Este documento describe la división dentro del Sindicato Mexicano de Electricistas entre el grupo "Transparencia Sindical" liderado por Jorge Sánchez García y el sindicato. Acusa a Sánchez García de apoyar al gobierno de derecha del PAN y de impugnar procesos electorales sindicales ante el secretario de trabajo panista. También critica que Sánchez García haya preferido la intervención del gobierno en asuntos internos sindicales en lugar de resolverlos dentro del sindicato de acuerdo a su estatuto.
1. Sindicato Mexicano de Electricistas
Este es Jorge Sánchez García
Desde antes del golpe de la extinción se fraguo una posición en contra del contrato colectivo de
trabajo y, claro, en contra de nuestra organización, el Sindicato Mexicano de Electricistas. La
campaña electoral por parte del grupo “Transparencia Sindical” dilapidó recursos y discursos
para crear encono e iniciar la división sin mayores propuestas que acusaciones. El tono fue el
ataque, el rencor y la acusación personal, ¿Dónde andaba por esos tiempos Sánchez García?
La división fue su divisa. Lugo y Saldúa contaron y recontaron los votos, una y otra vez, durante
el día, la tarde que se dieron a conocer los primeros resultados. A su pesar, perdieron. Lugo cantó
el triunfo del grupo “Unidad y Democracia Sindical”, lo vieron, lo escucharon y hasta lo
aplaudieron. Él propio Lugo aplaudió.
En cuestión de minutos le ordenaron que reculara; y reculó. Se negó a firmar las actas, que como
escrutador tenía obligación. Renegó del Estatuto, quebró la comisión de escrutinio de las
elecciones generales y resquebrajó la unidad del Sindicato Mexicano de Electricistas. A éste
grupo sindical nada de ello le importó. Se entregó a las manos, decisiones y política del gobierno
de la derecha, pues fue de inmediato a buscar al secretario de trabajo para impugnar los procesos
sindicales de los electricistas ¿cuándo se había visto en la historia del SME?
Los tiempos actuales, Jorge Sánchez, los quiere ver desde un solo lado. Los anhela
“transparentes”, nomás así; se coloca del lado naranja, ese es su cristal, para ponerse en posición
y certificar su calidad política; Sánchez García califica desde ahí los tiempos contemporáneos.
Los que no miran así la cuestión, no miran bien; los que no están con él, están contra él.
El sindicato tiene su historia y la pretende resumir de manera pronta, expedita, achacando la
situación actual a una campaña electoral del 2009 desde una sola cara. Como sabemos las
monedas siempre tienen dos caras. Los “transparentes” jugaron su posición y mostraron su cara.
Jorge Sánchez García, por sus dichos y posición, se la jugó naranja, si bien alguna vez aceptó la
derrota electoral con un poco más de trescientos votos, en estos tiempos olvidó su pasado, apoyó
e impulsó la descalificación de las elecciones entregando al gobierno panista, la oportunidad para
decidir a través del secretario Lozano, la vida interna del SME.
Muñoz y Sánchez creyeron en el gobierno derechista, impulsaron el engaño de las liquidaciones
y persisten ahí, desean pactar con ese gobierno. Lo anuncian, lo promulgan, se enorgullecen.
Presumen su derecho de picaporte en Gobernación, en Trabajo y hasta en Presidencia, les van a
resolver. Dicen y perjuran. Van derecho y no se quitan. Órales.
No recordamos dónde el Estatuto indica tal sumisión al gobierno. No recordamos dónde está
escrito dejar de lado la autonomía, la independencia política. Revisamos y tampoco se indica que
las cuestiones electorales serán resueltas por el derechista secretario de trabajo o por gobierno
alguno. Nomás dice, trátese dentro, en el SME.
El engaño con la liquidación lo realizó el gobierno. No se puede olvidar. La división y la
intromisión del gobierno a la elección del SME fueron “transparentes”, le abrieron la puerta.
2. Tampoco se puede olvidar. Antes que dirimir la cuestión dentro, antes que el Estatuto,
prefirieron a Lozano. No nos quepa la menor duda.
Se argumenta que los amparos de ellos, ¡si son los meros buenos! ¡Ándale! Son pulcros, serios y
respetuosos. Sus demandas son bien sustentadas y son bien fundamentadas. Así ha sido siempre
Sánchez García con todas las cosas que toca. ¡Bien transparente! Con su constructora, con sus
casas que vende y con los terrenos donde construye. Ahí jamás habrá dudas ni resquemores.
En sus comunicados y reuniones, indica estar negociando, que tendrá acuerdos para tratar los
asuntos no habla de contrato colectivo sino de formas, de acuerdos; que se verá la manera de
recontratar apoyada por toda la organización. Afirma contar con más de 10 mil que avalaron a
su comité, no habla de padrón electoral, no hablo de urnas electorales, no habló de voto, secreto,
directo. Pero una nota de periódico afirma que tiene el respaldo de 37 mil firmas. Critica a quién
dizque no cumple el estatuto pero él lo viola en forma pertinaz. Unas hojas de firmas no pueden
pasar por encima del Estatuto. Pasa por encima del estatuto y olvida al contrato colectivo.
Prefiere el picaporte directo en las oficinas del gobierno de la derecha, lo dice con orgullo. Ese es
su gran avance. La división es su causa y su consigna. La división ha sido el problema.
La asamblea de jubilados del día 16 de junio muestra que la unidad va creciendo. La confianza
entre las filas se fortalece. Y como prueba los más de 25 mil votos depositados en las urnas, de
forma directa y secreta por parte de todos los que reconocen en la resistencia el camino del
retorno al trabajo. De quienes reconocen la razón y el argumento del patrón substituto bajo el
marco del contrato colectivo.
No queremos ni deseamos hablar de la trayectoria del SME. Hoy la posición política en sus filas
se gana de manera precisa y clara. Esta es la historia de Jorge Sánchez García, responda usted ¿o
jubilado en las filas del SME o seguidor de los gobiernos neoliberales? ¿derechista del PAN o
jubilado del SME? Así de claro, así de sencillo.
“Por el derecho y la justicia del trabajador”
LOS RUDOS, LOS RUDOS, LOS RUDOS