El capitalismo y el imperialismo están estrechamente relacionados. El capitalismo requiere de mercados en constante expansión para vender sus productos y obtener ganancias, lo que lleva a las potencias capitalistas a participar en la conquista colonial de nuevos territorios y recursos. Esta búsqueda de nuevos mercados y esferas de influencia condujo al imperialismo y la dominación política y económica de muchas naciones por parte de las potencias capitalistas europeas y Estados Unidos en los siglos XIX y XX.