6. guardian-c.l.-scholey-nuevo-mundo

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C. L. Scholey
Nuevo Mundo 6
uardian
*
(New World Book 6 - Guardian)

2
Dedicatoria
*
Para mi familia y amigos.
Connie Scholey
Portada Original
*

3
Argumento
*
Deambulando por una destrozada y moribunda Tierra, Roam
desdeña la soledad. Las naves alienígenas que él necesita evitar estaban
circulando por encima de su cabeza. Cuando se choca con un Tonan
profundamente en el corazón de la selva, Roam se involucra en una
batalla brutal. Para su sorpresa, una hembra humana viene en ayuda del
Tonan. Taz, el Tonan, tiene seis hembras bajo su protección, incluyendo a
su Compañera y su hija.
Jinx odia a los Castians y los Tonans por igual. El hombre
atractivo que Taz trae a casa es impresionante. También es el único varón,
que ella ha visto en cuatro años, además de Taz. Jinx se enamora de
Roam inmediatamente. Su mundo se desmorona cuando descubre que su
nuevo amor está haciéndose pasar por humano. ¿Cómo puede ella no
odiarle cuando un ladrón Castian le robó su hermana? Lo peor es
descubrir que Taz es un Tonan, como una de esas criaturas malvadas que
asesinaron a su padre. ¿Cómo puede perdonar a cualquiera de ellos?

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Staff
Traducción
Corrección Edición y Diseño

Capítulo 1
*
[No otra vez.]1
Roam no quería volver nunca más. El planeta Tierra estaba
muerto. Casi no quedaba nada, la mayor parte estaba enterrada bajo el
agua. Los seres humanos habían sido borrados, muertos de hambre,
aplastados. Idos, aniquilados. El desastre era el mismo; diferentes lugares
mismo escenario. Su corazón sufría mientras examinaba el área ante él;
hizo una mueca con cada parpadeo de sus ojos, esperando las horribles
imágenes que estaba seguro, vendrían y contaminarían su mente. Sí, este
pedazo de tierra era un poco más verde que el último continente que había
visitado. Afortunadamente, no había cuerpos expuestos a la vista,
desplomados en varias posiciones como lo había visto cuando la nave se
había deslizado a través de los diversos continentes restantes dejando fuera
a grupos de Guerreros de búsqueda.
[Maldita Sea.]
Odiaba vagar a través de aquel follaje desconocido, preguntándose
qué descubrimientos iba a encontrar esta vez. Su última visita había estado
a punto de aplastar su alma. Roam era un Guerrero orgulloso, fuerte.
Nunca se había sentido tan impotente en su vida. El solo hecho de estar
1 Pensamiento, no expresado en voz alta, se destaca en cursiva y negrita en todo el
texto, también entre corchetes.

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aquí traía recuerdos demasiado cerca de la superficie, cuando le había
tomado meses llegar a un acuerdo con dicha pérdida. La imagen de una
hermosa mujer, rota y perdida lo perseguía cuando miraba a su alrededor.
Ahora estaba aquí de nuevo. Roam quería gritar a la jodida
soledad. Cobra, el líder de los Castians (y de Roam), le había enviado a él
y algunos otros para buscar seres humanos en este y otros planetas.
Muchos transbordadores habían volado a varias galaxias. Roam estaba
seguro que lo hacían porque ninguno de esos Guerreros que buscaban
tenía Compañera.
También podía ser debido al hecho de que Roam había secuestrado
por error a la Compañera hembra humana de un Zargonnii y casi inició
una guerra por ello. En su defensa, la mujer estaba acurrucada en el suelo
de una cueva mientras era atacada por combatientes mentales Gorganos.
Ella parecía exhausta, asustada, de cerca le rompió el corazón ver a otra
mujer en tal angustia. Su vulnerabilidad lo inundó con su aroma, la
emoción exigiendo su acción inmediata. Esta vez Roam juró que no iba a
perderla, no ésta hembra, él la salvaría.
No se había dado cuenta de que no necesitaba ser salvada, en
realidad no. Su Compañero estaba a dos pasos de distancia de ella cuando
Roam la levanto del frío suelo. No sabía que los Zargonnii tomaban
Compañeras. Tenía la impresión de que las mujeres Zargonnii se
apareaban con los machos una vez cada dos años durante dos semanas y
luego volvían a su propia zona de anidación.
¿Cómo podría saber Roam que un Zargonnii había colocado a su
Compañera humana en una situación tan extrema? Si Roam tuviera una
Compañera nunca la colocaría en ningún tipo de situación en la que
pudiese salir herida. Además, él sólo había estado en posesión de la
hembra humana por apenas veinte minutos, a lo sumo.

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[En serio, ¿qué demonios podría hacer con una hembra humana en sólo
veinte minutos?]
Después de pasar por encima de sus suministros mil veces Roam
había escondido su carga. Había muy poco. Mientras el Escudo se pudiese
regenerar, el no tenía necesidad de alimentos o de agua. También tenía
órdenes estrictas de mantener su Escudo arriba. Sin su Escudo, Roam
tenía un conjunto de dientes perfectamente normales. Blindado, sus dos
largos colmillos interferirían con cualquier masticación.
Roam podía hacer que los humanos le conocieran durante el
sueño, pero su pensamiento era más consciente que soñar, lo que no era
mucho para escapar de la realidad. Roam era un Guerrero; siempre estaba
preparado para la batalla, incluso cuando estaba regenerándose. La
pequeña cosa en su mano que generaba una fuente de luz era lo más
valioso que había traído de Bagron.
El generador de luz, una manta de confort (innecesaria pero que
olía a casa), una pequeña cantidad de comida y un holograma de su
Compañero Guerrero y él juntos, era todo lo que necesitaba. Cosas que
ahora escondía en un lugar seguro. Se dio cuenta de que lo estaba
postergando. Roam ya había vagando el tiempo suficiente, y se aventuró a
volver.
Gruñendo, Roam, que se encontraba en su forma de batalla, saltó
sobre una enorme roca y se agachó viendo el movimiento del follaje. La
piedra estaba cubierta de una sustancia verde. Una fuerte garra tocó el
musgo esponjoso presente, tallando su nombre. Él tenía la esperanza de
ver a un humano, un animal, ¡infiernos! un bicho. Algo que le entretuviera
o le interesara.
[Durante tres segundos o más.]

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Había momentos en que la inmortalidad apestaba, esta era una de
esas veces.
Los rayos del sol brillaban y Roam pegó su negra y blindada palma
para tocar aquel calor. La calidez viajó por sus venas, llegando a ser uno
con él; el Escudo hizo que los rayos recorrieran a Roam. Su armadura se
fortalecía, aunque no lo necesitara. Antes de abandonar la nave, se había
regenerado hasta el punto de ser casi incontrolable tanto poder. Esta era la
luz solar real, la primera que experimentaba desde que salió de la nave. La
luz generada estaba bien, pero esto, esto era la esencia de todo. Por un
segundo, dejó que sus labios se curvaran en una sonrisa, hasta que el sol
desapareció detrás de una nube.
Roam odiaba este planeta primitivo. En Bagron controlaban el
clima, los Guerreros siempre sabían dónde iba a llover y en qué momento.
Los árboles en la Tierra eran pequeños, no como los árboles gigantes en
Bagron. Aquí apenas podía conseguir un buen agarre con sus largas
garras. Por lo menos esta parte del planeta tenía algo de luz solar para
mantener y regenerar su Escudo de ébano cuando lo necesitaba. Sin su
armadura en el cuerpo, estaría expuesto a los elementos o a cualquier otro
alienígena que hubiera venido a buscar el resto de los seres humanos. Y
había muchos, por lo que él sabía, que estaban buscando. Una nave
Zargonnii flotaba en la atmósfera, una nave Tonans había volado por
encima un par de horas antes. Todo lo que necesitaban era a los Gorganos
para tener una fiesta.
Roam estaba de humor para una buena batalla. Podría usar algo
para dejar de echar humo. Como Guerrero Castians, no lucharía con los
Zargonnii, esa raza eran más mercenarios que Guerreros. No eran seres
crueles, pero podían ocuparse de los asuntos. Los Zargonnii eran enormes
bestias de aspecto raro, habían llamado la atención de al menos dos
hembras humanas hasta el momento. Los Gorganos querían a los seres
humanos muertos. Una hembra humana podía mantener un combate

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mental con ellos, lo que hacía al humano ser mortal para aquella raza
larguirucha y delgada.
[Manojo de feos hijos de puta.]
Los Gorganos se mantenían fuera del camino de los Castians. El
Escudo no permitiría a los rastreadores de mente controlar las suyas. El
Escudo de Roam lo cuidaba, lo protegía, desde que tenía cuatro años, un
regalo de su padre. Había sustituido su Escudo de bebé, que también había
protegido a su madre de cualquier peligro.
Luego estaban los renegados Tonans. Roam tenía que admitir que
era difícil para él entender por qué Cobra dejó a los Tonans quedarse en
Bagron. Se dio cuenta de que tenía algo que ver con la protección de sus
Compañeras humanas. Por qué alguna mujer humana se aparearía con un
Tonans estaba más allá de la comprensión de Roam. Los machos Tonans
eran como animales feroces cuando no estaban acoplados con una
humana. Las mujeres que volvieron sus ojos hacia ellos, eran una raza
especial de hembras humanas.
Gracias a todo lo antes mencionado, Roam estaba atrapado en la
Tierra hasta que Cobra recuperara a sus Guerreros… después que el Ciclo
de Necesidad terminara. Eso llevó a Roam de vuelta a sus pensamientos
originales. El aburrimiento. Porque no estaba acoplado. Porque su tiempo
de Necesidad se aproximaba... no todas las hembras humanas en su
planeta querían aparearse. Con 800 años de edad, Roam estaba seguro de
poder controlar su ciclo. No le hacía falta ser enviado a un campamento
de ‘chicos’.
[Bagron también es mí jodida casa.]
Si hubiera algo que pudiera llamar su atención. Se preguntó si
alguna vez hubo un Castians que muriese de aburrimiento, lo dudaba.

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[Maldita Inmortalidad.]
Mientras pensaba en eso, una criatura peluda paseó cerca, dando
un paso por toda una pila de rocas cubiertas de musgo. Sus enormes patas
hacían suaves ruidos en el suelo. Su larga cola se movía hacia atrás y
adelante. Escuchó un ruido sordo en su garganta. Sonaba ominoso.
Una cabeza, peluda, grande, con ojos amarillos, fríos y
calculadores, centraron su mirada en él. Roam luchó por un momento con
un nombre... león, eso es lo que era, un león. El león rugió, exponiendo
unos hermosos colmillos. Eran mucho más grandes que los dos colmillos
de Roam, que colgaban justo bajo su labio inferior. Roam ladeó la cabeza
hacia la criatura y rugió en respuesta. No hablaba ‘león’, pero en su planeta
sabía que una mujer humana había rogado a su Compañero por un
cachorro. Como no había tales cosas en su planeta se hizo un holograma.
Roam oyó ladrar a los perros a menudo. Le llamó la atención imitando al
perro; tal vez era lo que se suponía que se hacía con un animal, imitarlo.
Algo más se le ocurrió a Roam; no había leones en su planeta, pero
había criaturas mucho más pequeñas, las criaturas parecían similares,
también en forma de holograma para el entretenimiento humano. Todos
los seres humanos los llamaban por un nombre al jugar con ellos.
“Aquí, gatito, gatito.” llamó Roam, suavizó su voz áspera, no
queriendo asustar a esa pequeña y hermosa criatura.
El león rugió de nuevo. Roam sonrió. Definitivamente tenía su
atención. El león curvó sus piernas debajo de él, y en un fluido
movimiento se abalanzó sobre Roam. Sus colmillos trataron de hundirse
en el brazo de Roam. Cuando abrazó su cuerpo, su Escudo subió, no
había nada que pudiera penetrar la carne de Roam. Roam apretó la boca
del gatito abierta, cuidadoso de sus garras afiladas; no quería cortar a esa

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criatura por accidente. De inmediato, el león lo agarró de nuevo. Enormes
patas se asentaron en torno a él en un abrazo.
“Qué pequeña cosa tan afectuosa que eres. ¿Quién es un buen
gatito? ¿Quién es un buen gatito?” Le canturreó alegremente agitando su
melena.
El gato grande siguió mutilándolo, arremetiendo contra él,
golpeándolo juguetonamente con las patas acolchadas. Riéndose, Roam lo
empujó fuera y se fue hacia los árboles, saltando de árbol en árbol y luego
a tierra. El gato lo siguió. Roam aminoró el paso, sabiendo que iba a dejar
atrás a la criatura en cuestión de segundos si no mantenía su velocidad
bajo control. El león lo derribó al suelo y, riendo, Roam lo levantó y lo
arrojó a unos pocos pies. El gato grande estaba tras él. Roam esquivó de
un lado a otro al animal, que estaba pisándole los talones en un
maravilloso juego de escondida. En un árbol, Roam saltó, aterrizó con
ambos pies con las garras en sujeción del árbol, y luego se apartó el último
segundo. El león se fue de cabeza contra el árbol y cayó como una piedra.
[Oh, mierda].
“Vaya, amigo, lo siento.”
Roam fue a ver al pobre animal. Levantó un mechón de su melena,
luego miró profundamente en sus aturdidos ojos. Roam nunca había
tenido una mascota. Sabía que Cobra no permitiría a esta criatura en
Bagron, pensaría que era demasiado peligrosa como para que los seres
humanos jugaran. Suspirando, Roam supuso que sí lo era. Los humanos
eran muy delicados.
“Vamos, amigo, de pie.”
Roam levantó al león bajo su vientre. El león sacudió la cabeza y se
alejó con las patas temblorosas.

