La Iglesia es santa porque ha sido llamada por Dios para ser santa. Dios llama a la Iglesia a salir del mundo y entrar en su reino a través de la regeneración y la santificación. La regeneración transforma a las personas espiritualmente a una nueva creación en Cristo, mientras que la santificación es el proceso continuo de ser renovados a la imagen de Dios y capacitados para vivir rectamente.
5. "Pero ustedes son linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo que
pertenece a Dios, para que proclamen las
obras maravillosas de aquel que los llamó
de las tinieblas a su luz admirable.
10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo,
pero ahora son pueblo de Dios; antes no
habían recibido misericordia, pero ahora
ya la han recibido."
1 Pedro 2:9-10 (NVI)
9. 43-45 No se hagan impuros
ni se contaminen con ellos. Yo
soy el Dios de Israel, y soy un
Dios diferente. Yo los saqué
de Egipto para ser su Dios.
Ustedes no deben ser como
los otros pueblos, porque yo
no soy como los otros dioses.
Levítico 11:44 (TLA)
10. "La santidad de Dios es la infinita y
absoluta perfección de su naturaleza."
por John Owen (Teólogo puritano)
18. "La regeneración es transformación
de la persona, a ser espiritualmente
viva, una nueva creación, por el
resultado de poner su fe en Cristo
como señor y salvador."
19. 23 ser renovados en la actitud
de su mente; 24 y ponerse el
ropaje de la nueva naturaleza,
creada a imagen de Dios, en
verdadera justicia y *santidad.
Efesios 4:23-24 (NVI)
20. "Cuando el Espíritu Santo tiene la
intención de regenerar a una persona, Él
quita todos los obstáculos, vence toda
resistencia y oposición, e infaliblemente
produce el resultado propuesto."
John Owen
23. La santificación es la obra de la
libre gracia de Dios, por la cual
somos completamente renovados a
la imagen de Dios, y capacitados
más y más para morir al pecado y
para vivir rectamente.
24. 1 Tesalonicenses 4:4(TLA)
4 y que cada uno de ustedes sepa
controlar su propio cuerpo, como
algo sagrado y digno de respeto.
25. 23 Que Dios mismo, el Dios de paz,
los *santifique por completo, y
conserve todo su ser —espíritu,
alma y cuerpo— irreprochable
para la venida de nuestro Señor
Jesucristo.
1 Tesalonicenses 5:23 (NVI)