1. INTRODUCCIÓN A LAS TIC Curso 2007-08.
FICHA V
CARLOTA LA MARIPOSA
Carlota era una mariposa que no paraba un momento.
Siempre volaba de flor en flor y sus alas nunca
descansaban.
Carlota estaba muy orgullosa de sus colores.
Mientras paseaba mostrando a todos sus alas, vio al sapo
Tragón que pasaba el tiempo cazando moscas.
¡ Huy, qué feo eres! dijo Carlota , casi me das miedo.
Carlota se alejó dejando muy triste al sapo Tragón.
2. EL CASTILLO DE MARFIL
Las dos hermanitas caminaron durante mucho tiempo y al
llegar la noche, se encontraron en un bosque muy frondoso.
La oscuridad les asustó mucho, pero como tenían mucha
hambre y estaban muy cansadas, se fueron quedando
dormidas junto al tronco de un árbol.
Cuando estaban profundamente dormidas, un hada buena
les llevó a su palacio de marfil.
3. LA AVENTURA DE LOS MONTAÑEROS
En una mañana de primavera, un grupo de amigos decide subir a una gran
montaña, cercana a su ciudad. Con sus mochilas al hombro y cantando caminan
ilusionados hacia el lugar.
Comienza la escalada. La roca está llena de peligros, pero los montañeros posan
sus pies en los huecos de la roca y van perforando la piedra con sus poderosos
clavos.
Poco a poco, sus cuerpos bien atados por las cuerdas suben por la pared de la
montaña. Su aventura es difícil, sus manos sudan, sus fuerzas flaquean. Pero
cada vez está más cerca la cumbre.
¡ Es el último esfuerzo! Han llegado por fin. Han cumplido su sueño. Todos sus
amigos y vecinos les aplauden y admiran.
JOAQUINA Y LOS DUENDES
En el bosque de los duendes vivía Joaquina, una lagartija chiquitina y muy mona,
que se pasaba el día tomando el sol encima de una roca.
4. Un día unos niños muy traviesos quisieron matarla con un tirachinas.
Joaquina se escondió en la grieta que le servía de casa, y pensó:
-Si fuera un lagarto enorme no se meterían conmigo.
Y aquella misma noche acudió a la cueva del hada buena del bosque, que
protegía a todos sus habitantes.
- ¿Qué quieres, Joaquina? – le preguntó el hada.
-Quiero ser muy grande, crecer muy rápido.
El hada mezcló unos potingues, hizo con ellos una pasta y, frotándola entre las
palmas de las manos, fabricó tres pastillitas, que le dio a su amiga Joaquina.
-Cada vez que quieras crecer –le explicó- tómate una. Pero conste que no te lo
recomiendo. Somos como somos, y así debemos ser.