El documento discute si podemos orar para que los enfermos se sientan mejor. Explica que Dios puede contestar la oración dándole salud al enfermo si Él quiere, pero si no, no lo hará porque Su voluntad siempre es lo mejor. A veces Dios permite la enfermedad por buenas razones que no siempre conocemos. Cuando oramos por un enfermo, podemos pedir que Dios los ayude si eso es Su mejor plan y agradecerle sin importar el resultado, ya que para los creyentes el cielo es un lugar sin enfermedades