3. TEXTOS BIBLICOS
Colosenses 2:16, “Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en
parte de día de fiesta, o de nueva luna, o de sábados: 17 lo cual es la
sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo”
Romanos 14:17 "Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia
y paz y gozo por el Espíritu Santo”
1 Corintios 8:8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues
ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos
menos.
1 Timoteo 4:1Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios; 2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo
cauterizada la conciencia, 3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de
alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de
ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo que
Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de
gracias; 5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
4. CONCERNIENTE A COMIDAS Y BEBIDAS
El Nuevo Testamento no establece reglas rígidas concernientes a
qué comidas debe comer o beber el cristiano con la excepción de las
bebidas embriagantes y substancias que son adictivas y esclavizan.
“Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día
de fiesta, o de nueva luna, o de sábados: lo cual es la sombra de lo
por venir; mas el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:16, 17). Por lo
tanto, no tenemos ningún derecho de juzgar lo que nuestro hermano
o hermana come o bebe. Las restricciones legales de la ley mosaica
concernientes a éstas no se extendieron a la Dispensación de la
Gracia. “Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y
paz y gozo por el Espíritu Santo” (Romanos 14:17). Véase también 1
Corintios 8:8 y 1 Timoteo 4:1–5.
PRINCIPIOS BIBLICOS, CREENCIAS Y PRÁCTICAS DE LA IDP
5. NO HAY ALIMENTOS PROHIBIDOS
¿Qué nos enseña el N.T. acerca de los
alimentos?
Todas las prohibiciones de comer ciertos
alimentos (como el camello, el cerdo, el
conejo, etc.) estaban en plena vigencia en el
judaísmo dentro del cual nació, vivió y
murió Nuestro Señor Jesucristo. ¿Cómo
reaccionó Jesús frente a ellas?
http://www.mercaba.org/Sepadefender/tema_24_no_hay_alimentos.htm
Sigue…
6. Sigue
1. La actitud renovadora y liberadora de Jesús
Un día, Jesús llamó a toda la gente y les dijo:
«Escúchenme todos y entiéndanme bien: No hay ninguna
cosa fuera del hombre que al entrar en él lo pueda hacer
pecador o impuro...». Y como sus mismos discípulos se
sorprendieron con tamaña novedad, Jesús añadió
enseguida: «¿No comprenden que nada de lo que desde
fuera entra en el hombre lo puede hacer impuro porque no
entra en su corazón, sino en su estómago y luego se echa
afuera?». Y añade el mismo Jesús: «Lo que sale del
hombre, eso es lo que le hace impuro, pues de dentro del
corazón salen las malas intenciones, los desórdenes
sexuales, los robos, libertinaje, envidia, injuria, orgullo,
falta de sentido moral. Todo eso sale de dentro, y eso sí que
mancha al hombre» (Mc. 7:14-23 y Mt. 15:10-20).
7. Sigue
2. La práctica de los primeros cristianos
Pero los judíos continuaron aferrados a sus leyes y costumbres
en esos puntos, e impugnaron duramente a los primeros
cristianos convertidos del judaísmo. De tal modo que en las
primeras comunidades cristianas de origen judío, fue muy difícil
cambiar de criterio respecto a los alimentos. Hasta los mismos
apóstoles tuvieron sus resistencias (Hch. 10:9-16; y 11:1-18).
Incluso después de declarar, en el concilio de Jerusalén, que no
les obligaba la ley de Moisés, ni la circuncisión (Hch. 15:1-12),
tuvieron que hacer algunas concesiones respecto a la costumbre
judía de los alimentos, pero sólo para ciertas comunidades
aisladas, donde habitaban los judeocristianos. Es que, como
señala la misma Biblia, muchos judeocristianos seguían
aferrados celosamente a la Ley de Moisés (Hch. 15:13-19 y 21:
20). ¡Nunca han sido fáciles los cambios!
