se describe de manera técnica como vuelan ciertas aves como los pelicanos, en sus procesos migratorios, manteniendo su formación en V, y como eso puede ser asimilado por el humano como una gran lección de sincronismo y perfecta coordinación de trabajo en equipo.
1. EL VUELO DEL PELICANO. Una extraordinaria lección de trabajo en
equipo.
P. Gioveni @kaiser0860
23 de julio de 2018
Una vez más la naturaleza, en su infinita perfección y equilibrio, nos enseña en una
magistral lección, como las aves, desarrollan un perfecto trabajo en equipo, cuando
vuelan en bandadas, en largos y extenuantes recorridos migratorios.
Los pelicanos al igual que muchas otras aves migratorias vuelan en una configuración
en V, o Delta. La misma resulta una formación óptima, debido a que cada ave, gana
impulso del ave que vuela delante y a un costado de ésta. Manteniendo muy cerca las
puntas de sus alas. En una perfecta sincronía del movimiento de sus alas, y como si
fuera una hermosa sinfonía, el ave que se encuentra justo delante, en su aleteo,
provoca una corriente de aire ascendente, que es aprovechada por el ave que se
encuentra a un costado y ligeramente detrás de ésta. Este proceso en realidad lo que
busca es preservar la energía de cada miembro del grupo, manteniendo baja la
entropía del equipo. Volviendo más eficiente el trabajo de equipo; que no es más que
la mejora de la eficiencia aerodinámica. Incluso, es tal la eficiencia que se logra, que
disminuye el ritmo cardiaco de cada ave, tornando más fácil el vuelo, en una formación
en V, en lugar de volar de manera aislada. En éste caso, resultaría, que el trabajo
mecánico que emplearía un ave, podría representar un 40% mayor.
El aire tiende a migrar o desplazarse hacia arriba, por el extremo del ala en el
movimiento descendente de la misma. Esto es debido a que, durante el vuelo, en la
cara inferior del ala del ave, se genera una distribución de presión positiva, y en la cara
superior, se genera una distribución de presión negativa (principio básico de la
sustentación). Justamente al aletear el ala hacia abajo, el gradiente entre la presión
positiva debajo del ala, y la presión negativa en la parte superior de la misma,
2. aumenta (se tornan más extremas las presiones positivas y negativas), haciendo que el
aire se desplace hacia arriba desde mayor presión hacia la zona de baja presión. Esa
corriente ascendente resultante impacta favorablemente al ala del ave que está justo
continuo y detrás de ésta. Si observan una formación delta, verán, que las aves tienden
a no mover el ala que se encuentra del lado interno de la formación, debido a que no
lo necesitan. Casi en condición de planeo; Solo mueven y de manera ligera el ala que
se encuentra al exterior de la formación. Con éste natural y sencillo principio, el equipo
de ave, aumenta un 70% más su poder de vuelo, en comparación, al caso de un ave
volando sola. Haciendo que la eficiencia aerodinámica se eleve, se ahorre energía,
permitiendo avanzar mayores distancias.
Lo que estas aves son capaces de hacer es asombroso, es una perfecta sincronía
biomecánica, acompasando de manera perfecta el aleteo oportuno de cada ave,
haciéndolo coincidir de manera precisa con el flujo del aire que se genera, que llega
del que vuela delante.
Esta hermosa similitud, que deseo puntualizar con el tema organizacional, en cuanto a
liderazgo y trabajo en equipo, nos trae como corolario, que mas allá de una sombrosa
manifestación natural, sí existe un básico nivel de desarrollo del neocòrtex, que le
permite tener conciencia, y desarrollar capacidades cognitivas básicas, en un
impresionante sistema Neuro encefálico de estas aves ( y de muchas otras), que le da
la capacidad casi consciente de trabajar en equipo y no de manera aislada, con el fin de
crear una sinergia colaborativa grupal, para alcanzar con menos fatiga mayores
distancias. De hecho el cerebro de estas aves, muestra una mayor concentración de
neuronas, que el cerebro de un primate, por unidad de volumen. No es por ende, un
fenómeno caprichoso de la naturaleza, producto de un comportamiento totalmente
instintivo-reptiliano solamente; viene acompañado de un cierto nivel de cerebro
límbico-emocional que le da además, capacidad de empatía, hacia sus semejantes.
Esto nos demuestra a los humanos que con una buena actitud positiva de grupo, una
fuerte motivación y liderazgo, pueden activarse un excelente espíritu de pertenencia
de grupo, motivación al logro, con sorprendentes resultados, minimizando los
conflictos, obstáculos y permitir mayor fluidez en los procesos. Alcanzar niveles de
Entropía organizacional bajos, muy bajos, tendiendo a cero.
Otro aspecto a resaltar, de esta extraordinaria metáfora, es que la estructura
organizacional en la medida que sea más horizontal, es más eficiente. Los pelicanos en
su formación en V, muestran liderazgo, que lo van cediendo a otro miembro. Pero su
estructura es horizontal totalmente. Todos los individuos de la formación Delta, en
algún momento pasan a liderar la formación. Esa posición, es la que exige más
esfuerzo y gasto de energía. Es esta posición en la que el ave aletea más. Luego de un
momento el líder de la formación pasa en la segunda posición; y el puesto de líder es
ocupado por uno de los dos últimos que están en la formación. Que es quien recibe el
mayor beneficio de las corrientes ascendentes de las aves que van delante de éste.
Poco a poco todos, van desplazándose un puesto hacia atrás, ocupando posiciones
más relajadas.
Es indudable que este proceso tenga que ser gobernado por un nivel básico de corteza
cerebral, donde se genera las estructuras de pensamiento y la inteligencia.
3. Los humanos lograríamos mejores resultados en nuestras organizaciones y en nuestra
sociedad, si basáramos nuestras acciones de equipo, emulando esta cohesión que
logran las aves. Además despojándonos de todo egoísmo, prejuicios, privilegiando las
agendas y objetivos de grupo por encima de los personales.