Este documento narra la experiencia de un hombre que comienza a recordar detalles de una relación pasional con una mujer llamada Carmen, a pesar de no conocerla. Estos recuerdos surgen luego de que comienza a practicar ejercicios mentales de proyección astral observando a un hombre en la plaza. Finalmente, al confrontar al hombre en la plaza, reconoce su rostro en recuerdos del pasado y se da cuenta de que ha estado cargando con los recuerdos de otra persona.
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Subi este cuento pensado en las personas que les cuesta encontrar Libros.
Cualquier cooperación que desee hacer, se los agradeceré.
Banco Estado 15753919 mi mail es el s_alicia2008@hotmail.com
Es el trabajo por el que un millón de chicas daría un ojo de la cara. O así no se cansan de repetírselo a Andrea Sachs, que cada vez lo tiene menos claro…Andrea tiene veintitrés años, mide metro setenta, es rubia y delgada, ha estudiado en una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos y su sueño es llega r a ser redactora de The New Yorker, la revista intelectual de Nueva York, la que está a la última en espectáculos, la que publica relatos de autores consagrados y descubre nuevos valores. En cambio, a su envío masivo de currículums ha respondido Runway, una revista de moda, ofreciéndole el puesto de asistente junior de Miranda Priestley, la directora. Andrea no tiene ni idea de moda, jamás se había fijado en esta revista, no sabe quién es Miranda Priestley, pero muerde el anzuelo: si logra permanecer un año como asistenta de Miranda, conseguirá una carta de recomendación que le podría hacer entrar donde quiera, incluso en The New Yorker.
OSMC 2015: Enterprise Monitoring @ Bank Vontobel by Marco WeberNETWAYS
Die Bank Vontobel ist bekannt für ihre hochmoderne IT in Zürich. Ein über die Jahre gewachsenes und schwerfälliges Monitoring sollte daher durch eine agile, kosteneffiziente und transparente Plattform ersetzt werden. Zusätzlich sollte die gesamte Überwachung durch die Fachabteilungen mit einem Self-Service Ansatz parametrisierbar sein. Ein wichtiges Augenmerk lag auch auf die konsequente Automatisierung aller Konfigurations-, Eskalations- und Remediation-Prozesse. Durch einen Agentless-Monitoring-Ansatz sollte zudem die Zuverlässigkeit des Monitorings erhöht und die Wartungsaufwände verringert werden.
In diesem Vortrag soll gezeigt werden, wie wir die oben genannten Ziele erreicht haben und welchen technischen Herausforderungen wir uns dabei stellen mussten.
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Axel Wolpert: E-Learning - Was geht heute? Ein Überblicklernet
Die verschiedenen Formen des digitalen Lernens. Gehalten von Axel Wolpert (D-ELAN) im Rahmen der LERNET 2.0-Roadshow am 12.02.2009 in Saarbrücken.
Mehr zur E-Learning Roadshow und zu E-Learning und Wissensmanagement für den Mittelstand unter: http://www.lernetblog.de
Ich finde meine Hochschule auf Facebook! Studienorientierung und Hochschulwah...Martin Reiher
Vortrag bei der Fachtagung der GIBeT unter dem Titel „Herausforderung Studium im Zeitalter von WEB 2.0 – die andere Beratung? Von der Informationsvermittlung zum Informationsmanagement“ 2012 in Leipzig.
http://hochschulmarketing-magazin.de/studienorientierung-und-hochschulwahl-im-web/
DAX30 LinkedIn Unternehmensprofile & XING Unternehmensprofile im VergleichMichael Rajiv Shah
Wer sich aus Arbeitgebersicht mit LinkedIn und XING Unternehmensprofilen beschäftigt, kommt auch an den kununu.com Arbeitgeberbewertung und deren neuen kununu Unternehmensprofilen nicht vorbei.
