Mi Testamento Espiritual, Apostol Contigo Mi Cristo Nº 46
1. MI TESTAMENTO ESPIRITUAL Dedicado a todas las hijas e hijos religiosos y laicos que Dios me dió.
2. Amadísimos hijos: Desde que fundé la comunidad de Teresitas Activas en 1929 estoy esperando la hora y el día de empezar a escribirles mis indicacioncitas espirituales, mis enseñanzas, Mi Testamento; pero Jesús, mi bueno y querido Maestro, me mantiene tan ocupado y a mí me encanta tanto el estar en lo que El me pide, que por eso no había cogido la pluma.
3. Que este mi testamento me sirva a mí y sirva a todas mis hijas e hijos y a cuantas almas quiera el que ama mi alma. Y que todo redunde en gloria de Dios.
4. Que cada letra que les dirija, amados hijos, sea un acto de amor purísimo a Jesús, una alabanza a la adorable Trinidad, una satisfacción por mis muchas infidelidades y un cariño a mi Madre Inmaculada, a mi Padre San José y a mi dulce compañera, Santa Teresita del Niño Jesús.
7. cabeza con sus turbantes también blancos, de donde pendían velos vaporosos con que jugaba el viento, Nuestro Señor mostró a los Apóstoles la muchedumbre que llegaba apresuradamente: C omenta deliciosamente un autor aquel pasaje del Evangelio, junto al pozo de Siquem (después de que la Samaritana, ya convertida conmovió a sus conciudadanos y los excitó a ir al pozo a ver al Profeta) diciendo que al acercarse los vecinos de Siquem vestidos con sus largas túnicas blancas y cubierta la
8. “ Levanten los ojos y vean los trigales que ya blanquean para la siega” (Jn. 4,35)
9. Eran las turbas cuyos velos y túnicas blancas ondulaban como trigales maduros agitados por el viento. En realidad Nuestro Señor no mostró trigales verdaderos a sus apóstoles, sino las almas mismas que venía a evangelizar y para cuya conversión los invitaba de manera terminante:
10. “ Levanten los ojos... contemplen las extensas regiones llenas de trigales maduros”. Esa misma invitación les está haciendo el Señor a ustedes también, amados hijos: que sean apóstoles.
11. Dar a Jesús almas: he ahí su vocación. Que tengan compasión de la muchedumbre que se pierde y le ayuden a salvarla; arder en celo como El, sembrar a Jesús en las almas que les confíe y dárselas a Él, es decir, ser apóstoles.
12. Es preciso pues que sean discípulos de Cristo, no para que ustedes solos disfruten de su amor, sino para que hagan partícipes de la dicha de amar a las otras almas.
14. Cuántos millones dispersos en el universo mundo no conocen ni aman a Dios, viven lejos de Dios y se alejan cada día más de El, a medida que va creciendo la corrupción y se multiplican los pecados.
15. Y ustedes no harán nada por ellos? Dirán tal vez como Caín: “soy yo acaso guarda de mi Hermano?” Ah hermanos, les diré que sí son guarda de sus hermanos y que su misión sobre la tierra es ésa: salvar el mundo, salvar las almas.
18. si no tienen fe, si no arde su pecho en el amor de Dios y de las almas, si la llama del celo no se alza inquieta y sonora de su corazón,
19. si no conocen el precio de un alma y el valor de la sangre de Cristo por ella vertida, ya que no se afanan como deben por ellas, esforzándose más y más por su propia santidad.
20. El apóstol no se encierra dentro de sí mismo sino que se agita impulsado por el amor y el celo que es de suyo conquistador, inquieto, valeroso, resuelto y generoso, capaz de todos los sacrificios aun el de la propia vida, con tal de que las almas se salven.
21.
22. Sobre todo después de ver los campos de trigales señalados por el dedo mismo de Jesús, quíen no querrá ir a la vanguardia a recoger la gavillas para los graneros del Padre amado?