1. ANOREXIA Y BULIMIA
La anorexia y la bulimia son dos importantes trastornos de orden psíquico cuyas
repercusiones inciden en los hábitos alimentarios del individuo. Mientras los
anorèxicos experimentan un intenso rechazo hacia los alimentos, incluso hasta
poner en peligro su vida, el insaciable apetito de los bulìmicos desemboca en la
obesidad.
La anorexia mental es el más importante de estos dos trastornos, no sólo por su
frecuencia relativamente alta entre la población, sino por la intensidad con que
se presenta y por su potencial peligrosidad. Las más afectadas son las mujeres
entre 12 y 30 años de edad, quienes rechazan de manera intensa los alimentos,
evitan su ingestión y, en casos extremos, su asimilación mediante laxantes o
vómitos provocados.
Las causas de este trastorno son fundamentalmente de orden psíquico,
relacionadas en ultimo termino con alteraciones del simbolismo de la función
alimentaria, problemas de aceptación de la imagen corporal y estructuras
neuróticas de la personalidad.
Los síntomas suelen instaurarse en la adolescencia y consisten en la pérdida de
peso (de 25% a 30% del peso anterior y hasta 15% en relación con el ideal
según edad, complexión y altura del individuo). Esta disminución conlleva,
naturalmente, trastornos secundarios: delgadez, amenorrea (desaparición de la
menstruación), anemia, debilidad, etcétera.
En el tratamiento de la anorexia mental casi siempre se requiere la
hospitalizaciòn, puesto que la pérdida de peso alcanza a menudo porcentajes
que ponen en peligro la salud del paciente. Además, la la separación del medio
familiar implica, de por sí, una leve mejoría en los hábitos de alimentación. De
manera simultánea hay que comenzar sesiones de psicoterapia, para delimitar el
origen inconsciente del trastorno; si es posible, desvincularlo de la esfera oro-
alimentaria. El pronóstico, en los casos tratados precozmente, es de franco
optimismo y se observa una sustancial mejoría en un plazo de sesenta a noventa
días.
La bulimia es, en parte, lo contrario de la anorexia. Se caracteriza por episodios,
más o menos duraderos, de alimentación incontrolada, con ingestión
2. compulsiva, precipitada y ansiosa además de escasa masticación. Afecta al
mismo segmento de población que la anorexia -las mujeres jóvenes- aunque, al
contrario de aquélla, no desaparece con la edad.
Sus causas son también las alteraciones simbólicas de la función alimentaria,
arraigadas en una estructura de personalidad más o menos neurótica. Los
síntomas, no obstante, son menos graves: obesidad, vómitos, ingestión y
trastornos gástricos, que se resuelven en un plazo razonable mediante el
adecuado tratamiento psicoterapéutico.
CÒMO RECOMOCER UNA ANOREXIA MENTAL
cambios súbitos en las costumbres alimentarias: rechazo indiscriminado
de todos los alimentos o los más comunes, pérdida del apetito. Intenso
miedo a engordar.
Pérdida de 25% del peso anterior, con un peso inferior en 15% o más
respecto del peso ideal. Rechazo decidido y consciente a la idea de
recuperar peso.
El afectado es una persona joven, de preferencia una mujer entre 12 y 30
años. Los síntomas se instauran durante la adolescencia o como resultado
de conflictos familiares, emocionales, etcétera.
Trastornos en la percepción de la imagen corporal con incapacidad para
apreciar su propia delgadez.
Rechazo de a sexualidad y de los signos externos de la feminidad.
Disfunciones sexuales y ováricas, amenorrea.
Vómitos más o menos provocados, aplicación de laxantes.
Ausencia de causas físicas para la delgadez y de trastornos psiquiátricos
anteriores.
PRONÒSTICO PARA LA ANOREXIA
3. La anorexia mental es una enfermedad que puede tener serias complicaciones
en ciertos casos. Se han establecido algunos factores que empeoran el
pronostico de curación.
Alteraciones fisiopatológicas infantiles.
Fracasos en hospitalizaciones anteriores.
Retraso en el inicio del tratamiento.
Inmadurez sexual persistente.
Negación sistemática de su estado de enfermedad.
toxicomanía anfetamìnica.
Conductas mórbidas (utilización de laxantes, vómitos provocados,
etcétera).
Ausencia de cambios en el cuadro familiar/emocional potencialmente
patógeno.
TOMADO: del libro maestra tomo 1