Die interessanteste Erkenntnis aus derweil drei "Unternehmens-Peergroups"mit n=168603 Mitarbeitern lautet: Die grundsätzliche Followbereitschaft für ein LinkedIn-Unternehmensprofil je MitarbeiterIn ist höher als bei XING-Unternehmensprofilen. Siehe http://bit.ly/FPM-KPI-3-Peergroups
Studie Xununu14: Teilnehmer mit Xing, kununu, LinkedIn, whatchado, Twitter Un...Michael Rajiv Shah
Was im Frühjahr 2013 mit einer Österreichischen Studie der damals zahlenden XING Unternehmensprofil Keyaccounts und dem ersten Whitepaper zu XING & LinkedIn Unternehmensprofilen begann, mündet nun in diese #1000 Unternehmensprofilstudie. Sie umfasst alle #Xununu (XING & kununu) Keyaccounts inkl. DAX30 des Employer Brandingsprofils per Oktober 2014. Ausgehend von dieser #Xunden #Peergroup wurden alle öffentlich verfügbaren Daten aus LinkedIn, XING, kununu, Twitter und whatchado verwendet, um eine repräsentative Übersicht des Verhaltens typischer Marktteilnehmer mit Employer Branding Budget zu erhalten.
Bei TV-Werbung geht es um viel Geld: Pro Jahr werden in der Schweiz weit über 2 Mia. Franken in diesen Kanal investiert. Trotz dieser Investitionsgrösse und trotz markant verändertem Medienverhalten der Bevölkerung kaum gemessen, welchen Impact TV-Werbung auf den Website Traffic hat. Dabei geben heute bereits 59% aller Fernsehzuschauer an, mindestens gelegentlich TV und Internet parallel zu konsumieren.
Folglich können Tool-basierte Traffic-Messungen dazu beitragen, die Wirksamkeit von TV-Einschaltungen zu bewerten. Und sämtliche Auswertungen zeigen: Wer TV Spots schaltet, verfügt idealerweise über eine mobile Website, eine AdWords-Kampagne, die die Spot-Inhalte aufgreift, und über eine solide Remarketing-Strategie. Sonst verpufft viel Wirkung.
Lukas zeigt die gängigen Erhebungsmethoden auf und demonstriert anhand von Fallbeispielen, wie TV-Werbung die E-Commerce-Werte beeinflusst, welche Konsequenzen das hinsichtlich Einschaltplanung hat, und welche flankierenden Massnahmen heute zwingend mitgeplant werden müssen.
Si pudiéramos volver en el tiempo ¿Traeríamos al presente a las especies ya extintas? ¿Es ético siquiera? ¿Iríamos de safari al pasado? Cruzando el tiempo y los dilemas morales Kronos diversitas cuenta una historia de corte bradburiano de la mano de una chica impertinente y un cazador mal hablado.
Si pudiéramos volver en el tiempo ¿Traeríamos al presente a las especies ya extintas? ¿Es ético siquiera? ¿Iríamos de safari al pasado? Cruzando el tiempo y los dilemas morales Kronos diversitas cuenta una historia de corte bradburiano de la mano de una chica impertinente y un cazador mal hablado.
Letras, notas y literatura de la aburridaluisfe1995
Pues eso, desvaríos y tal que me salen. No pretendo ganar ningún premio (que también) ni siquiera que alguien lo lea; sin embargo si alguien lo hace decir tiene que se planteará el por qué el sistema educativo español es un fracaso.
Presentación na que se recolle unha escolma de 20 Nanocontos presentados ó certame do curso 2011-12, así como unhas fotografías do acto de presentación do caderno impreso
Linda pertenecía, por derecho de sangre, a uno de los clanes de mayor poder político en Estados Unidos, pero ella prefería vacacionar en lugares tranquilos, lejos de los paparazzi y el glamour. Para sus últimas vacaciones ella y su marido eligieron una pequeña población costera de
México, donde reventaban buenas olas para practicar surf. Con la población local mantenían una prudente distancia, limitada a unas cuantas palabras con meseros, empleados de hoteles o taxistas; para charlar o compartir la comida o el vino, en cualquier parte del mundo, buscaban la compañía de norteamericanos. Nunca imaginó que uno de sus compatriotas, blanco, rubio, culto y amable, era un psicópata, un asesino serial de mujeres.
