Este documento presenta un resumen de 3 oraciones del inicio de un libro de ficción. Introduce a las vecinas Marta MacGoolioogly y Maud O'Haggis, quienes discuten un artículo periodístico extraño enviado por el sobrino de Marta sobre una persona que experimentó sensaciones durante un ataque cardíaco. Las vecinas deciden consultar a Helen Hensbaum, una mujer más educada, para obtener su opinión sobre el artículo.
Este documento presenta un resumen de un artículo de periódico sobre la experiencia cercana a la muerte de un hombre que sufrió un ataque cardíaco. El hombre, B. Leslie Sharpe de 68 años, dice que durante el período en que su corazón se detuvo, pudo verse a sí mismo "frente a frente" y experimentó sensaciones extrañas y apacibles. Los médicos que trataron a Sharpe mencionan que esto podría ser lo que se entiende como la "separación del alma del cuerpo". El artículo genera debate sobre la exist
Este documento describe la niñez de la autora en un edificio de departamentos en la calle San Luis en Buenos Aires en los años 1940-1950. Vivían allí varias familias judías que habían sobrevivido el Holocausto, incluyendo la señora Seiden cuyo brazo tenía tatuado un número de identificación de un campo de concentración. La autora observaba a los vecinos y aprendía sobre sus experiencias a través de pequeñas interacciones, aunque no entendía completamente el significado del Holocausto a su edad.
El documento describe la situación precaria de dos amigas, Manuela y Pilar, que viven escondidas con la madre de Manuela en Yautepec debido a la inseguridad causada por los bandidos "plateados" en la zona. La madre está preocupada por la seguridad de Manuela y cree que deberían casarla con Nicolás para protegerla, aunque Manuela no está interesada. La vida que llevan está llena de miedo y zozobra.
Vargas llosa, mario los cuadernos de don rigobertoMINEDU/oswaldo
Este documento narra el encuentro entre doña Lucrecia y Fonchito, el hijo de su ex esposo Rigoberto. Fonchito se escapa de la academia para visitar a doña Lucrecia y pedirle perdón por su papel en la ruptura de su matrimonio con Rigoberto. A pesar de sus sentimientos encontrados, doña Lucrecia muestra compasión hacia Fonchito. El niño insiste en que ha cambiado y promete portarse bien, aunque la criada Justiniana desconfía de él.
Amores y desamores de un poeta desquiciadopeliculas01
Este documento narra la historia de un joven llamado Luis que ayuda a su amigo Antonio a declararse a una chica llamada Nuria. El 14 de febrero, Antonio le pide a Luis que le susurre poemas desde abajo del balcón de Nuria para que Antonio se los pueda recitar. Sin embargo, debido a los nervios, Antonio termina diciendo las palabras incorrectas, lo que causa confusión y vergüenza.
Este documento narra parte de la historia de fondo del príncipe Maxon antes del inicio de la Selección. Maxon está nervioso por la inminente llegada de las 35 aspirantes a la corona. Habla con su padre, quien le recuerda la importancia de su posición y de elegir una buena esposa. Luego, Maxon habla con su madre, quien le asegura que apoyará su elección sin importar el origen de la chica escogida.
Este documento presenta un resumen de tres oraciones de la novela "La noche soñada" de Màxim Huerta. Narra los planes de Justo Brightman, un niño de 12 años, para cambiar el destino de su familia en la noche de San Juan de 1980 en un pueblo de la Costa Brava. Justo observa los preparativos para la fiesta y tiene un plan que pondrá en marcha esa noche aprovechando el ruido y la diversión de la celebración.
El documento presenta la biografía del autor. En 3 oraciones o menos:
El autor nació en 1958 en la provincia de Santa Fe y se mudó a Mendoza a los 6 años, donde su padre trabajó en una fábrica de cemento. Terminó sus estudios secundarios y obtuvo una licenciatura en literatura mientras criaba a sus hijos. A los 40 años publicó su primer libro y desde entonces ha continuado escribiendo de manera constante.
Este documento presenta un resumen de un artículo de periódico sobre la experiencia cercana a la muerte de un hombre que sufrió un ataque cardíaco. El hombre, B. Leslie Sharpe de 68 años, dice que durante el período en que su corazón se detuvo, pudo verse a sí mismo "frente a frente" y experimentó sensaciones extrañas y apacibles. Los médicos que trataron a Sharpe mencionan que esto podría ser lo que se entiende como la "separación del alma del cuerpo". El artículo genera debate sobre la exist
Este documento describe la niñez de la autora en un edificio de departamentos en la calle San Luis en Buenos Aires en los años 1940-1950. Vivían allí varias familias judías que habían sobrevivido el Holocausto, incluyendo la señora Seiden cuyo brazo tenía tatuado un número de identificación de un campo de concentración. La autora observaba a los vecinos y aprendía sobre sus experiencias a través de pequeñas interacciones, aunque no entendía completamente el significado del Holocausto a su edad.
El documento describe la situación precaria de dos amigas, Manuela y Pilar, que viven escondidas con la madre de Manuela en Yautepec debido a la inseguridad causada por los bandidos "plateados" en la zona. La madre está preocupada por la seguridad de Manuela y cree que deberían casarla con Nicolás para protegerla, aunque Manuela no está interesada. La vida que llevan está llena de miedo y zozobra.
Vargas llosa, mario los cuadernos de don rigobertoMINEDU/oswaldo
Este documento narra el encuentro entre doña Lucrecia y Fonchito, el hijo de su ex esposo Rigoberto. Fonchito se escapa de la academia para visitar a doña Lucrecia y pedirle perdón por su papel en la ruptura de su matrimonio con Rigoberto. A pesar de sus sentimientos encontrados, doña Lucrecia muestra compasión hacia Fonchito. El niño insiste en que ha cambiado y promete portarse bien, aunque la criada Justiniana desconfía de él.
Amores y desamores de un poeta desquiciadopeliculas01
Este documento narra la historia de un joven llamado Luis que ayuda a su amigo Antonio a declararse a una chica llamada Nuria. El 14 de febrero, Antonio le pide a Luis que le susurre poemas desde abajo del balcón de Nuria para que Antonio se los pueda recitar. Sin embargo, debido a los nervios, Antonio termina diciendo las palabras incorrectas, lo que causa confusión y vergüenza.
Este documento narra parte de la historia de fondo del príncipe Maxon antes del inicio de la Selección. Maxon está nervioso por la inminente llegada de las 35 aspirantes a la corona. Habla con su padre, quien le recuerda la importancia de su posición y de elegir una buena esposa. Luego, Maxon habla con su madre, quien le asegura que apoyará su elección sin importar el origen de la chica escogida.
Este documento presenta un resumen de tres oraciones de la novela "La noche soñada" de Màxim Huerta. Narra los planes de Justo Brightman, un niño de 12 años, para cambiar el destino de su familia en la noche de San Juan de 1980 en un pueblo de la Costa Brava. Justo observa los preparativos para la fiesta y tiene un plan que pondrá en marcha esa noche aprovechando el ruido y la diversión de la celebración.
El documento presenta la biografía del autor. En 3 oraciones o menos:
El autor nació en 1958 en la provincia de Santa Fe y se mudó a Mendoza a los 6 años, donde su padre trabajó en una fábrica de cemento. Terminó sus estudios secundarios y obtuvo una licenciatura en literatura mientras criaba a sus hijos. A los 40 años publicó su primer libro y desde entonces ha continuado escribiendo de manera constante.
Este cuento narra la historia de Matías, un hombre que trabaja como cobrador pero que recibe la oportunidad de convertirse en profesor suplente de historia. Sin embargo, cuando llega al colegio para dar su primera clase, Matías comienza a dudar de sus propios conocimientos y capacidades. Aterrorizado, huye del colegio y regresa a su casa, donde su esposa lo recibe orgullosa, haciendo que Matías estalle en llanto al darse cuenta de que ha fallado.
Este documento presenta una introducción a la vida de Fifí Bigotesgrises, una gata siamesa francesa. Describe su nacimiento en París y cómo su madre fue asesinada por una mujer rica que no toleraba su canto. Fifí pasó una dura infancia sola y hambrienta hasta que una mujer de limpieza la cuidó. Más tarde, fue forzada a aparearse y sufrió un trauma. Busca refugio en un árbol y es rescatada por la mujer de limpieza.
Iria cumple 5 años y empieza el colegio. Le gusta mucho el cuento "La princesa valiente". En su primer día, dibuja a su familia compuesta por sus dos madres, Marta y Elvira. Una compañera dice que no se puede tener dos madres, pero Iria recuerda las palabras de Elvira y se muestra valiente al afirmar que ella sí tiene dos madres.
El cuento narra la historia de Matías, un hombre que trabaja como cobrador pero que siempre ha querido ser profesor. Un amigo le ofrece dictar sus clases de historia mientras está ausente. Matías se prepara entusiasmado pero cuando llega al colegio comienza a dudar de sus conocimientos y se siente abrumado por la presión. Termina huyendo sin dar la clase y regresa a casa avergonzado, donde su esposa lo recibe orgullosa creyendo que todo fue un éxito.
El documento presenta un extracto del primer capítulo de una novela que narra la historia de un adolescente. Describe su despertar, los cambios físicos y hormonales propios de la edad, y su primer día de clases donde conoce a una compañera llamada Carolina, de quien el personaje Gustavo queda enamorado e inspirado para escribir poemas.
El cuento narra la historia de Matías, un cobrador que recibe la oportunidad de suplir como profesor de historia. Aunque al principio se siente entusiasmado, cuando llega al colegio comienza a dudar de sus conocimientos y capacidades. Tras varios intentos fallidos de entrar al colegio, termina abandonando la idea y regresa a su casa, dándose cuenta de su gran frustración.
Este cuento narra la historia de Miguel, un joven enamorado de Flora que se declara pero es rechazado. Más tarde, Miguel los ve a Flora y a su rival Rubén juntos en el cine, lo que lo llena de celos. Para distraerse, Miguel se une a sus amigos "pajarracos" en el bar, donde intenta ocultar su tristeza.
Este documento es un extracto de la novela "Frenético sosiego" de la autora Roxana Heise Venthur. Presenta la historia de Aurora, una joven que llega a vivir a un cité en Santiago y comienza a conocer a sus vecinos, incluyendo a Marina y su esposo Lalo, quienes se convierten en sus amigos. También describe incidentes como una pelea entre Nacho López y su esposa, y la presentación de Aurora a Bastián, un empresario millonario que visita a Nacho.
El cuento describe la experiencia de Matías al ser nombrado profesor suplente de historia de forma repentina. Aunque al principio se siente entusiasmado por la oportunidad, cuando llega a la escuela para dar su primera clase, comienza a dudar de sí mismo y sus conocimientos. Se siente nervioso y confundido, y termina huyendo de la escuela sin dar la clase. Derrotado, regresa a su casa, dándose cuenta de que no estaba realmente preparado para ser profesor.
El Amor observa a los humanos en la ciudad y los ve tristes y sin alegría. Decide enviar a un mensajero para anunciar que El mismo tomará forma humana para renacer el amor entre la humanidad. El mensajero intenta dar el mensaje pero la gente no le presta atención. Finalmente, los pastores en el campo acogen el mensaje con alegría.
Este documento narra la historia de Miguel, un joven que se declara enamorado de Flora pero es rechazado. Más tarde, Miguel ve a Flora y a su rival Rubén juntos en un bar. Aunque al principio se siente herido, Miguel logra disimular su dolor frente a sus amigos y los invita a todos a almorzar para salvar las apariencias.
El documento presenta información sobre Terezín, un gueto nazi en Checoslovaquia donde vivieron más de 15,000 niños judíos. Los niños crearon dibujos y poemas que muestran momentos de felicidad a pesar de las difíciles circunstancias. Los dibujos ofrecen una perspectiva de la vida en Terezín diferente a las fotografías de propaganda nazi. El documento analiza varios dibujos y poemas que reflejan la esperanza, el miedo y la soledad experimentados por los niños.
Subi este cuento pensado en las personas que les cuesta encontrar Libros.
Cualquier cooperación que desee hacer, se los agradeceré.
Banco Estado cuenta rut 15753919 mi mail es el s_alicia2008@hotmail.com
Este documento contiene una colección de varios textos breves escritos por estudiantes de un curso de computación para adultos mayores. Incluye poemas, historias cortas, reflexiones y agradecimientos al profesor y asistentes del curso.
Este documento narra un episodio en la vida de un grupo de estudiantes de secundaria en Perú. Los estudiantes se rebelan contra el director de la escuela por cambiar el horario de los exámenes finales. Organizan una protesta en el patio de recreo exigiendo que se restablezca el horario anterior. El director amenaza con castigar al líder de la protesta. Más tarde, los estudiantes planean continuar su protesta en el Malecón después de clases.
Este documento narra la historia de Gustavo, un niño uruguayo de 8 años que es exiliado político junto a su familia y llega a vivir a una pensión junto a otras familias en similares condiciones. Gustavo se hace amigo de don Luis, un hombre inteligente pero con discapacidad física. A pesar de las dificultades económicas, los residentes de la pensión encuentran momentos de alegría y compañerismo. Con el tiempo, Gustavo pierde recuerdos de su vida anterior pero mantiene la esperanza de poder
Este resumen contiene 3 oraciones:
1. El cuento describe una situación en una escuela secundaria donde los estudiantes se rebelan contra el director por cambiar los horarios de los exámenes finales. 2. Los estudiantes organizan una protesta en el patio de recreo exigiendo que se restablezcan los horarios anteriores. 3. Dos líderes de los estudiantes, Javier y Lu, compiten por el liderazgo del movimiento de protesta y tratan de ganarse el apoyo de los demás estudiantes.
Este documento contiene varios extractos de escritos de Miguel de Unamuno en los que describe aspectos de la ciudad de Salamanca, donde vivió. Habla sobre paseos que daba alrededor de la ciudad y cómo le ayudaban a descansar su mente. También menciona algunas obras de arte que observaba con calma en Salamanca y cómo esto le enseñaba más que visitas rápidas a museos. Además, hace referencia a costumbres y expresiones lingüísticas características de la ciudad.
La historia cuenta la triste situación de Paulita, una anciana que vive sola en el campo. Su único hijo José se fue lejos para trabajar y manda cartas y regalos para alegrar a su madre, pero ella sufre por la distancia. Paulita enferma y empeora con la soledad, muriendo al final llamando a su hijo José. Un anciano desconocido presencia su muerte en silencio.
El documento presenta el testimonio de un hombre que sufrió un ataque al corazón y afirma haberse visto a sí mismo separándose de su cuerpo, experimentando extrañas pero apacibles sensaciones durante el período crítico en que su corazón se detuvo. Dos mujeres, Marta y Maud, consultan a una vecina más educada, Helen Hensbaum, sobre el significado de este artículo, pero tienen dificultades para entender la idea de que el alma pueda sobrevivir a la muerte del cuerpo.
Este documento presenta una introducción a la vida de Fifí Bigotesgrises, una gata siamesa francesa que escribió un libro sobre su vida. Fifí tuvo una infancia difícil después de que su madre fuera asesinada por su canto. Vivió sola y enferma hasta que fue cuidada por la mujer de la limpieza. Ahora vive con un lama tibetano que la ayudó a escribir su historia.
Este documento presenta un resumen del primer capítulo del libro escrito por la señora Fifí Bigotesgrises. Cuenta la historia de su nacimiento en París y su vida temprana con su madre en la finca de una familia francesa. Su madre es asesinada por la esposa de la familia debido a su fuerte voz. Fifí pasa hambre y soledad hasta que la mujer de la limpieza la cuida. Más tarde es forzada a aparearse, resultando en un doloroso primer encuentro. Huye del lugar asustada
Este cuento narra la historia de Matías, un hombre que trabaja como cobrador pero que recibe la oportunidad de convertirse en profesor suplente de historia. Sin embargo, cuando llega al colegio para dar su primera clase, Matías comienza a dudar de sus propios conocimientos y capacidades. Aterrorizado, huye del colegio y regresa a su casa, donde su esposa lo recibe orgullosa, haciendo que Matías estalle en llanto al darse cuenta de que ha fallado.
Este documento presenta una introducción a la vida de Fifí Bigotesgrises, una gata siamesa francesa. Describe su nacimiento en París y cómo su madre fue asesinada por una mujer rica que no toleraba su canto. Fifí pasó una dura infancia sola y hambrienta hasta que una mujer de limpieza la cuidó. Más tarde, fue forzada a aparearse y sufrió un trauma. Busca refugio en un árbol y es rescatada por la mujer de limpieza.
Iria cumple 5 años y empieza el colegio. Le gusta mucho el cuento "La princesa valiente". En su primer día, dibuja a su familia compuesta por sus dos madres, Marta y Elvira. Una compañera dice que no se puede tener dos madres, pero Iria recuerda las palabras de Elvira y se muestra valiente al afirmar que ella sí tiene dos madres.
El cuento narra la historia de Matías, un hombre que trabaja como cobrador pero que siempre ha querido ser profesor. Un amigo le ofrece dictar sus clases de historia mientras está ausente. Matías se prepara entusiasmado pero cuando llega al colegio comienza a dudar de sus conocimientos y se siente abrumado por la presión. Termina huyendo sin dar la clase y regresa a casa avergonzado, donde su esposa lo recibe orgullosa creyendo que todo fue un éxito.
