3. A los siete años: “ Papá es un sabio, todo lo sabe.” A los catorce años: “ Me parece que papá se equivoca en algunas cosas que dice.”
4. A los veinte años: “ Papá está un poco atrasado en sus teorías, no es de esta época.” A los veinticinco años: “ El viejo no sabe nada... está chocheando decididamente.”
5. A los treinta y cinco años: “ Con mi experiencia, mi padre a esta edad hubiera sido millonario.” A los cuarenta y cinco años: “ No sé si ir a consultar este asunto con el viejo; tal vez pueda aconsejarme.”
6. A los cincuenta y cinco años: “ ¡Qué lástima que se haya muerto el viejo, la verdad es que tenía unas ideas y una clarividencia notables!” A los setenta años: “ Pobre papá, ¡era un sabio! ¡Qué lástima que yo lo haya comprendido tan tarde!” ROGER PATRÓN LUJÁN