Primerahora.com revive el suplemento dedicado al salsero que creó La Selecta en
1971 desafiando lospatrones rítmicos de las orquestas salseras para incorporar el
sonido de nuestra música típica.
1. Creó La Selecta en
1971 desafiando los
patrones rítmicos de
las orquestas salseras
para incorporar el
sonido de nuestra
música típica
RRaapphhyy
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miércoles 1 de octubre de 2003
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2. – DIRECTOR GENERAL: Jorge Cabezas Villalobos – EDITOR: Hiram Guadalupe Pérez – SUPERVISOR GRÁFICO: Diego Méndez Hernández – ILUSTRADOR: Gary Javier – ARTISTA GRÁFICO: Omar A. Cadena Negrón – BÚSCALO EN www.primerahora.com
2 / miércoles 1 de octubre de 2003 HISTORIA DE LA
Luchador incansable
A LOS tres años de edad, Raphy Leavitt perdió a
su madre y cuando era apenas un adolescente su
padre murió, por lo que se crió con sus tías Jessie y
Roselín Leavitt.
Estudió gerencia y contabilidad en la Universidad
de Puerto Rico en Río Piedras y llegó a desem-
peñarse como maestro de nivel secundario en el
colegio San Agustín de Puerta de Tierra, donde
estudió de niño.
Antes de crear La Selecta, el músico no había gra-
bado ni compuesto tema alguno.
En el arte de la composición ha logrado un catálo-
go de sobre 120 temas, de los que cerca de 90 han
sido grabados.
Joe Quijano, Daniel Santos, Gilberto Santa Rosa y
Marc Anthony han sido algunos de los artistas que
han interpretado los temas “Jíbaro soy” y “Payaso”.
El director de La Selecta no vacila en criticar el
“sonido genérico” de las nuevas orquestas de salsa
“que no hace que los nuevos intérpretes se identifi-
quen”.
Asegura que su orquesta es una de las pocas insti-
tuciones salseras del país que se ha curtido con un
estilo y sonido único, brindándole al público alterna-
tivas diferentes dentro de un mismo género, sin
saturarlo.
Fue la primera orquesta que introdujo a la salsa el
sonido de la música típica.
En 1971 Raphy Leavitt visitó todas las casas dis-
cográficas puertorriqueñas ofreciéndoles su orques-
ta para grabar un disco y nadie le dio la mano por-
que “decían que no se iban a arriesgar con una
banda de jóvenes”. Sólo el sello Discos Borinquen,
del cubano Darío González, le dio la oportunidad.
“Oye mi bongó”
LAS ÚLTIMAS grabaciones de
Luisito Maisonet están contenidas
en el disco “Jíbaro soy”, en el que
se destaca su interpretación de la
trompeta en el bolero
“Consentida”.
La única composición de Sammy
Marrero, “Sólo fuiste una más”, fue
incluida en la producción “Diez
años sembrando semillas en el
alma del pueblo” (1982).
El cantante Tony Vega debutó
con La Selecta con el éxito
“Cosquillita”, en 1978.
La Selecta fue pionera en los
temas religiosos en la salsa al gra-
bar “El buen Pastor”, en la produc-
ción “De frente a la vida” (1976).
El bolero “Y vuelvo a fallar” fue
grabado como salsa en 1993, en
un homenaje a Raphy Leavitt, por
la orquesta La Mulenze, en su
álbum “De regreso”.
Los temas “Payaso” y “La cuna
blanca” le valieron el premio
“Busto de Oro Rafael Hernández”,
otorgado por la viuda del afamado
compositor puertorriqueño, María
Pérez, en una ceremonia efectuada
en San Juan, en 1973.
Los temas “Amor y paz” y
“Destino humano”, ambas del
disco “Mi barrio” (1972), fueron el
hit parade simultáneamente.