El documento presenta un extracto del primer capítulo de una novela que narra la historia de un adolescente. Describe su despertar, los cambios físicos y hormonales propios de la edad, y su primer día de clases donde conoce a una compañera llamada Carolina, de quien el personaje Gustavo queda enamorado e inspirado para escribir poemas.
El cuento narra la historia de Matías, un cobrador que recibe la oportunidad de suplir como profesor de historia. Aunque al principio se siente entusiasmado, cuando llega al colegio comienza a dudar de sus conocimientos y capacidades. Tras varios intentos fallidos de entrar al colegio, termina abandonando la idea y regresa a su casa, dándose cuenta de su gran frustración.
Este cuento narra la historia de Miguel, un joven enamorado de Flora que se declara pero es rechazado. Más tarde, Miguel los ve a Flora y a su rival Rubén juntos en el cine, lo que lo llena de celos. Para distraerse, Miguel se une a sus amigos "pajarracos" en el bar, donde intenta ocultar su tristeza.
Este documento es un extracto de la novela "Frenético sosiego" de la autora Roxana Heise Venthur. Presenta la historia de Aurora, una joven que llega a vivir a un cité en Santiago y comienza a conocer a sus vecinos, incluyendo a Marina y su esposo Lalo, quienes se convierten en sus amigos. También describe incidentes como una pelea entre Nacho López y su esposa, y la presentación de Aurora a Bastián, un empresario millonario que visita a Nacho.
El cuento describe la experiencia de Matías al ser nombrado profesor suplente de historia de forma repentina. Aunque al principio se siente entusiasmado por la oportunidad, cuando llega a la escuela para dar su primera clase, comienza a dudar de sí mismo y sus conocimientos. Se siente nervioso y confundido, y termina huyendo de la escuela sin dar la clase. Derrotado, regresa a su casa, dándose cuenta de que no estaba realmente preparado para ser profesor.
El Amor observa a los humanos en la ciudad y los ve tristes y sin alegría. Decide enviar a un mensajero para anunciar que El mismo tomará forma humana para renacer el amor entre la humanidad. El mensajero intenta dar el mensaje pero la gente no le presta atención. Finalmente, los pastores en el campo acogen el mensaje con alegría.
Este documento narra la historia de Miguel, un joven que se declara enamorado de Flora pero es rechazado. Más tarde, Miguel ve a Flora y a su rival Rubén juntos en un bar. Aunque al principio se siente herido, Miguel logra disimular su dolor frente a sus amigos y los invita a todos a almorzar para salvar las apariencias.
El documento presenta información sobre Terezín, un gueto nazi en Checoslovaquia donde vivieron más de 15,000 niños judíos. Los niños crearon dibujos y poemas que muestran momentos de felicidad a pesar de las difíciles circunstancias. Los dibujos ofrecen una perspectiva de la vida en Terezín diferente a las fotografías de propaganda nazi. El documento analiza varios dibujos y poemas que reflejan la esperanza, el miedo y la soledad experimentados por los niños.
Subi este cuento pensado en las personas que les cuesta encontrar Libros.
Cualquier cooperación que desee hacer, se los agradeceré.
Banco Estado cuenta rut 15753919 mi mail es el s_alicia2008@hotmail.com
Este documento contiene una colección de varios textos breves escritos por estudiantes de un curso de computación para adultos mayores. Incluye poemas, historias cortas, reflexiones y agradecimientos al profesor y asistentes del curso.
Este documento narra un episodio en la vida de un grupo de estudiantes de secundaria en Perú. Los estudiantes se rebelan contra el director de la escuela por cambiar el horario de los exámenes finales. Organizan una protesta en el patio de recreo exigiendo que se restablezca el horario anterior. El director amenaza con castigar al líder de la protesta. Más tarde, los estudiantes planean continuar su protesta en el Malecón después de clases.
Este documento narra la historia de Gustavo, un niño uruguayo de 8 años que es exiliado político junto a su familia y llega a vivir a una pensión junto a otras familias en similares condiciones. Gustavo se hace amigo de don Luis, un hombre inteligente pero con discapacidad física. A pesar de las dificultades económicas, los residentes de la pensión encuentran momentos de alegría y compañerismo. Con el tiempo, Gustavo pierde recuerdos de su vida anterior pero mantiene la esperanza de poder
Este resumen contiene 3 oraciones:
1. El cuento describe una situación en una escuela secundaria donde los estudiantes se rebelan contra el director por cambiar los horarios de los exámenes finales. 2. Los estudiantes organizan una protesta en el patio de recreo exigiendo que se restablezcan los horarios anteriores. 3. Dos líderes de los estudiantes, Javier y Lu, compiten por el liderazgo del movimiento de protesta y tratan de ganarse el apoyo de los demás estudiantes.
Este documento contiene varios extractos de escritos de Miguel de Unamuno en los que describe aspectos de la ciudad de Salamanca, donde vivió. Habla sobre paseos que daba alrededor de la ciudad y cómo le ayudaban a descansar su mente. También menciona algunas obras de arte que observaba con calma en Salamanca y cómo esto le enseñaba más que visitas rápidas a museos. Además, hace referencia a costumbres y expresiones lingüísticas características de la ciudad.
La historia cuenta la triste situación de Paulita, una anciana que vive sola en el campo. Su único hijo José se fue lejos para trabajar y manda cartas y regalos para alegrar a su madre, pero ella sufre por la distancia. Paulita enferma y empeora con la soledad, muriendo al final llamando a su hijo José. Un anciano desconocido presencia su muerte en silencio.
El documento presenta el testimonio de un hombre que sufrió un ataque al corazón y afirma haberse visto a sí mismo separándose de su cuerpo, experimentando extrañas pero apacibles sensaciones durante el período crítico en que su corazón se detuvo. Dos mujeres, Marta y Maud, consultan a una vecina más educada, Helen Hensbaum, sobre el significado de este artículo, pero tienen dificultades para entender la idea de que el alma pueda sobrevivir a la muerte del cuerpo.
Este documento presenta una introducción a la vida de Fifí Bigotesgrises, una gata siamesa francesa que escribió un libro sobre su vida. Fifí tuvo una infancia difícil después de que su madre fuera asesinada por su canto. Vivió sola y enferma hasta que fue cuidada por la mujer de la limpieza. Ahora vive con un lama tibetano que la ayudó a escribir su historia.
Este documento presenta un resumen del primer capítulo del libro escrito por la señora Fifí Bigotesgrises. Cuenta la historia de su nacimiento en París y su vida temprana con su madre en la finca de una familia francesa. Su madre es asesinada por la esposa de la familia debido a su fuerte voz. Fifí pasa hambre y soledad hasta que la mujer de la limpieza la cuida. Más tarde es forzada a aparearse, resultando en un doloroso primer encuentro. Huye del lugar asustada
Este documento narra una conversación tensa entre Ignacio y Catalina sobre temas religiosos. Ignacio le pide a Catalina que vaya a la capilla a confesarse y comulgar, pero ella se niega, diciendo que ha "elegido al demonio". Ignacio encuentra esta postura absurda dado el pasado religioso de Catalina. La discusión se vuelve más intensa a medida que ambos defienden sus posiciones.
Este documento es un extracto de una novela que narra un encuentro nocturno entre un hombre y una mujer en la biblioteca de una casa. El hombre ha estado dibujando a escondidas a la mujer. Ella lo descubre y le confiesa que lo ama, pero él se niega a corresponderle porque planea marcharse al día siguiente para protegerla.
Este documento describe la experiencia de un hombre tras la muerte de su madre. En las primeras oraciones expresa su sensación de vacío y tristeza. Luego narra los eventos del día, incluyendo el momento en que la enfermera anunció que su madre había fallecido. Finalmente, describe esperando en el estacionamiento del hospital sintiéndose abrumado por el vacío que ahora existe en su vida.
Este documento narra la historia de dos amigos que se detienen en una venta sospechosa durante una tormenta. Mientras descansan, oyen ruidos extraños en el techo y gritos. Uno de los amigos había sido asesinado, y la sangre goteaba a través del techo hasta la habitación del narrador. El narrador queda horrorizado por los eventos de la noche y la posibilidad de que el ventero y su hija estuvieran involucrados en el asesinato.
Recopilación de cuentos de un Cuentista de los de toda la vida, de los que hablan con sus personajes, de los que se quedan mirando al infinito buscando a saber qué, de los vuelcan un bote y no naufragan.
Alison conoce a cuatro chicas - Aria, Hanna, Emily y Spencer - espiándolas en su patio trasero. Ella decide que podrían ser sus nuevas amigas y las manipulará para que hagan todo lo que ella diga. Alison observa a las chicas interactuar nerviosamente y les cuenta una historia sobre haber perdido una bandera. Su madre interrumpe brevemente antes de irse con su padre. Alison se da cuenta de que ahora está sola en su casa y que puede hacer lo que quiera. Ella cree que las chicas probablemente
Letras, notas y literatura de la aburridaluisfe1995
Pues eso, desvaríos y tal que me salen. No pretendo ganar ningún premio (que también) ni siquiera que alguien lo lea; sin embargo si alguien lo hace decir tiene que se planteará el por qué el sistema educativo español es un fracaso.
El primer documento presenta un cuento corto de Iván Egüez que narra la historia de un hombre llamado Claudia que se da cuenta de que dejó accidentalmente el zapato de su amante María en el auto que comparte con su esposa. El segundo documento presenta un poema corto de Galo Rodríguez Arcos titulado "Anatomía del vacío" que explora temas como el amor y la mortalidad. El tercer documento presenta un cuento corto de Katherine Mansfield titulado "Susannah" que narra la historia de una niña pequeña que va
El documento presenta un resumen de la primera parte de la novela "El Halcón Maltés" de Dashiell Hammett. Introduce a los detectives privados Sam Spade y Miles Archer, y a su clienta Miss Wonderly, quien busca la ayuda de los detectives para encontrar a su hermana menor Corinne, que se escapó con un hombre llamado Floyd Thursby. Miss Wonderly tiene una cita con Thursby esa noche en un hotel y espera que los detectives la sigan para dar con el paradero de Corinne.
Este documento presenta un extracto de la novela "Matate, amor" de Ariana Harwicz. Narra en primera persona la historia de una mujer que vive en una casa de campo con su marido y su hijo recién nacido. La protagonista se siente atraída por lo salvaje de la naturaleza que los rodea y tiene pensamientos oscuros sobre matar a su familia. Se describe su deseo reprimido y su temor a perder el control.
El documento narra la historia de Lisbeth, una joven que se entregó a Martín, su novio, debido a la soledad que sentía. Su padre la lleva una noche a ver a Martín drogado, y le revela que está embarazada. Su familia reacciona con furia ante la noticia. Lisbeth se siente hundida física y emocionalmente.
Simone de Beauvoir - Memorias de una joven formal-Editorial Edhasa (1983).pdfMiguelGodinez26
Este documento es una introducción a las memorias de Simone de Beauvoir sobre su infancia. Describe su nacimiento en París en 1908 y su familia, incluyendo a sus padres y hermana menor. También habla sobre sus primeros recuerdos de la infancia, como el color rojo que dominaba su apartamento y la sensación de calor y seguridad que sentía.
Este documento narra los eventos de Nochebuena en que un anciano se lleva a tres niños pequeños en un coche para protegerlos de un peligro desconocido. La madre de los niños se despide de ellos con lágrimas y les promete que volverán a estar juntos. El anciano conduce para alejarse de tres figuras misteriosas que persiguen el coche.
El primer párrafo presenta a Anabelle mirando el vacío desde un acantilado mientras una tormenta golpea, perdida en la oscuridad desde la partida de alguien. El segundo párrafo explica que ella escribe en su diario para expresar su dolor. De repente, oye un ruido y ve a esa persona parada frente a ella, a quien abraza fuertemente mientras le dice "No vuelvas a hacer eso, no vuelvas a largarte sin más". Él promete no volver a irse y le dice que la quiere.
Este documento narra la experiencia de un hombre que comienza a recordar detalles de una relación pasional con una mujer llamada Carmen, a pesar de no conocerla. Estos recuerdos surgen luego de que comienza a practicar ejercicios mentales de proyección astral observando a un hombre en la plaza. Finalmente, al confrontar al hombre en la plaza, reconoce su rostro en recuerdos del pasado y se da cuenta de que ha estado cargando con los recuerdos de otra persona.
Este documento presenta la primera parte de la novela "Los de Abajo" de Mariano Azuela. Narra el encuentro entre Demetrio Macías, un bandido mexicano, y unos soldados federales que irrumpen en su casa en busca de comida. Demetrio logra escapar y se reúne con su banda de hombres en las montañas para planear un ataque contra los federales en venganza por quemar su casa.
Similar a 20 13 la decimotercera candela www.gftaognosticaespiritual.org (20)
El documento describe una profecía bíblica sobre una serie de conflictos entre reyes del norte y del sur. Se profetizan varias guerras entre estos reyes, con uno invadiendo los territorios del otro en múltiples ocasiones. Finalmente, se predice que un rey del norte profanará el santuario sagrado y perseguirá a los que siguen a Dios, pero será derrotado cuando llegue el tiempo fijado.
Este documento resume varias profecías atribuidas al mago Merlín sobre eventos futuros como las Cruzadas, el descubrimiento de América, la Revolución Francesa, la pérdida del poder papal, la Tercera Guerra Mundial entre tres países, el fin de los tiempos con la aparición de un dragón en Libia y cambios climáticos, y la huida del Papa de Roma. Sugieren que estos eventos profetizados ocurrirán antes del fin del mundo, posiblemente relacionados con conflictos actuales en Lib
Un saludo y salud a vuestros Seres y a vuestra viteria, vamos a realizar a una
práctica, a entrar a vuestro mundo interior, a un encuentro con vuestros Seres y
los Seres de el Kosmos, lo que se llama
MEDITAR.
"El cuerpo de Dios es el Cosmos. En este cuerpo rige la misma ley que
en el cuerpo humano... El hombre para vivir necesita de su estómago, de sus
pulmones, de su cerebro, etc. Las células del cerebro, indudablemente son más
nobles que las del estómago. Pero ¿qué sería de las células cerebrales, si las
estomacales no funcionaran perfectamente? ¿Qué sería del corazón si los
riñones no cumplieran con su tarea de purificar la sangre?
En mi búsqueda del sendero de Dios por la Gea, llegaron a mis magdus
Libros Gnósticos, busqué donde enseñaban esas sagradas enseñanzas y las
encontré, así bebí esas aguas de Sabiduría Divina que calmaron mi hambre y mi
sed espiritual, encontré las Doctrinas del Venerable Maestro Samael Aun Weor y
al igual que millones de sus discípulos, encontré el perdido sendero, porque
andábamos sin rumbo y como nos dice el Evangelio Krístiko, no veíamos el
camino ni al Maestro salvador, estábamos sordos, no oíamos la voz de nuestro
guía llamándonos siempre a su rebaño a su redil, estábamos paralíticos, por
estar petrificados y así no podíamos recorrer el Zen de Eros.
A continuación se va a entregar al mundo la
siguiente doctrina sobre el HIPERESPACIO, el
cual, es de especial controversia en los
científicos dedicados al estudio de la materia y
la energía, unos pocos intelectuales dicen
comprender las ciencias físicas, pero somos
consientes de que existen muchas dudas sin
resolver, y que además nos cuesta mucho
trabajo enseñar con claridad y sencillez las
ciencias que harían de este mundo, un mundo
con un Verdadero desarrollo científico
Consiente.
El publicar estas doktrinas es mi sentir y el inmenso amor que el Maestre
KELIUM ZEUS INDUSEUS siempre sintió y sentía por venir a salvar a los
perdidos, a los ciegos espirituales, a los paralíticos espirituales, a los sordos
espirituales, esa inmensa alegría que sentía el Maestre al dar doktrinas, y
contestar preguntas, ello me impulsó a entregarles estos eskritos con todo el
propósito de ayudar a las almas y a los buscadores de un Salvador y una
doktrina salvadora.
Por estos terribles días del KATUN 13 anunciado por los Maestros, profetas Mayas,
videntes, etc. a finales del 2.010 e inicios del 2.011, 2.012, 2.013, corre por los lomos de
nuestro mundo la profecía de LA DESGRACIA DE LA ABOMINACION DESOLADORA.
Considero urgente escribir sobre los perjudiciales efectos de LA ABOMINACION
DESOLADORA, y lo que he investigado. Una noche viajando en astral por las ciudades de
diferentes países veía un aura negra sobre ellas, una voz me dijo es LA ABOMINACION
DESOLADORA, desperté con esa interrogante ¿por qué esa aura negra de las ciudades era
LA ABOMINACION DESOLADORA?
These doctrines started around 1.984 and it has being projected to 2016, year of the
double Fulminated Tower, stay alert.....I wrote the book and I was ready to publish it, due to
the great importance that the world knew about the
cartoons and its toxics effects on children
and people, is one of the greatest clarifying doctrines to the suffering humanity about the
demons that keep them subjugated, chained, prisoner, blinded and dumb, the most serious is
that it affect children who
are the future of human race and the people, parents love their kids
above all and themselves are the ones who provide the murder weapon called cartoons,
comics, etc to the children, to their helpless physical, materials, intangible, psychic and
spiritual
bodies
Este documento resume varias caricaturas y series de animación modernas, analizando sus contenidos y si son aptas para todo público. Describe series como South Park, Family Guy y La casa de los dibujos, señalando que contienen temas sexuales, violencia y lenguaje inapropiado para menores. También menciona la serie australiana SheZow, sobre un chico que obtiene poderes de una heroína.
