La historia narra que después del diluvio universal, los descendientes de Noé hablaban el mismo idioma. Decidieron construir una torre para invadir la casa de Dios. Cuando la torre estaba casi terminada, Dios hizo que los hombres hablaran diferentes idiomas, por lo que no se entendían y tuvieron que detener la construcción, separándose y dispersándose por el mundo.