8. 3. La enseñanza del apóstol Pablo
Será especialmente San Pablo quien, en la línea liberadora de Jesús,
repetirá a los cristianos: «Que nadie los critique por cuestiones de
comida o bebida, o a propósito de las fiestas, de novilunios o de los
sábados. Todo eso no era sino sombra de lo que había de venir, y
ahora la realidad es la persona de Cristo... ¿Por qué se van a sujetar
ahora a preceptos como «no tomes esto», «no gustes eso», «no toques
aquello»?... Tales cosas tienen su apariencia de sabiduría y de piedad,
de mortificación y de rigor, pero sin valor alguno...» (Col. 2:16-17;
20-23).
Y también en su carta a Timoteo, Pablo escribe contra quienes
prohibían, entre otras cosas, «el uso de alimentos que Dios creó para
que fueran comidos con acción de gracias por los fieles que han
conocido la verdad. Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no
se ha de rechazar ningún alimento que se coma con acción de gracias,
pues queda santificado por la palabra de Dios y la oración. Si tú
enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo
Jesús» (1Tim. 4:3-6; 1 Co. 6:13 y 8:7-13).
9. SIGUE
EL BIEN Y EL MAL VERDADEROS
Mateo 15:10-20
Bien se podría decir que para un judío esto era lo más escandaloso que Jesús dijo
nunca. Porque en estas palabras Jesús no sólo condena la religión ritualista y
ceremoniosa de los escribas y fariseos, sino que llega a borrar pasajes enteros del libro de
Levítico. Aquí no se limita a contradecir la tradición de los ancianos, sino hasta la misma
Escritura. Este dicho de Jesús cancela todas las leyes alimentarias del Antiguo
Testamento. Posiblemente tales leyes podrían seguir existiendo como cuestiones de salud
e higiene y sentido común y medicina general; pero no podrían seguir existiendo más
como cuestiones de religión: De una vez para siempre, Jesús establece que lo que importa
no son las observaciones rituales de una persona; sino el estado de su corazón:
No es extraño que los escribas y fariseos se escandalizaran. Jesús les quitó de debajo
de los pies el terreno en que se basaba su religión. La afirmación de Jesús era más que
alarmante: era revolucionaria. Si Jesús tenía razón,. toda la religión de ellos estaba
equivocada. Identificaban la religión y el hacer la voluntad de Dios con la observancia de
leyes y normas acerca de la pureza y la impureza; con lo que se podía comer y lo que no, y
con cómo se lavaban las manos antes de las comidas; y Jesús identificaba la religión con
el estado del corazón, y decía abiertamente que aquellas reglas de los fariseos y los
escribas no tenían nada que ver con la religión. Jesús dijo que los fariseos eran ciegos
guías, que no tenían ni la menor idea del camino hacia Dios, y que, si la gente los seguía,
lo único que se podía esperar era que se salieran de la carretera y se cayeran en la cuneta.
Y Jesús tenía toda la razón.
10. 1. Si la religión consiste en reglas externas y su cumplimiento, es dos cosas. Es
demasiado fácil. Es muchísimo más fácil abstenerse de ciertos alimentos y
lavarse las manos de una cierta manera que amar lo inamable y lo desamable, y
que ayudar a los necesitados a costa del tiempo y del dinero y de la comodidad y
del gusto de uno mismo.
Todavía no hemos aprendido del todo esta lección. El asistir regularmente a la
iglesia, echar generosamente en la colecta, ser miembro de un círculo de estudio
bíblico son todo cosas externas. Son medios que conducen a la religión, pero no
son la religión. Nunca nos podremos recordar a nosotros mismos suficientemente
que la religión consiste en una relación personal y en una actitud hacia Dios y
nuestros semejantes.
Además, si la religión consistiera en el cumplimiento de normas eternas, sería
engañosa. Muchos tienen una vida intachable en cuanto a lo exterior, pero tienen
amargura y los peores pensamientos en su interior. La enseñanza de Jesús es que
todas las observancias externas del mundo no pueden expiar la amargura y el
orgullo y la codicia que dominan el corazón.
SIGUE
11. 2. La enseñanza de Jesús es que lo que más importa de una persona es el corazón. "
Bienaventurados los limpios de corazón, porque serán los que vean a Dios»
(Mat_5:88 ). Lo que importa en relación con Dios es no es tanto cómo actuamos
como por qué actuamos; no tanto lo que hacemos sino lo que querríamos hacer
en lo íntimo de nuestro corazón. " El hombre -decía Tomás de Aquino- mira la
acción, pero Dios mira la intención.»