De manera fortuita, el periodista Ramiro Madrigal se ve involucrado en la investigación del crimen, lo que lo obliga a regresar a Puerto Escondido tras años de ausencia; durante la búsqueda de los asesinos encontrará a dos mujeres que lo confrontarán con su temor al compromiso.
Ympacto+, a través de la venta de agua mineral por litro en dispenser ubicados en lugares públicos, tiene por objeto generar un triple impacto: social, ambiental y económico.
• Social, ya que las ganancias del emprendimiento serán destinadas a proyectos relacionados con la problemática del agua potable; como la construcción de pozos cisterna para familias de comunidades rurales que no tienen actualmente acceso a agua segura.
• Ambiental, debido a que se promoverá la disminución del uso de envases plásticos para el consumo de agua mineral;
• Económico, porque el consumidor podrá obtener agua mineral a bajo costo.
Unidad_2_B8_Land_Art.(1).pptx land art fotografia artefusiongalaxial333
El Land Art es un movimiento artístico surgido a finales de los años 60 y principios de los 70, en el que los artistas utilizan el paisaje natural como medio y materia prima para sus obras. A menudo, estas obras son de gran escala y se integran en su entorno de manera que alteran el paisaje de forma temporal o permanente. Aquí algunos puntos clave sobre el Land Art:
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Los muros paramétricos son una herramienta poderosa en el diseño arquitectónico que ofrece diversas ventajas, tanto en el proceso creativo como en la ejecución del proyecto.
Los atletas olímpicos de la antigüedad participaban en los juegos movidos por el afán de
gloria, pero sobre todo por las suculentas recompensas que obtendrían si ganaban..
Es una presentación desde el punto de vista histórico, escultórico y pictórico, gracias a la
cual podemos apreciar a través del tiempo como el arte ha contribuido a la historia de
los olímpicos.
La arquitectura paleocristiana y bizantina son dos estilos arquitectónicos distintivos que se desarrollaron en la historia del arte y la arquitectura.
La arquitectura paleocristiana se refiere al estilo arquitectónico que surgió en los primeros siglos del cristianismo, desde aproximadamente el siglo II hasta el siglo VI. Este estilo se caracteriza por el uso de elementos como columnas, arcos, bóvedas y cúpulas, a menudo incorporando influencias de la arquitectura romana. Las iglesias paleocristianas tempranas solían ser de planta basilical, con una disposición longitudinal y un énfasis en la simplicidad y la funcionalidad.
Por otro lado, la arquitectura bizantina se desarrolló a partir del siglo VI en el Imperio Bizantino (el antiguo Imperio Romano de Oriente) y continuó hasta la caída de Constantinopla en 1453. Este estilo se caracteriza por el uso de cúpulas, arcos de medio punto, mosaicos elaborados, columnas esbeltas y una profusión de detalles ornamentales. Las iglesias bizantinas suelen tener una planta centralizada, con una cúpula central que domina el espacio interior.
Ambos estilos arquitectónicos reflejan la evolución del arte y la cultura durante períodos históricos específicos y han dejado un legado duradero en la historia de la arquitectura occidental.
Las características principales de la arquitectura paleocristiana son:
1. Planta basilical: Las iglesias paleocristianas tempranas tenían una planta basilical, es decir, una disposición longitudinal con una nave central y dos laterales.
2. Simplicidad y funcionalidad: El énfasis en la simplicidad y la funcionalidad era una característica importante de la arquitectura paleocristiana. Las iglesias solían ser espacios sencillos y sin adornos excesivos.
3. Uso de elementos romanos: La arquitectura paleocristiana incorporaba elementos de la arquitectura romana, como columnas, arcos y bóvedas.
4. Uso de cúpulas: Aunque no tan comunes como en la arquitectura bizantina, algunas iglesias paleocristianas también incluían cúpulas.
Las características principales de la arquitectura bizantina son:
1. Cúpulas: La arquitectura bizantina se caracteriza por el uso de cúpulas, que pueden ser grandes y dominantes en el espacio interior.
2. Arco de medio punto: Los arcos de medio punto son comunes en la arquitectura bizantina, tanto en las cúpulas como en los espacios interiores.