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“Lo siento.” gritó Roam detrás de él.
Aburrido como el infierno Roam busco otra diversión. Cuando
llegó a un estanque, se detuvo, sorprendido y luego sonrió. Tres pares de
ojos se asomaban de él, desde fuera del agua. Después del león, estaba
sintiéndose juguetón. Había sido una buena manera de mantener su mente
lejos de reflexionar sobre su soledad. Había otros Guerreros Castians en el
planeta, pero estaban repartidos. Muchos tenían a su Compañero
Guerrero, algunos, como Roam, estaban a solas con sus pensamientos.
Después de esta inminente Necesidad, la próxima no ocurriría hasta
cuatrocientos años más, Cobra lo había hecho condenadamente bien, al
llevar a los Guerreros no emparejados a otros lugares en vez de
mantenerlos en el purgatorio.
Una de las criaturas verdosas de la laguna comenzó a emerger. El
agua goteaba desde su nariz hasta su cola. El estanque se volvió de color
marrón por su movimiento. Las cuatro patas escamosas se establecieron
cerca de la tierra, cuando el enorme caimán se acercó. De mala forma, el
lodo cedía bajo los pies del cocodrilo con sonidos de succión. El reptil se
arrastró a tierra firme con Roam sólo a unos pocos pasos de distancia.
El cocodrilo abrió un poco la boca y expuso sus dientes.
“Fantástico.” murmuró Roam, sintiendo un estremecimiento
interior.
El caimán saltó hacia delante y, en su favor, casi arroja a Roam al
suelo. Los otros dos cocodrilos llegaron a jugar también. Cada uno le tiró
de una pierna o un brazo. Roam no podía parar de reír. No había tenido
tanta diversión en años. Qué cosas increíbles, estas criaturas eran
adorables. También muy cariñosas. Los humanos eran muy afortunados.
Una enorme cola le golpeó en el culo y Roam salió volando.
“Woohoo.” gritó mientras volaba por los aires.

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Roam rodó cuando aterrizó, rebotó y saltó sobre la espalda de un
caimán al siguiente. Cada uno chasqueando sus bocas abiertas y cerradas.
Deseaba que su Compañero Guerrero estuviera aquí, pero Slay tenía una
hembra humana con la que se apareó. Tuvieron juntos una perfecta hija.
El próximo Ciclo de Necesidad estaría pronto sobre ellos; ya había
afectado a muchos Guerreros. Cobra quería que sus Guerreros apareados
pasaran tanto tiempo con sus Compañeras como les fuera posible.
Después que los Tonans habían envenenado a las hembras
Castians, gran parte de la raza Castians había sido arrasada. Cuando se
supo que las hembras humanas eran perfectamente compatibles con los
Castians, rápidamente se convirtieron en codiciadas. Con la Tierra
muriendo, era una ventaja para los Castians que tantas hembras humanas
le dieran la bienvenida a la oportunidad de escapar de aquel planeta
devastado.
Cuando un Castians se acoplaba, se apareaba de por vida. Si una
mujer apareada fallecía, también lo hacia su Compañero. Cobra quería
aumentar su número. Este era un ciclo de apareamiento masculino. El
anterior fue el ciclo femenino. Cobra estaba encantado con la idea de
añadir más Guerreros a su rebaño. Por desgracia, no había suficientes
mujeres humanas para todos.
Sólo de pensar en no tener su propia Compañera hizo que la idea
de juego de repente se volviera amarga. Los cocodrilos se acercaban, pero
Roam había tenido suficiente. Saltó a un árbol cuando una boca del
cocodrilo casi mordió su culo.
“¡Hey, tú! Cuida tus modales.” le regañó.
Como si pudiera huir de sus pensamientos, Roam se fue. Tomando
velocidad se trasladó de un árbol a la tierra, y a otro árbol. Él era un
borrón, una sombra cobrando vida cuando estaba en movimiento, igual

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que todos los Castians. De un viejo árbol gigante caían vides largas,
demasiado tentadoras como para ignorarlas. Cuando Roam saltó al árbol
se estrelló contra algo duro como una roca. Tanto él como lo que había
golpeado bajaron en espiral desde seis metros hacia suelo. Roam se irguió
en cuestión de segundos. De igual manera lo hizo el Tonan.
El Tonan se quedó mirando a Roam. Se rodearon el uno al otro.
Roam se sorprendió de que el Tonan no le atacara. En cambio, parecía
reacio a entrar en combate. No era muy del estilo Tonan. Había algo
extraño en este.
“Deja este planeta.”
El Tonan medio gruñó, medio escupió sus palabras.
“¿Por qué?, ¿porque tú lo dices? ¡Sí!, voy hacer justamente eso,
sucio Tonan.”
El Tonan aulló, el tatuaje negro en la mejilla ardió brillante por un
segundo destacando su color gris, indicando que el Escudo que cubría su
cuerpo estaba controlando sus emociones. El ser estaba muy cerca del
tamaño de Roam. El Tonan miró a su alrededor, sin duda en busca del
Compañero Guerrero de Roam. Los Castian casi siempre viajaban en
parejas. Roam vió como el Tonan huyó.
[Sí, como si también eso fuera a suceder.]
Pronto, Roam fue en su persecución. Ambos Guerreros terminaron
haciendo zigzag por la tierra. Se hizo evidente, por como vagaba el
Tonan, que no estaba tan regenerado como él. La idea era un poco
confusa. Si el Tonan había sido trasladado desde una nave, habría sido lo
suficientemente inteligente como para haberse regenerado todo lo que
podía. Deberían haber estado igualados, o cerca de ello.

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En el momento que el Tonan saltó a un árbol, Roam lo derribó. El
Tonan rodó por medio de Roam, era risible. Roam paseó a su alrededor.
Notó algunas diferencias, y le señaló.
“Alguien quebró tu cola, inmundo Tonan.”
“Yo lo hice.”
Roam se detuvo. Los Tonans en su planeta se habían roto
voluntariamente sus colas como un signo de lealtad a Cobra. Cuando un
Tonan mentía, su cola crecería. Mientras no había cola, no había mentira.
Era importante que los Tonan nunca mintieran. Todos los Tonans
permitidos en Bagron estaban acoplados a hembras humanas. Roam no
sabía de ninguno de esos Guerreros Tonans que Cobra hubiera enviado a
la Tierra, por lo que este Tonan era obviamente un rebelde. Los Castians
eran primos de los Tonans. Los Tonans tendrían su Ciclo de Necesidad al
mismo tiempo que los Guerreros Castians.
Normalmente, los Tonans eran salvajes sedientos de sangre. Con
los años, su necesidad por la supremacía había eliminado cualquier rastro
de compasión. Los Tonans en Bagron estaban enamorados de sus
Compañeras. Sólo una hembra humana podía atemperar a estas criaturas.
Los Tonans de Bagron fueron considerados traidores por los Guerreros
Tonans sin pareja. Los renegados habían jurado venganza y la muerte de
cualquier desertor Tonans. La única manera de mantener a sus
Compañeras seguras era unirse a los Guerreros de Cobra.
Con movimientos exagerados, Roam miró fijamente hacia el
extremo posterior del Tonan donde normalmente se posaba la cola.
Espero que comenzara a crecer. No lo hizo, el Tonans tenía que estar
diciendo la verdad.
[Hmm. Interesante.]

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“Hay una nave Tonans que se cierne sobre la Tierra. ¿Perteneces a
ella?” Preguntó Roam.
“No. Ahora déjame.”
El Tonans se dio la vuelta para marcharse, pero Roam saltó para
pararse delante de él.
“¿Qué piensas hacer?”
“Eso no es asunto tuyo.”
“Lo es, si planeas secuestrar a las hembras de la Tierra.”
“¿Y tú no?”
Sus palabras fueron una sorpresa. Roam no había pensado de esa
manera. Cobra quería a las hembras terrícolas. ¿Se la tendría que tirar por
encima del hombro y tomarla como rehén? Era un pensamiento
inquietante. No quería una hembra temiéndole. Sólo había asumido que
una hembra estaría muy agradecida de alejarse de este infierno, que caería
en sus brazos, y se enamoraría apasionadamente de él.
“Tú sabes que un Castians nunca haría daño a una mujer.”
“Después de 400 años sin hembras, no estoy seguro siquiera que
Cobra haría una excepción. Apuesto a que se muerde las uñas por las
mujeres. Él haría cualquier cosa por sus Guerreros. Apuesto a que
impregnó la mayor cantidad de hembras como pudo durante el ciclo
femenino, simplemente para tener lo que sería una nueva cosecha en
veintiún años. Todo para sus malditos, Guerreros amados.”
Roam rugió de rabia ante la púa a su honorable líder y dejó pasar
al Tonans. Sí, Cobra haría cualquier cosa por sus Guerreros; incluso se
arriesgó a la ira de su amada Compañera una vez para tal propósito. Fue
casi al final del último del Ciclo de Necesidad, aunque nada hubiera

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pasado entre Cobra y la hembra humana, todos sabían del extraño
sacrificio ofrecido. Y fue un sacrificio para Cobra.
Para cualquier otro Castians era impensable lo que Cobra había
ofrecido, eran monógamos, Cobra no podía hacer menos, sacrificar su
propia felicidad. La Compañera de Cobra se había enfadado, herida, pero
Cobra había salvado la vida de su hijo. Cobra luchó con la necesidad
interna de permanecer completamente fiel a su Compañera; tenía tres mil
años de antigüedad. Nunca había tenido una Compañera, pero había sido
líder casi siempre. Un solo pensamiento lo angustiaba y gobernaba (él era
líder) tenía que salvarlo. No había otra razón para su lapsus en el juicio, y
su Compañera le amaba y le perdonó por pensar tal cosa.
Los dos Guerreros lucharon con pasión. Roam estaba furioso; el
Tonans luchó como si estuviera desesperado. Roam acuchilló con sus
garras a través del torso del Tonans; él tenía razón, el Tonans no estaba
completamente regenerado. Durante unos segundos Roam vió carne y
sangre. Oyó verdadero dolor en los gritos de su oponente. El Tonan
destrozó con su garra el pecho de Roam. Trató de saltar lejos, pero Roam
estaba furioso, con ganas de ver más sangre. Los Tonans eran
responsables de la necesidad de encontrar hembras humanas. Asesinaron
a dos especies enteras, Castians y Tonans femeninas, su maldad no tenía
límites. Dejando a los Castians varones solos, sin el amor de una pareja.
Un golpe de revés hizo al Tonans girar. A pesar de eso Roam fue
tras él. Era un hijo de puta como este el que había matado a sus padres.
Roam deslizó sus garras a través de la espalda del Tonans. El chirrido de
metal sonó fuerte, las chispas volaban. Roam fue implacable.
Finalmente, algo para sacar su frustración. El Tonans se giró para
mirarlo. El brillo negro de su tatuaje se iluminó, flaqueó, se iluminó. La
pareja se estudió entre sí. Roam atacó, sus brazos como un molino en
movimiento.

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Un pedazo de Escudo de la cara del Tonan cayó, un rasguño en su
pierna quedó ensangrentado con el siguiente golpe. Roam le atacó sin
piedad. Con su último golpe, el Escudo Tonan cayó. El Tonan yacía ante
él sin poder hacer nada, agotado, la sangre manaba de las heridas. Una
mano se apretó contra su pecho, donde el enrojecimiento se filtraba por
sus costados. Su expresión facial mostró su dolor. Sus ojos oscuros
miraban recelosos hacia él.
Si Roam lo dejaba solo, iba a regenerarse. El sol brillaba. Roam
había visto morir a algunos Tonans antes. El Escudo se oxidaría sin su
huésped; se desvanecería como polvo y volaría lejos. Suponía que podía
retenerlo, mantenerlo como rehén hasta que Cobra llegara por ellos. Al
menos, Roam no estaría solo. Controlaría la cantidad de luz solar que el
Tonans podría tener para mantenerle impotente. Roam avanzó para
recuperar al Guerrero caído.
“¡Detente!”
Roam oyó la palabra a voz de gritó. Se giró para ver una pequeña
hembra humana aterrorizada. Se quedó mirando hacia atrás, aturdido.
Era menuda, su largo pelo rubio ondulándose con la suave brisa. Su
mirada estaba fija en el Tonans.
“Corre, Macey.” gritó el Tonans.
El Tonans se puso de pie, su armadura se cerró por encima de su
cuerpo. En cambio, la pequeña mujer corrió hacia el Tonans. Su armadura
fue abajo por sólo un segundo antes de que él la agarrara contra su pecho.
Su Escudo gris se cerró alrededor de ambos, ocultando a la hembra. Roam
estaba boquiabierto. Era su Compañera.
“¿Qué has hecho?” exigió Roam.

