El documento discute las políticas públicas para los emprendedores a través de la historia. Explica que las primeras políticas se implementaron en 1890 en Estados Unidos y que aunque se han creado más políticas desde entonces, a menudo han llegado tarde o han sido ineficientes. Sin embargo, concluye que todavía hay tiempo para establecer políticas efectivas que apoyen a los emprendedores y aprovechen su potencial para impulsar la innovación, el crecimiento económico y la cohesión social.