3. Mosaicos elaborados: Los mosaicos eran una forma de decoración muy importante en la arquitectura bizantina. Estos mosaicos solían representar escenas religiosas y eran elaborados y coloridos.
4. Columnas esbeltas: Las columnas en la arquitectura bizantina suelen ser delgadas y altas, dando una sensación de ligereza y elegancia.
5. Detalles ornamentales: La arquitectura bizantina está llena de detalles ornamentales, como motivos geométricos, cruces, hojas de acanto y otros elementos decorativos.
Estas son solo algunas de las características principales de cada estilo, pero es importante tener en cuenta sus difere
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Recuerdos de otro
ENTRÉ AL BAÑO Y ME ENJUAGUÉ la cara. En el momento en que el agua fría tocó mi
piel, vino repentino el recuerdo de su adiós con la mano. Debajo del dintel de la puerta con
su adiós en la mano. Tenía la seguridad de no conocer su rostro, y sin embargo, su recuerdo
incuestionable allí en mi mente, perfectamente nítido; sus ojos verdes, su sonrisa clara, su
preciosa tristeza, su adiós… o su chau… pero parecía un adiós. Nada más que eso.
Camino al trabajo fui pensando en ese extraño recuerdo surgido de la nada. Me pregunté
si no estaría relacionado con los ejercicios que había comenzado a practicar hacía unas dos
semanas. Unos ejercicios ridículos que me tenían obsesionado al punto tal de producirme
insomnio y pesadillas. Pensé también que en realidad este raro suceso podía ser
consecuencia de las mismas pesadillas y el insomnio.
Lo de los ejercicios se me ocurrió un día durante el almuerzo en la plaza. Martes sobre
el pasto, sandwichito de milanesa, olor a verde, botellita de coca-cola, sol en la espalda,
pajaritos entre las ramas, pajaritos ilusorios tal vez, invento de nuestras ansias de libertad.
Un hombre de anteojos rojos estaba sentado a algunos metros en uno de los bancos de la
plaza, entregado a la contemplación. Me quedé mirándolo mientras el sándwich desaparecía
de mis manos. Me pregunté en qué pensaría; la mirada errante… por dónde vagaría su
mente, qué mundo verían sus ojos. Su vida separada de la mía, dos ríos paralelos. Me
pregunté qué es lo que nos mantiene nadando en nuestro río sin poder cruzar al de los otros,
qué nos mantiene tan poderosamente atados a nuestros cuerpos. Y me pregunté, finalmente,
si realmente estamos atados a nuestros cuerpos o no. Una verdadera y absurda estupidez de
martes en la plaza. Pero se me dio por pensar, y cuando uno suelta la cuerda, la imaginación
vuela como un pajarito, como esos de mentira que revolotean en las ramas entre medio de
los de verdad (los de verdad son los más opacos, lógicamente). Y mi imaginación voló, y
entonces comencé con los ejercicios; el hombre de anteojos fue mi conejillo de indias. Una
verdadera estupidez. Me concentré profundamente durante un largo rato; lo miré, lo
estudié, traté de meterme detrás de sus lentes rojos, de irme a él, pero nada. Lógico, sólo un
primer ensayo.
Descubrí que el hombre iba allí todos los mediodías… o se pasaba allí todo el día
(ahora sé que no era el día entero, porque recuerdo que en la siesta, él - o yo - pasaba a
matear un largo rato con Calvetti hasta tarde). Cuando yo salía a almorzar él ya estaba allí,
contemplando la vida. Su invariable rutina me permitió repetir los ejercicios los días
siguientes. Pero luego de nueve o diez días, lo inesperado; comenzaron las pesadillas y el
insomnio. El hombre de pronto se levanta de su banquito de plaza, se acerca hacia mí,
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furioso, me sujeta por el cuello y aprieta como una tenaza mientras grita algo inentendible y
escupe con su aliento a moho. O yo que me levanto a buscar la ropa y me encuentro al
hombre dentro del placard con su insípida cara gris, sus anteojos rojos y vistiendo mi
camisa blanca. Gutierrez, me puse tu camisa, Gutierrez, permiso, me voy a la plaza Ramiro
Gutierrez, Ramiro Anastasio Gutierrez. Anastasio, tu abuelo el de la foto del living de la
casa de tu padre, Anastasio, absurdo Anastasio, no lo vas a lograr, absurdo Anastasio. El
sudor en mi rostro, la paz de despertar de un mal sueño y el hartante insomnio dos, tres
horas más, hasta el amanecer.
