Este documento presenta fotografías y breves descripciones de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda en México, destacando su gran diversidad de ecosistemas y especies de flora y fauna. El autor, Roberto Pedraza Ruiz, ha trabajado durante 25 años con el Grupo Ecológico Sierra Gorda para conciliar la conservación de la biodiversidad de la región con los medios de subsistencia de sus habitantes. A través de la fotografía, busca educar sobre la importancia de proteger esta área, que alberga ecos
1. IMÁGENES | FOTODIARIO Roberto Pedraza Ruiz
Sierra Gorda En el corazón de México, en la Sierra Madre Oriental, la
Reserva de la Biosfera Sierra Gorda es sin duda un logrado resumen de la ecodiversi- Luego de una tormenta,
este magnífico enebro
dad y los vaivenes de su historia geológica a nivel mundial. Región de vastos paisajes
(Juniperus flaccida), una
montañosos, cortados por cañones que atraviesan la sierra y donde se encuentra la de las 14 especies de coní-
flora y fauna del norte y sur del continente americano, su topografía da lugar a una es- feras presentes, disfruta
pecial mezcla de ecosistemas y especies. De bosques de niebla a selvas tropicales y del atardecer en las
bosques de abetos de Douglas, a los áridos matorrales de la vertiente occidental de la tierras altas de la RBSG.
sierra, arroyos con sabinos centenarios, guacamayas o salamandras.
El Grupo Ecológico Sierra Gorda I.A.P. busca conciliar desde hace 25 años la con-
EL FOTÓGRAFO
servación de la biodiversidad de la zona, en manos de la pobreza extrema de la mayo-
ría de sus habitantes. Tengo el honor de formar parte de dicho proyecto desde su inicio
Roberto Pedraza utiliza
y por ende conocer de manera íntima dichas montañas; los sitios de anidación y ali-
la fotografía como
mentación de sus guacamayas verdes, picos y miradores más escénicos, arroyos de herramienta para la
montaña y encinos corpulentos. Confieso mi favoritismo por sus bosques de niebla, conservación de la Sierra
ecosistemas complejos, con una belleza especial, frágiles y en riesgo de desaparecer. Gorda y su biodiversidad,
La sierra es lo suficientemente grande como para dedicar todo mi tiempo y esfuerzo, con el objetivo de educar
y no poder terminar de conocer su diversidad. —Roberto Pedraza Ruiz y divulgar.
2. IMÁGENES | FOTODIARIO Roberto Pedraza Ruiz
Atrapados en las gotas minúsculas (arriba), los reflejos de estas flores se constituyen en efímeros nanoespejos. La complejidad de
esta telaraña (abajo) se ve adornada por gotas de lluvia atrapadas en sus redes, donde asemejan un pequeño microcosmos luego
de que la lluvia deja su rastro.
3. IMÁGENES | FOTODIARIO Roberto Pedraza Ruiz
Tras completar su floración y su ciclo de vida, este viejo agave se apaga y vuelve bermejo en una cresta alta de la
sierra; esta especie crece en bosques templados de coníferas y encinos.
4. IMÁGENES | FOTODIARIO Roberto Pedraza Ruiz
Habitante de bosques de
niebla, esta flor (izq.) perte-
nece a la especie Disocactus
flagelliformis, cactácea epífi-
ta que se ha adaptado a
un ambiente muy húmedo
en lo alto de los encinos,
donde al menos la humedad
no se acumula.
Amenazada por la pérdida
de hábitat y el cambio climá-
tico, esta orquídea (Rhyn-
chostele rossii, abajo)
encuentra su nicho en los
viejos árboles, floreciendo
entre jirones de musgos y
niebla durante el invierno.
5. IMÁGENES | FOTODIARIO Roberto Pedraza Ruiz
Con una hoja de liquidámbar
como balcón, esta ranita ar-
borícola (Hecnomiohyla mio-
tympanum) se asoma a un
futuro incierto, donde patro-
nes erráticos de lluvia, tem-
peraturas más altas y la
destrucción de su hábitat la
vuelven cada vez más escasa.
Teniendo como nicho la ho-
jarasca de un bosque de nie-
bla, este milpiés fue un
modelo paciente, que me
sorprendió con su simetría
y formas, fruto de una larga
historia evolutiva.
6. IMÁGENES | FOTODIARIO Roberto Pedraza Ruiz
Los bosques en la parte alta
de la sierra conforman es-
ponjas gigantescas que
ofrecen una variedad de ser-
vicios ambientales, como la
producción de agua en este
arroyo, que abastece a un
gran número de personas.
La Sierra Gorda es hogar de
las seis especies de felinos
mexicanos, incluyendo tigri-
llos (Leopardus wiedii ) arbo-
rícolas y nocturnos. Pude
rescatar al ejemplar de la foto
luego de su captura por un
cazador. Al momento de libe-
rarlo me regaló esa mirada.