Internet debería considerarse un bien común, ya que cada vez más gente depende de él para acceder a información, cultura y comunicación. Sin embargo, todavía existe una brecha digital que limita el acceso para algunos grupos. Calificar a Internet como un bien común podría tener efectos jurídicos que garantizaran el acceso universal, al igual que con el agua. Esto no debería obstaculizar los beneficios de las grandes empresas, pero el modelo de gestión debería equilibrar los intereses privados con los derechos de acceso de los ciudadanos
1. NHD
Aplicación de las TIC a la Práctica Profesional
UD3.”Internet no será otra televisión”
“El internet que queremos los ciudadanos: Internet es un bien común”
“Internet es un bien un común”, ante esta afirmación debemos preguntarnos si nos
encontramos ante una realidad práctica o ante un desiderátum. Me inclino por
considerar que nos encontramos ante un desiderátum, por lo que si no es un bien común
debería de serlo.
Cada vez más gente tiene acceso a Internet, pero sigue existiendo la denominada
fractura o brecha digital, que tiene su origen en la limitación del acceso a Internet, bien
sea porque en determinadas zonas, especialmente rurales, existen ‘sombras’ que
imposibilitan o dificultan el acceso a internet, o que determinados sectores de la
población no puedan acceder al mismo desde sus hogares por motivos económicos, la
conexión a internet no es gratis.
Afirmar que Internet es un bien común no es meramente una cuestión semántica, sino
que tal calificación puede llegar incluso a tener efectos jurídicos. Para ser conscientes de
la trascendencia de tal calificación, pensemos por ejemplo en el agua, que es un bien
común y lo que ello comporta en su modelo de gestión. En el caso de Internet debería de
suceder lo mismo, esto es, que el modelo de gestión de Internet no tendría que estar
únicamente supeditado a los intereses privados de las grandes compañías, sino que se
tendría que garantizar la universalidad del derecho de acceso a internet, esta tendría que
ser la consecuencia lógica de calificar Internet como un bien común.
Esta idea se ve reforzada por el hecho de que Internet es hoy un instrumento que
permite y facilita el ejercicio de algunos derechos: a la información, a la cultura, a la
libertad de expresión…, Manuel Castells, sociólogo español, habla de Internet como de
un medio para actuar e informar y como de un espacio cultural de transformación de las
formas de intercambio e información.
Actualmente muchos trámites ante la Administración se pueden realizar por vía
telemática, lo que evita desplazamientos y mayor agilidad en su resolución que si se
realizan por los métodos tradicionales. Se fomenta y premia el uso de Internet, un
ejemplo lo encontramos en la declaración de la Renta, si la presentamos
telemáticamente y tenemos derecho a devolución, ésta es más rápida que si la
presentamos en soporte papel.
Es por ello que debe garantizarse la universalidad del acceso a Internet, como bien
común que es, sin que ello sea obstáculo a que las grandes corporaciones puedan
obtener sus beneficios, pero como ya he comentado anteriormente, el modelo de
gestionar Internet debe de conjugar los intereses privados con los del conjunto de la
ciudadanía, que tiene que ver garantizado su acceso a Internet, que es lo mismo que
decir su acceso a la cultura, a la información y a la comunicación.
Elisenda
1