Aparte de las pesadillas, no había ocurrido nada particular hasta la aparición de aquel
primer recuerdo al enjuagarme la cara. Debajo de la puerta con su adiós en la mano. La
plaza me quedaba casi de camino al trabajo, para pasar por allí debía desviarme sólo tres
cuadras. Estaba ansioso por ver al hombre, pero me contuve; era tarde.
Dejé la bici, entré a la panadería, saludé a Gloria (rellenita, simpática, unas facturas
como no hay en todo el barrio) y me puse a atender al primer cliente. Pan calentito, aroma a
pan calentito… ese aroma siempre enredado con mil recuerdos, aquí y en la china. Un
chinito amarillo sintiendo aroma a pan calentito y recordando las manos de su abuela china
dejando un pancito humeante entre sus manos, medio a escondidas para que su papá chino
no lo viera y no gritara todas esas cosas en ese mandarín imposible del sur que hablaba él.
Entré a la cocina, tomé uno de los fuentones del horno y al apoyarlo medio distraído
sobre la mesada me rozó un dedo. Sentí el intenso calor en la yema. Te voy a extrañar
Carmen, pero son sólo algunas semanas, no te preocupes. Cuidate Horacio, cuidate ¡que
hacen unos fríos por esas rutas!, te amo Horacio. Y Carmen diciendo adiós con la mano.
Bastante bonita y joven, hermosa en mi recuerdo, y triste. Me chupé el dedo en forma
instintiva y el dolor de la quemadura se alivió suavemente. Carmen… no conozco ninguna
Carmen. Carmen te quiero, Carmen te adoro, Carmen quiero casarme con vos, pero no
tenemos plata Horacio, qué van a decir mis padres, dónde vamos a vivir, mi padre es un
cascarrabias y no quiero que vivamos con ellos, no importa Carmen, no importa,
alquilamos un cuartito, algo, lo que sea mi vida, mi cielo, mi alma. No conozco a ninguna
Carmen, definitivamente no conozco ni conocí a ninguna Carmen. Volví al mostrador
chupándome todavía el dedo que ya comenzaba a doler de vuelta un poco. Un kilo de pan y
un cuartito de masitas, quince pesos, gracias.
Que me duele un poco la cabeza Gloria, sacá el pan en diez minutos, que salgo un rato
a fumar un cigarrillo, que no, que no va a ser peor, que necesito tomar aire. No sólo fue el
adiós con Carmen y la propuesta de matrimonio, también fueron sus ojos verdes, recuerdo
bien; absurdo, sus manos blancas y suaves jugando en mi pelo, sus caricias, sus besos
3. 3
detrás de la oreja. El recuerdo de mi corazón latiendo fuerte… tum-tum-tum. Me empezó a
entrar como nostalgia, una nostalgia amarga, pena, pena gris y ojos húmedos. Absurdo, no
conozco a Carmen, por más que la recuerde, y… por más que la ame aún, que estúpido. Y
no sólo fue Carmen… fue también la ruta, la Renault 12 rural fundida en la estación de
Venado Tuerto, la llovizna persistente y el viento helado y la pena húmeda.
Terminé el cigarrillo, comencé a caminar, a mirar las vidrieras tratando de distraerme.
Unos zapatos de cuero cada vez más caros, que la inflación en este país es atroz. Una
lámpara con forma de… no sé, alguna cosa horrible y medio chueca que vale como tres
pares de zapatos. Un hombre que ofrece cambio, cambio, cambio, casi sin abrir la boca…
como un robot. Un puesto de comidas y un teléfono viejo en desuso, y yo poniendo
monedas de mil australes, una tras otra, todas pasando de largo. ¡Clik, clak, clik, clak!