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“Yo le salve la vida. Ella es mi Compañera. Fue su idea. ¡Ahora
vete!”
“¿Qué más ocultas?”
Por un segundo el Tonans abrió la boca y luego la cerró. Había
estado a punto de mentir, Roam estaba seguro.
“Estás asustando a mi Compañera.” gritó el Tonans en su lugar.
“No voy a dejarte aquí solo con ella, incluso si es tu Compañera.”
Este era un nuevo dilema que lo cambiaba todo. Si lo dejaba solo,
la hembra humana moriría sin protección extra. El cielo estaba inestable
con devastación. La misión de Roam era salvar hembras… incluso
apareadas.
“Estoy seguro de que a Cobra le gustaría hablar contigo.”
“No hay duda. Oí cómo escapó del confinamiento, mientras sus
hombres han estado aniquilando a mi raza.”
“¡Tu raza asesinó a nuestras hembras y las suyas propias!”
“Yo no fui el Tonans que mató a vuestras hembras. Vi a mi propia
madre morir hace cuatrocientos años. Era una de las últimas mujeres
Tonans vivas, oculta en secreto. Mi padre murió con ella. Su Escudo
estaba abajo cuando mi madre murió, no tuvo más remedio que morir con
ella. Lo vi todo. Fue el día en que mi armadura me cubrió. Después fui
criado por un cruel macho Tonans, pero antes vagué por el bosque
durante días, solo.”
Algo no estaba bien. Roam estaba confundido. Se logró que una
Tonans femenina pudiera haber existido hace cuatrocientos años. Una
posibilidad escasa y rara. El Tonans no estaba mintiendo, Roam lo sabría
si lo hiciera. Podía oler el engaño.

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“¿Qué quiere decir que has oído que Cobra había escapado? Lo
dices como si estuvieras al tanto de algún gran secreto. ¿Cuánto tiempo
has estado en la Tierra?”
“Cinco años.”
Roam se quedó asombrado. Tanto es así que dio un paso atrás. El
Tonans ante él se había perdido la fuga de Cobra. No tendría ni idea que
los Castians y Tonans coexistieran en Bagron. No se fiaba de Roam
porque era su enemigo, pensaba que Roam no merecía su confianza, por
toda la sangre Tonans que pudiese haber derramado.
“Cobra ha ofrecido refugio a cualquier Tonans acoplado con
alguna humana.”
El Tonans se quedó pensando, sabía que un Guerrero Castians no
mentía, eran incapaces de falsedades.
“No confío en ti.”
Roam suponía que no lo haría. El sentimiento también fue
correspondido.
“Por el amor de tu mujer, debes tener en cuenta mi oferta. Hay
peores criaturas por ahí, buscando hembras humanas. Los Gorganos no
pueden conseguir ir más allá de tu Escudo, pero podrían asesinar a tu
mujer con un simple pensamiento si se encuentran con ella a solas y sin
protección.”
“¿Son unas bestias enormes? Me encontré con uno de pelo largo y
blanco y ojos rojos. Lo evité. Medía más de dos metros diecisiete.”
“Esos son Zargonnii. Están buscando hembras con las que
aparearse. Los rebeldes Tonans, sin duda, hicieron una alianza con los
Gorganos. Aquellos Tonans quieren a todas las mujeres muertas para

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seguir torturando no sólo a los Castians, sino también a sus hermanos
Tonans apareados, ya que piensan que son traidores. La situación en la
Tierra se ha intensificado con tantos machos cazando a las mujeres. Por
no mencionar el aumento de las aguas.”
“Maldita sea.” silbó el Tonans.
“Si tu raza te encuentra con una mujer, y sin cola, os mataran a los
dos, si tienes suerte, sería una muerte rápida, aunque lo dudo mucho. Los
rebeldes Tonans son brutales con las hembras humanas. Cuando llegue
Cobra, puedes volver con nosotros. Mientras tanto, me quedaré contigo y
te ayudaré a proteger a tu pareja.”
“No puedes quedarte con nosotros.”
“¿Por qué?”
“No lo entiendes. No puedo permitir que... Lo que quiero decir es;
que acabas de aparecer y esperas que te crea, eso de que todo está bien con
los Castians y Tonans.”
Roam estaba molesto. Estaba tratando de ayudar a ese hijo de
puta. El Tonans no estaba mintiendo, pero el idiota estaba tan seguro
como el evasivo infierno.
“Yo-no-miento. Soy un Guerrero Castians, no un Tonans. No
todos los Tonans son bienvenidos en Bagron, sólo los acoplados. Todo lo
que estaba tratando de hacer era ofrecerte mi ayuda por el bien de tu
mujer, sólo por la hembra. No confío en ti tampoco.”
El tatuaje negro del Tonans brillo mostrando una gran emoción,
Roam sólo sabía que bajo ese Escudo estaba siendo observado. La ira de
Roam aumentó.

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“Bien entonces, cuídate a ti mismo y deja que la mente de tu
pequeña Compañera vuele en pedazos junto a ti al segundo que ella
muera.”
“Maldito seas.”
El Tonans gruñó las palabras, con furia.
“Tu casi has agotado mi Escudo y no puedo calmarla y curar mis
heridas.”
El Escudo del Tonans cayó, la pequeña hembra que se aferraba a él
estaba sollozando histéricamente. Roam sintió una oleada de compasión,
así como una inundación de culpabilidad. Había olvidado que podía oír
todo, cuando ella estaba allí con él. El Escudo Tonans no permitiría su
detección, pero podía ver a través de él. Ahora que el Escudo había caído,
Roam sintió su angustia, su miedo. El Tonans ya no estaba sangrando,
pero parecía tenso.
El Tonans le limpiaba las lágrimas que caían demasiado rápido.
Ella estaba hablando y llorando, sus palabras eran incoherentes. Roam
trató de entender lo que estaba murmurando.
“El Escudo se ha ido. Ella se cayó esta mañana. Estábamos
esperando a que vuelvas a casa para sanar su ‘pupa’2
. ¿Qué hacemos?”
La mujer se había caído de los brazos del Tonans, pero tenía su
cuerpo presionado contra él.
“Todo va a estar bien, Macey, cariño; no llores por favor. Ally va a
estar bien.”
Una vez más, Roam estaba asombrado.
2 ‘Pupa’ o ‘pupita’ significa herida en lenguaje infantil, en el original usa el término
‘owie’ con esa misma connotación infantil. En países latinos se emplea ‘yaya’

18
“¿Ally es tu hija?”
“Sí.”
La mujer seguía sollozando en medio de los intentos del Tonans de
calmarla.
“Taz, los Tonans son bastante malos, me dijiste acerca de ellos, su
crueldad, pero ahora los Zargonnii y Gorganos y este Castians. ¿Que
sigue? ¿No son bastante malas ya las tormentas? ¿Por qué seguimos
sufriendo? ¿Qué nos cazará después?”
“Este es un Guerrero Castians. No te hará daño.” Dijo el Tonans.
Taz lanzó una mirada a regañadientes a Roam. Se relajó cuando la
armadura del Tonans no subió y no apareció cola.
“Un Guerrero Castian nunca dañaría a un niño.”
Una vez más lo miraba a regañadientes, pero todavía no había
cola.
[Así que el hijo de puta no puede confiar en mí, pero sabe que no soy
ningún monstruo.]
“¿Dónde está la niña?” preguntó Roam con cierta preocupación.
“¿Tú no la dejaste sola?, ¿lo hiciste?”
“Por supuesto que no, ella está...”
Macey cerró sus labios de golpe. Roam supo de inmediato lo que
había estado a punto de decir.
“Hay otras personas.”
“Todos son humanos y no tienen idea de lo que soy. Tú no puedes
venir conmigo con tu armadura. Los asustarás hasta mierda.” dijo Taz.

19
Su espalda estaba tiesa como un palo. Su mandíbula se contrajo.
Roam estrechó sus ojos sobre él, ¿cómo podría no tener cola y, sin
embargo, los seres humanos no sabían lo que era?
“Si tienes un niño, debe haber visto algo.”
Todos los niños, Castians y Tonans, recibían un pedazo de Escudo
de su padre para mantenerlos a salvo de cualquier daño. No había Escudo
más fuerte. A los cuatro años o un poco antes, una niña perdía su Escudo,
pero era capaz de ser protegida por cualquier hombre, Castians o Tonans.
Se creaba un profundo sentimiento de protección desde los machos hacia
las hembras que habían perdido su capacidad de estar protegidas hasta los
veintiún años en que buscaban un Compañero. Cuando los machos
alcanzaban una edad de cuatro años, más o menos, desarrollaban sus
propios Escudos, que se quedaban con ellos de por vida.
La mayoría de los Tonans eran demasiado egoístas como para dar
a sus hijos un pedazo de su Escudo. Eso es lo que Taz debió hacer, eso
decía algo acerca de su honor, de hecho, lo decía todo. Viviendo en esta
pesadilla de mundo, la chica tendría que añadir toda la protección que
pudiera conseguir. Si el Escudo se había ido, la ayuda de Roam sería
doblemente necesaria.
“Ellos piensan que Ally es un bebé milagro.” explicó Macey, sus
sollozos remitiendo a un hipo y estornudos. “Ya que la primera vez que su
Escudo de protección subió la salvó durante una tormenta en la que había
quedado atrapada. Un árbol cayó sobre ella, pero salió de debajo de las
ramas y hojas ilesa.”
“¿Cuántos más hay?”
Roam estaba emocionado. Si esa era la única vez que el Escudo de
bebé había sido visto significaba sólo una cosa: no había hombres
formando parte de su grupo. Al menos, no relacionados, el Escudo de

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bebé no permitiría que ningún macho se acercara a ella o a su madre
cuando se les acercaran.
“Cuatro, sin incluirme a mí, Macey o Ally.” dijo Taz.
“¿Cuatro mujeres?”
“Cuatro asustadas hembras. Me doy cuenta de tu desconfianza
hacia mí, pero te lo aseguro, nadie sabe lo que soy. Es por una buena
razón. Una de ellas es una niña, de solo trece años. Su hermana tiene
veinte años. Perdieron a sus seres queridos por los Tonans y están
aterrorizadas de mi especie. Tan aterrorizadas que tengo miedo de decirles
lo que soy. También tengo miedo de que sepan lo que era, y si piensan que
yo era decente, también podrían serlo los otros, y ambos sabemos que ese
no es el caso. Yo las amo y no haría nada para hacerles daño. Una mujer
es de unos sesenta años y la última es, bueno, ella es...”
“Su nombre es Jinx, y ella es una mujer joven y hermosa.”
“Sí, claro.” murmuró Taz.
Roam se sentía incómodo. Había estado a punto de matar a un
Tonans responsable de seis vidas. No era de extrañar que su Escudo
estuviera tan débil. Con el Escudo de Taz abajo, Roam podía sentir todo
de él, preocupación, impotencia, confusión. Confiar en un Guerrero
Castians iría en contra de todo lo que Taz había aprendido. Pero tantas
mujeres eran valiosas. Las humanas protegidas de Taz serían inestimables.
Los niños Tonans en Bagron se valoraban tanto como una mujer. Ellas
también eran mitad humanas y serían buenas Compañeras.
Roam tenía que velar por estas hembras humanas. Su corazón se
aceleró por un momento hasta que su Escudo lo calmó. Taz podría no
confiar en él, pero sabía que un Guerrero Castians sería honorable con las

21
hembras. Roam tampoco confiaba en Taz, pero la mirada en el rostro de
su Compañera era muy triste.
“Siento haberte atacado Taz. No tenía ni idea. Sólo puedo
imaginar lo que piensas de los Castians. Pero te juro que Cobra ha tomado
algunos Tonans con sus Compañeras humanas bajo su ala. Tú y los demás
estarán a salvo en Bagron; tienes la palabra de un Guerrero Castians.”
Roam no ofrecía su palabra a la ligera.
“¿Existe realmente un lugar seguro para nosotros?” Preguntó
Macey.
Sus ojos tristes miraron a Taz tan esperanzados que Roam espero
que el olor de su incredulidad vacilara.
“¿Qué significa lo que dijo este Guerrero sobre el agua que se
levantaba? ¿Qué otro peligro tenemos que enfrentar?”
“Yo sé lo que pasa con este planeta.” dijo Roam.
De inmediato sintió la incomodidad de Taz. Obviamente, él había
guardado esta información ante su Compañera. La preocupación debía ser
astronómica, a sabiendas que su Compañera y los demás finalmente se
ahogarían. Tal vez debería dejar que Taz explicara a su manera la
inundación inminente. Roam, después de todo, les había dado una
alternativa. No habría más preocupación después de que subieran a bordo
de la nave.
“La destrucción y la precariedad en este planeta es grande. Cada
zona tiene un motivo para preocuparnos. Macey, tu hija tendría otros
como ella para jugar en Bagron. La aceptación es incondicional. Hay
otros como tu pareja, que se aparearon con hembras humanas, ¡de aquí!,
Macey. Tu estarías protegida por muchos Guerreros que respetan a las
hembras, las valoran. Estoy seguro de que Taz te ha dicho que tu hija es

