El documento contiene una serie de frases que instan a dejar que los ancianos hagan cosas como hablar, visitar, contar historias y rezar. Argumenta que se debe permitir que los ancianos hagan estas actividades porque les brinda felicidad, les permite revivir recuerdos y sentirse seguros, y porque tienen derecho a la comprensión como los niños. El documento promueve tratar a los ancianos con amor, paciencia y respeto para permitirles envejecer en paz y dignidad.