El documento discute la ética divina revelada por Dios. Argumenta que Dios es la fuente objetiva de lo que es bueno y malo, no valores subjetivos. Dios estableció leyes morales para la humanidad en la Biblia que debemos seguir como hijos de Dios. Jesucristo fortaleció la ley moral de Dios y no la abolió. La ley revela el pecado y la santidad de Dios, aunque no salva; sólo Cristo salva.