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única; todos los niños lo son a su manera. Pero de donde vengo hay
muchas niñas de cuatro años, mujeres que son mitad humano y mitad
Tonan. Todos los niños son deseados, y amados. Tu pequeña será recibida
con los brazos abiertos. Incluyendo los míos.”
Roam sabía que Macey estaba completamente cautivada por la
idea; su aroma de emoción era profundo. Se le estaba ofreciendo a ella y a
su familia un mundo mejor; lo más importante, se le ofrecía la aceptación
infantil y esperanza. Taz seguía estando desconfiado, pero el olor de
Macey sería demasiado difícil de ignorar por su Compañero.
“Los otros no saben lo que soy.” dijo Taz. “Ellos son mi familia; al
menos yo las considero así. Cuando llegue el momento podemos
decírselo, pero todavía no. Han visto Guerreros Tonans matar a miembros
de su familia.”
Roam se quedó asombrado con el aroma que envolvía a Taz. El
orgulloso Guerrero tenía miedo de perder a sus seres queridos por el
engaño. Más aún estaba el hecho de que no podía soportar la idea de que
cualquiera de ellos le temiera. A regañadientes Roam sintió construirse el
respeto. El Guerrero orgulloso delante de él era vulnerable. Un aspecto
extraño y todavía atractivo en un Tonan.
“También voy a decirte que Jinx observó a un Castians llevarse a
su hermana mayor lejos.” continuó Taz. “Ella se ocultó, sin saber qué
hacer. El Castians no tenía ni idea de que estaba cerca o se la habría
llevado también. Tonans y Castians luchaban, era un caos. Los hombres
humanos fueron sacrificados. Las hembras humanas esparcidas al viento.
Jinx estaba medio muerta cuando la encontré. En ese momento, tenía una
edad en la que podía curarla con mi Escudo sin su conocimiento. Decir a
quien odia mas, a los Tonans o a los Castians, no podría empezar a
explicar sus sentimientos. Nuestras especies le quitaron y arrancaron todo

23
en una sola noche. Curé su cuerpo, pero sus emociones fueron un desastre
por mucho tiempo.”
Roam se horrorizó.
“¿Un Castians secuestró a su hermana? ¿Y nunca regresó por ella?”
En verdad un Castians habría vuelto por su hermana, una vez que
se asegurara que la hermana mayor estaba a salvo.
“No sé si lo hizo. La zona en la que estábamos era demasiado
inestable. Tuve que trasladar a mi familia a un lugar más cálido, donde el
sol brillara y pudiera regenerar mi Escudo para mantenerlos a salvo. Eso
fue en otro continente. Si él regresó, Jinx se habría ido hace tiempo, no
podría quedarse y solo esperar. No podía permitir que eso sucediera.”
“¿Cómo pudiste moverlas a todas?”
Taz sonrió tímidamente.
“Yo las mordí y las dormí, de esa misma manera sané a Jinx. Con
Macey fue fácil, ella sabe lo que soy. Puedo proteger a una niña hasta que
cumpla veintiún y como he dicho una tiene trece; su hermana mayor
cumplió recientemente veintiún y ya no puede ser protegida más. Jinx
tiene veintitrés años y yo pude moverla hace cuatro años atrás.”
“Dijiste que una tiene unos sesenta años.”
“La tía de Macey. Parece que cualquier familiar femenino puede
ser protegido por un Guerrero. Me sorprendió, por decir lo menos. Antes
de Macey, nunca había blindado a ninguna mujer. Tuve que morderlas y
moverlas, todo dentro de un período de veinticuatro horas. Fue un
infierno. Las escondí bien en una cueva, selladas como en una tumba,
sabiendo que si yo no podía volver su destino estaría sellado. Me aseguré
de regresar.”

24
No había pasión en la voz de Taz. Todo un continente en
veinticuatro horas en un planeta sin apenas sol en ese momento. Podría
haberlo matado. La cabeza de Roam daba vueltas. Taz realmente los
movió desde un continente a otro para encontrar un lugar seguro. No
había duda en la mente de Roam, la armadura de Taz no subiría; su cola
no crecería. No importaba cuanta investigación y experimentos realizaran,
había una única cosa que enfurecía a los Tonans, y era su incapacidad
para detener el crecimiento de sus colas cuando mentían.
Taz podría haber tomado a Macey, su hija y la chica que tenía solo
nueve años en ese momento, pero había tenido que hacer otro viaje por las
dos jóvenes, y otro más por la mujer mayor. La velocidad a la que tuvo
que moverse, a un ritmo continuo, paralizó su mente. Se sintió humilde.
Roam supo que no tenía ninguna otra opción más que cumplir con los
deseos de Taz. Sería la única manera de que Taz le permitiera acercarse a
sus hembras.
Roam estaba a punto de romper una orden directa de Cobra, que
era no bajar su Escudo, mientras que estuviera en la Tierra. Si no lo hacía
no iba a ser capaz de ayudar al Tonans con las otras seis vidas. Si la joven,
Jinx, lo veía en su armadura Castians era más que probable que correría
gritando de terror. Sería mejor si llegara a conocerlo sin su Escudo.
Roam respiró. Su Escudo se vino abajo. Macey se quedó sin
aliento.
“Eres casi tan guapo como Taz.” susurró. “Taz me dijo que los
machos Castians se parecen a los hombres humanos, tal como lo hacen los
Tonans, pero es una sorpresa ver a alguien tan bien parecido absorber una
horrible bestia en su piel.”
Roam se sorprendió un poco y sonrió. No había pensado en ello.
En una oportunidad, estando con su Escudo arriba, una mujer le dijo que

25
se veía peor que el ‘viejo del saco’, sea quien fuera ese tipo, en el infierno. El
único atributo agradable que las hembras de la Tierra acordaron, que él
tenía, era el tatuaje verde que brillaba en sus mejillas mientras estaba
blindado. Sería la marca que tatuaría a su Compañera una vez que se
unieran. Cuando no estaba blindado, su pelo negro oscuro fluía grueso
con ondas y unos rizos que luchaba para controlar y siempre perdía. Sus
oscuros mechones eran un contraste con el pelo rubio en punta del
Tonans. A Roam también le habían dicho que sus ojos eran azules como
el océano. Estaba lo suficientemente cerca como para ver que el Tonans
tenía los ojos marrones.
“Todo lo que necesitamos hacer es encontrar una camiseta.” dijo
Taz.
Estaba mirando el pecho de Roam. Como Taz y todos los Tonans
y Castians, el pecho de Roam estaba vacío de pezones. No sabía por qué
los humanos encontraban que eso era tan inusual. Él era un hombre, ¿por
qué necesitaba pezones? ¿Para qué propósito podrían servirle?
Todo lo que Roam llevaba era unos ajustados pantalones negros,
que llegaban hasta sus tobillos. Se dio cuenta de que Macey estuvo
mirando su parte inferior durante una fracción de segundo antes de
sonrojarse. Su polla estaba muy dura y perfectamente delineada. Taz
usaba el mismo tipo de pantalones, excepto que los suyos eran grises.
Pero, ¿qué iba a hacer acerca de los zapatos? Sus pies estaban desnudos.
No podía subir su armadura cada vez que pisaba algo afilado.
Roam miró sus pies, luego los de Taz. Bajo los pies del Guerrero su
Escudo permanecía arriba, con dos bandas cruzadas encima. Parecía que
llevaba sandalias como las que le gustaban a las mujeres en su planeta.
Concentrándose, Roam ajusto el Escudo en sus pies. Bandas gruesas
cubrieron cada pie en tiras. Las plantas de los pies quedaron protegidas.

26
Taz fue a pararse directamente en un rayo de luz solar. Al cabo de
unos instantes, se apoderó de Macey en sus brazos. Su armadura subió.
Lo mismo hizo la de Roam.
“Hay un lugar, no muy lejos de aquí, donde podríamos conseguirte
algo.” dijo Taz. “Dejo mis pantalones vaqueros y camisa en ese lugar
cuando voy de caza y uso mi ropa de blindaje sólo cuando tengo que
hacerlo. Tú también necesitarás un par. No puedo permitir que todas las
mujeres se sienten alrededor tuyo mirando tu enorme polla. Tal vez
podamos encontrar algo para cenar.”
“Tal vez ambos podamos encontrar algo para que todos cenemos.”
dijo Roam deliberadamente.
Taz asintió. Y a un ritmo vertiginoso, estaban nuevamente en
movimiento.

27
Capitulo 2
*
Mientras Jinx se movía, el olor rancio de la muerte colgaba
pesadamente en el aire a su alrededor. La antorcha que había encendido
brilló por un pequeño soplo de viento. Mantener la parte superior de la
camiseta contra su nariz y su boca hacía poco para ayudar. Bajo sus pies,
usaba unas zapatillas demasiado apretadas que había encontrado, los
cristales rotos y escombros crujían. En un solo gabinete del estante en una
esquina, casi lo suficientemente lejos, tenía que haber un centenar de ratas,
todas mirándola con sus pequeños y brillantes ojos rojos. Por un segundo,
dejó de moverse y consideró dar la vuelta, antes de tomar una respiración
profunda. Llevaba una bolsa de gasolina en caso de que trataran de atacar.
La cloaca donde buscaba había estado enterrada bajo tierra. Jinx
había tropezado con eso, o más bien caído en ella cuando una de sus
piernas había desaparecido. Los escombros cubrían el techo de la pequeña
tienda. Al parecer, nadie sabía acerca de esta antigua tienda, se había
arriesgado a suponer que todas las tiendas en el planeta habían sido
saqueadas, hasta ahora. Tal vez había sido una de las primeras en
sucumbir a los terremotos. Las terribles tormentas que asolaron la Tierra
habían disminuido, pero de vez en cuando, alguna atrapaba a los pocos
sobrevivientes de golpe y porrazo. Ella y los demás necesitaban todo lo
que pudiera encontrar para conseguir pasar la temporada de lluvias. Era
un muy mal momento cuando estabas atrapado durante semanas en una
cueva, pero por alguna razón era más difícil para Taz.

28
Habían pasado por lo menos cuatro años desde que Jinx había
visto otros sobrevivientes, excepto su pequeño grupo. Si no fuera por Taz,
Macey y el resto, no habría tenido corazón para seguir adelante. Si las
tormentas no habían sido lo suficientemente malas, los extraterrestres
habían vuelto. Justo esa mañana Jinx había visto la silueta de una gran
nave Castians. Odiaba a esas criaturas.
[Manojos de feos hijos de puta.]
Habían raptado a su hermana mayor, Jade. Los Tonans habían
estado luchando con los Castians; su padre había sido asesinado por los
colmillos de un tipo gris al tratar de proteger a sus hijas. Esa noche, la
mitad del mundo parecía en llamas. El olor de la sangre permaneció en su
nariz durante días. Nada volvería a ser lo mismo. Jinx nunca vería a Jade
de nuevo. Si Taz no la hubiera encontrado, sola, asustada... Jinx dió a su
cabeza una pequeña sacudida, tenía cosas más importantes que hacer. Ya
no era una niña asustada, no lo había sido por un largo tiempo.
Necesitaba poner sus pensamientos en el presente.
La tienda era más como una cripta; adecuada para su estado de
ánimo. Húmeda y opresiva, parecía que la tumba era hogar de algunos
cuerpos. Jinx no los vería. No podía soportar ver el miedo reflejado en
algunos rostros cuando morían. Ahora este lugar podría dar vida. Si el
alma de estos pobres seres humanos la viera, pondría una sonrisa en sus
rostros, hacerles saber que había alguien que lloró sus muertes.
Los animales habían recorrido el pequeño almacén hundido. En su
mayoría bichos, cualquier persona tendría que moverse a través de la
pequeña abertura oculta para poder entrar. Por suerte, o mala suerte, ella
era lo suficientemente pequeña. Jinx tenía una cosa a su favor, los
animales no podían abrir latas. Latas era lo que buscaba. Con un
movimiento de la brillante luz, vió un mostrador donde numerosas latas y
frascos de vidrio salpicaban un estante y cubrían el suelo. Con impaciencia

