridimensional, lo cual era indispensable
si se deseaba neutralizar, desde el primer momento, toda posibilidad de reac-
ción al adversario.
f) Velocidad de la invasión.
Es interesante poner de relieve lo que la Orden de Operaciones del Ge-
neral Eisenhower decía al respecto:
"X.—Velocidad.—Desarrollará sus operaciones tan rápidamente como
seaposible con vista a alcanzar su objetivo antes que las fuerzas alemanas
opuestas a Ud., puedan ser fuertemente reforzadas".
Esta disposición iba directamente a poner en práctica el decisivo prin-
cipio de la RAPIDEZ Y ACTIVIDAD, lo cual era indispensable para obte-
ner máxima ventaja de la SUPERIORIDAD relativa que iban a tener los
aliados en la primera fase de la invasión, o sea, el desembarco mismo.
Además, la exigencia de operar rápidamente involucraba para los coman-
dantes ejecutores del plan, la observancia amplia del principio que recomien-
da proceder con AUDACIA. Operaciones o acciones muy meditadas, sin es-
piritu audaz, seguramente no iban a dar como resultado la rapidez incuestio-
nable que se necesitaba; además, para explotar la "sorpresa" táctica del des-
embarco en Normandía. De ahí que la recomendación en capítulo especial
gara operar con "rapidez" era lógica y demostraba clara comprensión del
Jefe Supremo Aliado.

4.—El camino se prepara.
a) El enemigo sin alas. La invasión empieza en el aire.
La invasión de las Islas Británicas por los alemanes había sido imposible
de realizar, porque la Luftwaffe no había podido obtener el dominio del aire.
Fue el primer fracaso de las victoriosas y hasta ese momento incontenibles
Fuerzas Armadas Alemanas.
Los aliados aprendieron bien la lección y ello los llevó a resolver como re-
quisito ineludible para la invasión, la conquista del dominio del aire, con
bastante anticipación a su ejecución.
Era necesario contar con el dominio del aire desde mucho antes del Día
D, varios meses antes, para tener la certeza de que la Luftwaffe no sería ca-
paz de reponerse, o sea, para tener la certeza de que babía dejado de ser una
fuerza con suficiente potencia como paira amagar el, éxito de la operación
terrestre.
Además, el dominio previo y absoluto del aire era necesario para impedir
que la aviación de observación alemana viera demasiado de los preparativos
finales de invasión, de donde podría deducir la época aproximada de la
operación.
Fue así como en noviembre de 1943 se pusieron en ejecución los planes de
la ofensiva aérea definitiva que eliminaría a la Fuerza Aérea Alemana de
los cielos de Europa.
La idea matriz era rechazar a la aviación de caza alemana bacía bases
tan lejanas de la zona de la futura batalla, como fuera el radio de acción de
las fuerzas de cazas aliadas.
Se bombardearon intensamente las bases aéreas y aeródromos, y las prin-
cipales fuentes de la producción aérea alemanas.
El resultado de esta ofensiva aérea de pre-invasión fueron 5.200 aviones
seguramente destruidos, 1.060 aviones posiblemente destruidos y 2.500 avio-
nes dañados seriamente. Todo eso en el período del 15 de noviembre de 1943
al 5 de junio de 1944, el día víspera de invasión. Los aliados habían iniciado
esta ofensiva en noviembre de 1943 con más de 4.000 aviones. En abril de
1944 contaban ya con 5.677 aviones de combate, sin considerar los de trans-
porte y otros servicios.
O sea, en el aire se había obtenido ampliamente para el día D, la SUPE-
RIORIDAD sobre las F. A. Alemanas, lo cual dio a los aliados completa LI-
BERTAD DE ACCIÓN para las operaciones de sus fuerzas aéreas. Por ende,
la invasión contaba con un incontrarrestable techo de SEGURIDAD, puesto
que el adversario se había quedado prácticamente sin alas, y las pocas que
tenía estaban tan maltrechas y alejadas de la zona de invasión, que no llega-
ron a constituir amenaza, ni medianamente seria.
b) El enemigo ciego y sordo.
Los aliados sabían por sus recocimientos y servicios secretos, que la ca-
dena de radar, escuchas y radios alemanas era completa desde Noruega hasta
las mismas fronteras de Francia con España.
Era imperioso destruir los elementos vitales de esa cadena, de ojos, oídos
y guías de enemigo, para dar SEGURIDAD a la invasión aérea y posibilitar
la SORPRESA táctica del desembarco.

