El documento describe el plan de Dios para su pueblo durante el exilio babilónico y la reconstrucción del Templo en Jerusalén. Dios prometió que el exilio duraría setenta años y luego despertaría a Ciro para que permitiera al pueblo regresar a su tierra y reconstruir el Templo. A pesar de las dificultades, el pueblo completó la reconstrucción bajo la dirección de Zorobabel, cumpliendo así la promesa de Dios.