29
se precipitó sobre las cosas, así como los muchos tesoros que podría
llevarse en la bolsa de lona. Tenía que darse prisa. Si Taz volvía antes que
ella, le patearía el culo por tomar este riesgo.
A Jinx le gustaba Taz; era molesto a veces, tratándola como la
hermana pequeña que no quería, pero con la que se quedó atascado. Le
debía su vida y suponía que debería estar agradecida. Fue difícil cuando el
mundo a su alrededor se fue a la mierda y se quedó sin familia. Taz se
hizo cargo de todas ellas. Él era el pegamento que mantenía su pequeña
familia unida. Había sido un comienzo incierto; Taz tenía sus propios
demonios a los que hacer frente, aunque nunca dijo cuales eran. Taz era
demasiado sobreprotector, a veces agobiante. Por alguna razón, parecía
esperar que todas ellas le siguieran por ahí como ovejas. Jinx sabía de
ovejas y si ella fuera una, sería la negra. Taz había tenido que aprender a
aflojar la notoria correa con ella. Asimismo, no parecía apreciar la aptitud
de Jinx por ser servicial. Bueno, a lo mejor había tenido que rescatarla un
par de veces de situaciones sin importancia.
No es que Jinx buscara los problemas, es sólo que se los
encontraba. Jinx se puso de pie y levantó la bolsa a su hombro. Cuando se
volvió, la pequeña sonrisa en su cara cayó. Las ratas se acercaron a ella.
Jinx retrocedió lentamente, avanzando aún más en la oscuridad, agitando
su antorcha de ida y vuelta. Las pocas ratas en otros estantes y repisas se
unieron al grupo que se formaba en el suelo. A medida que su número
creció también lo hizo su confianza. Jinx tenía una oportunidad, ya que se
acercaban a ella como una ola ominosa rodando. Jinx abrió la bolsita de la
gasolina y tiró tanto de ella como pudo sobre las ratas más cercanas.
Su llama tocó el suelo y puf. Chillidos de agonía perforaron el aire.
Sobrevino el caos. Bolas de fuego giraron violentamente sobre pequeños
pies en desbandada. Jinx salió, tropezando con algunos esqueletos,
esquivando estantes derribados, la luz de la antorcha se balanceaba con su
agarre mortal mientras corría. Se dirigió hacia el hoyo que la sacaría de la

30
tienda hundida. Dejo caer la antorcha a la tierra con un chisporroteo,
algunas ratas correteaban cada vez más cerca. La bolsa fue empujada a
través del follaje espeso con Jinx siguiéndola de cerca, pero no antes de
que las pantorrillas y los muslos comenzaran a picar por las muchas
mordeduras de los roedores. Podía sentir las pequeñas bestias subiendo
por su ropa.
Jinx trató de no gritar. Se deslizó a través del pequeño agujero
sobre su vientre, luego, una vez libre, se levantó y se sacudió seis ratas de
sus piernas, mientras que tiraba de una pequeña rata pegada a su culo.
Gritó cuando tiró a la pequeña bastarda que había sacado un trozo de
carne de su culo. Solo la tiró contra un árbol y observo con sombría
satisfacción cuando fue aplastada y se dejó caer. Jinx agarró su bolsa y
salió corriendo. Cuando volvió a mirar, su ritmo se multiplicó por diez.
Tenía que haber por lo menos cincuenta ratas, que aumentaban a cada
momento, corriendo ansiosamente tras ella a través del follaje.
[Santa Madre de Dios.]
Esto no era bueno. Jinx no tenía idea de qué hacer, sin duda,
querían convertirla en la cena. Su corazón latía mas fuerte dentro del
pecho de lo que sus pies se movían en el suelo bajo ella. Una cosa era
segura: ella no podría llevar una manada de bichos muertos de hambre a
la cueva donde estaban los demás. Incluso Taz no estaría preparado para
este lío. La pequeña Ally sería el almuerzo en segundos. Los huesos viejos
de la tía Greta servirían como un sabroso aperitivo.
Con la siguiente mirada notó que las ratas iban ganando terreno.
Se movían como un solo individuo, por debajo y sobre el suelo como una
maraña, moviéndose como una ola, cambiando de dirección junto con
ella. Un metro y medio detrás, noventa centímetros detrás... MENOS DE
TREINTA CENTIMETROS DE DISTANCIA. Más adelante había un
pantano. Jinx tragó saliva, tres caimanes tomaban el sol cerca de la orilla.

31
Corrió directamente hacia ellos. El caos la seguía. Saltó sobre un
sorprendido caimán, y cayó casi en la boca de otro. Se agarró a una
enorme enredadera y se balanceó estilo Tarzán sobre el último caimán.
Una lata de algo cayó de su mochila y golpeó al caimán en la cabeza. Fue
entonces cuando los reptiles notaron los sabrosos y fáciles bocados, que
ahora se precipitaban en sus culos tratando de dar marcha atrás. Ya no
eran una partida de caza, cada rata estaba por su cuenta.
Jinx se detuvo en una rama y se rió viendo como los caimanes se
giraban de derecha a izquierda, cogiendo a las pequeñas criaturas, que
crujían bajo sus pies, salpicándolos con el simple movimiento de sus colas.
Unas pocas lograron llegar hasta el árbol donde se encontraba, pero Jinx
utilizo la bolsa como una maza golpeó a cada rata hacia las bocas de los
caimanes que esperaban. Para cuando los caimanes se hartaron de comer,
solo un par de colas de rata se mantenían rodando en la tierra. Jinx
observó a los caimanes volver al agua.
La larga enredadera todavía estaba en su mano; Jinx la utilizó para
bajarse. Lanzó una mirada rápida a sus pantalones; visibles hilos de sangre
salpicaban sus piernas. Se colgó la bolsa más arriba sobre su hombro y
comenzó a caminar. Le llevaría una buena media hora llegar a la cueva
que llamaban hogar.
En el camino encontró algunas plantas comestibles. Sus
pensamientos mantenían su mente ocupada. Había alucinado unos años
atrás cuando despertó en este paraíso tropical, adormecida entre el fuego,
el humo y la muerte. Macey dijo que el tiempo era muy extraño; tal vez el
verano había llegado durante la noche. Jinx no era ninguna tonta, pero no
había una explicación lógica para lo ocurrido que no fuera lo que dijo
Macey. Supuso que tenía que estar en lo cierto; después de todo, las
ventiscas furiosas que experimentaron en las zonas tropicales de la Florida
todavía la asombraban.

32
La verde espesura había surgido entre los edificios de un momento
a otro. El viejo refugio en el que había estado era el mismo, pero Taz les
trasladó a una cueva cercana que Jinx nunca había visto. Otra rareza. Los
animales sueltos eran fáciles de explicar, los ocupantes de los zoológicos
estaban fuera de control. Aún así, hubo momentos en que Jinx sentía
como que no estaban en el mismo país.
En el fondo de su memoria tenía un sueño extraño, el ser llevada y
movida a un agujero oscuro poco después de que Taz la había encontrado
y la había llevado junto a su pequeña familia. El aire estaba viciado en ese
agujero. Taz pasó una mano suave por su frente, diciéndole que todo iría
bien, que estaba soñando. Supuso que era porque Taz la besó en el cuello.
¡Él nunca haría eso! El beso la había aletargado. Supuso que era porque se
sentía angustiada y necesitaba a alguien fuerte, alguien en quien confiar.
Taz era el único que se ajustaba a esa descripción, después de encontrarla
la había mantenido más cerca que a los otros. Taz la hizo sentirse
bienvenida y protegida. Una sensación aún más extraña se apoderó de
ella, de entregarse a él emocional y físicamente, de una manera platónica.
Era como si se conectaran.
Jinx siguió caminando, decidiendo que podría considerar todo esto
por otros cuatro años, y no importaría. Una vez que ella se había
despertado de aquel extraño sueño, las sensaciones se desvanecieron; Taz
era simplemente Taz. Taz los mantenía a salvo. Se las arreglaba para
encontrar comida. El lugar que una vez había sido su casa se convirtió de
un momento a otro en una selva. No parecía haber fin para las sorpresas
de la Madre Naturaleza.
La bolsa en su hombro estaba poniéndose pesada y suspiró de
alivio cuando vió su cueva. Parecía que había un pequeño escándalo. Se
encogió por dentro; sin duda Taz había descubierto su salida.
Sinceramente, ese hombre pensaba en sus mujeres como un harén
privado. Excepto que él sólo tenía ojos para Macey. Jinx envidiaba el

33
amor que se tenían el uno al otro. No había visto a un hombre además de
Taz en años, excepto por los muertos. De vez en cuando, se encontraba con
un cuerpo medio comido por algo.
Jinx se detuvo en seco cuando al entrar en la cueva vió a un
hombre aún más guapo que Taz. Taz estaba molesto como el infierno,
pero eso no la detuvo de pensar que ese hombre era guapísimo. Este
nuevo hombre era un trozo de ¡oh Dios mío!, seguido de un ¡guau!, que
terminaba en un ¡santo infierno caliente!
Era más grande que Taz, sus brazos como bandas de acero que
cubrían troncos de árboles. Pelo negro como la medianoche, hermosos
ojos azules. Cuando le sonrió, ella podría haberse derretido hasta fundirse
con la tierra bajo sus pies.
Los pantalones vaqueros sucios y apretados le hacían el amor a su
culo y entrepierna, mientras que una camiseta negra no dejaba nada a la
imaginación. Tenía músculos en todos los lugares correctos. Su piel
intacta, estaba perfectamente bronceada. No había ni un atisbo de barba.
Su cara se veía tan suave como el culo de un bebé. Raro pero no
imposible; Taz siempre parecía recién afeitado sin importar la hora.
“¿Dónde diablos estabas?” preguntó Taz furioso, cuando apareció.
Se acercó a ella de inmediato y la miró. Dada su mirada crítica
sabía que debía verse como un espectáculo lamentable. Cuando su mirada
llegó a la sangre en sus pantalones, Taz juró lo suficientemente alto como
para que solo ella lo oyera. La agarró por una pierna y el brazo, y luego la
levantó físicamente en el aire para mirar la sangre en sus pantalones. Le
dio la vuelta y juró nuevamente. Jinx adivinó que la mordedura de su culo
también había dejado sangre.
“Me fui de compras.” dijo Jinx y sonrió a pesar de estar siendo
manoseada.

34
Taz la puso de pie. Era un hombre grandote, pero su fuerza no
dejaba de sorprenderla. La trataba como si fuera una muñeca, una muñeca
de cristal. Él era poderoso, a veces duro como el acero, y sin embargo, el
día que sostuvo a Ally, trayéndolas a ella y a Macey desde la selva, había
lágrimas en sus ojos. Su ternura fue abrumadora. Jinx se había
sorprendido cuando Macey alabó la colaboración de Taz durante el
traslado de todos ellos y que todos se habían perdido. Taz era el hombre
más gentil que Jinx conocía, junto a su padre, por supuesto.
“Maldita sea, Jinx. Sabes que tienes que ir siempre con otra
persona y sabes que bajo ningún punto de vista debes dejar esta cueva
cuando yo estoy fuera.”
Taz la miró fijamente.
“Huhu.” respondió ella y se encogió de hombros.
Con algo de desinterés, se fue y comenzó a ordenar sus tarros y
latas en un estante. Por mucho que lo intentara, no podía contener su
curiosidad respecto a ese hombre nuevo. Por supuesto, Skylar estaba
prácticamente babeando sobre él. Haven, de trece años estaba hablando,
¡no!, más bien balbuceando, al final. El hombre se quedó allí fingiendo
estar interesado en lo que la adolescente estaba diciendo, pero Jinx vió sus
ojos subir y bajar.
“Papi, tengo una ‘pupita’.”
Ally estaba haciendo pucheros cuando Taz la tomó en sus brazos.
“Arréglame.”
Ally se había rasguñado la rodilla por la mañana. Fue la primera
caída que había tenido. La niña era notable, incluso cuando estaba
aprendiendo a caminar, ni una sola vez se había hecho daño por una
caída. Jinx a menudo deseó tener la misma suerte. Después de conocer a

35
Taz, Jinx estaba segura que su brazo se había roto, y tal vez un par de
órganos vitales dañados. Cuando Taz la levantó del suelo sintió como que
estaba en un capullo, pero sucumbió al olvido. Cuando se despertó a la
mañana siguiente estaba entera y sana.
Hasta que Jinx cumplió veintiuno, también ella parecía sanar
rápidamente. Un moretón desaparecería durante la noche. Un dedo roto
se curaba por sí solo, una vez más, durante la noche. Jinx se convirtió en
descuidada, creyéndose indestructible, hasta que alrededor de su vigésimo
primer cumpleaños tuvo una mala caída. Durante una semana tuvo un
tobillo hinchado, una cadera magullada, conmoción cerebral. Taz,
siempre diligente en el cuidado de su harén, la había encontrado. Parecía
no sólo furioso con ella, sino que también asustado. Después de eso, se
aseguraba de que sabía, en todo momento, dónde estaba ella.
Recientemente se comportó de la misma manera con Skylar. Skylar había
cumplido ya los veintiuno. Llevaban la cuenta de los días con pequeños
rasguños en palos. Taz había insistido en eso, por alguna razón después de
la caída de Jinx dos años antes, en que necesitaba saber exactamente
cuántos años tenía todo el mundo, por lo menos, ahora se concentraba
más en la edad de Haven.
Taz se quedó sosteniendo a Ally, viéndose incómodo.
“Vuelvo enseguida. Roam, asegúrate de que no se vayan.”
Taz miró fijamente a Jinx, quien rodó los ojos. Prácticamente
corrió fuera de la cueva con su hija en brazos.
La cara de sorpresa de Roam era extraña. Se quedó después de
Taz. Jinx se preguntó si estaba sorprendido de que Taz lo dejara a solas
con ellas tan rápido. Ella sí se sorprendió. Taz era un cruce entre pirañas
barracudas cruzadas con lobo rabioso, cuando se trataba de su familia.

