Mensaje final del XIX Congreso Latinoamericano y el Caribe
Gracias por la vida de mi padre
1. Gracias a Dios por la bendición de la vida de mi padre, por la
familia que nos regaló por la sabiduría y el valor que puso
en mi papá de los cuales mis hermanos y yo hemos bebido
todos estos años.
Gracias al Sr. Cardenal, a Mons. Álvaro obispo de Granma, el
lugar donde ocurrieron los hechos.
Gracias a Mons. Petit y Mons. Juan de Dios obispos
auxiliares de La Habana y amigos de mi padre y de mi
familia desde hace muchos años.
Gracias a los obispos, sacerdotes y religiosas que nos están
arropando hoy como nos han arropado antes en otras
ocasiones. Gracias por su apoyo y solidaridad en estos
dolorosos momentos. Gracias a todos los miembros del
movimiento democrático cubano: la oposición. Gracias a
nuestros hermanos del Movimiento Cristiano Liberación, los
que han podido llegar hasta aquí y los que nos acompañan
en espíritu desde sus provincias o desde otros rincones del
planeta.
Gracias a todos los amigos del cuerpo diplomático, y a todos
nuestros amigos, los que están aquí hoy y los que están
fuera de Cuba.
Mi familia, también la parte que vive fuera del país y a
quienes no se les permite volver, agradecen todas las
muestras de solidaridad que nos han llegado desde muchas
partes del mundo y también de Cuba.
2. Mi padre vivía para nosotros, su familia; y dedicó su vida a
la causa de la libertad y los derechos para su pueblo.
Dadas las repetidas amenazas contra la vida de mi padre y
de nuestra familia; y los que nos han acompañado durante
todos estos años saben que es cierto lo que digo. Por
respeto a mi padre y a mi amigo Harold yo tengo el deber,
yo responsabilizo al Gobierno Cubano por la integridad
física de mis dos hermanos, de mi madre y de toda mi
familia.
Esclareceremos y buscaremos justicia sobre la violenta
muerte de mi papá y de nuestro joven amigo Harold. No
buscamos venganza, no lo hacemos por odio, porque como
mi padre decía: “La primera victoria que podemos declarar
es que no tenemos odio en el corazón”. Pero si sed de
verdad y ansias de Liberación. Mas, hacia la liberación, mi
padre ya nos ha indicado el camino. Y es un camino de
esperanza.
Dios nos acompañe a todos. Muchas gracias.