La enseñanza de Jesús -que nos condena a cada uno de nosotros- es que ninguno se
puede considerar bueno porque cumpla las reglas y normas externas, sino sólo
cuando su corazón sea limpio. Ese mismo hecho le pone fin al orgullo; y la razón por
la que cala uno de nosotros lo único que puede decir es " Dios, ten misericordia de
este pecador que soy yo.»
BIBLIOGRAFÍA
The Sword of the LORD with an electronic edge. «Comentario
del NT de William Barclay»
12. Del cofre del pensador
Se puede pensar mal o bien. Es nuestra la libertad. Sólo
debemos recordar: Somos lo que estamos pensando.
Aprendamos a pensar del mismo modo que aprendimos a
orar, y veremos cómo el pensamiento se pone de rodillas.
Conoceríamos mejor a los hombres, no por sus obras, sino por
sus pensamientos. Lamentablemente sus pensamientos son
como una puesta de sol: Cuanto más nos acercamos, más lejos
parecen estar. Los pensamientos puros siempre serán puros
aun para los de corazón impuro. Pero los pensamientos
impuros nunca llegarán a ser puros para los que quieren seguir
teniendo un corazón puro. Lo que contamina al hombre no es
el contacto con el hombre sino lo que se pueda pensar de él
(15:19).
14. PLATOS TÍPICOS EN TIEMPOS DE JESÚS
1. Para entrar a discutir sobre los platos típicos en los tiempos
de Jesús, nos debemos remontar al antiguo y nuevo
testamento, que nos enseña mediante sus textos las
comidas típicas se dividían según la clase social en la que
se encontraran, las más reconocidas son:
2. El Pan. Constituía el elemento esencial de la mesa. Al ser
un producto básico tenía que ser tratado con respeto
prohibiendo así poner carne cruda encima de él, o tirar sus
migas las cuales deberían ser recogidas con esmero. Los
pobres comían pan de cebada y los ricos pan de trigo.
3. Granos. Se utilizaban como aderezos. Triturados en forma
gruesa daban sémola que servía para hacer papilla. Se
usaban en las guerras o durante viajes prolongados.
15. 4. Leche. La leche de vaca no era tradicional porque se
cuajaba muy rápido. Era más común la leche de cabra y
oveja También producían queso
5. Miel. Era indispensable puesto que todavía no sabían
extraer el azúcar de la caña. Se convirtió en un producto de
exportación por su exceso de producción. Se consumía
también la miel extraída de las uvas y de los dátiles.
6. Legumbres. Ocupaban un lugar destacado en la
alimentación popular. Las más comunes eran las habas,
lentejas, pepinos, cebollas, lechuga y escarola.
7. Carnes. Estaba prohibido el consumo de animales que no
fueran desangrados. Era un alimento de lujo, entre los más
humildes se mataba solo un animal para hacer comida en
fiestas familiares. A falta de pollos se comían palomas ya
que eran muy baratas. Entre reyes era común el consumo de
ciervos, gacelas, perdices, codornices y pavo real.
16. 8. Langosta. Era uno de los alimentos más sorprendentes de
la época. Se comían cocidas rápidamente en agua y sal
obteniendo un sabor similar al langostino. Se encurtían
también en vinagre o miel para reducirlas a polvo, mezclarlo
con flor de harina y hacer galletas.
9. Aceites y Frutas. El primer aceite se extraía de la muela de
piedra o madera. El aceite se reservaba para usos litúrgicos
y pastelería muy fina. Los melones, los higos, las uvas, las
granadas y las bayas de sicómoro figuraban a menudo en las
mesas.
10.Vinos y Bebidas Existían varios tipos de refrescos y licores
además del agua pura. El vino más común era el Vino Tinto.
La viña llegó a ser el símbolo de Israel de la misma forma
que podía verse un sarmiento de oro en el templo. El vino
era la bebida por excelencia, sin ser posible compararlo con
los demás líquidos. http://www.alfinal.com/Temas/comerbeberje sus.php