36
Jinx terminó de descargar sus suministros. Se dirigió a Roam y
extendió su mano.
“Soy Jinx3
, que no debe confundirse con mala suerte. Mi mamá era
un poco joven para ser una hippie, pero se aseguró de actuar como tal.
Personalmente, creo que es porque le encantaba el cómic L’il Jinx4
. Sólo
sé lo que la gente me dice. Nunca llegué a preguntarle, ella murió cuando
yo tenía tres años.”
“Soy Roam.” respondió el ‘súper-dios’.
Su mano grande envolvió la suya. Su tacto era cálido; después de
un segundo, sintió la humedad. No era un sudor desagradable ni
repelente. Como un tipo de golpe, ella pudo sentir la conexión. Su toque le
recordaba extrañamente al de Taz, como cuando estaba molesta y trataba
de calmarla.
“Mi madre veía a mi abuelo en mí. Le gustaba pasear, de ahí el
nombre. Falleció hace cuatro cient... quiero decir hace algún tiempo.”
“¿Cuando eras un niño?”
“No, yo ya estaba crecido.”
“¿Tu padre?” Preguntó Jinx.
“Murieron juntos.”
“Tuvieron suerte. Eras un hombre adulto cuando pasó. Llegaron a
verte crecer. Mi padre murió hace cuatro años. Un sucio Tonans lo mató
mientras que un monstruoso Castians secuestró a mi hermana. No sé lo
3 Jinx significa ‘duendecillo’ o ‘mala suerte’, referido a las travesuras realizadas por ese
duendecillo juguetón y travieso.
4 L’il Jinx, (abreviatura de ‘Little Jinx’) es un personaje de ficción en una serie de
cómics estadounidense a finales de la década de 1940. Trata sobre una niña de espíritu
elevado que tiene desventuras humorísticas con sus amigos del barrio.

37
que le pasó. Espero lo mejor, pero me imagino que esa cosa horrible la
asesinó. Les deseo a todos ellos, Tonans y Castians, simplemente la
muerte.”
Jinx no se molestó en controlar el desprecio venenoso en su voz.
Roam dio un paso atrás, si Jinx no lo sabía mejor, ella podría jurar que
estaba herido.
“¿Los Tonans mataron a tus padres?”
“Sí.” Se atragantó con sus palabras.
Jinx asintió comprendiendo. Normalmente, no le gustaba hablar de
lo que había sucedido, pero por alguna razón, cuando él la tocaba sentía
esa confianza abrumadora. Sus dedos se cerraron alrededor de su mano.
Sus impresionantes ojos azules eran como profundos océanos en los que le
gustaría nadar. Sus sonrosados labios fruncidos rogaban por ser probados.
Había seguridad en esos maravillosos enormes brazos suyos. Si él la
abrazara y tirara de ella hacia su enorme pecho… Sus labios se separaron
ligeramente para revelar sus blancos dientes con una lengua hecha para
bailar danzas de dos. Si tan sólo bajara la cabeza, ella podría ponerse en
de puntillas y...
Jinx tiró de su mano, lanzándola hacia su pecho y el calor del
rubor subió a la cara para hacerla sentir caliente. ¿Qué demonios había
pasado? Estaba actuando como una niña herida de la escuela. Haven tenía
un mejor control. Afortunadamente, Taz regresó de la mano con la
pequeña Ally.
“Hey, tu herida se ha ido.” dijo Haven a la niña.
Taz se rió entre dientes.
“Nada que un poco de agua y amor no puedan quitar.”

38
Jinx sonrió a la niña cuya mirada de adoración se centraba en su
padre. Por un segundo, las lágrimas la amenazaron. Jinx utilizaba esa
mirada con su padre de la misma manera, había sido su héroe. Taz estaba
en un cercano segundo lugar. Parpadeó un par de veces. Una mano se
posó sobre su brazo y se dio cuenta de que Roam veía su reacción. Una
vez más se produjo, de alguna manera, esa extraña sensación de unión
con él. Jinx se encogió de hombros. Había sólo algunos hombres que
tenían una habilidad natural para calmar a alguien con un toque. Taz era
uno, ahora Roam parecía ser otro.
“Bueno, vamos a ver lo que nos trajiste a casa, muchacha.”
Greta caminó más allá de Jinx para estudiar los productos
enlatados y los tarros colocados en la estantería.
“Bueno, ¿no es esto maravilloso? Podemos tener jamón y guisantes
enlatados esta noche. Veo que has encontrado algunos alimentos silvestres
también. Buena niña. Ah, y mira, enlatados de budín de chocolate. ¡Mi
Dios!, ha pasado mucho tiempo desde que hemos tenido golosinas. Fue
una buena idea traer el abrelatas que encontraste, hija. Eres una pequeña
listilla.”
“No la animes, tía Greta.” dijo Taz. “Ella se mete en bastante
problemas. Ese viejo abrelatas tiene que ser la pieza de basura más ruinosa
que tenemos.”
“Bueno, con la ayuda de este joven que trajiste, tendrás más
tiempo para ti mismo. Basura o no, puede abrir las latas, y funciona. Así
que deja de quejarte.”
“Sí, señora.”
Taz hizo un guiño a Macey. Luego echó una mirada a Jinx.
“Tienes que lavarte y ponerte un poco de ropa limpia.”

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“No tengo tres años, Taz.”
A pesar de que tenía un punto, la irritaba de la forma en que la
trataba como si fuera una niña pequeña o su hermanita. Jinx agarró sus
pantalones vaqueros y empezó a salir por la puerta. Taz la detuvo con una
mano envuelta alrededor de su brazo y una dura mirada.
“Voy por el agua.”
“Bien.”
Jinx conocía esa mirada. Cuando Taz se sentía sobreprotector no
había discusión con el hombre. La soltó y le dio una palmadita en el culo,
del tipo que normalmente reservaba para Ally o Haven, enviándola hacia
el fondo de la cueva.
“¿Tienes algún suministro?” preguntó Taz a Roam.
“Un poco.”
Jinx se puso de pie y miró su intercambio desde el interior de una
pequeña zona cubierta, se asomó por el intercambio. Taz estaba mirando
a Roam de una manera extraña, como si no estuviese seguro de confiar en
él. Roam estaba sonriendo de nuevo, viéndose como si no tuviese una sola
preocupación en el mundo. Taz entrecerró los ojos hacia él.
“Será mejor que los consigas. Tu puedes tener esa área por allá”.
Taz agitó su mano en la zona más alejada y más oscura de la
cueva. Algo estaba definitivamente pasando entre ellos. Macey tocó el
brazo de Taz. Taz pareció relajarse. Cuando bajó la cabeza y besó a
Macey, en la forma salvaje que él tenía, hizo que los dedos de Jinx se
encogieran.
[Oh! ser besada, de esa manera, por un hombre…]

40
Taz los dejó, con Roam siguiéndole de cerca.
Negando con la cabeza, Jinx dejó caer la cortina. Se quitó los
pantalones ensangrentados. En poco tiempo, Macey entró con agua
caliente y un paño. Inspeccionó las mordeduras. Jinx se puso roja cuando
Macey lavó ese punto en su trasero.
“Ouch. Demonios esas ratas eran asquerosas”.
“¿Ratas? ¡Uff!. Lo siento, Jinx. Eso debe haber sido alguna manada
de ratas.” dijo Macey.
“No tienes ni idea.” murmuró y se negó a dar detalles. “Así que,
¿dónde encontrasteis a ese tipo, Roam?”
“Paseando. En realidad chocaron el uno con el otro.”
Macey se rió cuando dijo esto.
“Es agradable conocer a alguien nuevo después de tanto tiempo,
pero francamente me sorprende que Taz lo traiga a casa.”
Tenía en la punta de la lengua decir ‘dejarle vivir’, ya que
sospechaba (aunque nunca lo diría), respecto de algunos de los hombres
muertos que habían encontrado en la selva.
“Taz es un muy buen juez de carácter. Tiene que serlo.” dijo
Macey.
“Supongo. No parecía como si confiara completamente de Roam.”
“Creo que es un poco más cauteloso, a veces.”
“Creo que es un poco sobreprotector de su harén.”
Macey golpeó Jinx en el culo, Jinx gritó.

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“No, ya estás lista. Esperemos que ninguna de esas cosas tuvieran
la rabia.”
“Taz ya piensa que yo la tengo.” murmuró Jinx.
“No, no es rabia, cariño. Él piensa que tomas demasiados riesgos.
A veces creo que tiene razón. Ahora, no más ratas. ¿Entendido?”
“Si, Mamá.”
“Buena niña.”
Jinx se rió. Macey tenía treinta y no se veía mayor que el primer
día que la conoció hace cuatro años. La mujer era una mamá gallina, pero
la mayoría de las veces a Jinx no le importaba, la amaba. La pareja volvió
a reunirse con los demás. Taz y Roam ya habían regresado. Vió la mirada
preocupada de Taz fija sobre Macey; su mujer le sonrió y su postura rígida
y tensa se relajó. Jinx se sentía un poco culpable, sabía que Taz se
preocupaba por ella. A su manera, la amaba.
“Va a estar oscuro pronto. Taz, ¿queréis tu y Roam bloquear la
entrada de la cueva? Voy a avivar el fuego. Tía Greta, Skylar, Haven, ¿me
podéis ayudar con la cena? Jinx ¿por qué no te sientas?... um... me refiero
a relajarte.” dijo Macey.
Las mujeres fueron a trabajar. Jinx vió como Taz y Roam
arrastraron las pesadas puertas hacia la entrada de la cueva. Esto se hacía
cada noche para permanecer seguros de los animales que vagaban.
Normalmente Taz lo hacía solo, ni una sola mujer en la cueva podría
moverse con aquellas pesadas puertas de madera. Después de asegurar la
entrada, Roam colocó un pequeño y extraño paquete abajo en la zona que
ahora consideraba suya. Cada persona en la cueva tenía su propio lugar
especial. Podían tener su mini espacio privado, oculto de la vista de los
otros, aunque no de la audición.

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Todos se sentaron alrededor de la fogata cuando llegó la cena.
Como de costumbre, Taz comió con moderación, también lo hizo Roam.
Jinx siempre encontró interesante este hecho. La mayor parte del alimento
que encontraban era para las niñas y las mujeres de su pequeña familia.
Un hombre de su tamaño seguramente necesitaba una ración como para
un león. Nunca comentaba sobre ello, siempre había suficiente para
comer. Taz era un cazador increíble. Esta noche era una de las primeras
noches que no tenían carne fresca.
Era encantador ver a Ally comer chocolate por primera vez. En
unos momentos, estaba cubierta de esa dulce sustancia de pies a cabeza
con Macey quejándose sobre ello y Taz riendo. Roam intentó ser discreto;
pero sonrió a la niña con nostalgia. Se preguntó si él había tenido una
familia y los perdió.
Cuando Roam le observó mirándole, echó un vistazo por la
habitación tratando de parecer interesado en su hogar. Jinx había
aprendido hacía mucho tiempo que cuatro paredes no eran un hogar, eran
los seres queridos dentro, los que hacían ese hecho así.
“Así que, Roam, ¿de dónde eres?” Preguntó Jinx.
Ella y los demás se apretaron un poco más cerca del hombre.
Estaban esperando una historia interesante. Era, después de todo, su
primer visitante.
Roam la miró, sorprendido.
“Um... yo... bueno... de aquí y allá.”
“Bueno, ¿de aquí y allá? ¿Por qué no empiezas desde dónde estabas
en el pasado?”
“¿Pasado?”

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Roam pareció ahogarse con un bocado de comida. Su mirada voló
a Taz, y, por extraño que parezca, el pánico también apareció en su rostro.
“Miami, ¿no lo dijiste? Él ha estado vagando por la Florida desde
hace un tiempo.” dijo Taz.
Su cuerpo se sacudió de repente. Sus ojos se abrieron. Empezó a
toser y, saltar, salió de la cueva, casi rompiendo a través de las puertas.
Macey estaba de pie pero Roam la detuvo.
“Me aseguraré de que este bien.”
“Bueno, eso fue raro.” dijo Haven.
“Eso no es importante. Sólo comeos la cena.” dijo Greta.
Por un momento Jinx frunció el ceño. ¿Por qué acababa de tener la
sensación de que su vida estaba a punto de pasar de rara a loca?