En menos de dos años, La
Selecta se colocó como una de las
agrupaciones más impactantes del
patio musical, logrando un éxito
arrollador que los llevó a visitar
Centro y Sudamérica, Europa,
Asia, África y las principales ciuda-
des de Estados Unidos.
Los temas “Lamento jíbaro”,
“Parranda selecta”, “Fiestas de
Navidad” y “Somos el son” interca-
lan un seis mapeyé dentro del
cuerpo de la canción.
Por 23 años, Carlitos Ramírez fue
el segundo vocalista de La Selecta,
y es recordado por sus éxitos “La
cuica” y “La guiñaíta”.
El tema “Dueño y señora”, inter-
pretado por Feliz “Dino” Guy
Casiano, se convirtió en un éxito
en Haití y la República
Dominicana.
Otros cantantes que pertenecie-
ron a La Selecta fueron Alex
D’Castro, Eddie Santiago, Rafy
Miranda y Roberto Ortiz. Sólo los
dos últimos grabaron con la
orquesta, en 1980.
En la actualidad, Sammy Marrero
comparte la responsabilidad vocal
de la agrupación con Samuel
Antonio (“Tony”) Rivas.
La orquesta durante una
presentación en el canal
47 de Nueva York.
Recibieron el premio
“Busto de Oro Rafael
Hernández”, en 1973, por
sus éxitos “Payaso” y “La
cuna blanca”. Entrega el
premio María Pérez vda.
Hernández.
La Selecta se colocó como una de las agrupaciones más
impactantes del país en los años 70 y 80.
Momentos en que Raphy Leavitt y Sammy Marrero reciben el
Disco de Oro por la producción “Jíbaro soy”.
Recibió el premio “Tu Música”, en
reconocimiento a su trayectoria.
Colección/RaphyLeavitt
Colección / Raphy Leavitt
Archivo/PRIMERAHORA
3. Discografía selecta
1971
1975
1979
1983 1986 1988 1990 1992
1994 1994 2001 2001 2003
1981 1982 1983
1976 1977 1978
1972 1973 1974 1975
El estilo único de La
Selecta despertó la
memoria de las
grandes aportaciones
de nuestro cancionero
autóctono en sus
musicalizaciones,
además de armar un
repertorio con
canciones con
contenido social
HISTORIA DE LA miércoles 1 de octubre de 2003 / 3
Salsa3.qxd 10/1/03 5:38 PM Page 1
4. EN 1971, el joven pianis-
ta Rafael Leavitt Rey
decidió organizar una
orquesta de salsa desa-
fiando los moldes rít-
micos de las bandas que, hasta enton-
ces, dominaban el mercado musical.
Su propuesta, que contrastaba el tra-
bajo que realizaban las agrupaciones
que operaban bajo la égida del sello
Fania, consistió en trastocar las sono-
ridades afrocaribeñas dominantes en
la rítmica salsera de Nueva York para
incorporar al repertorio del género la
herencia de nuestra música campesi-
na, despertando la memoria de las
grandes aportaciones de nuestro can-
cionero autóctono, con énfasis en la
décima y el seis chorreao.
Esta acción, además de sellar el dis-
tintivo de identidad de la naciente
orquesta, imprimió a la salsa un estilo
único que enriqueció el género.
Así surgió La Selecta, una agrupa-
ción que en términos líricos se enfocó
en interpretar canciones para “desper-
tar la conciencia de un pueblo en su
lucha por la justicia social”.
“En una etapa de mi carrera vi que
era el momento preciso para incluir lo
nuestro y no dejarlo rezagado, porque
nuestra música típica es tan sabrosa
como otra y no hay por qué centrarse
solamente en los ritmos afroantilla-
nos”, sostiene el veterano músico,
conocido en la grey salsera como
Raphy Leavitt.
Su audacia
armónica se hizo
perceptible en los
mambos y moñas
que acompañan sus
repertorios, en el
sonido de los trom-
bones, en los pique-
tes y fraseos de las
trompetas, en el con-
tenido de sus letras,
en la ejecución de los
músicos y la inter-
pretación de sus can-
tantes.