El documento habla sobre un peligro para la Tierra en los próximos 15 días. ARRIVBAJO ha dejado la Tierra en manos de la madre GAIA y no interferirá para detener los desastres naturales que puedan ocurrir durante ese período. Sin embargo, asegura que nada les pasará a los verdaderos hijos de DIOS y que cuidará de que no ocurran desastres de gran magnitud. También menciona que pronto se entregará la personería jurídica a los usuarios para que puedan ejercer libremente sus activ
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presenta en el portal MEDITANDO Y CURANDOSE
, la doctrina PROFESIAS MUSIKALES , por
el Veneravle Maestre KELIUM ZEUS INDUSEUS.
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ASTROLOGIA TOTHAL
LES INVITAMOS A CONOCER EL SIGUIENTE ESTUDIO ASTROLOGICO
KABALISTICO PERSONALIZADO CON LOS SIGUIENTES TEXTOS:
LIBRO DE ASTROLOGIA
ESTUDIO DE EL SIGNO SOLAR
ESTUDIO DE EL SIGNO LUNISOLAR DE LOS 13 SIGNOS
ESTUDIO DE EL SIGNO DE LA ASTROLOGIA CHINA
ESTUDIO DE EL SIGNO DE LA ASTROLOGIA MAYA
INTERPRETACION ESOTERICA KABALISTICA DE NOMBRES APELLIDOS Y
SIMVRES.
LIVRO 1 EL ARRIERO DE LAS ALMAS por KELIUM ZEUS INDUSEUS.
LIVRO 2 LA SIUDAD DE DIOS Y LAS MULITAS DE EL ARRIERO DE LAS
ALMAS por KELIUM ZEUS INDUSEUS.
LAS MULAS QUE MUEREN EN LA ARRIERIA
LA CIUDAD DE AOM
ENCUENTRO CON CRISTO
LA SAKRA CIUDAD DE JERU * SALEM
MAN – ZANO y KALI – MAN
LA IDOLATRIA DE LAS ESTATUAS Y LA CEGUERA ESPIRITUAL
LIVRO 3 DIALOGOS CON LAS MULAS DEL ARRIERO DE LAS ALMAS por
KELIUM ZEUS INDUSEUS
LIVRO 4 LA PISTIS SOPHIA Y LA OVRA DE INDUSEUS por KELIUM ZEUS
INDUSEUS
LIVRO 5 LA GRAN OVRA DE LA ALKHIMIA Y LOS DOS CRISTOS ROJOS
por SAMAEL JOHAV BATHOR WEOR
Hay diferencias entre el español, el castellano, y el Kastesakro o Lengua Sakra de los Kastos, lo estudiaremos en este texto.
El español debe su nombre a España, su país, su gente, su forma de hablar y el idioma hablado por sus habitantes. Castellano o Kastellagdu es el idioma originario de Castilla una zona geográfica de España, llamada así por los Castillos, palavra que en lenguaje sakro es símbolo de la Kastidad
La plegaria habla sobre el Tao, un principio espiritual que se ha escondido en diferentes lugares a lo largo de la historia para evitar ser capturado por los humanos. El Tao desea poder revelarse abiertamente y enseñar su sabiduría, pero su padre se lo impide. Pide ayuda a los mortales para convencer a su padre de que lo libere y le permita compartir el Tao con el mundo.
El documento habla sobre la lucha de poder en China, con tanques enviados a Beijing por una facción interna. También menciona la renuncia del Papa tras las confesiones de Bush sobre ataques terroristas, y las luchas internas en Estados Unidos, Gran Bretaña y otras partes.
Este documento describe el cáncer de páncreas, incluyendo su epidemiología, causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento. El cáncer de páncreas se origina en el tejido del páncreas y generalmente afecta a personas mayores de 65 años. Los síntomas a menudo no se presentan hasta que la enfermedad se ha propagado, lo que dificulta el diagnóstico temprano. El diagnóstico se realiza mediante ecografía, tomografía computarizada, resonancia magnética o colecistopancreat
Este documento describe el cáncer de páncreas, incluyendo su epidemiología, causas, síntomas, diagnóstico, estadificación y tratamiento. El cáncer de páncreas se origina en el tejido del páncreas y generalmente afecta a personas mayores de 65 años. Los factores de riesgo incluyen el tabaquismo, la diabetes y la pancreatitis crónica. Los síntomas como la ictericia y la pérdida de peso suelen presentarse en etapas avanzadas. El diagnóstico se realiza mediante
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1. JUSTIFICACION
Usted se preguntará qué es eso de La decimotercera
c a nd e la . Pu es b ien ; ése p re te n d e s e r e l tí tu l o l ó -
gico que responda a lo que estoy haciendo. Porque
lo que estoy h ac iendo es tr atar de "encender una
vela", lo cual es infinitamente mejor que "maldecir
la oscuridad". Este es mi decimotercer libro y espero
que sea mi candela decimotercera.
Quizás usted crea que es una velita muy pequeña,
de esas que se ponen en las tortas de cumpleaños.
S i n e m b ar g o , n u n c a h e te n i d o n i n g u n a c l as e d e
tortas con velas; ¡ni siquiera tuve jamás una torta de
c u mp l e añ o s ! De m an e r a q u e ah o r a, c o n mi d ie ta
residual baja de no más de mil calorías, que me res -
tringe la ingestión de azúcar, ya es demasiado tarde
para que me preocupe.
Así, pues, pido disculpas; hagamos como si ésta
fuese La decimotercera candela, aun cuando sea
pequeñita como la de la torta de cumpleaños d e una
muñeca.
2.
3. CAPITULO I
La señora Marta MacGoolioogly se dirigió resuelta mente y- a
grandes trancos hacia la puerta de la co ci na , l l ev a n d o a f e r r a d o
en s u m a n o r e g or d e t a u n ajado trozo de diario. Ya fuera, en el
reseco terreno cubierto de maleza que ser vía de "jardín posterior",
se detuvo y echó una mirada furibunda en derredor, c o m o u n t o r o
embravecido que en época de celo esperase la llegada de
rivales. Satisfecha —o disgustada— de que no hubiese a la vista
adversarios con q uienes ha bérsela s, se preci p it ó hacia la
derruida cerca que demarcaba los lindes del jardín.
Apoyando cómodamente su más que exuberante busto en un
poste carcomido, cerró los ojos y abrió la boca.
— ¡Eh, Ma ud ! —bra m ó hacia el otr o lad o d e los jardines
contiguos, y el paredón de la fábrica cercana r e f l e j ó e l e c o d e s u
v o z — . ¡ E h , M a u d ! ¿ D ó n d e estás?
C e r r ó l a b o c a , a b r i ó l o s o j o s y s e q u e d ó a g u a r dando.
De la dirección de la casa siguiente a la más próxi ma llegó el
ruido de un plato que se rompe al caer; desp ués, la puerta de la
cocina de aquella casa se abrió, y salió con albor otado
í m p e t u u n a m u j e r pequeña y enjuta, secándose las manos en su
pringoso delantal.
— ¡Vaya! —rezongó ásperamente—. ¿Qué quieres?
11
4. LOBSANG RAMPA
— ¡Mir a , Ma ud ! ¿Ha s v ist o est o ? — r esp ond i óle Ma r t a a v oz
en cue llo, a git a nd o p or encim a d e su cabeza el ajado trozo de papel
de diario.
¿Cómo quieres que sepa si lo he visto si primero
no lo veo? — b uf ó Ma ud— . A lo m ejor lo v i; p er o, a lo mejor, no.
Bueno, ¿qué pasa? ¿Algún otro escán dalo pasional?
L a s e ñ o r a M a c G o o h o o g l y b u s c ó a t i e n t a s e n e l bolsillo de
su delantal y extrajo unos grandes ante ojos de armadura de asta
profusamente tachonada de piedrecillas. Antes de ponérselos, limpió
con cuidado los cristales con el rued o de su falda y s e alis ó los
cabellos detrás de las orejas. Después se frotó ruidosamente la nariz con el
revés de la manga y vociferó:
Es del Dominio; me lo mandó mi sobrino.
¿Del Dominio? ¿Qué negocio es ése? ¿Están
li q ui d a nd o ? — gr it ó Ma ud , m o st r a nd o i nt er é s p or primera vez.
Molesta, Marta tuvo un arrebato de cólera.
— ¡No! —chilló exasperada —. Pero, ¿no sabes n ad a? El
D o m i n i o , ¡ e n t i é n d e l o ! , e l C a n a d á . E l Dominio del Canadá.
Me lo mandó mi sobrino. Espera un momento, que voy para allá.
Descolgó su busto del poste y, guardando los ante oj os e n e l
b olsi llo d el d ela nt a l, a t r a v esó a p r isa el fragoso jardín y el
camino de los fondos. Maud sus p i r ó c o n r e s i g n a c i ó n y f u e
l e n t a m e n t e a s u e n cuentro.
— ¡Mira esto! —aulló Marta, no bien se encontra r o n e n e l
c a m i n o , j u n t o a l p o r t ó n d e l j a r d í n , d e l lado desocupado entre
las casas de ambas—. ¡Fíjate la est upid ez que escriben ahora! ¡El
alma! ¡Qué va a haber semejante cosa! Cuando estás muerta, estás
muerta. Así: ¡Puf!
Con el rostro encendido, sacudió el papel delante de la nariz
larga y afilada de la pobre Maud y dijo encolerizada:
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5. LA DECIMOTERCERA CANDELA
—No ent iendo cóm o p ued en salirse con la suya. M or ir s e e s
com o sop la r una v ela ; d esp ués no ha y nada. Mi p obre ma rido
—que su alma descanse en Dios— decía siempre, antes de
morir, que sería un gran alivio sab er que no v olv ería a
encontrarse de nuevo con sus viejos conocidos.
Ante este mero pensamiento se puso a gimotear.
Maud O' Haggis miraba a los lados d e su nariz y esperaba
pacientemente a que su compinche se cal m a s e . P o r f i n e n c o n t r ó
u n a o p o r t u n i d a d y l e p r e guntó:
— P er o ¿q u é a r t íc u l o e s és e, q u e t e ha a lt er a d o tanto?
Sin poder hablar, Marta le extendió el fragmento ajad o d e
diario q ue le había causado t oda esa con moción.
—No, querida, —le dijo de pronto, cuando recobró la voz—. Estás
leyendo el lado del revés.
Maud dio vuelta el papel y comenzó a leer nueva mente. Mientras
lo hacía, con los labios pronunciaba silenciosamente las palabras,
— ¡Vaya! —exclamó—. ¡Nunca me había enterado de nada
parecido!
Marta sonrió con radiante satisfacción.
—Es algo extra ño, ¿eh? , que se pub liq uen tales tonterías.
¿Qué piensas tú?
Maud volvió varias veces la página de un lado y de otro y
comenzó a leer nuevamente el lado contrario. Al cabo, dijo:
— ¡Ah; ya sé! Helen Hensba um nos lo exp licará; s a b e d e
t o d o s o b r e e s t a s c o s a s . C o m o q u e l e e l i bros...
— ¡Oh! No soporto a esa mujer —replicó Marta—. ¿Sa b e s q u é
m e d ij o el ot r o d ía ? " D i os n o p er m i t a que se le hinche el
vientre, señora MacGoohoogly". E s o e s l o q u e m e d i j o , ¿ t e d a s
c u e n t a ? ¡ L a m u y descarada! ¡Bah!
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6. LOBSANG RAMPA
—P er o está enter ad a; sa be un m ont ón d e cosa s sobre todo
esto, y, si queremos llegar al fondo de la cuestión —dijo agitando
bruscamente la dichosa hoja de papel—, tenemos que hacerle el
juego y adularla. Anda, vamos a verla.
Marta señaló hacia el camino y dijo:
— A l l á e s t á , t e n d i e n d o s u r o p a i n t e r i o r . B u e n a pieza es. Fíjate
en esas panty hose nuevas; debe de c o n s e g u i r l a s e n a l g ú n s i t i o
e s p e c i a l . P a r a m í , y o tengo de sobra con las buenas bombachas de
antes. —Levantóse las faldas para mostrarlas y agregó—: Te tienen más
abrigada cuando no se tiene ningún hom bre, ¿no?
Soltó una risa vulgar y ambas se echaron a andar tranquilamente por el
camino en dirección de Helen Hensbaum y de su ropa lavada.
En el preciso instante en que estaban para entrar en el jardín de
aquélla, el estrépito de un portazo las detuvo. Del jardín vecino surgió un
par de hot pants
despampanantes. Atónitas, las dos mujeres abrieron
desmesuradamente los ojos y, lentas, sus miradas fueron
subiendo hasta abarcar la trasparente blusa y el rostro pintado,
insulso.
— ¡Casi nada! - masculló Maud O'Haggis—. ¡Todavía se ven cosas
en el pueblo!
E n s i l e n c i o , s e q u e d a r o n m i r a n d o c o n l o s o j o s bien abiertos
mientras la muchacha de los hot pants se contoneaba levantando
los talones a una altura superior a su decoro.
—Te hace sentir vieja, ¿no? —dijo Marta.
Y, sin agregar una palabra más, entraron en la propiedad, donde
encontraron a la señora Hensbaum, que atisbaba el andar
acompasado de la muchacha.
—Buenos días, señora Hensbaum —saludó Marta—. A lo que parece,
hay vistas al cabo de la calle, ¿eh? —agregó con risa contenida.
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7. LA DECIMOTERCERA CANDELA
Helen Hensba um frunció el ceño con más feroci dad todavía.
—¡Aj! ¡Esa! —exclamó—. ¡Tendría que haber muerto,
antes, en las entrañas de su madre! —Suspiró y se irguió hasta la alta
cuerda de colgar la ropa, poniendo en evidencia que
e f e c t i v a m e n t e u s a b a panty hose.
— S e ñ o r a H e n s b a u m — c o m e n z ó M a u d — : c o m o sabemos que
usted es muy leída y que sabe de todo, hem o s v e n id o a
c on s u lt a r la . — S e d e t uv o y He le n Hensbaum repuso sonriendo:
B i e n , s e ñ o r a s . E n t o n c e s , p a s e n y l e s p r e p a r a r é una
taza de té. La mañana está fría. Nos hará bien descansar tu? rato.
Volvióse y se encaminó hacia su bien cuidada casa que, p or lo
or d enad a y p ulcra, t enía el nombr e d e "Pequeña Alemania".
La tetera hervía, y el té humeaba. La señora Hens baum ofreció
bizcochos dulces y dijo:
Bien, ¿en qué puedo serles útil?
Maud señaló con un gesto a Marta.
E l l a h a r e c i b i d o d e l C a n a d á o d e n o s é d ó n d e , una
n o t i c i a e x t r a ñ a . P o r m i p a r t e , y o n o s é q u é pensar. Que le
cuente ella.
Marta se enderezó más en su asiento.
— E s e s t o ; m ír e l o . M e l o m a nd ó m i s o b r i n o . S e met ió e n un
em br ollo con una m ujer casad a, sí, y salió disparado a un lugar
llamado Montreal, en el Dominio. A veces escribe, y justamente
envió esto en una carta. Yo no creo en semejante tontería —dijo
alcanzándole el trozo de papel ajado, que ahora esta ba mucho peor
por el mal trato que le habían dado.
La señora Helen Hensbaum tomó cuidadosamente lo q ue
queda ba d e él y lo extend ió sobre una hoja de papel limpio.
— ¡Ah, vaya! - aulló en su entusiasmo, olvidando
15
8. LOBSANG RAMPA
por completo su inglés habitualmente correcto —. Ist gut, no?
¿Nos lo podría leer, claramente y decirnos qué le parece? —pidió
Maud.
La señora Hensbaum se aclaró la garganta, bebió un sorbo de té y
comenzó:
Es del Montreal Star. Lunes, 31 de mayo de 1971. ¡Qué
interesante! Yo estuve en esa ciudad. —Hizo una breve pausa y
leyó—: SE VIO CUANDO SE DESPRENDIA DE SU PROPIO CUERPO. UN
ENFERMO CARDIACO EXPLICA LA SENSACION DE LA MUERTE.
Canadian Press. Toronto. Un vecino de Toronto que el año
pasado sufrió un ataque cardíaco, dice que se vio cuando se
desprendía de su propio cuerpo y que experi mentó extrañas y
apacibles sensaciones durante el perío do crítico en que su corazón
se detuvo.
B. Leslie Sharpe, de 68 años, dice que en el lapso en que su
corazón no latió, pudo verse a sí mismo, "frente a frente". El señor
Sharp explica el suceso en la edición corrien te de la revista de la
Canadian Mediad Association, en una parte del artículo que firman
los doctores R. L. MacMillan y K. W. G. Brown, codirectores de la
unidad coronaria del Hospital General de Toronto. En ese artículo,
los médicos mencionados dicen:"Qui zás esto haya sido lo que se
entiende por separación del alma del cuerpo". El señ or Sharpe fue
trasladado al hospital cuando, por el dolor que sentía en el brazo
izquierdo el médico de la familia le diagnosticó un ataque cardíaco.