44
Capítulo 3
*
El Escudo negro de Roam surgió en el segundo que estaba fuera de
la vista de la cueva y ya había dejado su ropa junto con la de Taz en un
escondite. Moviéndose rápidamente, recorrió el terreno moviéndose y
saltando entre la tierra y los árboles. En cuestión de segundos se encontró
con Taz, a cinco millas más adelante, que también estaba envuelto en su
armadura gris. Él juraba y pisaba fuerte, gritando a todo pulmón sobre las
indignidades de la vida y la mierda que le lanzaban en los últimos años.
Roam bajó su Escudo.
“Cinco años, ¡maldita sea! ¡Ni una mentira en cinco malditos años!
Y ¿por quién miento? ¡Por un maldito Castians!... ¡Joder!”
Taz se balanceaba alrededor para llegar por detrás de él. Roam
habría sentido lástima por él si no hubiera parecido tan cómico.
“Aquí déjame hacerlo.”
Roam agarró el muñón de la cola y tiró con fuerza de aquel muñón
para afuera.
“Mmmiiieeerrrdddaaa.”
Taz se inclinó.
“Duele ¿eh?”

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La armadura de Taz bajó y echó un vistazo a Roam. Las cejas de
Roam subieron.
“Ahora escucha.”
Las palabras de Taz salieron con un gruñido gutural.
“Tú vas a decir que eres de la Florida.”
“No puedo mentir. No soy capaz. Lo sabes tan bien como yo. “
“Maldito seas.”
“Ya se me ocurrirá algo.”
“Será lo mejor o puedes dejarnos ahora. Sabía que esto era una
mala idea.”
“Sé que puedes oler que soy honorable, también sé que eso te
confunde. Estás en guerra contigo mismo. Utiliza tus esencias
emocionales, no tus recuerdos. Concéntrate en tus instintos, es lo que yo
estoy haciendo. Será mejor para los demás llegar a conocerme primero, tu
también. Cuando Cobra aparezca, él tomará a todos ellos a bordo de su
nave, pateando y gritando si tiene que hacerlo. La Tierra está muerta.
Puedes creer que esta zona es segura, pero no lo es. En estos momentos el
océano se está acercando.”
“Lo sé.” bramó Taz. “Lo sé. Lo he visto, estamos atrapados. Es la
única razón por la que permití que te quedes con nosotros. Nunca creí que
pudiésemos ser salvados por un Castians.”
“Bueno, ¿por quién entonces? ¿Tus amigos Tonans, después de
cinco años? ¡Hey!, ¿cómo está funcionando eso para ti? Escucha, es hora
de que las mujeres duerman. Voy a tener un plan por la mañana. Incluso
si eso significa salir a primera hora y regresar cada noche. Estoy en una
misión para localizar personas, sobrevivientes, no va a ser una mentira.”

46
“Yo no quiero que traigas de vuelta varones humanos.”
Taz seguía gruñendo.
“Me he encontrado con algunos que piensan que pueden hacer lo
que demonios quieran y cuando quieran. Esa cueva está llena de mujeres
vulnerables y dos son niñas, una hembra es mi Compañera. Haven sólo
tenía ocho cuando me encontré con ella y su hermana Skylar, hace cinco
años, cuando la Tierra se fue a la mierda. Macey estaba tratando de
mantener a todos juntos. Habían pasado años desde que había visto a un
niño, y menos aún una niña. A pesar de que Skylar es mayor, ella y Haven
son como mías. Las he visto crecer. Skylar apenas tenía dieciséis años,
tratando de mantenerse ella y a su hermana con vida antes de conocer a
Macey. Skylar había estado tratando de ser tan adulta y dura que era
completamente vulnerable. Afortunadamente Macey las encontró. Vi este
planeta desmoronarse y puse todas mis piezas juntas de nuevo para salvar
a mi familia.”
“Me han dicho que se necesita un tipo especial de mujer para
domar a un Tonans.” dijo Roam, con curiosidad por saber cómo Taz y
Macey se reunieron.
“Las circunstancias fueron como nada que puedas soñar.”
Taz se quedó mirando un lugar lejano por un momento antes de
volver al presente.
“Tía Greta me trata como a su hijo, un hijo muy amado. No voy a
permitir que nada le suceda a cualquiera de ellas. Jinx es un dolor en el
culo, pero es mi responsabilidad. Ella se convirtió en mi responsabilidad
cuando le salvé la vida y la sané. Te estaré vigilando.”
La pasión con la que hablaba asombró a Roam. Taz creía cada
palabra.

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“Sabes que tengo la capacidad de oler el engaño. No voy a permitir
que ningún hombre se acerque a tus hembras. Si por casualidad nos
encontramos con uno, voy a tomar las medidas adecuadas. Cobra no
permitiría que cualquier persona en Bagron les causase daño.”
Roam también podría sentir el temor de Taz.
“Es momento de regresar. Van a estar preguntando por ti y no
puedo esperar a escucharte explicar acerca de tu historia de una cola.”
“Cállate.”
Taz se alejó y Roam se rió a carcajadas. Cuando volvieron a entrar
en la cueva, todas se habían ido a dormir, excepto Macey. Ella fue hacia
Taz inmediatamente. La tomó en sus brazos y los dos desaparecieron
detrás de una mampara. Roam se fue y se sentó cerca del fuego para
pensar. Su repentina aparición iba a ser difícil de explicar, sobre todo
porque todo el mundo estaba aterrorizado de los Castians, así como de los
Tonans. La idea era difícil de procesar en su cabeza. Nunca había sido
odiado por una hembra.
Perdido en sus pensamientos el Escudo le advirtió que no estaba
solo. Fue un parpadeo, no más, no estaba en ningún peligro. En poco
tiempo Jinx dio un paso alrededor de su área protegida y se le acercó. Se
sentó frente a él. Largos dedos barrieron mechones de pelo negro
azabache detrás de las orejas.
“No eres de la Florida ¿verdad?” Preguntó.
“¿Por qué dices eso?”
“Taz no miente muy bien.”

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“Soy de muy lejos. He recorrido un largo camino en busca de
sobrevivientes. Creo que Taz simplemente no quiere que tengas miedo de
lo lejos que he llegado y la destrucción que he visto.”
Roam trató de mantener la verdad con explicaciones simples.
“¿Tienes alguna familia?”
“Tengo un amigo muy cercano que es como de la familia. He
conocido a Slay toda mi vida. Él y la mujer que ama tienen una hermosa
hija juntos. Están tratando de tener un hijo.”
“¿Por qué alguien querría traer hijos a este mundo?”
“Taz y Macey tienen a Ally. ¿Ella no ha enriquecido sus vidas?”
“Mucho. Así que… ¿dónde están tus amigos?, ¿por qué no vienen
contigo?”
“Si hay alguna posibilidad de que Slay y Tia conciban, necesitan
evitar el estrés. Slay tiene que quedarse con ella.”
“¿Eso significa que vas a dejarnos pronto?”
“No os voy a dejar. Espero que todos vosotros vengáis conmigo.”
“Ese lugar es seguro.”
“Es un lugar mucho más que seguro.”
Jinx se inclinó hacia él esperando más detalles de Roam. Si él se lo
permitía, ella lo acribillaría con preguntas toda la noche. La Compañera
de Slay era igual en ese sentido, por lo que Roam estaba acostumbrado a
tratar con las hembras humanas. Sería agradable sentarse y charlar con
ella. Quería llegar a conocerla. Jinx era hermosa, su olor era irresistible;
sus ojos verdes oscuros eran una selva de misterio. Cuando la había
tocado, y sus esencias se habían mezclado, su cuerpo le sorprendió con su

49
reacción. Quería a esta hembra. Ella estaba vulnerable, en peligro, y sin
embargo era de carácter fuerte. Su belleza irradiaba desde dentro. Roam
podía sentir su Necesidad construirse.
Ella estaba muy cerca. Su esencia la calmaría con un simple toque,
pero si su cuerpo absorbía demasiado, iba a necesitar aparearse con ella.
Jinx se movió más cerca, hasta que su rodilla desnuda tocó su muslo. La
extraña ropa, que Taz llamo mezclilla, se empapó con la necesidad de
llegar a ella. Roam podía sentir la Necesidad dentro de su sangre que
luchaba por sacar cualquier fluido que provocaba dentro de él, fluyendo a
través de él. Jinx parecía aturdida cuando más de su esencia la tomó.
Roam podía sentir el latido de su corazón.
[Maldición, esto es más difícil de controlar de lo que pensé que sería.]
Si él no se movía, si no la dejaba, sólo podría romperse. De mala
gana, Roam se puso de pie y, moviéndose físicamente con determinación,
bostezó, excusándose y afirmando que había sido un día largo, lo que de
ninguna manera era una mentira. Se fue a la zona en que había puesto sus
cosas y se acostó. No quiso contestar más preguntas. También tuvo que
conseguir poner su cuerpo bajo control.
Roam podía ver a Jinx, era capaz de ver en la oscuridad; también
sabía que ella ya no podía verlo. Taz, obviamente, lo había planeado de
esa manera, por si acaso. Roam detuvo un gemido mientras olió la
decepción de Jinx y su atracción por él. Ella quería estar más cerca, lo
sabía. Se movió incómodo, condenando el extraño material que no
compensaba su erección.
[Maldita sea, mis bolas están aplastadas y mi polla se siente como
encarcelada.]
Roam tendría que tener cuidado; quería gustarle a Jinx. Se sentiría
devastado si ella se enteraba de lo que era antes de que pudiera

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explicárselo y terminara odiándole. Después de unos momentos, Jinx
volvió a su propia área.
Roam entrelazó los dedos debajo de la cabeza después de
desabrocharse el pantalón para que su polla respirara. Tomó algunas
respiraciones calmantes y miró fijamente el techo de unos cuatro metros y
medio de alto. Algunas zonas estaban negras por el humo. Con la puerta
trabada en la entrada, el aire frío de la noche se mantenía a raya. La cueva
en sí era aproximadamente del tamaño de su casa en Bagron. Esta casa se
llenó de pequeños inventos para ayudar a la supervivencia.
Un número de pieles de animales cubrían el suelo. Muebles de
madera cruda como pequeñas camas, mesas y unos bancos que pasaban
como sillas, estaban situadas fuera del camino. Bolsas de agua colgadas,
hechas de una gran vejiga o estómago de animal, goteaban lentamente. En
una estantería donde Jinx apiló los tarros y latas que se encontró, había
otros productos alimenticios. Era, realmente, un desorden organizado. No
era un mal lugar. Taz lo había hecho bien con lo poco que tenía.
En poco tiempo Roam escuchó las suaves respiraciones del sueño.
Sólo otro ser estaba despierto. Podía sentir a Taz. Podía sentir a Taz
luchar emocionalmente. Roam mantuvo sus emociones lo más uniformes
posible, sin querer confundir más al Tonans.
Los Tonans eran primos de los Castians. Estas criaturas del mal,
habían perdido su camino en un esfuerzo por ser mejor y más fuerte, con
mejoras de drogas peligrosas a través de miles de años. Los Tonans
perdieron sus almas en su codicia por el poder. Cuando un Tonan se
acoplaba a una hembra humana parecía recuperar su alma perdida. Se dijo
que las hembras humanas tenían unas emociones abrumadoras,
demasiadas para que un Tonans pudiese manejarlas y permanecer siendo
cruel. Roam estaba feliz por el descubrimiento de las hembras humanas.

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Quizá con el tiempo los primos Tonans vagarían por casa, de la forma en
que solía ser.
Era fácil ver que todos en la cueva confiaban en Taz, le amaban.
Sería interesante saber cómo se produjo esto. Los ojos de Roam cayeron
no estaría de más regenerarse a través de modo de reposo por un tiempo.
Su armadura le advertiría si detectaba algo peligroso.
* *** *
“¿A dónde vas?”
Roam había estado observando a Jinx por el rabillo del ojo,
mientras fingía estar dormido hasta que ella se dirigió a la entrada de la
cueva. Jinx se detuvo en seco.
“Deberías estar durmiendo; el sol todavía no está arriba.”
“Deberías estar también durmiendo.” contrarrestó Roam.
“Voy a estar de vuelta antes de que Taz se despierte, siempre lo
hago.”
Su susurro era más alerta que desesperación. Roam podía oler su
determinación. Era un espíritu libre, marchaba a su propio ritmo, siempre
y cuando Taz no se enterara.
Roam suspiró mientras se deslizaba de la cueva (sin él). Sí, claro.
Iría tras ella. Le tomó unos pocos segundos guardar la ropa y subió su

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Escudo. Entonces se puso en movimiento. Sus intentos de sigilo eran
risibles. Jinx se movió a través de la maleza como un Tonans herido.
Roam se cernía sobre ella, alto y dentro de las copas de los árboles. Jinx
parecía tener un destino específico en mente.
Muy pronto apareció un estanque claro. Jinx miró a su alrededor.
Al no ver transeúntes visibles, se quitó su camiseta y los pantalones. Antes
de que Roam tuviera la oportunidad de ver su cuerpo desnudo, ella se
zambulló en el agua. Roam contó los segundos en su mente con ansiedad,
posando en una rama. Después de que pasaran cien segundos, él estaba
dispuesto a bucear para encontrarla. Jinx apareció sin aliento. Su cuerpo
deslizándose a través de la superficie transparente. Sospechó que esto
había sido su ritual por las mañanas por un largo tiempo. Parecía
perfectamente cómoda estando sola.
Roam se acomodó para verla. Sus largas piernas pálidas eran un
contraste con los brazos bronceados. Su culo blanco-nieve parecía
delicioso. Se preguntó cómo se sentiría tomar cada mejilla de su culo en
sus manos y apretarlas. Su armadura estabilizó su ritmo cardíaco mientras
fantaseaba. Se preguntó por su atracción por ella; en realidad sólo se
habían conocido. Luego se obligó a recordar que se acercaba su
Necesidad. Aunque, después de su encuentro con ella anoche, supuso que
ya no estaba acercándose, definitivamente estaba en ello. Roam tendría
que ser cauteloso. La Necesidad era una emoción difícil de controlar.
Roam arrancó un palo de una rama y lo rodó en su mano con
garras. No le importaría nadar con ella, pero sabía que sería demasiado
intrusivo. Además, ella estaba completamente desnuda. No había duda de
que estaría perturbada por su apariencia. Además, tendría que nadar con
una camiseta puesta, que no tenía; se preguntó cómo Taz manejaba las
situaciones como esta.

