La medicina basada en la evidencia utiliza la mejor evidencia científica clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de pacientes individuales. Integra la experiencia clínica con la evidencia derivada de estudios de investigación sistemática. Tiene sus orígenes en los escépticos de París del siglo XIX y busca fundamentar la práctica médica en bases científicas provenientes de estudios de alta calidad.