La resurrección de Lázaro es un momento clave en el ministerio terrenal de Jesús, y punto de inflexión en su relación con los judíos. Marta, María, los testigos y los religiosos reaccionan de manera distinta a este milagro, que nos muestra que Jesús está siempre presente, aún cuando parece que estamos solos en medio de las circunstancias difíciles.