El documento discute cómo el hombre moderno se ha alejado de Dios y se ha vuelto egocéntrico. Se ha deslumbrado por su propia inteligencia y ha perdido el sentido de que depende de una grandeza superior. En consecuencia, el ateísmo gana fuerza mientras que las expectativas terrenales reemplazan la esperanza sobrenatural. Adicionalmente, el hombre moderno vive con miedo debido a su estilo de vida insaciable y ajetreado, y ha perdido la noción de que es finito.
1. “El hombre moderno no es un
hombre esencialmente inmanentista”
NICOLE OLENKA OJEDA
FERNANDEZ
2. • El inmanentismo filosófico se vuelve absoluto, fundando
la actitud antropocéntrica y soberbia del hombre
moderno, conocedor y creador del bien y del mal. Aquí
es cuando Dios ya no entra en juego, dentro de los
planes del hombre. Actualmente ese es el sentido que se
le ha dado a la vida, Dios no es importante o ni siquiera
existe en la vida del hombre moderno.
3. • Quizás este sea uno de los más grandes errores de
nuestra época, la idea de que el hombre disminuye
cuando reconoce una grandeza que lo supera. La verdad
es lo contrario: la capacidad de reconocer la superioridad
de las jerarquías naturales y la capacidad de reconocer a
Alguien absolutamente superior constituye algo así como
el distintivo de la magnanimidad de un ser humano.
4. • Cada día se logra que más y más personas se alejen de
Dios. El ateísmo es una corriente que cada día cobra
más fuerza. El hombre se ha deslumbrado por su propia
inteligencia, se ha vuelto egocéntrico y no recuerda que
esa inteligencia, ese poder que tiene para descubrir
nuevas cosas es solo un pequeño pedazo de la gloria de
Dios. Pero creer en Dios no concuerda con el mundo
materialista y consumista al que esta sometida la
corriente inmanentista.
5. • Tal afirmación parece demasiado contundente ya que el
hombre moderno está lleno de expectativas. Pero no es
lo mismo expectativas que esperanza. Justamente las
expectativas son muchas veces los sucedáneos de la
esperanza. Se tiene expectativas de éxitos terrenos. La
esperanza es de orden sobrenatural.
6. • Este miedo masivo, miedo que los antiguos no conocían,
nació de nuestra vida insaciable vociferante y ajetreada.
El hombre ha perdido el sentido de que es un punto
limitado. El hombre empezó a considerarse el centro de
lo que lo rodeaba y no se adaptó la mundo sino que
adaptó al mundo a él. Y en esas circunstancias pensar
en la muerte se hacía intolerable: es la extinción de todo
el universo en un solo golpe.