1. SIN ESTADO TEOLÓGICO NO ES LÍCITO COBRAR DIEZMOS
La idea de Estado Teológico surge con Abraham, Patriarca dentro del judaísmo y
precursor de las más importantes religiones monoteístas del mundo; no obstante, desde ese
momento es solamente una idea, sin mayores fundamentos doctrinarios, normativos o
conceptuales, sino que se transmite entre generaciones de forma verbal, con la idea básica
que todos los descendientes de aquél primer judío, eran el pueblo escogido.
Sin ánimo de relatar toda la historia de Abraham, Isaac, Jacob y las llamadas doce
tribus, pasando por Moisés y el éxodo de Egipto, pues ya hay suficiente literatura al respecto,
llegamos al punto medular de la historia judía, es decir, cuando todo el bagaje cultural
arrastrado únicamente por transmisión verbal, desde tiempos de Abraham, se plasma en
papel, con el llamado pentateuco: Génesis, Éxodo, Levíticos, Números y Deuteronomio.
En esos primeros textos, el autor, engloba toda la tradición cultural y teológica que
implicaba:
1º Un dios único;
2º Un pueblo escogido; y
3º Una ley proveniente de lo alto.
Dentro de los textos, destaca la llamada Ley Mosaica, contenida en “mandamientos”
específicos, los cuales se basaron en el concepto que hasta ese momento, se había
desarrollado sobre moralidad y ética.
Es decir, el fundamento primordial era, que un pueblo, sobre todo, regido por un
Estado teológico, debía tener parámetros morales y éticos, respecto al patrimonio, la libertad,
especialmente de culto, la igualdad, la fraternidad entre “consanguíneos” (Del mismo linaje
escogido)
EL DIEZMO
Como todo Estado, tenía que enfrentar problemas sociales:
1- Conflictos entre particulares;
2- Necesidades humanas, como acceso a un sistema de agua potable y de drenaje de aguas
residuales;
2. 3- Un sistema de caminos vecinales, entre otras.
Para todo ello, era necesario contar con recursos económicos, por lo tanto se ideo el
sistema del diez por ciento de los ingresos en concepto de contribución al Estado teológico
(Impuestos), pero que al ser el 10 % se le llamó “Diezmo”.
Es de tomar en cuenta, que dentro de esa tradición, todo acontecimiento político,
social, cultural o jurídico, era elevado a la categoría de “teológico” y/o divino; por lo tanto, los
impuestos fiscales, eran consideramos, contribuciones a dios; precisamente para hacer
funcionar el “Estado teocrático”.
DEROGACIÓN DEL DIEZMO
Con la invasión romana a la región de Palestina, el Estado teológico y teocrático de
los judíos, fue sometido como colonia romana; por lo tanto, el Estado teológico es disuelto de
forma violenta; y es el mismo Jesús quien le da legitimidad al cambio de autoridad, cuando es
cuestionado respecto a los diezmos y él se limita a decir, que hay que dar al Cesar lo que es
del Cesar y a dios lo que es de dios. Esto tiene dos implicaciones:
1º Jesús convierte el Estado teológico en un reino “El reino de dios”;
2º Ese reino de dios, es trasladado a otro mundo, por lo tanto, no debe ser sostenido con
bienes materiales de este mundo;
3º El mismo Jesús encomienda al mundo laico, la administración del Estado político.
En conclusión, los diezmos quedan derogados, por disposición de Jesús y de los
mismos sacerdotes judíos (Rabinos); es decir, en ese punto llegan a un acuerdo.
Es así, como los impuestos al Estado laico, pasan a ocupar el lugar del diezmo al
Estado teológico; pues éste último es sustituido por aquél.
En síntesis y con toda propiedad podemos que sin Estado teológico, no tiene razón de
ser recolectar diezmos.
LOS ESTADOS TEOLÓGICOS MODERNOS
En la historia moderna, solamente se registran dos Estados teológicos ó teocráticos:
1) La ciudad del Vaticano, dentro de la tradición católica; y 2) La Ciudad del Lago Salado
(Utah - USA) Dentro del mormonismo.
3. En ambos casos, limitan sus influencias políticas, al interior de sus respectivas
jurisdicciones territoriales.
No obstante, para el caso del Estado teológico mormón del Lago Salado, éste tuvo
una vida muy corta, mientras estuvo en vida su fundador, José Smith; luego su sucesor,
anexo ese Estado a la Unión Americana, y pasó a ser un Estado más de los Estados Unidos
de Norteamérica. Por supuesto que pasó por unas cuentas revueltas, de algunos fieles que
pretendían hacer valer la idea original de construir un Estado teocrático independiente, dichos
movimientos fueron aplastados por el gobierno federal y por la acción interna de las nuevas
autoridades eclesiales.
En el caso del Vaticano, se limita a cobrar impuestos, como Estado, dentro de sus
límites políticos.
OTRO TIPO DE CONTRIBUCIONES
Las iglesias (cristianas) modernas de forma ilícita, e ignorando los mismos preceptos
bíblicos, cobran diezmos, es decir, obligan a la membrecía a pagar el diez por ciento de todos
sus ingresos, empobreciendo desmedidamente a los pueblos, que tienen que tributar el
doble, al Estado laico y a la iglesia, que en definitiva no es un Estado, sino solo una mera
organización eclesiástica.
Obligan a la membrecía, con amenazas de condena; es decir, el que no pague
diezmos está condenado al fuego eterno del infierno o sino, les dicen que están excluidos de
las bendiciones de dios.
En realidad, todo es una conspiración global, para empobrecer a los pueblos,
principalmente a los subdesarrollados (Pobres e incultos)
En definitiva, las iglesias para su funcionamiento, deben y pueden pedir
contribuciones, pero no de forma obligatoria ni en forma de diezmos (10%) porque ya no está
dentro de sus atribuciones administrar al Estado de la nación, de donde se trate, sino
solamente los bienes propios de la iglesia respectiva.
Por ende, las contribuciones, deben ser netamente voluntarias y en las cantidades
igualmente voluntarias; sin obligar la voluntad de las personas. Pues a veces, las personas
dan voluntariamente, pero con su voluntad obligada.