2. El movimiento conocido con el nombre de
romanticismo surge en Europa como reacción al
Siglo de las Luces y a su extremada defensa de la
razón, su postura antirreligiosa, su menoscabo
de la imaginación y su individualismo radical. El
romanticismo enfatiza, en cambio, la dimensión
emocional, religiosa, creativa y social de la
personalidad humana. En el plano artístico y
literario, el romanticismo exalta el valor de la
naturaleza; en el político, las raíces de la
comunidad y del espíritu nacional, lo que suele
encontrar su expresión en las tradiciones
folclóricas. El movimiento romántico florece
entre finales del siglo XVIII y la primera mitad
del XIX.
3. Las características principales del Romanticismo fueron las
siguientes:
Individualismo y subjetivismo, que llevaban al artista a la
expresión de sus propios sentimientos.
Deseo de libertad, que se manifestó en todos los campos de la
actividad humana: las ideas, la política, la creación artística...
Evasión de la realidad: los artistas se inspiraban en países
lejanos, en temas sobrenaturales e irreales, como la muerte y el
mundo de los sueños.
Idealismo y, a la vez, pesimismo: el artista sufría porque tendía
hacia lo inalcanzable, lo infinito; en algunos casos hasta el
suicidio.
Interés por su propio país: la historia, las leyendas antiguas y los
temas relacionados con la Edad Media eran fuente de inspiración.
Valoración de los personajes marginales y exóticos, que rompían
las convenciones sociales, como bandoleros, piratas,
vagabundos...
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10. El músico romántico
La sociedad burguesa, que tras la Revolución Francesa se convirtió en
la clase privilegiada, influida por la filosofía idealista que dominaba
la época, cambió el papel social de la música. La iniciativa privada,
como algo propio de esta sociedad, convirtió al músico en un
profesional de su arte, con libertad absoluta para poner precio a su
trabajo, dentro de la ley de la oferta y la demanda.
Su primer campo de acción fue el concierto público, donde las
personas que pagaban pasaron a formar el nuevo auditorio y las
orquestas se convirtieron en sociedades anónimas. Su otro campo de
acción fue la música de salón, donde el piano llegó a ser el
instrumento rey.