La Selecta se erigió
como una entidad
musical diferente, con
olor a pueblo. Una
banda que enriquecía la música popu-
lar puertorriqueña con una sonoridad
exclusiva que aportó al género un
nuevo estilo.
4 / miércoles 1 de octubre de 2003 HISTORIA DE LA
El baluarte de su distintivo radicó, al
final, en la combinación
selecta de intercalar en
el sonido salsero los
acordes de bomba,
plena y seis chorreao
en sus interludios,
haciendo de ésta una
expresión de “salsa
jíbara”.
Punto final en la
cohesión de la pro-
puesta de Raphy
Laevitt, quien nació
el 17 de septiembre
de 1948, fue la incor-
poración del talento
vocal de Sammy
Marrero, quien no
dudó en aceptar el
reto de esa experimenta-
ción e innovación rítmica.
En su primera etapa, La Selecta cul-
tivó grandes éxitos que se recogen en
sus primeras producciones: “Payaso”
(1971), “Mi barrio” (1972), “Jíbaro soy”
(1973) y “Herido” (1974) y q
ran entre las favoritas del p
La consolidación de este
logró con “Jíbaro soy”, un
do en décimas y que fue re
mantener la vigencia de la
cuando ésta permaneció in
consecuencia de la hospita
Raphy Leavitt, luego de su
dente de tránsito en la ciud
York, y que también provo
miento de su mano derech
tista Luisito Maysonet Ram
EEll nniiññoo ddeell ppiiaannoo aaccoorrddeeóó
La fascinación musical d
Leavitt surgió en su hogar,
casa de madera con balcón
ubicaba en el número 52 de
Juan Bautista, en el barrio
de Puerta de Tierra. Allí, s
Leavitt Sánchez, tocaba el
tías Jessie y Roselín interp
piano.
También le provocaba un
Raphy
Leavitt
Salsa con
olor a patria
El cantante
Tony Vega,
al frente a
la derecha,
debutó con
La Selecta
en 1978.
Momentos en la historia de La Selecta.
El pianista Raphy Leavitt innovó la salsa con cancio
despertaran la conciencia del pueblo.
que aún figu-
público.
proyecto se
tema trabaja-
esponsable de
a orquesta aun
nactiva como
alización de
ufrir un acci-
dad de Nueva
có el falleci-
ha, el trompe-
mos.
óónn
de Raphy
, una diminuta
n grande que
e la calle San
o sanjuanero
su padre, José
violín y sus
pretaban el
n gran atracti-
vo apreciar el desfile de talentos que se
presentaba en el programa de televisión
que conducía Rafael
Quiñones Vidal, cre-
ador de la “pesetita
voladora”, en el que,
narra, fue seducido
por el sonido del
piano acordeón.
“Yo veía, aquel
señor, en ese pro-
grama que tocaba
el piano acordeón
y yo le decía a papi
que ése era el ins-
trumento que
quería tocar. Yo
tenía cuatro o
cinco años y él
me apuntó en la
academia de
Goerge Kudirka,
que era famoso
porque tocaba en el Suite Chalette, en la
parada 22 de Santurce y ése fue el instru-
mento que estudié. Más tarde pertenecí
a su orquesta, compuesta por estudian-
tes”, afirma.
Corría el año 1966 y, siendo apenas un
joven de 18 años de
edad, Raphy Leavitt
acarició su primera
experiencia profesio-
nal en la música en
una agrupación fami-
liar, El Combo los Rey,
que unió a seis primos
hermanos: Ramón Rey
(timbal), Francisco
“Paquitín” Rey (bajo),
Guillermo Marín Rey
(voz y congas), Rafael
Santiago Rey (voz y
güiro), Eloy Santiago
Rey (bongó) y Rafael
Leavitt Rey (piano acor-
deón).
