La contaminación del suelo puede ser causada por desechos plásticos, materia orgánica, solventes, sustancias radioactivas u otras fuentes como obras, aviones o tráfico. Esto puede afectar negativamente el ambiente y la vegetación, así como causar efectos en los seres vivos como cambios de conducta, problemas durante el embarazo o del sueño, y consecuencias psicológicas o psicopatológicas. Para prevenir esto, se recomienda evitar generar ruidos y desechar contaminantes en el suelo.