1. Dicen que en aquella época en la Iglesia
había mucho que mejorar y convertir, pero
lo que más preocupaba por aquel entonces
a sus gentes, eran unas enormes plagas
de langostas y otros animales dañinos que
asolaban los campos de España, así mismo
los de Navarra.
Nuestros antepasados, preocupados por
los destrozos y desastres de sus cosechas,
trataron de poner remedio de la forma
que fuese. Un consejo se reunió con los
obispos de Pamplona y de Nájera y
decidieron desplazar una comisión hasta
Roma para pedir oraciones a fin de que
cesasen las plagas
El Papa escuchó atentamente a los
representantes navarros. Admiró se fe
y mandó que en todas las iglesias de
roma se hiciesen unas oraciones
pidiendo a Dios que cesasen las plagas.
Y… al final , el Papa dispuso que
Gregorio viviese hasta Navarra para
cuidar de nuestros campos.
Gregorio no se hizo rogar, montó en
una mula, atravesó los Pirineos y se
presentó ante el obispo de Pamplona
para informarle de su misión.
Pronto se pudo ver la labor de Gregorio
predicando la oración, la penitencia, el
ayuno y la reforma de las costumbres.
Muchas personas se convierten y los
pueblos se libran de los insectos.
Nuestros antepasados, preocupados por
los destrozos y desastres de sus cosechas,
trataron de poner remedio de la forma
que fuese. Un consejo se reunió con los
obispos de Pamplona y de Nájera y
decidieron desplazar una comisión hasta
Roma para pedir oraciones a fin de que
cesasen las plagas.
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2. La noticia vuela más que corre. Los de
Logroño le piden también que vaya a
visitarles y rogar por ellos. Y el milagro
se repite. Gregorio empieza a tener fama
de santo. Algunos quieren imitarle, y..
alguno lo logra, como Santo Domingo de
la Calzada.
Pero para Gregorio, como a todos, le
llega la hora de su muerte, y..dispone
que lo entierren allí donde la mula que
traslade sus huesos caiga por tercera
vez.
Y ahí permanecieron sus restos
olvidados de las gentes durante dos
siglos, hasta que unos peregrinos que
regresaban de Santiago, observaron
unas luces que les permitieron
descubrir el lugar donde reposaban los
restos de Gregorio.
Hoy algunos pueblos cercanos celebran
sus romerías hacia el 9 de Mayo,
acercándose a sus ermitas y
recordando la figura de San Gregorio.
Del mismo modo es tradición bendecir
los campos y regarlos con el agua que
sale de la cabeza de la reliquia del
santo.
Así se hace. El animal condujo su
cuerpo hasta un montículo cerca de
Sorlada, un pueblecito no muy lejos de
aquí. Y es aquí donde entierran a
Gregorio.