La banda se caracte-
rizó por la interpreta-
ción de la música popu-
lar tradicional, con énfasis en el paso-
doble, el bolero, el merengue y la gua-
racha, música bailable.
Esta experiencia duró dos años y, en
1968, tras la salida de los hermanos
Ramón y Francisco Rey para formar
parte del acompañamiento de Los
Alegres Tres –con Damirón,
Chapuseaux y Sylvia de Grasse–, Raphy
Leavitt decidió crear su propia agrupa-
ción, que nombró Los Señoriales y que
mantuvo el mismo patrón rítmico de
música tradicional.
“Yo ejecutaba todas las líneas melódi-
cas y el piano acordeón. Tocamos en el
Sandy Hills de Luquillo y pegamos”, ase-
gura, al tiempo que confiesa que tempra-
no en la trayectoria de su banda se per-
cató de que el nombre “era muy fino
para la música popular y rápido le cam-
bié el nombre a La Banda Latina”.
MMeellooddiiaass ccoonn ccoonncciieenncciiaa nnaacciioonnaall
Cercano al 1970 las inquietudes artís-
ticas y sociales del joven músico supe-
raban el alcance que le otorgaba el pro-
yecto que ejecutaba con La Banda
Latina. Sus intenciones retaban las crí-
ticas que “gente clasista” vertían con-
tra la música popular, en especial la
salsa, por lo que decidió explorar nue-
vos rumbos.
“Hubo muchos que entendían que la
música popular era chabacana y una
‘latería’, y eso me lleva a abandonar mi
historia de El Combo los Rey, Los
Señoriales y La Banda Latina, enten-
diendo que la salsa se podía enriquecer
con canciones que llevaran mensajes
profundos. De ahí viene el reto, crear
un nuevo estilo con canciones diferen-
tes a los temas jocosos y rítmicos de la
época, que carecían de contenido y
mensaje”, relata.
Su viaje musical lo condujo a la expe-
rimentación de una nueva fórmula que
conjugara su ideario social con sus
patrones armónicos y que uniera su
visión de mundo con la musicalidad
salsera. Se aproximaban nuevos retos
para Raphy Leavitt, un desafío que
sólo podía enlazarse en un proyecto
distinto, atípico y selecto.
ones que
La orquesta original, en 1971.
Antes de La Selecta, el músico no había
grabado, ni compuesto tema alguno. La Selecta goza de tener un estilo único.
Su primer instrumento fue el piano
acordeón. En la foto en su primer
grupo El Combo los Rey, con Ramón
Rey (timbal), Francisco Rey (bajo),
Guillermo Marín Rey (voz y congas),
Rafael Santiago Rey (voz y güiro),
Eloy Santiago Rey (bongó) y Rafael
Leavitt Rey (piano acordeón).
ttivaeLyhpaR/nóicceloC
ttivaeLyhpaR/nóicceloC
5. 6 / miércoles 1 de octubre de 2003 HISTORIA DE LA
EL ENUNCIADO que condujo a la
creación de la orquesta La Selecta, en
1971, estuvo matizado por el reto de
probar que la música arraigada al
sentimiento popular merecía ser enri-
quecida con mensajes de conciencia
social que abordaran las
aspiraciones y anhelos
de los sectores margina-
dos del país, despertan-
do su juicio y su cordu-
ra para que lucharan
por un mejor país.
“Era necesario que
lleváramos en nuestra
música alivio, un men-
saje de paz y compren-
sión que le dijera a la
gente vamos a luchar,
vamos a marchar jun-
tos para subir poco a
poco. Dije que esta
orquesta iba a ser
diferente a las demás
porque iba a un mensaje a la humani-
dad, como dijimos en el tema ‘Destino
humano’, que escribió el bongocero
de la orquesta, Felipe Román”, afirma
un inquebrantable Raphy Leavitt.
