2.
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida nació el 17 de
febrero de 1836 en Sevilla (España).
Su madre se llamaba Joaquina Bastida Vargas y su
padre era el pintor José Mª Domínguez-Insausti y
Bécquer.
Gustavo tuvo siete hermanos, siendo Valeriano, que
continuaría con la profesión paterna, el más allegado a
su persona.
En 1841 falleció su padre y en 1847 su madre.
3.
Gustavo Adolfo a convivir con su madrina Manuela
Monahay, una mujer amante de la cultura y las letras
con quien Bécquer comenzó a aficionarse a la
literatura.
4.
El escritor sevillano inició estudios en la Escuela de Náutica de San
Telmo, en donde entabló amistad con Narciso Campillo.
En 1849 intentó abrirse camino en el mundo de la pintura, trabajando
como aprendiz de Antonio Cabral y su tío Joaquín.
Un tanto desorientado, Bécquer encontró su definitivo rumbo en
el mundo literario después de trasladarse en 1854 a Madrid, en
donde colaboró en varias revistas y escribió junto a Luis García
Luna la comedia "La novia y el pantalón" bajo el seudónimo
conjunto de Gustavo García.
5.
En 1858 contrajo la tuberculosis, permaneciendo en
reposo durante nueve meses .
Por esa época perdió la cabeza por la joven Julia
Espín, quien desdeñó el amor del escritor.
Con posterioridad mantuvo relaciones con Elisa
Guillén, quien rompió la relación con Bécquer en el año
1860, destrozando el corazón del autor sevillano.
6.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban
Navarro.
Más tarde consiguió trabajo en el Departamento de
Bienes Nacionales, de donde fue despedido por
dedicar más tiempo a escribir versos que a sus
labores profesionales.
7.
Después de abandonar el monasterio Bécquer fue nombrado en
1864 censor de novelas.
Dos años después dejó este empleo voluntariamente para
trabajar como director de "El museo universal".
A la edad de 34 años, el 22 de diciembre de 1870, falleció
Gustavo Adolfo Bécquer. Unos meses después lo hizo su hermano
.
La obra poética de Bécquer, ejemplificada en sus "Rimas", es una
de las cumbres del romanticismo español por su inspirado lirismo,
sencillez en la forma y elevada sensibilidad.
"Leyendas" acentúa su figura romántica con una inclinación
novedosa por el relato histórico y fantástico.
8.
Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.
¿Qué tiempo estuve así? No sé; al dejarme
la embriaguez horrible del dolor,
expiraba la luz y en mis balcones
reía al sol.
Ni sé tampoco en tan horribles horas
en qué pensaba o qué pasó por mí;
sólo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.