1. La aproximación a nuevas realidades y conceptos como el DINERO
ELECTRÓNICO requiere indispensablemente el conocimiento del marco o
contexto general que les sirve de base y facilitan su desarrollo. No podemos
desconocer que nos encontramos ante nuevas manifestaciones y nuevos
contenidos que surgen en una NUEVA ECONOMÍA. Esta nueva economía
nos obliga a adaptarnos rápidamente a los cambios introducidos por las
nuevas tecnologías, sin dejar de reconocer que la recepción de la tecnología de
la información con los alcances que vemos hoy en día, y que produce
impactos en la economía, el comercio, la educación, las telecomunicaciones,
la privacidad y el derecho, requiere un cambio cultural muy importante.1
Estas palabras mágicas se presentan cualquiera sea el ámbito en el que nos
encontremos: cuando leemos un artículo sobre medicina, cuando nos
enteramos que un diario se edita simultáneamente en varias ciudades en
tiempo real, cuando nuestro amigo agricultor nos comenta acerca de las
bondades de las semillas que acaba de sembrar. Por otro lado, miramos
rápidamente las noticias que tratan sobre el mundo de la telefonía, las fusiones
de empresas, la guerra de las tarifas, los servicios integrados, etc., y
observamos indiferentemente como operarios que pertenecen a empresas de
cable instalan cables por encima de nuestras cabezas a los que llaman fibra
óptica, mientras otros que pertenecen a las compañías telefónicas hacen otro
tanto por debajo de nuestros pies. Y nos preguntamos que habrá detrás de todo
ello.