Quiero hablarte Carmen, pero estas estúpidas monedas de aluminio están mal hechas y este
teléfono de porquería no anda. La comunicación en este país es atroz Carmencita, que se
fundió la Renault pero que aquí un hombre dice que no me preocupe, que tal vez sea la tapa
y en un par de días la tiene lista. Que no llovizna tanto, que no hace tanto frío… que quiero
sentir tu mano jugando en mi pelo y tus besos detrás de la oreja, aunque no pueda decírtelo
Carmencita porque estas monedas de mil están mal hechas.
Estúpidos ejercicios, a qué mente retorcida se le ocurre. Mi cabeza no estaba bien, la
cosa parecía grave. Seguí caminando un poco, ya casi sin mirar vidrieras; a la deriva.
Decidí que si al día siguiente mi mente seguía con ese estúpido juego pediría unos días en
la panadería. Carmen. Quién carajo era Carmen y dónde podía encontrarla. Creo que di un
par de vueltas a la manzana, porque por la calle Vicente Lopez ya había pasado y esa
lámpara ya la vi. No podía recordar cómo había solucionado lo de la Renault, no sé si lo
solucioné… pero recuerdo sí que después la vendí, recuerdo que en ese entonces alquilaba
un cuartito por la zona de Villa Urquiza y tenía una foto tuya en la mesita de luz... un
cuartito muy mal iluminado. También recuerdo algunos gritos apagados detrás de la puerta
de tu casa, yo del lado de afuera <<¡Sólo a vos se te ocurre enamorarte de ese fracasado, no
seas estúpida hija!>> Que no le hagas caso a mi papá, que es un salvaje. Pero me acuerdo
que luego en ese cuartito mal iluminado yo miraba tu foto y recordaba tu adiós con la
mano, y tus ojos verdes húmedos de tristeza. Me acuerdo también de estar en un colectivo
de larga distancia con varias cajas encima… cajas de zapatillas de mala marca, o alguna
baratija… Me detuve, me apoyé en el vidrio de un negocio y me tomé la frente con la
mano, cerrando los ojos. Cambio, cambio, cambio. Recordé que te habías mudado, y que
nos veíamos medio a escondidas al regresar de mis viajes. Qué estas flaco Horacio. Que te
adoro Carmen, mi cielo, mi alma, mi vida, que quiero que nos casemos Carmencita, que
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voy a ahorrar para comprarme el Citroën de Mariano y vamos a alquilar algo un poquito
más grande por la misma plata en Pergamino o en Ayacucho, cerca de los pueblos por
donde más vendo, lejos del loco de tu padre. No conozco a Carmen, no la conozco, no la
conozco, ¡no la conozco! Se me escapó un grito, o eso supongo, porque la gente alrededor
me miraba como indignada, con repulsión, como si tuviera un sapo colgando en la frente.
Su falsa y frágil normalidad fingida; todo mentira, todos tienen sapos colgando en la frente
o de la papada, o bichos más feos; babosas, renacuajos, bagres, sanguijuelas. Decidí ir a la
plaza, bajé de vuelta por Vicente Lopez, tendría que haber ido antes, qué tonto, antes de ir a
la panadería, antes de haber recordado todo esto Carmencita mía.
El hombre estaba allí sentado, con su cara insípida, sus anteojos rojos y la vista
perdida. Esta vez me dirigió una rápida mirada, su cara tomó otro semblante, como más
despierto, pero enseguida volvió a su ensimismamiento habitual. Miré su tapado gastado de
un marrón medio púrpura. Recordé entonces unas vacaciones en Mar del Plata, un invierno
hermoso de playas desiertas al atardecer, vos jovencísima, con el pelo ondulado como lo
tenías entonces, y esos pantalones anchísimos en los pies, muerta de frío, con mi tapado
marrón púrpura que te llegaba casi hasta los tobillos, abrazándome, abrazándome en un
beso que me hizo un nudo de melancolía que subió desde el estómago y se atoró en la
garganta hasta hacerme dar un corto sollozo. Carmencita…
- ¡Oiga, Oiga! ¿qué hace?
