El documento compara el proceso de aprendizaje en un curso con el ciclo de vida del trigo, señalando que al igual que la semilla de trigo requiere ser sembrada, crecer y madurar con trabajo constante para dar buenos resultados, los estudiantes necesitan esforzarse y perseverar para lograr sus mejores frutos al final del curso.

1. ¡Buenos días a todos!

2. Parece mentira pero ya
estamos en junio.
Nuestro paso por este curso
se parece a la vida del trigo

3. Todos empezamos con buenos
propósitos, mirando con ilusión y
esperanza lo que vamos a sembrar.

4. La semilla, si cae en una tierra bien
trabajada y regada con la constancia y el
buen hacer, empieza a dar su fruto.

5. Pero el trigo verde no sirve de nada:
tiene que crecer y madurar soportando
duras horas al sol.

6. Sólo entonces estará listo para ser
recogido, para ser utilizado, para dar
sentido a por qué se sembró.

7. Como el trigo, nos podemos sentir
quemados, tostados al sol de las horas
de estudio, triturados.

8. Pero el buen trigo dará la mejor harina
con la que elaborar buenos productos.

9. No se recoge un buen trigo por casualidad.
No se hace un buen pan de cualquier
harina.

10. Los buenos resultados no son fruto
simplemente de la casualidad ni de la
suerte: trabajo, trabajo y trabajo.

11. ¡Ánimo para lo que queda!
Vamos a dar el cien por cien, sin excusas.

12. A nuestra madre le pedimos que nos
dé fuerzas para afrontar estos
últimos días de curso y para dar lo
mejor de cada uno de nosotros.
Dios te salve, María…