LOS PRINCIPIOS DE LA GUERRA EN LA GESTACIÓN... 39
Muchas bajas sufrieron los aliados en esa ofensiva contra los oídos y ojos
alemanes, porque tales objetivos estaban fuertemente defendidos. Pero, para
el día. D, sólo nueve estaciones de radar alemanas operaban mientras las fuer-
zas aliadas se acercaban a las playas, y desde, que se inició la acción misma,
operaron nada más que dieciocho estaciones de noventa y dos que tenían los
alemanes en el área de las cabezas de playa. Hubo partes de la costa, como
entre Le Havre y Bafleur, en que no se oyó ninguna estación en actividad.
De no haber sido así, difícilmente hubieran conseguido las fuerzas de
invasión una tan completa ''sorpresa" táctica.
c) La Wehrmacht a cuatro kilómetros por hora.
(Para completar la ofensiva aérea de pre-invasión, o más bien dicho la
invasión del aire, los aliados resolvieron "causar la mayor dilación posible
en el movimiento de refuerzos y suministros enemigos".
Fue así como bombardearon intensivamente las vías férreas y centros fe-
rroviarios, centros de reparaciones, puentes sobre carreteras y ferrovías, cru-
ces camineros, viaductos y túneles, material rodante y locomotoras, etc.
Para el día D, de ochenta, objetivos seleccionados, cincuenta y uno esta-
ban en tan malas condiciones que no fue necesario volverlos a atacar. Desde
el 9 de febrero de 1944 al día D. se habían dejado caer 66.517 toneladas de
bombas, con 21.500 vuelos, sobre los ochenta objetivos.
El día D, el plan de transportes alemán no pudo realizarse ni en una
mínima parte, porque su sistema de comunicaciones estaba seriamente daña-
do. Los aliados habían calculado que cada 36 horas, después del día D más 7,
llegaría una División al área de los desembarcos. En realidad y con muchas
dificultades, sólo pudo llegar una división cada 48 horas.
Los aliados pudieron mantener en todo momento la SUPERIORIDAD
RELATIVA ganada el día D, y con ello la iniciativa y LIBERTAD DE
ACCION. La Wehrmacht sólo había podido marchar, cojeando, a cuatro ki-
lómetros por hora.
C—EN LA EJECUCION DE LA INVASION.
1.—Veinticuatro horas de vigilia en espera del "momento propicio".
El General Eisenhower había resuelto iniciar las acciones de desembarco
el día 5 de junio de 1944, al amanecer. Los técnicos habían hecho cálculos y
previsiones,muy exactas, sobre la hora en que las condiciones del mar iban
a ser más propicias para que las tropas, saltaran a tierra. Se había calculado
la operación hasta el minuto.
Sin embargo, el día 4 de junio y en la noche del 4 al 5 el tiempo empeoró
en tal forma, que el Comandante Supremo Aliado temió que se produjera un
desastre en el mar, peor que el que podían ocasionar las defensa alemanas.
Postergó la operación en 24 horas.
Y sin duda fue una resolución afortunada, porque durante el día 6 de
junio las condiciones climatéricas mejoraron notoriamente, pudiendo reali-
zarse la operación de desembarco de acuerdo con todas las provisiones.
Pero esas veinticuatro horas de espera habían sido eternas para los Je-
fes y Oficiales que estaban en posesión del secreto. A las tropas les significó

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