Dice Sharpe que, a la mañana siguiente, recuerda que estaba
mirando su reloj mientras se hallaba tendido e n la cama, con los
alambres del cardiógrafo y los tubos intra venosos conectados. "En
ese preciso instante exhalé un suspiro muy, muy hondo, y mi
cabeza se ladeó hacia la derecha. `;Por qué se habrá ladeado mi
cabeza? ' —pensé—. 'Yo no la he movido. Debo d e estar para
dormirme . "Luego, me encontré mirando mi propio cuerpo, de la
cintura para arriba, frente a frente, como si se tratara de un espejo
en el cual yo parecía estar en el ángulo inferior izquierdo. Casi
inmediatamente me vi a mí mismo aban -
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9. LA DECIMOTERCERA CANDELA
donar mi cuerpo, saliendo por la cabeza y por los hom bros, pero no vi
mis miembros inferiores.
"El cuerpo que se desprendía de mí no era lo que se dice vaporoso,
pero pareció expandirse muy ligeramente una vez que estuvo fuera."
—comentó el señor Sharpe. "De pronto me encontré sentado en un
objeto muy pequeño y viajando a gran velocidad, hacia afuera y a lo
alto, por un cielo azul grisáceo apagado, en ángulo de cuarenta y
cinco grados. "Más abajo de donde yo estaba, hacia la izquier da,
divisé una sustancia brumosa de color blanco puro, que también
ascendía en una línea que debía interceptar mi rumbo.
"Era de forma perfectamente rectangular, pero llena de agujeros,
como una esponja. "La sensación que siguió fue la de hallarme
flotando en una luz amarillo claro brillante —sensación sumamente
deliciosa. "Estaba flotando y disfrutando de la más hermosa y
apacible de las sensaciones, cuando sentí unos mazazos en el costado
izquierdo. En realidad, no me causaban ningún dolor, pero me
sacudían de tal manera que apenas podía conservar el equilibrio.
Comencé a contarlos, y cuando llegué a seis grité: `¿Qué... me están
haciendo? ', y abrí los ojos."
Dijo que reconoció a los médicos y enfermeras que rodeaban su
lecho, las cuales le informaron que había sufrido un paro cardíaco y
que lo habían sometido a una desfibrilación, es decir, a una
aplicación de impulsos eléctricos para que su corazón comenzara a
latir normalmente. Los médicos comentaron que no es habitual que el
paciente que ha experimentado un ataque cardíaco recuerde lo
ocurrido en el trascurso de éste, y que lo común es que haya un
período de amnesia de varias horas antes y después. Terminada la
lectura, Helen Hensbaum se echó hacia atrás y, mirando a las dos
mujeres, volvió a exclamar:
— ¡Vaya! Es muy interesante.
Marta hizo un gesto de afectada suficiencia por haberle hecho ver
a "la extranjera" algo que ella no conocía.
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10. LOBSANG RAMPA
- ¡Qué b ueno! ¿eh? --dijo sonriente—. Una san dez de cabo a
rabo, ¿eh?
Helen Hensbaum sonrió a su vez con cierto dejo zumbón.
—De modo que a usted esto le parece raro, ¿no? Le parece —
¿cómo dijo? —, una sandez. No, señoras; esto es corriente. Esperen;
ya verán. —Se puso de pie d e un sa lt o y se d ir igi ó a ot r a
ha b it a ción. Al lí, en una estantería mu y elegante, había libros;
muchos más de los que Marta había visto jamás en casa algu na.
Helen Hensbaum fue hacia ellos y tomó algunos.
— ¡ V e a n ! - - e x c l a m ó , h a c i e n d o p a s a r l a s h o j a s c om o q u ie n
a ca r i c ia a v i ej o s y a m a d o s a m i g os — . Miren; aquí está impreso
todo eso y mucho más. La Verdad. La Verdad revelada por un
hombre que ha sido p erseguid o y cast igad o p or decir la Ver dad.
Y ahora, simplemente porque un vulgar periodista escribe un artículo,
a la gente le es posible pensar que es verdad.
La señora MacGoohoo gly miró los títulos con cu riosidad.
— El te rc er o jo , El mé d ic o de T íb e t, El c o rd ó n d e plata —musitó
antes de repasar los demás. Luego, v o l v i é n d o s e, e x c l a m ó — : N o
creerá usted en todo esto, ¿no es cier to ? ¡Car ay! U sted m e
a s o m b r a . ¡Esto es pura ficción!
Helen Hensbaum rió estruendosamente.
— ¿ F ic c i ón ? — p r e g u nt ó al f i n, ja d ea nd o — . ¿Ficción? He
e s t u d i a d o e s t o s l i b r o s y s é q u e d i c e n l a verdad. Desde que le í
Us ted y l a eternidad, yo también puedo realizar el viaje astral.
Marta estaba pálida. "Pobre ingenua" —pensó—; "está
m e z c l a n d o e l a l e m á n c o n e l i n g l é s . ¿ V i a j e astral? ¿Qué será
eso? ¿Alguna nueva línea aérea o algo por el estilo? " Por su
parte, Maud permanecía c on l a b oca a b ier t a . T o d o e s o e x c e d ía
c on m u c ho sus alcances, pues lo más que le gustaba leer era el
18
11. LA DECIMOTERCERA CANDELA
Sunday Supplement, con los últimos crímenes pasionales.
—Ese viaje us tral, as tril o lo que fuere, ¿qué es? — i nq u ir i ó
Ma r t a — . ¿T ie n e a l g o d e ci er t o ? Qu i er e decir que mi viejo, que
está muerto y enterrado —y q u e s u a l m a d e s c a n s e e n D i o s — ,
¿ p o d r í a v e n i r a verme y decirme dónde ocultaba el dinero antes
de estirar la pata?
—Sí, claro que sí; podría ocurrir si hubiera alguna verdadera razón
para eso. Si fuera por el bien de los demás, sí.
— ¡Caracoles! —prorrumpió agitadamente Marta—. A h o r a v o y a
t e n e r m i e d o d e d o r m i r e s t a n o c h e , p or q u e a m i v i e jo s e l e
p u ed e o c ur r ir v o lv er p a r a ap arecérseme y comenzar de nuev o
con las suyas. — Men eó t r is t em ent e la ca b ez a m ie nt r a s s e
d ecía : " S i e m p r e f u e u n t i p o e x t r a o r d i n a r i o e n e l d o r m i torio".
Helen Hensbaum volvió a servir té. Entre -tanto, Marta hojeaba
los libros.
—Dígame, señora Hensbaum —preguntó ésta—, ¿no me prestaría usted
alguno?
—No —replicó sonriendo aquélla —. Nunca presto mis libros,
porque los escritores deben vivir de las míseras sum as q ue se
llaman "d erechos de a utor", que son un siete por ciento, me
parece. Por eso, si p r est o l i b r o s, p r iv o a l os a ut or e s d e s u
s us t e nt ó. —Reflexionó un instante en silencio y luego excla2 -
mó—: Le diré qué voy a hacer. Compraré algunos y se los
regalaré, así podrá enterarse de la Verdad por usted misma. ¿Está
bien?
—Bueno; no sé.. —repuso Marta moviendo la cabeza
dubitativamente—. La verdad es que no sé... No me gusta la idea
de que cuando ya una se ha deshecho perfectamente de un cadáver,
digamos, lo ha atornillado en el cajón y lo ha enterrado, pueda
19
12. LOBSANG RAMPA
volver como un fantasma a aterrorizar los días de los vivos.
Maud, que se sentía bastante ajena al tema, pensó que ya era hora
de aportar su granito de arena.
—Sí —dijo vacilante—; pero cuando se los hace salir convertidos en
humo pringoso por la chimenea del crematorio, entonces todo eso debe de
acabarse...
—Sin embargo —interrumpió Marta, echándole una severa mirada—,
si, como usted dice, hay vida des pués de la muerte, ¿cómo es
que- no hay pruebas? Se han ido, y eso es lo último que sabemos
de ellos. Que se han ido; porque, si realmente siguieran viviend o , s e
p o n d r í a n e n c o m u n i c a c i ó n c o n n o s o t r o s , ¡Dios nos libre!
Por un m omento. la señora Hensba um permane c i ó s e n t a d a
en s il e nc i o; d es p ué s s e lev a n t ó y f ue hacia un pequeño escritorio.
—Miren —dijo, volviendo con una fotografía en la mano—.
Fíjense. Es una foto de mi hermano gemelo. Lo tienen prisionero
los rusos, en Siberia. Sabemos q ue est á v iv o p or q ue a s í no s lo
ha hech o sa b er la Cruz Roja suiza. Sin embargo, no nos es posible
recibir noticias directas de él. Yo soy su hermana melli za y sé que
está vivo. —Marta se sentó y observó la f o t o g r a f ía , d á n d o l e v u e l t a s y
m á s v u e l t a s e n s u s manos—. Mi madre está en Alemania, en
Alemania Oriental —prosiguió la señora Hensbaum—. También está
viva, pero no podemos comunicarnos. Es decir, que ambos
todavía están en esta tierra, entre noso tr os. Y sup onga m os que
ust ed t uviera una am iga, digamos, en Australia, y quis iera
hablarle p or telé fono. Aunque tuviera su número, tendría que
tener en cuenta, además, las diferencias de horario y debe ría
utilizar determinados aparatos mecánicos y eléc t r i c os. P e r o, c o n
t o d o, p od r ía ser q u e n o p u d i es e hablar con ella, pues quizá
ocurriese que estuviera en el trabajo o que hubiese salido. Y eso que sólo
se
20
13. LA DECIMOTERCERA CANDELA
t r a t a r ía d el ot r o la d o d e es t e m u nd o. ¡ I m a g í n es e, entonces, las
dificultades que puede haber para tele fonear al otro lado de esta vida!
Marta se echó a reír.
— ¡Ay, querida, querida ! ¡Qué origina l es usted, señora
Hensbaum! —exclamó tratando de contener se—. ¡Un teléfono, dice,
al otro lado de la vida!
— ¡Eh, un m oment o! — exclam ó rep ent ina ment e Maud,
e x a l t a d í s i m a — . ¡ S í ; c la r o q u e h a y a l g o d e eso! Mi hijo, que
trabaja en electrónica en la B.B.C., nos contó —ya saben ustedes
cómo hablan los muchachos— de un viejo que inventó un teléfono
así y q ue f un c i on ó. So n m icr of r e c ue n c ia s o a l g o p or e l estilo,
pero después todo quedó en secreto. Me parece que en esto intervino
la Iglesia.
La señora Hensbaum asintió con una sonrisa a lo que decía Maud
y agregó:
—Sí; es absolutamente cierto. El autor del cual les he hablado
sabe mucho sobre 1 materia. El aparato no prosperó por falta de
dinero para perfeccionarlo, me parece. Pero, sea como fuere, mensajes
llegan. La muerte no existe.
— ¡Bien que lo prueba usted! —exclamó Marta bruscamente.
—No puedo probárselo exactamente de ese modo —le repuso con
suavidad la señora Hensbaum—; pero considérelo de esta manera:
tome un trozo de hielo y supongamos que representa al cuerpo. El
hielo se derrite, lo cual significa la descomposición del cuer p o, y
ent onces q ued a a gua, q ue es el a lma q ue se separa.
— ¡ D i s p a r a t e s ! — e x c l a m ó M a r t a — . E l a g u a s e puede ver,
pero ¡muéstreme el alma!
—Me ha interrumpido usted, seño ra MacGoohoo gly —repuso
su interlocutora—. El agua se evapora y s e t r a n sf o r m a e n v a p o r
i n v i s i b l e ; y es o e s l o q u e representa la etapa de la vida posterior a la
muerte.
21
14. LOBSANG RAMPA
Maud, que se estaba impacientando porque la conversación la iba
dejando a la zaga, dijo después de unos instantes de vacilación:
—Me parece, señora Hensbaum, que, si una quiere ponerse en
comunicación con el ausente amado, una va a una sesión y allí la
ponen en contacto con los espíritus.
— ¡Oh, no, querida! —rió Marta, manteniéndose firmemente en su
actitud—. Si quieres espíritus, te v a s a l a t a b e r n a y t o m a s u n
p o c o d e w h i s k y . L a madre Knickerwhacker tiene fama de buena
médium,. p e r o t a m b i é n l e g u s t a l a o t r a c la s e d e e s p í r i t u s .
¿Estuvo usted alguna vez en una sesión, señora Hensbaum?
Helen Hensbaum movió la cabeza con desazón.
—N o, señor a s. Yo no a sist o a esa s sesiones. N o creo en ellas.
Muchos de los que concurren están sinceramente convencidos; pero,
¡ay! , ¡en qué gran error están! —Miró el reloj y se levantó de pronto
sob r esa lt a d a — . M ein l ieb er G o tt! — ex cla m ó — . ¡Ya te ndr ía que
estar ter m ina nd o el alm uerz o para mi m a r id o! — P e r o,
r ecob r a nd o su c om p ost ur a , p r osi guió con más calma —: Si les
interesa, vuelvan esta t a r d e a la s t r es y ha b la r em os u n r a t o
m á s; p er o, ahora, debo atender a mis deberes hogareños.
Marta y Maud se pusier on d e pie y se encamina ron hacia la
puerta.
—Sí —dijo la primera, en nombre de ambas—; vendremos de nuevo a
las tres, como usted dice.
Atravesaron juntas el jardín posterior y se pusie ron en
marcha camino abajo. Marta sólo habló una vez, en el momento en
que se despedían.
— ¡Vaya ! No sé —comentó—. En _rea lida d, no sé... Pero
e n c o n t r é m o n o s a q u í , a l a s t r e s m e n o s diez. Hasta luego —dijo,
y entró en su casa, en tanto q ue Ma ud pr oseguía a nd a nd o p or e l
cam ino en d i rección de la suya.
22
15. LA DECIMOTERCERA CANDELA
En casa de los Hensbaum, la señora Helen trajina ba de un lado
a otro con la impetuosidad propia de la bien mesurada eficiencia
germánica, murmurando para su coleto extrañas palabras y arrojando
platos y cubiertos sobre la mesa con infalible precisión, como si fuese
una eximia malabarista de algún music hall berlinés. Cuando el
portón del frente se abrió y los pasos de su esposo, con su rítmico
andar, llegaron a la p uer ta, ya t od o esta ba pr epa r ad o y e l
alm uer z o servido.
El sol había traspuesto ya el punto más alto y se inclinaba
hacia el poniente, cuando Maud apareció en la puerta de su casa
y se dirigió con paso lento y garboso hacia la de su amiga. Su
aspecto era el de una m a gníf ica a p a r ición, con s u v e s t id o d e
f lor es estampadas que sugería demasiado el baratillo próxi mo a
Wapping Steps.
— iluju, Marta! —llamó desde la puerta del jardín de ésta. Marta
abrió y parpadeó deslumbrada.
— ¡V a ya , m e enca nd ila s! — e xcl a m ó con t on o d e e s p a n t o — .
¿ E s u n a p u e s t a d e s o l c o n h u e v o s r e vueltos?
Maud.se encrespó.
¿Y tú, con esa s fa lda s ta n a justa da s, Mar ta ? Se te
t r a s p a r e n t a n l a f a j a y l a s b o m b a c h a s . ¡ V a y a , quién habla!
Y, de veras, Marta estaba un poco llamativa, con s u t r a je gr i s
p er la d e d os p iez a s, ca si ind e cor osa mente ceñido. Un estudiante
de anatomía no habría tenido dificultad alguna para localizar las zonas
topográficas e, incluso, la línea alba. Tan desmesurados e r a n s u s
t a c o n e s a l t o s , q u e n o p o d í a m e n o s q u e contonearse, de suerte que
su altura totalmente antinatural la obligaba a menear y sacudir las
caderas. Además, con las considerables prendas que en mate ria de
busto la adornaban, debía adoptar una postura pomposa, como soldado en
parada militar.
23
16. LOBSANG RAMPA
Así, pues, salieron a desfilar juntas por el camino y entraron en
el jardín posterior de los Hensbaum. Al primer toque, la dueña
de casa abrió la puerta y las hizo pasar.
— ¡ Q u é v e o , s e ñ o r a H e n s b a u m ! — p r o r r u m p i ó Maud con
cierto asombro, a tiempo que entraban—. ¿Se ha metido a vender
libros?
— ¡Oh, no, señora O'Haggis! —sonrió la alemana—. Como he visto que
les interesaban mucho las ciencias psíquicas, he comprado para
ustedes algunos libros de Rampa, que les traigo como obsequio.
— ¡Oh! —musitó Marta, hojeando uno de ellos —. ¡Qué v eje te
extraño! ¿No es ciert o? ¿De veras que tiene un gato que le sale de la
cabeza así?
La señora Hensbaum se echó a reír con todas las ganas, hasta
ponerse roja.
— ¡No; q ué id ea! —exclamó—. Lo q ue suced e e s q ue los
ed it or es se t om a n amp lias lib ert ad es par a hacer las tapas de los
libros, y en eso los autores no t i e n e n a r t e n i p a r t e . E s p e r e n; l e s
m o s t r a r é a l g o . —Subió rápidamente las escaleras y regresó en
seguida, un tanto agitada, con una pequeña fotografía —. V e a n
c ó m o e s e l a u t o r . L e e s c r i b í y a v u e l t a d e correo recibí su
contestación y esta foto, que conser vo como un tesoro.
—Pero, señora Hensbaum —sostuvo Marta con cierta exasperación,
cuando 'se sentaron para continuar c o n v er s a n d o — . U s t e d n o t ie n e
p r u e b as d e na d a . Todo es ficción.
Señora MacGoohoogly —replicó aquélla—;
está usted totalmente eq u i v o c a d a . Hay pruebas; pero
pruebas que es preciso experimentar, vivir. Una vez referí a una
amiga mía, la señorita Rhoda Carr, que m i her m a no, q ue e s t á e n
m a nos d e lo s r uso s, m e había visitad o en el p lano astral y me
había dicho que estaba en una prisión llamada Dnepropetrovsk.
