Este documento describe 11 hábitos de personas extremadamente agradables, incluyendo sonreír, imitar el lenguaje corporal de los demás para mostrar empatía, hacer preguntas abiertas para conocer a los demás, hablar de temas positivos, escuchar más de lo que hablan, agradecer a los demás, usar contacto físico apropiado, buscar puntos de acuerdo en lugar de desacuerdo, y prestar atención a lo que dicen los demás en lugar de pensar en su propia respuesta.
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Aquí un trabajo que realicé para el curso de Taller de Comunicación Interpersonal. Este trabajo es una reflexión final luego de haber leido el libro "7 segundos".
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11 hábitos de las personas extremadamente encantadoras
1. 11 Hábitos de las personas
extremadamente encantadoras
Sin lugar a dudas, ser una persona muy agradable te abre
muchas puertas. Por eso te recomiendo que procures
desarrollar estos hábitos en tu forma de ser y comunicarte.
Seguramente conoces a más de una persona con este perfil.
Son gente a la que siempre le contestan el teléfono o le
devuelven las llamadas. Siempre tienen a alguien dispuesto a
pasar a recogerles, pero no si no es así, no pasa nada porque
ellos siempre encuentran parking.
Son gente fantástica. Y estas son sus características (intenta
copiar las que no tengas):
1. Siempre sonríen
La sonrisa inspira confianza, hace que la gente se sienta
cómoda, y aún más importante que esto, el oyente se deja
envolver por el ambiente de felicidad que transmite la sonrisa.
No es que debas sonreír incluso dormido, pero seguro que
alguna vez has dicho o has escuchado a alguien decir alguna
frase similar a “me encanta Fulanito, siempre está sonriendo”.
Pues eso mismo es lo que la gente debería decir de ti.
¿Sabías que si un camarero te sonríe constantemente, tiene el
triple de posibilidades de recibir una propina que otro camarero
que te trata igual de bien pero no te sonríe?
Por supuesto, respeta los momentos y ten en cuenta el
siguiente punto.
2. Imitación como origen de la empatía
Voluntaria o involuntariamente, los “super-encantadores” imitan
los gestos de la persona con quien se están comunicando.
Fruncen el ceño cuando tú lo haces, sonríen cuando tú sonríes,
2. cruzan las piernas o incluso se rascan la nariz si tú lo haces.
Pero no te excedas.
Numerosos estudios de reconocidas universidades e
investigadores, han concluido que somos más propensos a
sentirnos a gusto y empatizar con personas que imitan nuestro
lenguaje corporal. Nos resulta familiar y no agresivo. Más aún,
al imitar (con la mesura adecuada) el lenguaje corporal de tu
interlocutor, hasta puedes resultarle atractivo.
3. Hacen preguntas abiertas.
Sienten un interés sincero en saber de ti, y lo demuestran a
través de preguntas abiertas, aquellas en las que un simple “sí”
o “no” no son suficientes. Hacen preguntas con las que te
permiten desarrollar tu respuesta y contarle sobre un tema del
que te apasiona hablar: “tú mismo”. Y no me cuentes historias
de que tú no eres así, está científicamente demostrado que a
todos nos gusta hablar de nosotros mismos.
4. Hablan de cosas alegres
Dejan las conversaciones negativas de lado y se centran más
en las positivas. Cuentan historias agradables, tratan temas
alegres. No empiezan las conversaciones con “¿has leído lo
de… (alguna noticia triste)…? qué pena ¿verdad?” y ese tipo
de comentarios.
Estamos hablando de gente que al despedirse te deja una
sensación de alegría, de felicidad, te retiras con una sonrisa en
la cara. Seguramente también conoces el lado opuesto,
aquellos con los que casi siempre la conversación tiene un
espíritu negativo, de tristeza, hablan de la crisis, de un
accidente, etc. Aquellos que al despedirte te vas a casa peor
de lo que estabas antes de hablar con ellos.
¿Cuándo te despidas de alguien quieres dejarlo con una
sonrisa en la cara o quieres que se quede pensando en un
trágico accidente?
3. 5. No se quejan
Seguro que sabes de quién te hablo cuando digo “¡buff,
siempre se está quejando de algo!”… ¿Quieres ser esa
persona? ¿Verdad que no?. Pues bien, los “super-
encantadores” no son este tipo de personas. Al contrario, por
muchos problemas que tengan no los escucharás reiterarse
una y otra vez en ellos, y si lo hacen, lo hacen con gracia y
alegría, de tal manera que más parece un reto que un
problema.