Levanté la mirada, estaba arrodillado frente al hombre, cubriéndome la cara con un
pedazo de su tapado que colgaba desde la cintura. Me di cuenta que había llorado, sentía los
mocos en mi nariz y los ojos hinchados. Carmencita, atiné a decir. En su rostro se dibujó
repentinamente una leve sonrisa melancólica, un brillo dulce en los ojos, las cejas
ligeramente arqueadas hacia arriba en un gesto de infinita tristeza que contrastó
profundamente con el gesto de insípida indiferencia que había observado en él hasta ahora.
Entonces lo reconocí. Reconocí el reflejo de su rostro en el espejo retrovisor de la Renault,
en el espejo del hotel mientras me anudaba la corbata, en el vidrio detrás del cuál se veían
fusionados, como una alegoría del enamoramiento, tu rostro y el mío, Carmencita. Llevé
sin pensarlo las manos al rostro del hombre que me miraba ahora asustado. Me invadió un
nerviosismo incontenible. Comencé a gritarle desesperado, <<¡Carmencita, Carmencita,
dónde está Carmencita, dónde está!>> <<¡No lo sé muchacho! No lo sé... …fue hace
tanto tiempo… no lo sé…>>> Me quedé mirándolo fijo a los ojos, tomando aún su rostro,
viendo como comenzaban a formarse las lágrimas que luego corrieron por sus mejillas.
Sentí súbitamente que me ascendía un dolor agudo por la espalda, hasta la cabeza, como si
hubiese recibido una descarga eléctrica. Solté bruscamente el rostro del hombre, me
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levanté, me di vuelta y comencé a caminar desorbitado, pesadamente, como si mi cuerpo
estuviera entumecido, avejentado. Recuerdo escuchar cómo se iba perdiendo detrás de mí el
sollozo entrecortado del hombre, diciendo aquello, aquello que en ese momento no
comprendí <<¡Gracias muchacho! Gracias por sacarme esta carga de encima, gracias por
llevarte los recuerdos…>>. Me acuerdo que su voz me pareció tan joven y tan… tan
conocida.
Me alejé confundido, caminando dificultosamente con los recuerdos que fluían ahora
como un caudaloso río hacia mi cabeza; la escuela, los pantalones con tirador, la gomina,
dos padres que no eran los míos, la secundaria, la facultad, todo, y Carmencita, clara, nítida,
impecable en mi recuerdo, y su adiós en la mano… en algún lugar que es lo único que no
puedo recordar… y la soledad en mi cuartito de villa Urquiza llorando su retrato, y el
alcohol, y finalmente la resignación, y luego las mañanas en la plaza y en la tarde la
mateada larga y compinche con don Calvetti… De dónde, de dónde venía todo eso. Me
detuve, me apoyé en un ventanal, me tomé el rostro y traté de serenarme, comencé a pensar
en mis cosas, en la panadería, en Gloria y sus facturas de dulce de leche, en los cactus que
trataban de sobrevivir mirando la ciudad desde el balcón de mi cálido departamentito, en
las salidas con los muchachos, en mis últimas vacaciones en Villa Gesell, en mi bici
camino al trabajo, en Gúliber, mi perro, en la música mía y en mi mente desatada, soñadora
y absurda… en mí río, en mí río, en mí río que no se cruza con ningún otro río.
Mi pulso se calmó, hasta me sentí algo adormecido. Hablaría con Gloria para pedir
algunos días y poder sacarme de la cabeza toda esa estupidez que se me había metido… y
dejaría de ir un tiempo a esa plaza. Volvería a almorzar al bar de la vuelta para charlar un
poco con la gente y distraerme. Ahora, luego de cerrar la panadería, iría a mi departamento,
me compraría un cervecita, pediría algo en el delivery y vería en la tele alguna comedia
bien sonsa para despejarme. Sí, todo eso pensé, ya tranquilo, seguro de la única realidad; mi
río. Pero cuando levanté la vista, el ventanal me devolvió mi mirada asustada detrás de
unos anteojos rojos en un rostro avejentado que no era el mío, pero sí, vistiendo un tapado
de un color extraño entre púrpura y marrón, atrozmente gastado, el mismo con el que te
tapabas mientras corrías aquel dulce invierno por la playa, Carmencita mía.
Fin