Añadió que se trataba de un enorme establecimiento
24
17. LA DECIMOTERCERA CANDELA
carcelario de Siberia. Yo nunca había oído hablar de é s t e . E n
a q u el m om en t o, R h o d a C a r r no d i j o u na sola palabra; per o
algunas semanas más tarde me escr ib ió y m e lo c onf i r m ó.
C om o est á r ela ci ona d a con no sé qué organización, tuvo la
oportunidad de efectuar averiguaciones por medio de algunos
amigos rusos que actúan clandestinamente. Pero —lo cual es muy
interesante— me comentó que mucha gente le había contado
cosas semejantes acerca de los parientes que tienen en Rusia, y
todas ellas —me dijo— se habían enterado por medios ocultos.
Maud, que estaba sentada con la boca abierta, se enderezó y dijo:
—Mi madre me contó que una vez fue a una se sión
donde le dijeron cosas muy ciertas. T odo lo q u e o y ó r e s u l t ó
c i e r t o . E n t o n c e s , ¿ p o r q u é d i c e usted que esas sesiones no son
buenas, señora Hensbaum?
—No; yo no dije que todo cuanto se refiere a ellas sea malo. Lo
que dije es que no creo. Del otro lado de la Muerte hay entidades
dañinas que pueden leer nuestros pensamient os y que jue gan con
la gente. Después de leer los pensamientos trasmiten mensajes c o n
el p r op ó s it o d e q u e se cr e a q ue p r ov i e ne n d e a lg ú n G u ía
H in d ú o de a l g ún Am a d o A us e nt e. La mayoría de tales
mensajes son intrascendentes, va cíos, si bien algunas veces, por
casualidad, algo resulta ser exacto.
— D e b e n d e p on er se u n p o c o c o lor a d os c ua nd o leen mis
pensamientos —comentó Marta sonriendo maliciosamente—. Nunca fui
una santurrona.
La señora Hensbaum sonrió a su vez y prosiguió:
—La gent e está m uy eq uiv ocad a resp ect o de los
que han hecho el Tránsito al Otro Lado. Allí tienen
mucho que hacer; no se lo pasan ociosos esperando,
d esea nd o co nt est a r p r egunt a s t ont a s. T ien en qu e
cumplir sus tareas. ¿Le gustaría a usted, señora
25
18. LOBSANG RAMPA
O'Haggis, recibir alguna llamada telefónica imperti nente cuando
está sumamente atareada y el tiempo urge? Y a usted, señora
MacGoohoogly, ¿le agrada ría que alguna persona pesada la
entretuviese a la puerta cuando se le hace tarde para ir a jugar
a la lotería?
— ¡Bah! Tiene razón, claro —gruñó entre dientes Marta, y
añadió:
— P e r o u s t e d h a b l ó d e l o s G u í a s H i n d ú e s . L o s conozco de
oídas. ¿Por qué tienen que ser hindúes?
No preste atención a esas fábulas, señora
M a c Goohoogly —rep uso la interpelada —. La gente ima gina guías
hindúes, imagina guías tibetanos, etcétera. Piense, simplemente, que
aquí, en esta vida, se considera muchas veces a los hindúes, a los
tibetanos o a los chinos com o p obr es nat iv os d e color, m e ne st e -
r osos , q ue no m er ece n q ue na d ie r ep a r e en e llo s . Entonces,
¿cómo es posible, de pronto, considerarlos genios del psiquismo, no
bien pasan al Otro Lado? No; muchísima gente ignorante
"adopta" a un Guía Hindú porque eso es más misterio so. Pero, en
realidad, nuestro único guía es el propio Superyó. ¡Oh! Las cosas que
usted dice no están a nues t r o a l ca nc e, s e ñ or a He n sb a um . N os
ha he ch o u n enredo de palabras.
Riendo, la señora Hensbaum replicó:
—Quizás ocurra lo mismo con los libros que lean al principio,
comenzando por El tercer ojo.
Si me permite un atrevimiento,
¿podríamos venir a hablar con usted otra vez? —inquirió Maud.
—Sí, por supuest o que p ued en. Para mí será un placer —
repuso la señora Hensbaum, demostrando su hospitalidad—. ¿Por qué
no nos ponemos de acuerdo para encontrarnos aquí, a esta hora,
dentro de una semana?
Y así, minutos más tarde, las dos mujeres se pusie ron a andar
nuevamente por el camino, llevando
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19. LA DECIMOTERCERA CANDELA
cada cual los libros que les había regalado la señora Helen
Hensbaum.
—Me gustaría que hubiera hablado un poco más sobre lo q ue
pasa cuand o uno se muere — expresó Maud pensativamente.
— ¡Bah! Pronto sabrás bastante si la sigues viendo —replicóle Marta.
Tanto en la casa de MacGoohoogly como en la de O'Haggis, las luces
permanecieron largamente encendidas. Muy entrada la noche, a
través de las celosías rojas del dormitorio de Marta se veía brillar una
luz macilenta. Por momentos, alguna ráfaga aislada de v iento
entreabría las pesadas cortinas ve rdes de la sala de 11.4aud y
permitía distinguir su figura inclinada en u na s i lla a lt a , c on un l i b r o
f uer t em e nt e a s i d o entre sus manos.
El último autobús pasó rugiendo, con su pasaje de limpiadores
nocturnos que regresaban a sus hogares. A lo lejos, un tren chirriaba
majestuosamente, con su pesada ringlera de vagones de carga
balanceándose y rechinando sobre los rieles de una playa de
maniobras. Después, el ulular de una sirena, tal vez de la policía
o de alguna ambulancia. Nada perturbaba a Maud, enfrascada
profundamente, como estaba, en la lect ura. La s ca mpa nas d e l re loj
del a yunt am ient o comenzaron a sonar, y el tañido de las horas
anunció la proxim idad d e la m añana. Finalmente, la luz se apagó
en el dormitorio de Marta. A poco, también se e xt in gui ó la d e la s a la
d el p is o b a jo d e la ca sa d e Maud, y durante un momento se v io
un resplandor en su dormitorio.
El alboroto del lechero madrugador quebró la paz d e la e s ce na,
y a cont inua ción ap arecier on los ba rrenderos con sus camiones
con rodillos y su estré pito metálico. Los ómnibus se echaron a
rodar por l a s c a l l e s, p a r a l l e v a r a b o r d o a l o s t r a b a j a d o r e s
mañaneros y conducirlos bostezando a sus ocupacio-
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20. LOBSANG RAMPA
nes. Innumerables chimeneas comenzaron a humear, en tanto que las
puertas se abrían y se cerraban con premura a medida que la gente se
lanzaba 'a la diaria carrera con el tiempo y los ferrocarriles.
F i n a l m e n t e , l a c e l o s í a r o j a d e l d o r m i t o r i o d e Marta se
levantó con tal violencia, que las borlas de los cordones quedaron
bamboleándose. Con el espant o r ef l e j a d o e n s u r o s t r o e m b o t a d o
por el sueño, Marta echó una vacua mirada a ese mundo
indiferente. Sus cabellos, sujetos por los rizadores, le daban u n
a s p e c t o d e s a l i ñ a d o y o r d i n a r i o , a l p a r q u e e l enorme camisón
de franela acentuaba sus grandes dimensiones y sus más que abultadas
dotes.
A l c a b o d e u n r a t o , l a p u e r t a d e l a c a s a d e O' Haggis s e
abrió lentamente y un brazo se alargó para recoger la botella de
leche del umbral. Trascu r r id o un la r go int er v a lo, la p ue r t a s e
a b r ió nuev a mente y apareció Maud, vestida con una casaca lis -
tada. A g ot a d a y b o st ez a nd o es t r e p i t osa m e nt e, se puso a
sacudir dos felpudos, y luego volvió a recluir se en el interior de su
casa.
Un gat o solitario s urgió de q uién sabe qué pasa dizo secreto y
atisbó cautelosamente las in mediaciones, antes de aventurarse a
enfilar parsimoniosamente hacia la calle. Cuando llegó exactamente al
centro de la calzada, se detuvo, se sentó a asearse la cara, las
orejas, las patas y la cola, y luego se marchó conto neándose hacia
algún otro lugar misterioso, en busca del desayuno.
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21. CAPITULO II
— ¡Timón! ¡Timón!
La voz era chillona, despavorida, con esa desgarra d o r a
e n t o n a c i ó n q u e h a c e e s t r e m ec e r y p o n e l o s nervios en tensión.
— ¡Timón, despierta! ¡Tu padre se muere!
Lentamente, el muchachito retornó de las profun didades de su
total inconsciencia y comenzó a esfor z a r s e , p o c o a p o c o , e n
m e d i o d e l a s b r u m a s d e l sueño, por abrir sus pesados párpados.
— ¡ T im ó n, t i en e s q ue d e sp er t a r t e ! ¡ T u p a d r e se está muriendo!
U n a m a n o l o a s i ó d e l o s c a b e l l o s y l o s a c u d i ó bruscamente.
Timón abrió los ojos.
De pronto percibió un ruido extraño, ronco, "como si
algún yac se estuviera ahogando", pensó. Picado por la
curiosidad, se incorporó en el lecho y v olv ió la ca b e z a d e un
la d o y d e ot r o, p r ocur a nd o ver a través de la penumbra del exiguo
cuarto.
Sobre una pequeña repisa había un plato de piedra e n e l c u a l u n
t r o z o d e s e b o f l o t a b a e n s u p r o p i o aceite derretido. La tira de
tela ordinaria que atravesa b a el t r oz o d e seb o le s e r v ía d e
im p r ov isa d o p a bilo. En ese mome nto, la llama chisporroteaba,
aviv á nd o se y a t en uá n d os e a lt er na t iv a m e nt e, p r o ye c t a n d o
s o m b r a s t em b l o r o s a s e n l a s p a r e d e s. U n a esporádica ráfaga
de aire hiz o que la mecha se su mergiera durante un instante; luego,
chisporroteando,
29
22. LOBSANG RAMPA
salpicó algunas gotas, y la débil llama se tornó aun más tenue.
En seguida, sat urada otra vez por una nueva inmersión, volvió a
relumbrar diseminando el hollín de sus lenguas fumosas por toda la
habitación.
— ¡ T i m ó n ! ¡ T u p a d r e s e m u e r e ; v e c o r r i e n d o a buscar al
lama! —gimió desesperadamente su madre.
Despaciosamente, todavía amodorrado por el s u e ño,
T im ón se p us o t r a b a josa m ent e d e p ie y se envolvió con su única
prenda de vestir. El ronquido se aceleraba, se t ornaba más le nto,
y retomaba su ritmo desapacible, monótono. Timón se aproximó
al bulto informe a cuyo lado estaba inclinada su madre. Miró hacia
abajo temeroso y sintió que el horror lo paralizaba ante la vista del
rostro de su padre, que la vacilante llama de la lámpara de sebo
mostraba aun más lívido. Azul, estaba azul; y su mirada era dura y
fría. Az ul, a ca usa del ata q ue de insuf iciencia car díaca; y tenso,
debido a los signos de la rigidez cada vérica, si bien todavía estaba con
vida.
— ¡T im ó n ! — r e p i t i ó la m a d r e — . ¡V e a b u sca r a l l a m a , o t u
p a d r e m o r i r á s i n n a d i e q u e l o g u í e ! ¡Corre, corre!
Timón gir ó sobre sus talones y se lanz ó hacia la puerta.
Fuera, las estrellas fulguraban, metálicas e impasi bles, en la
cerrazón que precede al alba, hora en que el Hombre está más
propenso a decaer y vacilar. El viento cortante, enfriado por las
masas de niebla que se destacaban en la ladera de la montaña, se
arremolinaba haciendo rodar las 'piedras pequeñas y levan tando
nubes de polvo.
El chiquillo, de apenas diez años de edad, se detu v o t ir it a nd o
m ient r a s t r a t a b a d e escud r iñ a r en la oscuridad, una oscuridad
levemente hollada por el d éb il r es p l a n d or d e la s e st r e l la s . A ll í,
c ua n d o n o había luna, era la mala época del mes. Las montañas
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23. LA DECIMOTERCERA CANDELA
se tomaban inhóspitas y sombrías, sólo se percibía un desvaído
tinte purpúreo que señalaba sus límites y el com ienz o d el cie lo. En
el punt o en que la pálida coloración púrpura descendía hacia el río de
escasa f osf or es ce n ci a , u na m a n ch i t a de luz a m a r il l e n t a ,
d i m i n u t a y t i t i l a n t e , e r a l a q u e r e f u l g í a c o n m á s intensidad
en medio de aquella lobreguez que todo l o e n v o l v í a . E l c h i q u i l l o
s e p u s o r á p i d a m e n t e e n m ov i m i e n t o , c or r i e n d o , s a l t a n d o y
s o r t e a n d o l a s rocas esparcidas por el suelo, en su irrefrenable ansie-
dad por alcanzar el santuario que denunciaba aquella luz.
Las malhadadas piedras se escurrían debajo de sus pies descalzos
y lo herían. Los cantos rodados, remanent es t a l v ez d e l le c h o d e
a lgún m a r a nt iguo, s e d esliz aba n ar t eram ent e a su pa s o. Los
pedr ejones surgían de manera alarmante en la cerrazón de la
madrugada, produciéndole magulladuras cuando los rozaba en su carrera
a la cual el miedo ponía alas.
A lo lejos, aquella luz era un llamado. Detrás de él, su padre
yacía agonizante, sin un lama que guiase los p asos ind ec is os d e s u
alm a. Se a pr esur ó má s. Pronto, su respiración se tornó jadeante con el
aire e n r a r e c i d o d e l a m o n t a ñ a , y a p o c o l o a s a l t ó u n d o l o r e n
e l c o s t a d o , p r o d u c i é n d o l e e s a p u n z a d a angustiosa que padecen
todos los que se esfuerzan e x ce s iv a m e nt e e n la ca r r er a . E l d o l or
se hi z o t a n punzante que resultaba insoportable. Retorciéndose y
gimiendo mientras trataba de aspirar más aire, no pudo menos de
aminorar la carrera y andar al trote rápido, hasta que, a los pocos
pasos, se vio precisado a caminar renqueando.
La luz lo atraía como un faro de esp eranza en un océano de
abatimiento. ¿Qué sería ahora de ellos? ¿C óm o c om e r ía n?
¿Qu ién v ela r ía p or ellos; q u ién l o s p r o t e g e r í a ? S u - o r a z ó n
l a t í a v i o l e n t a m e n t e , hasta el extremo de que temió que pudiera
salírsele
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24. LOBSANG RAMPA
del pecho. El sudor se le helaba inmediatamente en el cuerpo al contacto
con el aire frío. Su vestidura, raída y mustia, casi no lo protegía contra los
elementos. Eran pobres, extremadamente pobres; y ahora lo serían más
aún con la pérdida del padre, el único que trabajaba.
La luz seguía llamándolo como un refugio en un océano 'de temores. Lo
llamaba, trémula, debilitándose y volviéndose a avivar, como para recordar
al atribulado chiquillo que la vida de su padre se estaba extinguiendo, pero
que volvería a brillar allende los confines de este mundo mezquino. Volvió,
pues, a lanzarse en desenfrenada carrera, apretando los codos contra sus
flancos y con la boca bien abierta, tratando de que cada músculo le
sirviera por unos pocos segundos.
La luz ya era más grande, como una estrella que le diese la bienvenida a
su hogar. A su vera, el Río Feliz se deslizaba sonriente, como si jugara con
las piedrecillas que había arrastrado desde las cumbres de la montaña
donde tenía sus vertientes. A la débil luz de las estrellas, el río tenía un
pálido fulgor argentado. Ahora, frente a él, el muchacho podía discernir
vagamente el bulto más oscuro del pequeño lamasterio que se levantaba
entre el río y la falda de la montaña.
Por mirar la luz y el río, se distrajo, y su tobillo cedió bajo su peso,
dando con él por tierra violentamente y haciendo que se raspase las
manos, las rodillas y el rostro. Gimiendo de dolor y frustración, se levantó
penosamente y se puso a cojear.
De improviso, frente a él, apareció una figura.
—¿Quién anda ahí fuera, rondando nuestros muros? —inquirió una voz
profunda de anciano—. ¡Ah! ¿Qué es lo que te trae a nuestras puertas a
esta hora de la mañana? —continuó aquella voz.
32
25. LA DECIMOTERCERA CANDELA
A través de sus párpados inflamados por el llanto, T im ó n v io
f r ent e a sí a un m onje a ncia n o y encor vado.
— ¡ O h ; e s t á s h e r i d o ! — p r o s i g u i ó l a v o z — . V e n adentro y veré
qué tienes.
Volvióse pausadamente el anciano y se encaminó al interior del
pequeño lamasterio. Timón se detuvo, parpadeando a causa de la luz
repentina de alguna lámpara de sebo que parecía muy br illante
compa rada con la oscuridad exterior.
La atmósfera estaba pesada por el olor a incienso. Timón
permaneció un moment o con un nudo en la garganta hasta que por
fin habló:
— ¡Mi padre se muere! Mi madre me ha mandado v o la n d o a
b u s ca r a u x i li o p a r a q ue t e n ga q u i e n l o guíe en su tránsito. ¡Se
muere!