Crear algo diferente, “selecto en el
contenido de sus canciones pero con
un sonido sabroso para gustar a los
bailadores” llevó al entusiasta músico
a una nueva exploración artística: la
composición.
“Ahora tenía que empezar a compo-
ner esas canciones y como iba a ser
un estilo único y diferente tuve que
crear las letras y sus arreglos musica-
les. Todo esto por la presión que veía
y notaba que caía sobre el género, que
era criticado por no tener valor”,
dice, al tiempo que recuerda sus pri-
meras composiciones: “Óigame,
señor”, “Lamento rumbero”, “Payaso”,
“Te equivocaste” y “Vive tu vida”.
Las primeras letras creadas por el
músico, puestas sobre un pentagra-
ma, hilvanaban sus líneas poéticas en
textos que le hablaban a la gente de su
barrio “que eran pisoteados por
otros”, más poderosos.
SSaammmmyy MMaarrrreerroo::
LLaa vvoozz ddee llaa ddiiffeerreenncciiaa
La faena de armar una nueva agru-
pación le tomó semanas y una vez
logrado su objetivo, Raphy Leavitt
tuvo que aguardar siete meses antes
de hallar el intérprete que capturara
en su voz la esencia del sentimiento
que quería transmitir.
“Ensayábamos todos los días en mi
casa de Puerta de Tierra y tu veías la
gente del barrio ‘empaquetao’, oyen-
do, pero no habían coros ni cantantes.
Hasta que una noche Richard López,
mi trombonista, me dice que conocía
a un flaco en el kilometro ocho de
Bayamón que se llamaba Sammy
(Marrero). Ya había probado otros
cantantes, pero sin lograr la compene-
tración de autor y cantante, que era el
triunfo de poder llevar un mensaje
contundente. Entonces fuimos a ver a
ese flaco, en el caserío Falín Torrech
(de Bayamón)”, narra.
El primer encuentro del músico
con el cantante fue malogrado.
Sammy Marrero estaba enfermo de
pulmonía y no pudo ponerse en pie
para recibir a sus inesperados visi-
tantes. Se hablaron a la distancia y
sólo alcanzaron a intercambiar una
grabación con los temas que había
repasado la orquesta.
“Hoy no puedo conocerte pero escú-
chalas (las canciones) y cuando te
sientas bien me llamas y hablamos”,
relata Raphy Leavitt, en la rememora-
ción de su primera vista al vocalista.
Cinco meses más tarde se produjo la
llamada pactada, y el ensayo.
“Cuando Sammy abrió la boca
aquel barrio explotó, las barras se
vaciaron… tú sabes cuando la música
llega y yo le dije has pasado la prueba
con el pueblo y él me dijo: ‘Llevo 16
años cantando, me ha llegado mi
oportunidad y no la voy a desperdi-
ciar”, detalla Raphy Leavitt.
Antes de unirse al joven pianista,
Sammy Marrero, quien nació en
Coamo el 16 de febrero de 1942, había
participado en las orquestas de
Osvaldo Valentín, La Masacre, Los
Muchachos de don Jesús y el trío Los
Tempest.
Audaz en el arte de la versación
campesina, la fuerza interpretativa de
su voz fue determinante para el éxito
que alcanzó La Selecta a su arribo al
mercado musical, en particular por
su vocalización de “Payaso”, un tema
cuyo mensaje abraza la experiencia
del desgarre amoroso para tratar las
contradicciones sociales que emanan
de la lucha de clases.
“Quería presentar en una canción
de amor el daño que se le quería
hacer a la clase (social) de abajo.
Hubo ciertos sectores que querían
marginarnos y nos clasificaban como
despreciables y como si no aportára-
mos nada a la cultura del país”, decla-
ra Raphy Leavitt.
“Payaso”, que permaneció tres
meses como la canción favorita de la
radioaudiencia nacional, se destacó,
además, porque a media melodía se
convertía en un montuno y sus
improvisaciones se transformaban en
un largo monólogo.