6. Escuchan más de lo que hablan
Si quieres dejar una buena huella y que la gente piense que
eres una persona extremadamente agradable con la que se
puede tener una conversación estupenda, déjalos que te
cuenten su historia. Escucha con sinceridad y atención lo que
te dicen, y permíteles y ayúdales a hablar y hablar.
Hace unas semanas en una barbacoa, un amigo me presentó a
su hermana. Hablamos 10 minutos. Yo sabía que había estado
de viaje por Mongolia. Así que le pregunté por su viaje. Al día
siguiente mi amigo me dijo “Mi hermana dice que eres super
simpático que le caíste increíblemente bien ¿qué le contaste?”.
Le había hecho 3 preguntas principales: “¿qué tal tu viaje por
Mongolia?”, “¿Qué es lo que más te gustó?”, “¿Lo
recomendarías?”. Además de varios pequeños comentarios de
refuerzo a lo que ella me contaba como “¡Wow!” “suena genial”,
“tiene que estar buenísimo”, “¿y eso?”, “me encantaría”, etc.
En conclusión, yo no conté nada, simplemente hice que se
sintiera muy a gusto contándome su viaje.
7. No les preocupa parecer vulnerables
Tienden a ser personas seguras de sí mismas y por tanto no
temen parecer vulnerables, porque saben que todo el mundo lo
es, y que sencillamente unos prefieren aparentar que no lo son.
Pero a ellos no les preocupa esto. Al abrir esa puerta, conectan
4. con su interlocutor, porque este los ve como una persona
sincera y humilde.
Pero cuidado, si eres un nido de inseguridades… hay una
delgada línea que separa el parecer vulnerable y el ser un
quejica. No cruces esa línea.
8. Les gusta ser agradecidos
Y esto hace que su interlocutor se sienta a gusto con ellos.
Darle las gracias a otro, es otorgarle un reconocimiento por la
acción que ha realizado. Es darle una palmadita imaginaria en
la espalda, y a todos nos gustan los reconocimientos y las
palmaditas.
En el lado opuesto nos encontramos con los “mal
agradecidos”… ¿Cuánto disfrutas pasando el rato con ellos?
¿Te gusta hacerles favores? Las respuestas son obvias y me
ayudan a poner énfasis en este punto: Siempre se agradecido.
9. Aprovechan el contacto físico
Es un hecho, científicamente probado, que el contacto físico
nos ayuda a conectar con nuestro interlocutor. Los super-
encantadores conocen bien (instintiva o premeditadamente)
como usar estas técnicas sin cruzar la línea que haga que la
otra persona se sienta incómoda.
El uso correcto de este contacto, te ayuda a poner énfasis en el
ambiente que quieres transmitir y te puede ayudar a vender
más, transmitir alegría, tranquilidad, etc.
Por ej, no es lo mismo un saludo con la mano, que acompañar
este poniendo la mano en el hombro de la otra persona o por
encima de su codo. Este último transmite alegría por ver a la
otra persona.
10. Buscan el punto de acuerdo, en lugar
del de desacuerdo
5. Esto quizás sea más fácil de explicar hablando del lado
opuesto. Si te digo “¿te has fijado que _____ siempre lleva la
contraria, da igual lo que uno diga?”, ¿podrías rellenar el
espacio en blanco con un nombre? Seguro que sí, todos
conocemos a alguien así. Tarde o temprano la gente se cansa
de esa actitud.
Si quieres caer en gracia, es mejor buscar los puntos de
acuerdo. Ojo, no te estoy diciendo que des la razón porque sí,
sino que busques el punto en común que os une.
11. Piensan en lo que estás diciendo, y no
en lo que te van a responder.
Dicen que uno de los mayores problemas de la comunicación
es que no escuchamos para entender o sentir empatía, sino
que lo hacemos para responder.
Si de vez en cuando interrumpes a tu interlocutor “porque ya
sabes lo que te va a decir” entonces es muy probable que seas
de los que escuchan para responder.
Un “super-encantador” hace que te sientas escuchado y esto lo
consigue, primero prestando atención real, y segundo con un
lenguaje corporal adecuado a lo que dices, además de
comentarios que apoyen y le den fuerza a lo que comentas.
Recuerda que lo mejor es que siempre seas tú mismo, a no ser
que seas insoportable. Seas como seas, siempre podemos
mejorar; es mi objetivo cada día y también debería ser el tuyo,
porque por muy perfecto/a que seas, siempre puedes ser
mejor.