El pobre chiquillo se dejó caer al suelo y se cubrió los anegados
ojos con las manos. El anciano monje s a l i ó y a p o c o s e p u d o o í r
q u e c o n v e r s a b a q u e d a mente en otra habitación. Timón se sentó en el
suelo llorando en un rapto de consternación y pavor.
Un momento después vino a infundirle ánimos una voz dulce que le
dijo:
— ¡ H i j o , h i j o m í o ! ¡ O h , p e r o s i e s e l j o v e n T i món! ¡Sí; te
conozco, hijo mío!
Con una respetuosa reverencia, Timón se puso de pie
lentamente y se secó los ojos con un extremo de la t única,
tizná ndose el rostro lloroso con el p olvo acumulado en el camino.
— C u é n t a m e , h i j o m í o — d i j o e l l a m a , a q u i e n Timón había
ya reconocido.
Una vez más, éste refirió lo que ocurría , y, cuando hubo finalizado,
habló el lama.
—Ven, iremos juntos. Te prestaré un pon y. Pero, a ntes, b e be
este té y come un p oco de ts a mp a, por que has de estar
hambriento, y la jornada será larga y dura.
33
26. LOBSANG RAMPA
El anciano monje se adela ntó con las via ndas, y Timón
sentóse a comerla, en el suelo, en tanto que el lama se retiraba a
hacer sus preparativos.
Al p oc o r a t o se oy ó r uid o d e ca b a llos, y el la m a regresó a la
habitación.
— ¡Ah! Ya has concluido. Bien, entonces partamos —dijo, y se
volvió, seguido por Timón.
Ahora, sobre los lejanos bordes de la montaña que r od e a la
p la n ic i e d e L ha sa , se v e ía n a p a r ec er l o s primeros y débiles
rayos de luz dorada que anuncia ban el nacimiento del nuevo día.
De pronto, un destello de luz brilló a través de un p aso de la alta
mont a ñ a y p o r u n m o m e n t o t o c ó l a c a s a p a t e r n a d e Timón,
situada en el lejano extremo del camino.
— Ha st a el d ía m uer e, hij o — com ent ó el la m a — ; P e r o a l a s
p o c a s h o r a s r e n a c e c o n v e r t i d o e n u n nuevo día. Así ocurre con
todo cuanto existe.
A la puerta los aguardaban tres briosos caballitos, a c u y o c a r g o
n o m u y f ir m e s e h a l l a b a u n a c ó l i t o apenas mayor que Timón.
—Tenemos que cabalgar en estas cosas —susurróle a éste e l acólito —
. Si no q uiere d etenerse, tá pale los ojos con las manos. —Y
agregó patéticamente—: Si así tampoco para, tírate.
El lama montó inmediatamente. El joven acólito le ext e nd ió una
mano a T im ón y luego, con un f orm i dable brinco, saltó sobre su
cabalgadura y se echó a andar tras las otras dos, que ya se esfumaban
en la oscuridad que aún cubría la tierra.
Dorados rayos de luz aparecían entre los picos de la montaña a
medida que el b orde superior del sol ga na b a el hor iz o nt e . L a
hum ed a d con gela d a en e l aire frío reflejaba una gran variedad de
colores y, al incidir en los prismas del hielo, la luz se refractaba
mostrando todo el espectro. Sombras gigantescas se proyectaban en el
suelo a medida que las tinieblas de la noche cedían al incontenible
avance del naciente
34
27. LA DECIMOTERCERA CANDELA
día. Los tres viajeros solitarios, meras p artículas de polv o en la
inmensidad de la tierra yerma, cabalga ban a través de los campos
sembrados de guijarros, eludiendo peñascos y hondonadas con
mayor facilidad según la claridad iba en paulatino aumento.
Pronto se alcanzó a divisar, de pie junto a una casa aislada, la figura
señera de una mujer, que con las manos sobre los ojos a modo de
visera, oteaba angustiosamente el camino esperando el auxilio que
tanto parecía demorar. Los tres cabalgaban tomando por los
senderos más seguros entre el ripio.
—No sé cómo te las has compuesto tan bien, muchacho
— l e d i j o e l l a m a a T i m ó n — . D e b e d e haber sido un trayecto
terrible.
Pero el pobre Timón estaba demasiado asustado y por demás
extenuado como para responder. En ese momento, incluso, iba
tambaleándose y durmiéndose sobre el lomo del pony. Así, pues,
los tres prosiguie ron la marcha en silencio.
A la p uer t a d e su ca sa, la m ujer se r et or cía la s manos y
sacudía la cabeza con cierta turbación en su a ct it u d d e r e s p e t o. E l
la m a s e a p e ó d e l ca b a l l o y a vanz ó hacia l a a tr ib ula da m ujer.
P or su par te, el jov en a cólit o se d esliz ó d e su p on y para a c ud ir
en ayuda de Timón, pero ya era demasiado tarde: éste se había
caído tan pronto como se detuvo su cabal gadura.
—Venerable lama —prorrumpió con voz trémula la mujer—; mi
esp oso ya ca si no existe. Lo he mant e nid o conscient e, per o me
temo que sea muy tarde. ¡Oh! ¿Qué haremos?
—Vamos; indíqueme el camino —ordenó el lama, siguiendo a la mujer,
la cual inmediatamente lo condujo al interior.
La casa era oscura. Los vanos se hallaban cubiertos con hule
traído de la India remota, pues, como allí no existía el vidrio, servía
para suplirlo, si bien deja-
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28. LOBSANG RAMPA
ba pasar una luz extraña a la vez que exhalaba una fragancia peculiar.
Una fragancia en que se mezclaba el olor a aceite seco con el del
hollín de la siempre humeante lámpara de sebo.
El piso era de tierra bien apisonada, en tanto que las paredes
estaban hechas de gruesas piedras unidas entre sí con estiércol de yac.
En el centro de la habitación ardía un débil fuego, alimentado
también con heces de yac, del cual se desprendía un humo que, a
veces, acertaba a escapar por un agujero practicado en el techo con
ese propósito.
Contra la pared del f ond o, opuesta a la entrada, y a c í a u n
b u l t o q u e , a l p r i m e r g o l p e d e v i s t a , s e pod ía t om ar p or un
ata d o d e tra p os echad os a un lado; pero esa impresión se
disipaba debido al rumor que provenía de él. Eran los ronquidos
agónicos de un hombre que luchaba por seguir viviendo, los es -
tertores de quien se halla in extremis.
El lama se apr oxim ó y ob ser vó a tr avés de la p e numbra el
cuerpo que yacía en el suelo, un hombre maduro, delgado,
marcado por los padecimientos de la vida; un hombre que había
vivido conforme a las creencias de sus antepasados, sin tener un solo
pensamiento egoísta.
Y ahora estaba allí, jadeando, con el rostro pálido por la falta de
oxígeno. Yacía exhalando sus últimos suspiros, luchando por conservar
un vestigio de lucidez, porque su fe y las creencias tradicionales
decían que su tránsito al otro mundo lo haría m ejor con la guía de
algún lama experimentado.
M i r ó h a c i a a r r i b a y c i e r t o d e j o d e s a t i s f a c c i ó n —cierta
expresión fugaz — cruzó por su pálido sem b la nt e a l notar q ue ya
el lam a esta ba a llí. Est e se i nc l in ó a l la d o d e l m or ib u n d o y
c ol o c ó la s m a n o s sobre sus si enes mientras le decía palabras de
consuelo. Detr ás d e él, el jov en a cólit o extra jo pres ta mente los
sahumadores y tomó un poco de incienso
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29. LA DECIMOTERCERA CANDELA
de un paquete. Luego, sacando mecha, pederna l y eslabón de
un bolsillo, prendió fuego y sopló hasta p r od ucir lla m a , d e
m od o q ue p ud ier a encend er el incienso en el momento oportuno.
Aunque más sencillo, no aceptaba el irreverente sistema de
acercar el incienso a la ya goteante lám para de sebo, cosa que
habría significado desconsid er a ción ha cia e l i ncie ns o, f a lt a d e
r esp e t o p or el ritual. El incienso debía encenderlo a la manera
tradicional, porque él, ese jovencito inquieto, tenía la gran
ambición de llegar a ser lama.
El la m a , sent a d o en la p osici ón d el l ot o al la d o d el
moribundo que yac ía en el suelo, hizo un movi m ie nt o d e c a b e z a
a l a c ól it o, e l cu a l d e i nm ed i a t o encendió la prim era ramita de
incienso de manera q ue la ll a m a t o ca r a s ól o l a p u nt a d e e s a
p r im er a vara, y después, cuando se puso roja, la sopló y dejó que
ahumara.
El lama movió ligeramente las manos para colocar las en
difer ente p osición sobr e la ca beza de aq uel hombre, y dijo:
— ¡Oh, Espíritu que estás por abandonar ésta, tu envoltura corporal:
encendemos la primera vara de incienso para poder llamar tu
atención, para poder guiarte, para que puedas seguir la senda
mejor entre los peligros que tu desprevenida imaginación te colo que
delante!
En el rostro del moribundo asomó una extraordi naria paz.
Estaba bañado en sudor, con una tenue capa de humedad; el sudor
de la muerte próxima.
El lama le tomó firmemente la cabeza e hizo una leve indicación
a su acólito. Este volvió a inclinarse y encendió la segunda rama de
incienso; luego sopló hasta extinguir la llama y la dejó que echara
humo.
— ¡Oh, Espíritu pronto a partir hacia la Gra n Realida d, ha c ia
la Ver da d era V ida p ost er ior a ésta , el momento de tu liberación ha
llegado! ¡Prepárate a
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30. LOBSANG RAMPA
mantener tu atención firmemente puesta en mí, aun en el momento
de dejar este tu presente cuerpo, por que es mucho cuanto debo
decirte! ¡Escucha!
El lama volvió a inclinarse y le puso sus dedos entrecruzados sobre la
coronilla. La respiración estertorosa del mor ibund o resonó más
fuerte y br onca. Su pecho se dilató y volvió a contraerse, y de
pronto e x h a l ó un suspiro corto, pr ofundo , casi com o si
tosiera, y su cuerpo se arqueó hacia arriba hasta apoyarse solamente
en la nuca y los talones. Durante un momento que pareció
interminable permaneció así, hecho un arco rígido de carne y hueso.
Luego, repentinamente, el cuerpo se sacudió, se sacudió hacia arriba
hasta quedar a una pulgada, o quizás a dos, del suelo. Después
se desplomó, se aflojó como un saco de trigo semivacío que
alguien hubiese arrojado a un la d o sin m ira mient os. El últim o
há lit o d eses perado brotó de sus pulmones y lueg o el cuerpo se
crispó y quedó rígido, pero desde su interior llegó el gorgoteo de los
líquidos, el rumor de los órganos y el del aflojamiento de las
articulaciones.
El lama hiz o un nuevo movimient o de cab eza al a c ólit o, y
ést e p r end ió inm ed ia t a m ent e f uego a la tercera rama de
incienso y la hizo humear sin llama en el tercer incensario.
—Espíritu que ahora te has liberado de tu sufrien te cuerpo,
escucha antes de emprender tu travesía; presta atención, porque
por tu imperfecto saber, por tus equivocados conc eptos, has
creado asechanzas q ue p u ed e n p er t ur b a r el s os i eg o d e e s t e t u
v ia j e. Es c u cha , p or q ue v oy a en um er a r t e l os p a s o s q ue debes
dar y el Camino que debes seguir. Escucha.
Fuera de la pequeña habitación, la brisa matinal comenzaba a
levantarse a medida que el escaso calor de los rayos solares que
asomaban sobre la cumbre de la montaña empezaba a alterar el
frío de la larga noche; de tal manera, ese débil calor de los primeros
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31. LA..DECIMOTERCERA CANDELA
rayos hacía que se originaran corrientes de aire prov e n i e n t e s d e l o s
l u g a r e s f r í o s y q u e s e f or m a r a n peq ueños r em olinos d e t ierra
que gira ba n y golp e aban contra las cortinas de hule de las aberturas
del cuarto, hasta que en la azorada mujer, que observaba desde el vano
de la puerta, se producía casi la impresión d e q ue los De m o nios
est uv iesen g olp ea nd o y quisieran llevarse a su marido que ahora
yacía muerto frente a ella.
Pensó en la atrocidad de lo que ocurría. Hasta un momento antes
había estado casada con un hombre vivo, un hombre que durante
años había velado por ella, que le había brindado una
segur idad com o n un ca p od r ía ha b er en s u v id a , p e r o a l
m om en t o siguient e ese hom bre ya estaba m uerto, m uer to, y
yacía ante ella en el piso de tierra de su habitación. Y s e
p r egunt ó q ué ser ía a hor a d e ella . Y a na da le quedaba sino un
hijo demasiado pequeño para trabajar, demasiado pequeño para
ganar dinero, en tanto que ella padecía de una dolencia que a
veces se presenta en las mujeres que no han recibido asistencia en
el momento de dar a luz. Durante todos los años tra scurr id os de s d e e l
na cim ient o d e su hijo hab ía tenido que andar arrastrándose.
De rodillas en el suelo, el lama cerró los ojos del cadáver y le
puso piedrecillas sobre los párpados para m a n t e n e r l o s c e r r a d o s .
L u e g o l e c o l o c ó u n a c i n t a debajo de la barbilla y la anudó sobre
la cabeza para que el maxilar quedase firme y la boca permaneciera
cerrada. Hecho esto, a una señal suya se encendió la cua r t a r a ma d e
incie nso q ue f ue cu id a d osa m ent e depositada en su braserillo.
Ahora ya había cuatro ramas de incienso cuyo humo ascendía casi
como si h u b i e r a s i d o t r a z a d o c o n t i z a a z u l g r i s á c e o , t a n
recta s era n sus colum nas d entr o d e la hab ita ción poco menos
que falta de ventilación y de tiro.
El lama prosiguió:
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32. LOBSANG RAMPA
— ¡Oh, Espíritu desprendido del cuerpo que está ante
nosotros; ya ha sido encendida la cuarta rama de incienso para
atraer tu atención y retenerte aquí mientras hablo, mientras te digo
aquello con lo cual has de encontrarte! ¡Oh, Espíritu a punto de
extraviarte, atiende a mis palabras para que tus desvíos puedan
ser corregidos!
El la m a , p ensa nd o en la in st r ucció n q ue ha b ía recibido,
miró el cadáver con pesar. Pensaba en que era telépata, e n s u
facultad de oír lo inaud ib le, en q u e p od ía v er la a ur e o la d e l
c uer p o h um a n o, esa extra ña flama color ea da, m ult ic olor, q ue
gira y se entreteje en torno al cuerpo viviente. Ahora, contem -
plando ese cuerpo muerto, podía ver la flama casi ext ing uid a . En lu ga r
d e los col or es d el a r co ir is y aun muchos más, sólo había un
remolino azul grisáceo que se oscurecía cada vez más. Empero, al
fluir del cuerpo, el azul grisáceo se elevaba aproximada mente
sesenta centímetros sobre el cadáver. Había allí una gran
actividad, un intenso bullir, y parecía como si una multitud de
luciérnagas se lanzasen en derredor, luciérnagas que hubiesen sido
adiestradas como soldados y que estuvieran tratando de ocupar
posiciones prefijadas. Las diminutas partículas lumi nosas se
movían, se arremolinaban y se entrecruza ban, hasta que al cabo,
ante los ojos del lama, ante su tercer ojo, apareció una réplica del
cadáver, pero b a j o e l a s p e c t o d e u n h o m b r e v i v o , d e u n j o v e n .
Todavía era sutil y flotaba desnuda a más o menos sesenta
centímetros sobre el cuerpo. Luego, subió y bajó levemente, quizá
dos o tres pulgadas en cada movimiento. Volvió a subir y bajar,
retomó su posición y ba jó y sub ió otra vez, y pa ula t inam e nt e
los d e t a l l e s s e f u e r o n t o r na n d o m á s c l a r o s , e l t e n u e c ue r p o
f u e f o r m á n d o s e y a d q u i r i e n d o m a y o r s u s tancia.
El lama se sentó y aguardó a que la luz azul grisá cea del cuerpo
yacente se tornara más oscura, pero
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33. LA DECIMOTERCERA CANDELA
entretanto la luz multicolor del cuerpo situado más arriba
v o l v i ó s e m á s f u e r t e , m á s s u s t a n c i a l , m á s vívida. Al fin, tras
una súbita ondulación y una sacu d id a , e l c u er p o " f a n t a s m a " s e
e n d er ez ó c o n la ca beza hacia arriba y los pies hacia abajo.
Desapareció la ligera unión entre la carne yacente y e l es píritu
v i v o , y é s t e q u e d ó y a f o r m a d o y l i b r e d e s u e x envoltura
corporal. Inmediatamente, el cuartucho se l l e n ó d e l o l o r d e l a
m u e r t e, e l o l o r e x t r a ñ o , p e n e trante, del cuerpo que comienza a
descomponerse, un olor desagradable que penetraba por la nariz y la
colmaba hasta la altura de los ojos.
El joven acólito, sentado detrás de las humeantes ramas de
incienso, levantóse prudentemente y se dirigió hacia la puerta. Allí
saludó con una ceremoniosa r e v e r e n c i a a l a v i u d a y a s u h i j o
T i m ó n , y g e n t i l mente hizo que se retirasen de la habitación.