LA NOCHE del 28 de octubre de
1972, mientras cinco integrantes de
La Selecta se transportaban de
Nueva York hacia Connecticut para
cumplir con sus compromisos profe-
sionales, el vehículo en el que viaja-
ban impactó contra una valla en la
carretera dejando un saldo de dos
muertos: Jesús Ruiz, el chofer, y
Luisito Maisonet, trompetista y fiel
colaborador de Raphy Leavitt.
Como consecuencia del fatídico acci-
dente, el líder de la agrupación sufrió
una contusión cerebral que lo mantuvo
inconsciente por cuatro meses.
También sufrió fractura masiva en su
cadera –que se rompió en 114 peda-
zos de huesos y tuvo que ser remen-
dada con tornillos y clavos– y lesiones
en el nervio ciático. Otro de los músi-
cos, Richard López, el trombonista,
tuvo fracturas en el fémur izquierdo.
Postrado en una cama, sedado y
en desconocimiento de los detalles
del nefasto accidente, Raphy Leavitt
vio en sus sueños las imágenes que
iban dándole forma a las incidencias
de aquella noche. Tuvo la visión de
una cuna blanca y de la imagen de
su eterno amigo, Luisito Maisonet,
vestido de negro.
“Una mañana escuché su trompeta y
cuando abrí los ojos lo vi, y él me dijo:
‘Ahora sí te voy a ayudar’”, narra con
pesar el veterano músico.
De esa experiencia brotaron las
letras de “La cuna blanca” , tema
que se incluyó en el disco “Jíbaro
soy” y que fue galardonado con un
“Disco de Oro”.
Sin embargo, cuenta Raphy Leavitt,
que mientras estuvo hospitalizado
hubo músicos que en su afán trata-
ron de copiar su propuesta musical y
el estilo original de La Selecta, aun-
que sin éxito. El desencanto que le
derivó “la mala fe” de sus colegas lo
llevó a darle tema a su cuarta pro-
ducción discográfica “Herido” (1974),
que incluyó “Lamento jíbaro”, “Dueña
y señora” y “Mentira”, entre otros.
Luego de ese álbum llegó “A
Record Inferno” (1975), seguido por
“De frente a la vida” (1976), este últi-
mo con los éxitos “El buen Pastor”,
“Viento” y “Te arrepentirás”.
A finales de la década llegó el disco
“Cosquillita” (1978) –que dio a cono-
Defensor de
la salsa con
conciencia
cer al joven vocalista Tony Vega– y
“Soledad”, la última producción realiza-
da para el Sello Borinquen.
La Selecta ha ganado tres “Discos de
Oro” y ha sido proclamada en Panamá
como “Grupo Orquestal más Popular”
(1972) y “Orquesta Internacional más
Popular” (1973), además de ganar el
“Búho de Oro” (1974). Este año obtu-
vo en Puerto Rico el premio “Tú
Música”, en la categoría de “Mejor
Grabación Salsa” por su álbum “Raphy
Leavitt y La Selecta: 30 años de histo-
ria musical”.
Fatídico accidente marca
la historia de la orquesta
Un accidente
automovilístico
postró en una
cama al líder de
La Selecta y
provocó la
muerte del
trompetista
Luisito
Maisonet, abajo
en la foto.
Raphy Leavitt a su
regreso a la Isla,
luego de seis meses
de hospitalización.
Los intergantes
de la orquesta
despidieron a su
compañero con una
emotiva ceremonia.
La Selecta intercala el ritmo salsero con
acordes de bomba, plena y seis chorreao.
La presencia de Sammy
Marrero fue importante
para cohesionar la
propuesta de “salsa jíbara”
que impulsaba la banda.
Colección/RaphyLeavitt
Colección/RaphyLeavitt
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6. HISTORIA DE LA SALSA miércoles 1 de octubre de 2003 / 7
EN LA memoria de
Raphy Leavitt aún persis-
te el retrato de la gente de
su barrio pobre de Puerta
de Tierra, junto a la que
conoció la pobreza, la
marginación social y el
fango.
