2. • “Quien dirige una mirada
restrospectiva a su vida pasada,
en particular cuando así lo hace
en la vejez
• experimenta una sensación
singularmente ambigua. Le
parece que concluye algo que
aún sigue sin embargo.”
• Karl Haspers
Un camino que comienza en el
vientre materno y termina en el
vientre de la madre tierra.
Camino que se hace al andar con el
tiempo y la distancia.
Ignoramos cuan largo será el
recorrido y lo que encontraremos
en él, pero debemos recorrerlo hasta
el destino final.
3. Las primeras porque nos dan
felicidad y nos premian los
logros alcanzados. Las
segundas nos enseñan a
reflexionar y a rectificar los
errores cometidos para luego
continuar la marcha por el
camino que hemos elegido
Cada milímetro, cada
segundo que caminemos
estará lleno de vivencias:
agradables unas,
desagradables otras, pero
vivencias al fin; ambas
fortalecen el alma.
4. Los primeros pasos, serán de la mano de
quien te dio el ser, luego, te acompañarán
sus ojos hasta que te pierdas en el
horizonte o hasta que el destino les permita
ver.
La vida será lo que tu piensas y haces
de ella, el camino lo harás al andar.
Todo el trayecto estará marcado por
tus valores, por tus enseñanzas y por
lo que tu mismo decidas crear cada
minuto de tu existencia.
5. Lo que has hecho o has
dejado de hacer estará
escrito allí, No podrás
borrar, aunque quisieras,
una hoja de tu historia.
Sólo, podrás recordar u
olvidar, si así lo prefieres,
bien, para revivir gratos
momentos de épocas
pasadas o llorar las penas
que llevas contigo.
•Después de allí, estarás
solo contigo mismo: con
tus emociones y tus
razones, con tus recuerdos
y esperanzas; y así, día
tras día, irás llenando las
páginas de tu historia.
Páginas, que llevarás
siempre contigo donde
quieras que estés.
6. Quizás, una mirada superficial a esta etapa de la vida podría
sumergirnos en la soledad irremediable y absoluta, sin
embargo, si analizamos con mayor profundidad este
momento de la vida, nos daremos cuenta que es el supremo
encuentro con uno mismo y si contabilizamos nuestras
fuerzas, podemos mirar atrás para encontrar en el propio
ejemplo, la razón de seguir. Porque, aunque te parezca que
concluye algo, aún sigue sin embargo
Cuando el correr de los años nos acorte la vista
y nos obligue a caminar lento, es necesario
hacer un alto en el camino. Y allí, en solitario,
hacer un balance de lo hecho y por hacer.
7. Tal vez, llegado este momento
tendremos que despedir a los seres
queridos: unos, porque se van con
retorno y, otros, porque no regresan.
Quienes se sintieron solos y
abandonados en esta estación del
camino, añorando el pasado, llorando
las pérdidas, culpándose de lo que
hicieron ó dejaron de hacer; el tiempo
restante será vacío, tiempo para
enfermarse y esperar la muerte.
8. Cuando lleguemos al final de la ruta y nos
sintamos cansados y sin fuerzas para
continuar; es hora de detener la marcha y,
antes de que se oculte el sol, miremos
atrás y nos daremos cuenta que concluye
algo que aún sigue en el camino.
En cambio, para quienes perciben esta
parada como una pausa en el andar, es
momento de recobrar energías y continuar la
marcha: adquiriendo logros, sembrando
realidades y legando experiencias
Autor: Ramón Graff Rojas