3. Presentación
Albert Camus, escritor argelino ganador del Premio Nobel de literatura, fue un hombre sensi-
ble e inteligente que entre sus aficiones contaba con una en particular que, a sus ojos, le había
dejado valiosas lecciones. Él lo dijo con estas palabras: “después de muchos años en que el mundo
me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las
obligaciones de los hombres, se lo debo al futbol”.
Para este escritor la vida, de alguna forma, se podía comprender a partir de una de las grandes
pasiones de hombres y mujeres, niños y niñas alrededor del mundo. El futbol era para Camus una
manera de comprender la naturaleza humana, el amor, la pasión, la entrega, el compromiso y,
por supuesto, el autoconocimiento.
En el futbol se da un precioso equilibrio en el que mente y cuerpo trabajan armónicamente
para que el equipo alcance sus metas. No sólo es ejercicio físico, también es enseñanza de
colaboración y tolerancia, respeto y trabajo conjunto.
Nosotros, los que trabajamos por la salud de los mexicanos, vemos en la práctica del futbol
a un poderoso aliado para mantener saludable y en condiciones óptimas a nuestra población.
El deporte forma el cimiento de nuestro bienestar.
Los cuentos reunidos en este libro, todos relacionados con el futbol, buscan ser una oportunidad
para que los jóvenes de nuestro país conozcan y aprendan los beneficios de llevar una vida sana.
El deporte y la lectura son herramientas imprescindibles para el desarrollo físico e intelectual de
los hombres y mujeres que en un futuro con su reflexión y acción contribuirán al engrandecimiento
de nuestro país.
Las historias que se cuentan, a través de las páginas de este volumen no sólo son divertidas
y emocionantes; además, están llenas de enseñanzas sobre la amistad, el trabajo en equipo, la
importancia de la actividad física y el cuidado de nuestro cuerpo.
Estoy seguro de que los jóvenes lectores de este libro disfrutarán momentos de entretenimiento,
así como de reflexión, al lado de los protagonistas de las historias aquí contadas.
La apuesta de este texto consiste en hacer del futbol, a la manera de Albert Camus, el campo
de muchas y significativas experiencias que serán de utilidad en el cuidado de la salud de los
jóvenes durante toda su existencia.
Salomón Chertorivski Woldenberg, Secretario de Salud.
Presentación
4. Introducción
¡Hola jugador número 12!
A tu edad, ya empiezas a darte cuenta de que una vida sin pasiones, es una existencia sin
emoción, sin alegrías, sin sueños por alcanzar. En fin, una vida sin chiste.
Este periodo, el final de la infancia y principio de la adolescencia, es muy divertido y esencial
para poder desarrollarte como una persona plena y feliz a lo largo de tu vida; es por eso que en
estos cuentos, te queremos compartir tres elementos que hacen de los seres humanos algo distinto
a los demás seres vivos: el entendimiento de la salud como algo fundamental para tener una mejor
calidad de vida, el deporte y la actividad física como algo lúdico, divertido y esencial para ser un
ganador, y la lectura como eje central para la transmisión de ideas, pensamientos y aventuras.
En este libro de cuentos “11 Jugadas para la Salud”, te invitamos a recorrer junto con los
protagonistas de esta historia, el camino de aprendizajes y diversión que el equipo El Olimpo
siguió durante el torneo de futbol de su liga.
A lo largo de los 11 cuentos, verás cómo los jugadores, chavos y chavas como tú, comprenden
lo valioso que es llevar una vida sana mientras viven emocionantes aventuras dentro y fuera de
la cancha de juego. Te darás cuenta de que, a través de la lectura se descubren nuevos mundos y
lenguajes, conocerás personas, cuya magia desconocías, y podrás ir a lugares que no imaginabas
que existían, esto lo irás imaginando conforme leas éstos cuentos.
Estamos seguros de que no sólo pasarás grandes momentos en compañía de éstas historias y
de sus protagonistas, sino que también obtendrás útiles enseñanzas para toda la vida.
Esperamos que con estos cuentos, descubras y reafirmes tu pasión por 4 cosas como lo son:
por una vida saludable, por el deporte, por los valores y por la lectura.
Recuerda que fueron hechos pensando en ti. ¡Disfrútalos!
Miguel Limón García, Titular de la Unidad Coordinadora de Vinculación
y Participación Social de la Secretaría de Salud.
Introducción
5.
6. Bebe agua potable
Todos los miembros del equipo se veían colorados y brillantes. El calor los había hecho sudar
tanto que hacia el final del partido sentían la lengua como lija, de esas que se usan para tallar
la madera. Rodrigo se imaginó dentro de un iglú, ahí donde viven los esquimales del polo norte,
porque en la escuela la maestra le dijo que cuando tuviera frío se imaginara en una playa, entonces
Rodrigo pensó que lo mismo podía hacer en caso de sentir calor, pero en lugar de arena y sol
pondría hielo y pingüinos. Estaba pensando eso cuando un delantero del otro equipo, un chaparrito
rápido y con talento que se supone él debía de cuidar como su propia sombra, le pasó veloz por
un lado. Cuando Rodrigo reaccionó ya era muy tarde, por más que se esforzó en alcanzarlo,
aquel delanterito iba hecho una bala.