Poco a poco esas
estampas
se fueron
fijando
en su
recuerdo,
volcándo-
se más
tarde en
melodías
con textos
sociales
que se ocu-
paron de
narrar las
experien-
cias de vida
de aquellos
parroquia-
nos, como se
aprecia en la
canción “Mi barrio” y
“Corazón de niño”.
Sus canciones también
se ocuparon de presentar
el sentimiento religioso
que clama por la perseve-
rancia y la lucha, como
dice “El buen Pastor”, uno
de los primeros temas reli-
giosos que se graban en
ritmo salsero.
““SSoommooss uunnaa ffaammiilliiaa””
Más que una agrupación
musical, Raphy Leavitt ha
procurado hacer de su tra-
bajo artístico la extensión
de su familia, tratando a
sus músicos como parien-
tes y sosteniendo con ellos
una estrecha relación
afectiva.
“Somos una familia y si
echamos pa’ lante, echa-
mos juntos”, sostiene el
pianista.
Dice, además, que su pro-
puesta
siempre ha
buscado
alejarse
del concep-
to musical
de la
Fania,
procuran-
do ser
más
selectos
en la
compila-
ción de
su
reperto-
rio, en
la musi-
calización de los
temas –distanciándose de
los patrones afrocaribeños–
y presentando un compor-
tamiento colectivo a tono
con sus reflexiones socia-
les.
“Siempre le he dicho a los
muchachos, desde el pri-
mer día, que si estamos
predicando una visión de
mundo diferente, una
forma de ser, no podemos
permitir abusos con el pue-
blo, ni con mujeres, nada
de perdición, ni uso de dro-
gas, ni abuso de alcohol”,
confiesa.
La Selecta se alza como
una de las agrupaciones
más portentosas del país
justo en los años en que el
imperio de Jerry Masucci y
Johnny Pacheco, regentes
de la Fania, dominaba el
mercado de la música cari-
beña.
En cambio, Raphy Leavitt
nunca aceptó formar parte
del equipo de bandas que
agrupaba Fania, optando
por la fidelidad que le guar-
daba a su sello disquero,
Discos Borinquen, no
empece a los acercamien-
tos que recibió del propio
Masucci.
Y es que La Selecta se
midió mano a mano con las
grandes y afamadas
orquestas de la época, y sin
contar con los recursos pro-
mocionales que disponía
Fania para mercadear sus
productos se convirtió en
una de las más importantes
bandas salseras de Puerto
Rico, calando con fuerza en
el mercado latino de
Estados Unidos, Europa y
Asia.
Su secreto, sostiene
Raphy Leavitt, fue estable-
cer el principio de transfor-
mar la lírica salsera con
mensajes sociales, sin dejar
de ser bailable y sabrosa
pero “sin entrar en la cha-
bacanería de sábanas moja-
das, ni en la vulgaridad”.
De esa manera, cuando
los temas sensuales y eróti-
cos comenzaron a dominar
el escenario salsero, La
Selecta produjo el álbum
“Provócame” (1990), una
muestra más de las posibi-
lidades melódicas y líricas
que tiene el trato del tema
amoroso lejos de lo ordina-
rio y lo impúdico.
Selecta expresión del
sentimiento popular
BBuussqquuee eessttee ssÁÁbbaaddoo eell ÁÁllbbuumm ddeell rreeccuueerrddoo
HHééccttoorr LLaavvooee
yy eell mmiiéérrccoolleess GGiillbbeerrttoo SSaannttaa RRoossaa::
EEll rroommáánnttiiccoo ddee llaa ssaallssaa
La orquesta procura ser selecta en la
compilación de su repertorio y en la
musicalización de los temas.
Raphy Leavitt vive
orgulloso de sus raíces.
Colección/RaphyLeavitt
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