Cerró la p uerta y permaneció de espa ldas contra ella un instante,
al cabo del cual exclamó para su adentros:
" ¡Puf! ¡Qué atmósfera! " Después, se dirigió pausa dam e nte a la
venta na cub ier ta d e hule y a flojó un e x t r e m o p a r a q u e e n t r a r a
a i r e p u r o . P e r o l o q u e entró fue una formidable ráfaga de viento
cargada de arena, que lo dejó escupiendo y tosiendo.
— ¡Cierra esa ventana! —exclamó el lama en voz baja aunque
furioso.
C on los ojos ca si cerra d os, el a cólit o m a not eó a ciegas la
cortina que se agitaba de un lado a otro y t r a t ó d e a j u s t a r l a
nuevamente contra el marco. " ¡Vaya! ¡Al m enos he
respirado un poco de a ire pur o, m ejor que este hedor ! ",
p e n s ó , y v o l v i ó a sentarse en su lugar, detrás de las cuatro
ramas de incienso.
El cuerpo yacía inerte en el suelo. En ese momen to, de él llegó el
gorgoteo de los humores que deja-
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34. LOBSANG RAMPA
b a n d e f l u i r y q u e y a e n c o n t r a b a n s u s n i v e l e s . También s e
percib ieron el r umor y los q uejid os de l o s ó r g a n o s q u e i b a n
d e j a n d o d e v i v ir , p or q u e e l cuerpo no muere inmediatamente,
sino por etapas, órgano por órgano. Primero sobreviene la muerte
de lo s cent r os s up er ior es d el cer eb r o, y d esp ués, en or d e na da
sucesión, la d e los d emá s ór ga nos, q ue, pr iva d os de l c ontr ol
cerebra l, d eja n d e f uncionar, dejan de elaborar las secreciones o de
producir las sustancias necesarias para la supervivencia de ese
complejo mecanismo al cual denominamos cuerpo.
A medida que la energía vital se retira, va dejando los confines del
cuerpo y reuniéndose en el exterior, formand o una masa am orfa
exactamente sobre él. Allí se queda suspendida por la atracción
magnética en tanto queda aún un resto de vida, mientras todavía
hay algún fluir de partículas vitales que van de jando su anterior
envoltura. Paulatinamente, a medi da que los órganos se van
desprendiendo unos tras o t r o s d e l a e n e r g í a v i t a l, l a f o r m a
s u t i l q u e f l o t a sobre la envoltura carnal va adquiriendo cada vez un
mayor parecid o a ésta. Al cab o, cua ndo ya el pare cido es total,
la atracción magnética cesa, y el "cuer po espiritual" flota en libertad,
listo para su próxima travesía.
A h or a , e l e sp ír i t u es t a b a c o m p l et o y u n id o t a n sólo por un
hilo sum amente débil al cuerpo inerte. Flotaba, confundido y
asustado. Nacer a la vida en la t ier r a es una e xp e r ie nc ia
t r a um á t ica . Signif ica m o r i r p a r a o t r a f o r m a d e e x i s t e n c i a .
M o r i r e n l a tierra significa que el cuerpo espiritual nace de nuevo
en otro mundo, en el mundo espiritual, o en uno de ellos. En e s os
insta nt es, la f orma d uda ba, f lotab a más arriba y descendía; flotaba
y aguardaba las inst r uccione s t elep á t ica s d el la m a , c uya v id a
est a b a dedicada por entero a auxiliar a los que dejaban la tierra.
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35. LA DECIMOTERCERA CANDELA
El lama miró atentamente, apelando a sus sentidos telepáticos pa ra
calcular la capa cidad del esp íritu recién liberado y a su tercer
ojo para ver realmente su forma. Luego, quebró el silencio con su
enseñanza telepática.
— ¡Oh, Espíritu recién liberado! —dijo—. ¡Presta ate nc ión a
mis p ensam ient os para q ue t u trá nsit o p ueda así fa c ilit ars e !
Repara en la s instr ucciones que voy a darte para que tu camino
se allane, pues m i l l o n e s h a n a n d a d o e s e c a m i n o a n t e s q u e t ú
y millones lo andarán.
Aq u el la en t id a d v a p or o sa , q u e ha st a m u y p o c o antes había
sido en la tierra un hombre sumamente avisado, se t urbó
ligerament e y un t int e verdoso y oscuro cubrió su ser. Una leve
agitación la recorrió en toda su extensión y luego se apaciguó
hasta qued a r s e q u i e t a . N o h a b í a , e m p e r o , n i n g ú n i n d i c i o ,
aunque fuese vago, de que esa entidad estuviese ya en vísperas de
despertar del coma del tránsito de la muerte terre nal al
nacim iento en el p lano del esp í ritu.
El la ma ob serva ba est udia nd o, ca lcula nd o, est i m a n d o . A l
f i n , v o l v i ó a h a b l a r t e l e p á t i ca m e n t e y dijo:
— ¡Oh, Espíritu recién liberado de las ataduras de la carne,
escúchame! Encendemos la quinta rama de incienso para atraer tu
atención que divaga, a fin de poder guiarte.
El joven acólito había estado rumiando el problema de cómo
hacer para largarse a jugar. Hacía un tiempo excelente para
remontar cometas. Y si otros andaban por ahí, ¿por qué no él?
¿Por qué tenía él que... ? Per o en ese m om ent o v olvió a pr e st ar
at en ción rápidamente y encendió con premura la quint a rama de
incienso, soplando la llama con tal fuerza que, en seguida , la
vara comenz ó a llamear nueva mente.
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36. LOBSANG RAMPA
El humo ascendió serpenteando y entretejió sus tenues hilos
en torno a la figura suavemente ondu lante del espíritu que
flotaba por encima del cuerpo muerto.
El muchachito volvió a sumirse en sus pensamien tos respecto
del vuelo de las cometas. "Si le pusiera el cor d e l un p o c o m á s
a t r á s " — c o n je t ur a b a — , " le d a r ía un m a yor á ngu lo d e a t a q ue
cont r a el a ir e y subiría más rápido. Pero, si hago eso...". Mas sus
reflexiones se vieron nuevamente interrumpidas por las palabras del
lama.
— ¡Oh, Espíritu liberado —entonaba éste—, que tu a l m a e s t é
a l e r t a ! M u c h o t i e m p o h a c e q u e t e h a s agostado bajo el peso de
las supersticiones propias del ignaro. Te traigo sapiencia.
Encendemos la sexta rama de incienso para darte sabiduría, pues
debes saber que estás por emprender tu viaje.
E l a c ó l it o r e b us c ó f r e né t i ca m en t e en el o sc ur o piso de tierra
la rama que acababa de sacar y mascu lló uná exclamación de las que
no se enseñan en el lamasterio cuando sus dedos se encontraron
con la mecha encendida, detrás de la cual se hallaba la vara. A toda
prisa le prendió fuego y la metió en el incen sario.
E l l a m a l e e c h ó u n a m i r a d a d e r e c o n v e n c i ó n y prosiguió
instruyendo al Difunto Espíritu.
—Tu vida, desde la cuna al sep ulcr o, se ha enre d a d o c o n
sup er st ici one s y f a lsos t em o r es. Ha s d e saber que muchas de
tus creencias no tienen funda ment o. Ha s d e sa b er q ue m uc hos
de los dem onios q ue temes que se te aparezcan son frut o de tu
propia fantasía. La séptima rama de incienso se encien de para
obligarte a que te quedes aquí, de modo de poder instruirte y
prepararte adecuadamente para el viaje que tienes por delante.
Como el acólito estaba ya preparado con el incien so encendido y
humeante, el lama continuó con sus exhortaciones y sus enseñanzas.
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37. LA DECIMOTERCERA CANDELA
—No somos más que muñecos del Unico que está en lo Alto,
puestos sobre la tierra para que El pueda experimentar las cosas de la
tierra. Percibimos confusamente nuestra naturaleza inmortal, nuestros
vínculos eternos, y al percibirlos tan oscuramente la imaginación trabaja,
tememos y buscamos explicaciones.
Ca lló y observ ó la vap or osa y silent e f igura q ue te nía ante
sí. Miró y vio el grad ual desp ertar, el re surgir de la conc ie ncia.
Sintió el pánico, la incerti dumbre, experimentó la dimensión del
choque espantoso del que es arrancado violentamente de en medio
de las cosas y lugares familiares. Sintió y compren dió.
E l e s p í r i t u s e i n c l i n ó y o n d u l ó , l u e g o , e l l a m a continuó:
—Habla con tu pensamiento. Yo captaré esos pensam ie nt os s i t e
recup era s d el est up or d el choque. Piensa que puedes hablarme.
La forma latió y vaciló; las ondas se mecieron a lo lar go de e lla
y luego, com o el a pa ga d o p ia r inicia l del pájaro que acaba de salir
del cascarón, se oyó el lamento de un alma amedrentada.
—Estoy perdido en el yermo —dijo—. Tengo miedo de los demonios
que me acosan. Temo que quieran arrastrarme a las regiones profundas y
quemarme o congelarme por toda la eternidad.
El lama cloqueó con lástima.
—P or na da t e a tr ib ula s, Esp írit u. ¡Escúcham e! Aparta de ti
esos vanos temores y escúchame. Prés tame atención para que
pueda guiarte y prop orcio narte alivio.
—Te escucho, santo lama —replicó la forma—, porque tus palabras
habrán de serme de provecho.
El lama hiz o una ind ica ción d e cab eza a su a có lito, y éste tomó
al punto una ramita de incienso.
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38. LOBSANG RAMPA
— ¡Oh, despav or id o Esp ír it u! — sa lm od ió aq uél. La octava
rama de incienso encendemos para poder guiarte.
El acólito arrimó presuroso la mecha al incienso y, satisfecho del
resultado, lo introdujo en el sahuma d o r y p r e p a r ó o t r o p a r a
c a r g a r l o e n e l m o m e n t o oportuno.
— E l h o m b r e e s e n l a t i e r r a u n s e r i r r e f l e x i v o —prosiguió el
lama— que se entrega. a creer lo que no es en lugar de lo que es. El
hombre está sumamente entregado a la superstición y a las falsas
creencias.
Tú, Espíritu, temes que los demonios te cerquen. Sin embargo, los
demonios no existen, salvo aquellos que ha creado t u fantas ía y
que se desvanecerán como una bocanada de humo al viento
cuando comprendas la verdad. En torno a ti hay sombras insustanciales
y ca r ent es de s ent id o q ue sól o r ef leja n t us a t e r r or i z a d o s
pensamientos como una tranquila fuente podría reflejar tus
facciones si te asomaras a ella.
Son sombras engañosas, apenas criaturas de un mo mento, como
son las reflexiones del hombre alcoho lizado. No temas; nada hay que
pueda dañarte.
El espíritu gimió de terror y dijo, telepáticamente:
Sin embargo, veo demonios; veo monstruos
que parlotean, que alargan sus garras hacia mí. Quieren devorarme.
Veo los rasgos de aquellos a quienes en vida he agraviado . y que
ahora vienen a pagarme con la misma moneda.'
El lama elevó sus manos para bendecir.
— ¡Escúchame, oh Espíritu! —dijo—. Mira atentamente al peor
de tus supuestos agresores. Míralo severamente y haz un esfuerzo
mental para que se aleje. Ima gína lo esf umá nd os e en una
nubecilla d e humo y así se desvanecerá, porque sólo existe en tu
afiebrada imaginación. Piénsalo ya. ¡Te lo ordeno!
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39. LA DECIMOTERCERA CANDELA
El esp ír it u se elev ó ba la nceá nd ose. Sus color es refulgieron
con toda la gama del espectro y al punto llegó la triunfante
exclamación telepática:
— ¡Se fue! ¡Se han ido!
La forma onduló expandiéndose y contrayéndose varias veces,
como podría hacerlo un ser terrenal que jadease luego de un gran
esfuerzo.
Nada hay de temer, salvo el temor —dijo el
lama—. Si nada temes, nada puede vulnerarte. Ahora t e h a b l a r é
d e l o q u e v i e n e a c o n t i n u a c i ó n ; l u e g o deberás emprender la
prolongada etapa de tu travesía hacia la Luz.
El espíritu resplandecía ahora con nuevos colores; v e ía s e q ue
ha b ía t oma d o conf ia nza y q ue el t em or había desaparecido. Así,
pues, aguardaba enterarse de lo que aún debía afrontar.
—Ya es el momento —dijo el lama— de que prosiga s t u v i a j e .
C ua n d o t e ha ya d e ja d o, s en t ir á s u n poderoso impulso de flotar
a la ventura. No te resistas. Las corrientes de la Vida te llevarán a
través de torbellinos de niebla. Hórridos rostros te observarán desde
la oscuridad, mas no les temas: a una orden tuya se irán.
Conserva puros tus pensamientos, calmo tu semblante. Pronto
llegarás a un delicioso prado, d ond e ha b r á s d e exp er im e nt a r la
a legr ía d e v iv ir . Acudirán a ti fraternales asistentes que te darán la
b ienv enid a . N o t em a s. R esp ó nd eles. p ues a na d i e encontrarás
allí que quiera hacerte daño.
La forma se mecía suavemente mientras escuchaba las
advertencias.
—Luego te conducirán amistosamente al Salón de las
Memorias —prosiguió el lama —, lugar éste que c o n s t i t u y e e l
r e p o s i t o r i o d e t o d o c o n o c i m i e n t o , d ond e t o d o a ct o, b ue n o o
m a lo, ejecut a d o p or la s personas, queda registrado. Entrarás en
el Salón de las Memorias y sólo tú verás tu vida tal como fue y
tal como debería haber sido. Tú, y nadie más que
47
40. LOBSANG RAMPA
tú, juzgarás del acierto o desacierto de tus accione s. N o ha y
ning ún ot r o j uici o, a sí com o t a m p oco ha y infierno, salvo el que
puedan imponerte tus remordimientos. No hay condenación eterna
ni tormentos. Si t u v id a h a s id o eq u iv oca d a , t ú, t ú s ól o
p o d r á s d ecid ir t u p ost er ior ret or no a la vida t err e na para
realizar un nuevo intento.
Calló el lama e hizo una indicación al acólito, el cual de
inmediato tomó la última rama de incienso.
— ¡Oh, Espíritu que ya has sido aleccionado! — c o n t i n u ó — .
¡ E m p r e n d e t u t r á n s i t o ! ¡ V i a j a e n paz! Viaja sabiendo que
nada tienes que temer que no sea al temor mismo. ¡Anda!
L e n t a m e n t e, e l e s p í r i t u s e e l e v ó ; s e d e t uv o u n momento
para echar una última mirada a la habita c i ó n y l u e g o a t r a v e s ó
e l c i e l o r a s o h a s t a q u e s e esfumó. El lama y su acólito se
pusieron de pie, y, cuando hubieron recogido sus elementos,
abandonaron a su vez el cuarto.
Más tarde, cuando el sol alcanzaba ya el cenit, una figura harapienta
se aproximó a la casucha y entró. A poco volvió a salir llev ando
sobre los hombros la forma cubierta de vendajes que constituía
los despoj o s m o r t a l e s d e l p a d r e d e T i m ó n . L u e g o , s e e n c a minó
por el sendero pedregoso para trasportar aquel cuerpo al lugar en que
debían desmembrarlo y seccionarlo de modo que los buitres
pudieran devorar sus restos y, con el trascurrir del tiempo, retornasen
trasformados a la Madre Tierra.
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41. CAPITULO III
— ¡Ja, ja, ja!
La estruendosa carcajada resonó en la habitación, y e l j o v e n
d e l g a d o , i n c l i n a d o e n s u a s i e n t o y d e espaldas a quien así se
reía, dio un repullo como si le hubiesen dado un empellón.
— ¡E h, J uss! — gr uñó a q uel la v oz — . ¿Ha s leíd o esto?
J ust in T owne cubr ió cuid ad osam ente el ór gano portátil que
estaba pulsando con tanta suavidad, y se puso de pie.
¿Si leí qué? —preguntó disgustado.
Con una amplia sonrisa, Dennis Dollywogga agitó un libro sobre
su cabeza.
— ¡Toma! —exclamó—. Este tipo piensa que todos los
homosexuales somos enfermos. Dice que tenemos trastornos
glandulares y que somos una mezcla de hombre y mujer. ¡Ja, ja, ja!
J u st i n se a c er c ó p a r sim o n i o sa m e n t e y t om ó e l libro que le
extendía su amigo. Estaba abierto en la p á g i n a n o v e n t a y n u e v e
y d e b i d o a q u e a q u é l l o había doblado excesivamente en su
arranque de hilaridad, la unión del lomo se había roto.
D e n n i s o b s e r v ó p o r e n c i m a d e l h o m b r o d e s u compañero y
con un d edo largo y afilado señaló el pasaje exacto.
— ¡Ahí! —dijo—. Empieza ahí. Léelo en voz alta, Juss; el tipo
éste debe de ser un perfecto ingenuo.
49
42. LOBSANG RAMPA
Se acercó a una poltrona y se echó muellemente con un brazo apoyado al
descuido en el respaldo. Justin limpió los cristales de sus anteojos, se los
volvió a calar y, luego de doblar el pañuelo y ponérselo en la manga, tomó el
libro y leyó: En el trasiego que supone el paso del mundo astral a este otro
que llamamos Tierra, se producen confusiones. Nacer es una experiencia
traumática, un acontecimiento sumamente brusco; de manera que es fácil
que algún mecanismo muy delicado se altere. Por ejemplo: un niño debe
nacer, pero como durante la gestación la madre no se ha preocupado mucho
por su alimentación ni por sus actividades el niño no ha recibido lo que
podríamos llamar un aporte químico balanceado. Es decir, el niño puede
estar falto de algún componente químico y de este modo haberse
desarrollado defectuosamente ciertas glándulas. Digamos que la criatura
debía nacer mujer, pero, por la carencia de determinados factores químicos,
nace varón; varón con inclinaciones femeninas.