Bebe agua potable
7. Después de Rodrigo burló a Luisa, cruzó el campo en
diagonal haciendo gambetas increíbles. Parecía un
Maradona rejuvenecido. Todos lo perseguían
como locos intentando quitarle el esférico
pero nadie podía. Itzel llegó desde atrás
y se barrió limpiamente, pero apenas
si le dio un empujoncito al balón y
el delantero ni se inmutó. Siguió su
marcha triunfal hasta el área chica y
todavía ahí hizo un
movimiento que
le “rompió” la
cadera a Iván.
11 Jugadas para la Salud
8. Jesús estaba atento a los movimientos del atacante pero cuando quiso tirarse por el balón,
aquel Maradonita le hizo un sombrerito y remató con un simple, sencillo y soberbio cabezazo
para meter el empate. Todos se quedaron sorprendidos por la explosividad de aquel chavo.
Es más, hasta Jorge estuvo a punto de aplaudir aquella increíble jugada, pero luego se dio cuenta
de que acababan de perder la ventaja que tenían en el partido y con ella dos valiosos puntos más.
—Chiquito y picoso, el pibe— dijo el señor Che para sí mismo, mientras veía toda
la jugada desde la banca. Ya estaba un poco más recuperado después de aquella
tremenda infección estomacal que le impidió asistir al partido anterior. Los cachetes,
de por sí flacos, se le veían todavía como untados a los huesos, pero definitivamente
lucía mejor que la semana pasada.
Bebe agua potable
9. El Olimpo se fue al frente con todo. Quedaban varios minutos más de juego. No todo estaba
perdido, aún podían ganar. El señor Che les indicó que presionaran más.
—¡Luisa, quitate al defensivo, corré por la
banda y tirá un centro, pronto, pibe!
Así lo intentaron, pero nada.
Alejandro pedía el balón,
sin embargo, en cuanto
intentaban pasárselo
llegaba un defensa
a interceptar el pase.
Luego, el otro equipo
contragolpeaba, pero
los de El Olimpo
detenían rápido el
avance, además de
que ya tenían a
tres cubriendo
al chaparrito
goleador.
Los dos
equipos se
neutralizaban
mutuamente
y el juego se
desarrollaba
mayormente en
la media cancha.
11 Jugadas para la Salud
10. Por fin, el silbato sonó. El árbitro señaló con un
movimiento de manos que el partido había terminado.
Saludó a los entrenadores de ambos equipos y después
ellos se estrecharon las manos. No era una derrota,
pero estaban algo molestos por el resultado.
Se sentía feo ir ganando y luego dejarse empatar.
Itzel, que siempre se ha caracterizado por ser
confianzuda y habladora no paraba de quejarse
del partido.
—Ay, no, qué cosas estas,
¿cómo pudimos perder la
ventaja y dejarnos empatar?
Digo, íbamos ganando, yo
contaba ya con esos tres
puntos, pero ¡ah, no!
Tenían que igualarnos.
Pero bueno, admito
que fue un golazo
el del muchachito
ese. Fíjense que
gambetearnos
a todos de
verdad estuvo
increíble, no-lo-
podía-creer, digo,
woooow. O sea,
hasta a Luisa que
es rebuena como
defensa se la
llevó de filo. Ay,
no, qué impresión,
¿no creen, chicos?
Yo sí me quedé con
Bebe agua potable
11. la bocota abierta, y miren que la tengo bastante grande, jajajaja. Pero bueno, ya
en serio, chicos, ¿a poco no les pareció retefeo que nos empataran en los últimos
minutos? Por más que me fui al frente no pude hacer ningún buen pase, ay, qué
coraje. Ya ni modo, ¿verdad? No nos queda de otra, para la próxima de seguro
ganamos, chicos y chicas. No se me desanimen, amores, ya verán, ganaremos
por goliza. Ay, pero qué calor, ¿no les parece? Me siento como paleta de limón,
o sea, me estoy de-rri-ti-en-do. Ufff, pero qué sed, caray. Con su permisito, pero
esta nena se les va a tomar agua.
Itzel comenzó a caminar como si nada, mientras todos los demás se quedaban con la boca
abierta y cara de desconcierto.
—¿Alguien sabe cómo hace eso?
—¿Qué?, ¿hablar como
perico?
—No sean malos,
jajaja, como perico,
jaja. Oigan, ya
vieron, va a tomar
agua de la llave.
¡Itzel!
Escuchó su nombre y
se detuvo. La llave estaba
abierta y dejaba caer una
columna transparente de
vidriosa agua fresca. Itzel
vio acercarse a Iván,
su rostro mostraba
preocupación. O al
menos ella se imaginó eso al
observar los ojos saltones y
la boca muy abierta de Iván.
11 Jugadas para la Salud
12. —No hagas eso. No debes tomar agua de la llave. ¿Qué te pasa? ¿Nunca te han
dicho que beber agua de la llave es malo?
