El documento describe un estudio que investigó cómo la altura del límite superior afecta la relación entre habitantes durante actividades como comer y cocinar. Se realizaron experimentos reduciendo la altura del límite superior a 1.76 metros en una cocina y un comedor. Los resultados mostraron que a menor altura, los habitantes interactuaron más con el límite y entre sí, y reportaron menos comodidad.