Los padres, al advertir que han dado vida a una pobre criaturita
afeminada y que la han expuesto a excesivos mimos o cosa parecida, tal vez
deseen inculcarle cierto discernimiento para que, de un modo o de otro, se
vuelva más varonil; pero de nada servirá. Si las glándulas funcionan mal, a
pesar de los atributos masculinos, el nuevo ser seguirá siendo mujer en
cuerpo de varón. En la pubertad, es posible que el joven no se desarrolle
normalmente o que continúe desarrollándose en el aspecto exterior. Pero, ya
en la escuela, bien puede evidenciarse como un flojo, sin que al pobre le sea
posible evitarlo. Al alcanzar la edad adulta, se encuentra con que no puede
"hacer las cosas que vienen naturalmente" y que, en cambio, lo atraen los
muchachos, los hombres. Esto sucede, evidentemente, porque todos sus
deseos son los deseos propios de la mujer. Su psique en sí misma es
femenina, aun cuando por una desdichada serie de circunstancias esa
femineidad haya sido provista con atributos masculinos, que no le sirven de
mucho, pero que están a la vista. En consecuencia, el varón se trasforma
entonces en lo que solía llamarse "ninfo", y tiene tendencias homosexuales.
Cuanto más femenina es su psique, más fuertes son esas inclinaciones.
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43. LA DECIMOTERCERA CANDELA
Si una mujer tiene psique masculina, no le interesan l o s h om b r e s s i n o
la s m u j er e s, p or q ue esa p s i q u e, q u e e st á más próxima al Superyó
que el cuerpo físico, retrasmite m en sa je s c onf u s os a es e S up e r y ó, e l
c ua l d ev ue lv e la or d e n: " Ma n os a la ob r a ; ha z l o q u e t e
c or r e sp o nd e" . E sa p o b r e y d e sv e nt ur a d a p s iq u e m a s c ul i na
si e nt e r ep u l si ó n, p or s up u es t o, s ól o d e p e nsa r e n " ha c e r l o q ue
le c or r es p on d e " c on un ho m b r e, d e s u er t e q u e t o d o s u i nt e r é s
se c on c en t r a e n la m u jer ; y a s í n os e nc o n t r a m os c o n e l
espectáculo de una mujer que le hace el amor a otra y a la c u a l
d e n om ina m o s l e sb ia na , ca l if ica t iv o t om a d o d e u na i s la gr i e ga
d o n d e es o so l ía s er u n h e ch o c om ún. C a r e ce t ot a l m e nt e d e
se nt i d o c o nd e na r a l o s ho m o se x ua le s, p ue s n o s e t r a t a d e
b r i b o n es; ha y q u e c on s id er a r los, en cambio, como gente enferma, como
personas que p a d ec e n t r a s t or n o s g la nd u la r e s. De m a n e r a q u e , s i
la m ed i c ina y l o s m éd i co s se t om a r a n m á s in t er é s , p od r í a n
ha c er a lg o r es p e ct o d e t a l es d ef ic i en c ia s. D es p ué s d e m i s
ú lt im a s e xp er ie n cia s p er s o na le s, ca d a v ez m e c o nv e nz o m á s d e
q u e lo s m éd i c os o cc i d e nt a l es s on un despreciable hatajo de anormales
a quienes sólo inter esa ha c er s e r á p i d a m e n t e d e d in er o. P e r o, p or
i ne na r r a b l e m ent e d ep l or a b l e s q u e ha ya n s id o e sa s e x p e r i e n c ia s
m ía s, n o e st o y h a b la nd o a ho r a d e m í s in o d e lo s ho m o s e x ua le s .
S i una l e sb ia na (m uj er ) o u n h om os e x ua l (v a r ó n) a c ie r t a a
en c o nt r a r im m éd ic o c on sc i e nt e, és t e p u ed e r e ce t a r le e x t r a c t o s
d e g lá n d u la s q u e ci er t a m e n t e m e jor a n m u c h o e s os e s t a d o s y
t or na n l lev a d er a l a v id a ; p er o, p or d es gr a ci a , co n la a c t ua l
a b u n d a n c ia d e m éd i c os q u e s ól o p a r e c en d is p ue st o s a ha c e r
d i n er o, h oy e s p r ec i so b u s c a r m uc h o p a r a ha l la r u n o h ue l l o.
P er o e s i n út i l q u e s e c o nd e ne a l o s h om o se x ua l es , p or q u e la
c ul p a n o e s d e e l l os. E s g en t e muy desdichada que vive en estado de
confusión, que no sa b e q ué p ud o ha b er le s uc ed id o y q u e n o p u e d e
s us t r a er se d e l o q u e, en d ef i n it iv a , es e l im p u ls o m á s p o d e r os o
d e l h om b r e y la m uj er : e l in s t i nt o d e la r e p r od u cc i ó n.
L o s a t r of ia d or e s d e l cer eb r o, a l ia s p s ic ó l o go s, n o s ir v e n
r ea lm e nt e d e m uc h o, p ue s le s l l ev a a ñ os ha cer l o q ue c ua l q u ie r
p er so na c or r ie nt e p od r ía h a cer e n u n os p oc o s d ía s . S i s e
e xp li ca c la r a m e n t e a l o s h o m o se x ua le s q u e l o q u e t i e n e n e s u n
d e seq u i li b r io g la n d u la r , p or lo ge n er a l l o gr a n r eg u la r l o. P or
es o, la s l e ye s v ie n en m od if icá n d os e p a r a a d a p t a r la s a t a le s
ca s o s, e n l ug a r d e a l e nt a r q u e se l o s s om et a a u na d e s p ia d a d a
p er se c uc i ó n y a e n ca r c el a m i e nt o p or lo q u e e n r i g or d e v a r e : 1 nd
es u na e nf er m e d a d .
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44. LOBSANG RAMPA
Hay varias maneras de prestar asistencia a esa gente. La
pr im era consist e en q ue a lguna p er sona m uy e nt e nd id a y
bastante mayor, d e prof und os sentim ientos caritativ os por
el q ue sufr e, le exp liq ue con exa ct it ud de q ué se tr ata. L a
segu nd a es igua l q u e la a nt e r ior , p er o con el a gr e ga d o d e
que a l pa cient e hay q ue sum inistrar le a lgún me d icam e nt o
q u e s up r im a la n e ce s id a d , e l d es e o s e x ua l. L a t e r c e r a r e -
quiere, también, que se exp liquen las cosas y que un b ue n
méd ico re cete las inyecciones de horm ona s o t e st os ter on a
que le p erm ita n a lcanzar d ef init ivam ente a l or ga nis m o s u
acomodación sexual.
Lo fundamental es que nunca, se debe conde -
na r a l hom osexua l, p uest o q ue es ino cent e. Se lo c a s t i ga
p or a l g o q u e no ha he c h o, p or u n er r or d e la n a t ur a le z a ;
p or q ue q uiz á su m a d r e t uv o una d i et a ina d ec ua d a , o p or -
que tal v ez madre e hijo eran químicamente incompati -
bles. C om o q uiera q ue sea, y d e cua lq uier m od o q ue se lo
considere, sólo es p osible hacer algo por los hom ose xuale s
s i s e l o s t r a t a c o n v er d a d er a c o m p r e n s i ó n y s i m p a t í a y,
posiblemente, con una medicación adecuada.
Concluida la lectura, Justin preguntó:
—¿Qué libro es éste? —Luego, cerrando de golpe la tapa,
leyó—: Lobsang Rampa, Avivando la llama. —Y agregó
ásperamente—: ¡Vaya si avivará la llama si nos ataca!
—¿Y, Juss? ¿Qué te perece? —preguntó Dennis a ns i o s a m e n t e —
¿ Ha y a l g o e n t od o e s o o s ó l o so n c o s a s d e u n t i p o q u e h a b l a
p o r q u e n o s d e t e s t a ? ¿Qué piensas tú, eh, Juss?
Justin se alisó prolijamente el labio superior donde el bigote
brillaba por su ausencia, y respondió en voz un tanto alta:
— D i g o y o, es t e t ip o, ¿ n o e s u n e x m o nj e o a lg o por el
estilo? Quizá no conoz ca siquiera la diferen cia que existe entre un
hombre y una mujer.
Se sentaron juntos en la poltrona y se pusie ron a repasar las
páginas del libro.
—Sin embargo, muchas de las cosas que dice aquí parecen acertadas —
reflexionó Justin Towne.
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45. LA DECIMOTERCERA CANDELA
— E nt o nc es, ¿c óm o es q u e e st á t a n e q u iv oca d o acerca de
nosotros? —inquirió Dermis Dollywogga. Pero, en ese momento,
éste tuvo una idea verdadera mente brillante que le iluminó el rostro.
—¿Por qué no le escribes y le dices que está total mente
equivocado? A ver; ¿figura su dirección en el lib r o ? ¿ N o?
Ent once s m e im a gino q ue se le p od r á escribir a la dirección de
la editorial. Escribámosle, Juss, ¿eh?
Así, pues, vino a acontecer que, cuando el tiempo e s t u v o e n
s a z ó n — c o m o s e d i c e e n l o s m e j o r e s ambientes—, el autor
R a m p a r e c i b i ó c a r t a d e u n caballero que le aseguraba que él no
sabía un ápice de homosexua les. De manera que, luego de
analizar punto por punto las duras manifestaciones acerca de su
sano juicio, de sus ideas, etcétera, el autor envió a su corresponsal
la siguiente invitación: "Le concedo q ue es p oco lo q ue c onozc o
resp e ct o d e r ela ciones sexuales, a pesar de lo cual insisto en la
exactitud de mis observaciones; sin embargo, envíeme usted su
opinión referente a la homosexualidad y veré que mi editor,
siempre que se atreva y lo tenga a bien, me permita publica r su
carta o artículo en mi decimotercer libro".
Al recibir la carta, dos cabezas se juntaron y cua tro ojos se
posaron ávidamente sobre ella.
— ¡Cáspita! —resolló Dennis Dollywogga, ató nito—. El tipo
nos ha devuelto la pelota. Y, ahora, ¿qué hacemos?
Justin Towne tomó aliento y contrajo el estómago.
—¿Qué hacemos? —preguntó con voz trémula —. La respuesta
se la escribirás tú; eso es lo que harás, ya que la idea ha sido
tuya.
Hubo un momento de silencio. Al fin, ambos par tieron hacia
lo que debía ser su ocupación, si bien
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46. LOBSANG RAMPA
en la práctica se convirtió en un devanarse los sesos en horas de
trabajo.
Las manecillas del reloj giraban lentamente entor no a la esfera,
hasta que finalmente llegó el momen to de abandonar el trabajo y
volver a la brega.
El primero en llegar a su casa fue Dennis, seguido a poco por
Justin.
— ¡Juss! —musitó aquél mientras mascaba el últi m o b o c a d o
de ha m b ur g ue sa — . J u s s; en n ue st r a unión, tú eres la
inteligencia y yo la fuerza. ¿Qué te p a r e c e s i e s c r i b e s a l g o t ú ?
¡ C a r a m b a ! H e e s t a d o pensando en esto todo el día y no he
podido trazar una sola línea.
De modo, pues, que Justin se sentó a la máquina y en un abrir y
cerrar de ojos escribió la respuesta.
— ¡Ma-ra-vi-llo-so! —exclamó Dennis paladeando cada sílaba,
después de leerla detenidamente—. ¡Qué te parece ! — Y, lue go que
hub ier on d oblad o las ho ja s con cuid ad o, sa lió a d es pa c ha r la
car ta p or co rreo.
Los servicios postales del Canadá jamás 'habrían logrado
establecer una marca de velocidad, ya sea por los paros, las
huelgas de brazos caídos, el trabajo a desgano o el trabajo a
reglamento, pero de todas maneras, antes que el papel criara moho, el
autor se encontró un día con el envío en su apartado postal, junto
con otras sesenta y nueve cartas. Revisándolas, d i o f i na lm e nt e c on
esa p i ez a es p e c ia l c u y o s o b r e rasgó para ponerse a leer de
inmediato su contenido-; al cabo, lanzó una interjección que
puede interpretarse como: "Bien; publicaré todo, carta y
artículo, para -que la gente conozca el problema directamente por
boca del interesado".
M á s t a r d e, e l a u t or l e y ó d e n u e v o l a c a r t a y e l a r t íc u l o, y
v olv ié nd o se a M i ss C l e op a t r a , su ga t a siamesa, comentó:
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47. LA DECIMOTERCERA CANDELA
—Y bien, Cleo. En mi opinión, esto justifica absolutamente lo que escribí
antes. A ti, ¿qué te parece? —Pero Miss Cleopatra tenía la cabeza en otra parte;
pensaba en comer. De manera que el autor se concretó a preparxr la carta y el
artículo para entregárselos al editor, y he aquí el contenido de ambos, para que
lo leáis.
Estimado Dr. Rampa:
Al enviarle un trabajo sin terminar, quiebro, por decirlo así, una costumbre
mía. Con ello quiero significarle que se trata de mi primer escrito, fruto de mi
pensamiento. No responde exactamente a lo que he querido decir, pero por
alguna razón me parece importante que se lo envíe. Cuando usted vea que no sé
expresarme y que conozco poca gramática, tal vez lo tire disgustado; pero no le
reprocharía nada por eso ni me enojaría.
No siempre digo bien lo que he querido hacer entender, y, si bien pensé que,
si hubiera tenido tiempo, lo habría corregido y vuelto a escribir una y otra vez
hasta dejarlo lo mejor posible, tal vez pueda servir de algo tal como está.
Algunas de las cosas que quise verdaderamente decir son: que muchos
homosexuales no son los mariquitas que se ven por las calles, no son los que
médicos y psiquíatras analizan en sus escritos, porque ésos son los emocional-
mente perturbados. Como buscavida he trabajado en ciudades, en granjas, en
rodeos, etc., y conozco homosexuales en todas partes que son tan normales
como las medialunas, por decirlo así. O sea, que pueden ser muy varoniles, que
pueden pensar y obrar como hombres y que no piensan ni actúan como mujeres
ni tienen ninguno de los caracteres femeninos que tantos heterosexuales parecen
pensar que tienen.
Quise poner de relieve el hogar, el papel importante que el homosexual podría
desempeñar en el mundo si se lo quitara de encima y no lo lamentara. Yo no creo
en ciertas cosas como esa "alegre liberación" que todos los jóvenes de hoy
piensan que hay que considerar importante, sino en seguir adelante y hacer bien
lo que a uno le corresponde, con las herramientas que se tienen (o sea con sus
propias dotes, etc.). Traté de señalar también que en mi caso yo provengo de un
hogar perfectamente normal, sin dependencias que me hicieran un perturbado
emocional; y que realmente
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48. LOBSANG RAMPA
nadie sabe ni supone que yo sea un "alegre", a menos que yo quiera decirlo... No
me avergüenzo de ello en modo alguno ni me parece que a nadie debe importarle
más que si soy demócrata o republicano, cristiano u hotentote. También sé
que tengo más suerte que muchos porque toda la gente en seguida quiere
abrirme su corazón y de ese modo he aprendido mucho, muchísimo sobre los sen-
timientos de las personas.
Ahora bien, en cuanto a la publicación, puede usted disponer de la totalidad
o de cualquiera de las partes de este artículo que usted desee; puede redactar,
cambiar, corregir o suprimir a su criterio, o puede tirarlo al cesto si no le sirve, que
n me ofenderé. Si le hace falta un nombre, puede poner "Justin"; y si por una
REMOTA casualidad (porque no me hago ilusiones al respecto) quisiera usted
utilizar TODO O PARTE DE ESTO, Y SI TUVIERA (perdón por las
mayúsculas) que dar mis señas a alguien que honradamente quisiera
plantearme algo en favor o en contra, no tendría inconveniente en escribirle, pero,
como no tengo número de casilla de correo particular, tendría que poder
escribirle yo primero. Siempre parece que sin responsabilidad de -mi parte,
como por predestinación, la gente me encontrase de pronto y fuera como si yo
tuviera la misión de ayudar... Incluso ahora, estoy ayudando a una cantidad de
personas, pero no de mi misma clase, por decirlo así.
Bien; me parece que nada más... Me gustaría escribir algún día un libro sobre
mi vida, lo mismo que les gustaría hacer a tantos otros, porque eso parece
estimular a mucha gente a juzgar con más rigor; pero quizás lo haga cuando tenga
más años. En la actualidad estoy muy ocupado atendiendo un trabajo, una casa y
haciendo muchas cosas agradables, la jardinería, por ejemplo, me gusta
mucho. Tenemos un lugarcito de terreno con espacios agrestes y mucho
trabajo. Me gustaría que pudiera usted visitarlo; creo que le agradaría. Con los
mejores deseos para usted y sus proyectos, salúdalo sinceramente
JUSTIN.
Todo el mundo sabe que las características de cada individuo respecto de
las de los demás son tan variadas como las estrellas del firmamento o las arenas de
la playa. Nadie duda, creo, que eso es lo que hace que el mundo sea lo que es, lo
que hace que haya hombres admirables y hombres insignificantes, lo que produce
la grandeza y el
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