—No, Iván, nunca me lo han dicho porque no es cierto.
—¿Cómo que no es cierto? Ay, Itzel, lo que tienes de habladora lo tienes de ignorante.
—¿Qué, qué? ¿Me llamaste ignorante? Porque lo de habladora te lo paso. Fíjate
que mi mamá siempre me dice que cuando sea grande yo voy a ser algo así como
pregonera o merolica o locutora de radio o televisión o no sé qué tantas cosas
más. Pero no le creo, yo lo que quiero ser de grande es actriz. Ya he ensayado
algunas escenas en mi casa, luego te mostraré mis avances.
Bebe agua potable
13. —Itzel —dijo Jorge, el sabelotodo del equipo—, disculpa que interrumpa tu plática
pero tengo que decirte que Iván está en lo cierto. Mira, mi tío, que es científico,
me explicó que en el agua que sale de la llave hay microrganismo dañinos para
nuestro cuerpo. Esa agua la utilizamos para bañarnos, lavar los trastes, regar las
macetas, limpiar nuestras casas y muchas cosas más sin que tengamos ningún
problema, ¿no? Pero si la queremos beber la cosa es distinta.
—¿Ah, sí? Y, ¿por qué?
—Sí, ¿por qué, Jorge?— preguntó Iván.
Los demás miembros de El Olimpo se acercaron a escuchar al niño genio del equipo. Jorge
sabía muchas cosas y se sentía cómodo compartiendo con los demás sus conocimientos. Así que
sin ningún problema comenzó a hablar.
—De acuerdo, cuates, ahora verán. El agua que
utilizamos para beber pasa por un proceso de
purificación para eliminar algunos
microrganismos que naturalmente se
encuentran en ella. Son como pequeños
bichos que si no son eliminados pueden
producir enfermedades como el
cólera y llenarnos la panza de parásitos.
Por eso es importante filtrarla o
dejarla hervir durante 60 segundos
después de que veamos que
comienzan a salir burbujas, o se
le puede poner algunas gotitas de
cloro o yodo para matar todos
los microrganismos o, de plano,
mejor beber agua embotellada.
—Yo sabía que lo mejor es tomar
agua limpia, pero la verdad ni
sabía bien por qué, jejeje.
11 Jugadas para la Salud
14. —No te preocupes, Iván, siempre se puede aprender algo nuevo.
—Ok, chavos. Les creo, o sea, de verdad, ya no voy a tomar agua de la llave.
Ahora entiendo por qué me enfermo del estómago tan seguido. Yo siempre le
digo a mi hermanita que de seguro es porque le caigo mal a las verduras, jajaja.
No se crean, ya en serio, aprendí todo muy bien. Porque, verán, en la escuela las
maestras siempre dicen que soy muy aplicada e inteligente. Y tienen razón, me
encanta la escuela, me fascina aprender, no están ustedes para saberlo ni yo para
contarlo, pero fíjense que soy la encargada del grupo porque todos los maestros
me dicen que soy la más inteligente. Es más, hasta me dicen que yo sea la
encargada de mantener al grupo en orden, me dicen: “Itzel, ponles el ejemplo a
tus demás compañeros y, por favor, guarda silencio”. Entonces yo me quedo bien
calladita y veo cómo los profesores respiran aliviados.
—Ok, Itzel, ya entendimos —dijo Iván.
—Qué bueno, porque no
me gusta repetir las cosas,
muchachos. Como sea,
¿quién me acompaña a la
tienda por un refresquito
bien helado?
—¿Refresco? ¡Ay, Itzel!
¿Qué no entendiste nada
de lo que te dije?
—Jorge, discúlpame
pero perdóname,
tú me dijiste que
no tomara agua
de la llave y eso estoy
haciendo. O sea, te pido
congruencia, amiguito.
Bebe agua potable
15. —De acuerdo, Itzel —dijo Jorge—, creo que tengo que ser más específico
contigo. Mira, el agua es el elemento más importante para nuestro organismo.
Sin agua no podemos funcionar, todos los días hay que tomar alrededor ocho
vasos de agua. Pero es importante recordar que esa agua debe de estar bien
limpia, hervida o clorada, como te dije hace un rato. Pero además debe quedarte
claro que el agua no se puede sustituir con refrescos ni bebidas endulzadas, pues
en lugar de quitarte la sed la aumentan; además, te harán engordar y dañarán
tu cuerpo.
—Muy bien, entonces, ni agua de la llave ni refrescos, ¿no? O sea, yo quiero ser
actriz y debo de estar en forma, así que nada de refrescos porque me arruinan el
cutis; además, para jugar futbol debemos estar sanos.
—Así es, mejor te convido de mi agua de jamaica —dijo Penélope— es más fresca
y saludable. Además, te ayudará a mantener la línea, querida. O sea, ¿si me
entiendes, verdad, chulis?
Todos se rieron de la cara que hizo Penélope al decir esto e Itzel ya no dijo ni una palabra más.
11 Jugadas para la Salud