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Roam no podía mentirle; él no sería capaz de decirle que era un
defecto de nacimiento. Que los varones humanos tenían pezones no
significaba que un Guerrero Castian los tuviera. Eran una especie
separada después de todo. Roam prefería su pecho lampiño y libre.
Prefería que la mayor parte de su cuerpo entero fuera lampiño.
La forma suave de Jinx, deslizándose a través del agua era
hipnótica. La superficie parecía de cristal hasta que movía el agua
ondulándola, haciendo pequeñas olas, estropeando la perfección del agua.
Jinx mejoró la perfección. Roam inclinó la cabeza, mirando el suave
balanceo de sus caderas cuando se paseaba casualmente desde el agua
para sentarse en un banco y tomar sol y el calor de la mañana.
Sus pechos rebotaron ligeramente cuando se inclinó para recuperar
su camiseta. Su dulce culo cónico con piernas bien formadas. Sus pies
eran perfectos, con dedos perfectos. Su mano se levantó para meter
suavemente sus mechones húmedos detrás de una oreja. El Escudo de
Roam se reajustó para controlar, una vez más, su corazón que golpeteaba
fuertemente, mientras se expandía para dar cabida a su erección. Suspiró
de satisfacción. La escena era perfecta. Serena. Roam podría estar
mirándola por siempre.
Jinx gritó, con un tono agudo y estridente, que rompió sus
relajados pensamientos. Se puso de pie. Roam se sobresaltó tanto que se
cayó de los árboles, agitando sus brazos y piernas, aterrizó de culo.
Segundos después, ya estaba en movimiento. Justo antes de que él entrara
en su línea de visión, bajó su Escudo. Jinx estaba bailando alrededor de
algo que sostenía fuera de su alcance.
“¿Qué demonios?” gritó Roam.
“Corre, Roam. No puedo sostenerlo, no puedo sostenerlo. Es una
serpiente de cascabel.”

54
Ella estaba en lo cierto, la cosa hacia un ruido furioso con su cola.
Tal vez el ruido significativa de alguna manera algo. Sobresalían colmillos
de la boca. Una parte de ella se enroscó alrededor del brazo de Jinx. Roam
no estaba seguro de lo que era, pero sabía una cosa, Jinx estaba cagada de
miedo. Su aroma, de absoluto terror, llenó sus fosas nasales. Eso por sí
solo, lo tenía alcanzando a la criatura deslizante.
“No, Roam. Te va a morder.”
Roam agarró sus muñecas, sus dos manos estaban envueltas
alrededor de la parte superior del cuerpo de la serpiente, de nuevo detrás
de la cabeza. Roam agarró la boca de la serpiente de cascabel y la apretó
cerrada. Luego tiró la cosa de las manos de Jinx, quien cayó hacia atrás
sobre su culo desnudo con un ruido sordo. Roam caminó unos pocos
metros estudiando con curiosidad a la criatura.
“Tírala, Roam, lo más lejos que puedas. Las serpientes de cascabel
son malas. ¿No sabes que su mordedura puede ser mortal?”
En realidad no tenía idea. Esta pequeña cosa enviaba a los
humanos a la histeria. ¿Por qué? Roam soltó su boca; la serpiente de
inmediato le mordió el brazo. ¡Ouch! Roam se rió, era una cosa pequeña,
pero la hija de Slay podía morder más fuerte. Estaba en un lugar que Jinx
no podía ver. La reacción fue instantánea; su armadura subió, exudando
desde dentro de su piel, para cubrir la mordedura, por el brazo a su
muñeca. El veneno era rápido, pero su Escudo era más rápido. Eso nunca
sucedió cuando Scarlet le mordió. Debía haber algo en el veneno. Su
Escudo se mantuvo arriba.
“Oh, mierda.” susurró Roam.
Por suerte, Jinx no podía ver lo que había ocurrido.
“¿Roam?” le llamó Jinx.

55
Su tono era frenético.
“Yo, uh… voy a tirarla y volveré.”
“Ten cuidado.”
“Claro.”
Una vez más su mano se había envuelto alrededor de la boca de la
serpiente. Caminó un trecho en la selva, donde ella no le podía ver.
Cambiando su agarre, Roam estudió los colmillos de la serpiente. Tenía
unos ojos sin alma. El sonido de cascabeleo que hacía era lindo; sonaba
como uno de los juguetes de Scarlet.
“Bueno, amiga, ¿qué hago contigo?”
La criatura quería vivir. Estaba, sin duda, sólo protegiéndose a sí
misma. El Escudo de Roam ya estaba abajo, se sentía bien. Para él, la
serpiente era inofensiva, pero aterraba a Jinx, y no creía que Jinx fuera el
tipo de mujer de asustarse fácilmente. Esperaba que a esa serpiente no le
importara el vuelo. Roam arrojó la serpiente lo más lejos que pudo. Se
alejó hasta que la perdió de vista.
“¡Roam!” llamó Jinx.
Oyó la desesperación en su voz; estaba a punto de ponerse
histérica.
“Ya voy.”
Roam dio un paso y se detuvo en seco. Estaba sin camiseta.
Mierda. No había pezones. Afortunadamente Jinx había estado con
demasiado miedo para notarlo antes; no tendría tanta suerte esta vez.
Roam miró frenéticamente alrededor, agarró dos puñados de barro
dispuesto en un gran montón y lo frotó sobre su pecho. Su nariz se arrugó.
Esperaba que fuera barro. El olor era podrido. Cuando Roam surgió del

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follaje Jinx estaba vestida, de pie, retorciéndose las manos. Estaba
preocupada por él. Le observó detenidamente, obviamente, buscando
signos de dolor. Sus ojos se estrecharon.
“¿Qué estás haciendo aquí?” Preguntó.
“Fui a dar un paseo.”
No era una mentira.
“Me has seguido.”
“Admito que estaba preocupado por ti. Cuando gritaste, tenía que
llegar a ti. La Tierra es un lugar peligroso para una fémina... una mujer.
La Tierra es un lugar peligroso para una mujer. Especialmente cuando
está sola.”
Su actitud cambió inmediatamente.
“Has perdido a alguien. ¿Verdad?”
“En mis viajes. Ella no me conocía, una pena realmente.”
“Si no la conocías, ¿por qué estás tan triste?”
“Fue la situación en la que la encontré.” respondió.
“Oh.”
Jinx se quedó pensativa, como si comprendiera su significado. Hay
momentos en que la muerte de un desconocido puede herir el corazón de
uno.
Roam fue a apoyarse contra un árbol, recordando situaciones
tristes, sus recuerdos heridos. Ella no le conocía, pero su esencia lo
invadió. Su dolor le tocó de manera que le recordó sus propias pérdidas.
Cuando ella murió… se afligió nuevamente.

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Jinx se encaramó en una pequeña roca delante de él, sus largas
piernas se acurrucaron contra su pecho. Su barbilla descansaba sobre sus
rodillas. Su expresión era inquisitiva, pensativa. Tal vez fuera verdadera la
preocupación que sentía por él. El entusiasmo y afecto irradiaban de su
personalidad. Roam odiaba hablar de aquella noche, la que llevaba
consumiendo sus pensamientos durante meses. Jinx no sólo era curiosa,
quería compartir su dolor, lo percibía. Lo que ella no entendería era la
profundidad de sus sentimientos.
La esencia de la hembra se había mezclado con la suya cuando él
la había tocado. Roam había sentido todas sus emociones; las recibió a
través de su contacto. Las vivió cuando ella solo expulsó su aliento. El
sabor de su desesperación recubrió su lengua. Un Guerrero podía saborear
la muerte. A veces, tantas emociones no eran fáciles de soportar. Ella
estuvo dentro de él en cuestión de segundos; esta era la cruz que tenía que
soportar por ser Castians. Jinx no entendería esas emociones a menos que
se apareara con él.
“Era una noche oscura. No había estrellas, ni luna. Oí un sonido
en medio de la tormenta que nos asolaba. Fue un grito ahogado, la lluvia
no golpeaba fuerte, una voz pedía ayuda en la desesperación de la
oscuridad que nos rodeaba. Me pareció ver una mujer diminuta en una
pequeña cueva como un agujero de cemento hecha un ovillo, igual que tú
ahora, excepto que ella estaba de costado. Estaba temblando por la falta
de alimentos y el frío. En sus últimos momentos, ella lloró cuando la
abracé contra mi pecho. Verás, ella había estado con otras personas, pero
vinieron los Tonans.”
“Mataron a su familia como ellos mataron a mi papá y los padres
de Haven y Skylar, ¿no es así?” era un pequeño susurro de Jinx.
“Sí. De alguna manera se las arregló para escapar. Era lo
suficientemente pequeña como para caber a través de un pequeño agujero

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en la parte posterior de la cueva y conseguir su libertad. Pero ¿qué es la
libertad cuando no tienes nada ni nadie excepto terror, recuerdos llenos de
ello? No podía encontrar comida; las tormentas en esa zona asolaron la
tierra. Todo lo que ella tenía se quedó atrás. Vagó sola y asustada por los
escombros que alguna vez fueron su hogar antes de tropezar en el agujero
de la cueva de cemento en el que espero…”
“¿Morir?”
“Sí.”
Roam se sentía incómodo. Odiaba los recuerdos que esa noche le
provocaban. El olor de la muerte colgaba pesadamente en el aire. Roam
nunca había visto tanta soledad en los ojos de alguien. Los condenados
Tonans una y otra vez, los odiaba. La pobre mujer era tan pequeña. Roam
sintió su tristeza, su dolor. Su agarre a él era débil así que Roam la había
acomodado contra su pecho desnudo. Se acercó a ella sin blindaje. No se
merecía nada menos. Después la enterró; mientras la lluvia caía a plomo
sobre su Escudo. Había pasado sólo unos momentos con ella antes de
morir; ella le había dado las gracias por su amabilidad. Fue lamentable.
“Pensé que me iba a morir cuando mi padre murió y mi hermana
fue raptada.”
“¿Qué pasó? A menos que no puedas hablar de ello.”
“Me duele en el interior cuando hablo de ello, cuando pienso en
ello. Las pesadillas me persiguieron durante un año. Me despertaba
gritando, pero Taz siempre estaba allí; parecía saber que estaba atrapada
en un mal sueño. El cielo se había iluminado por el fuego. El humo estaba
en todas partes. Mi hermana Jade y yo nos separamos cuando el Tonan
me atacó. Supongo que era de sexo masculino, debido a su tamaño, pero
no se mostraba el sexo. Tatuajes negros horribles brillaban en su rostro
gris, los bultos que cubrían sus ojos sin alma… era como mirar a dos

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agujeros negros; él se reía. Dos colmillos goteaban saliva. No podía
respirar cuando me golpeó contra un edificio.”
Suspiró y continuó.
“Él me llamó su ‘pequeño y bonito juguete’. Me torturó con palabras
odiosas, con las cosas que me haría cuando me tuviera sola. Pensé que iba
a morir de miedo. Yo tenía apenas diecinueve años, sólo una niña de
verdad. De repente mi padre estaba detrás de la criatura. Sostenía un
hacha y determinación en la mirada. El hacha rebotó en la armadura o
Escudo gris, quizá fuera la piel, no lo sé, pero mi padre tenía la atención
del Tonans. Me dejó caer al suelo, donde fui capaz de arrastrarme. Mi
padre juraba y balanceaba el hacha. Era mi héroe; era muy fuerte, pero los
Tonans son indestructibles. Las armas no tienen ningún efecto sobre ellos.
Vi a uno tirar un tanque, un tanque por el amor de Dios.”
Jinx se detuvo por un momento y Roam sintió su batalla con las
lágrimas, no sucumbió. Tragó saliva un par de veces y continuó.
“Sus manos son garras, incluso garras en los pies, igual que un
Castians excepto que los Castians son de color ébano no gris. Los Castians
no tienen colas, pero los Tonans sí. Me escondí debajo de un trozo de
techo. Vi a mi padre morir. El Tonans le sacudió como una muñeca de
trapo. Una vez que estuvo muerto, se fue detrás de Jade, un Castians
apareció. Jade estaba gritando. No podía moverme, no podía hacer ruido.
Supongo que por el shock. El Castians venció al Tonans. Agarró a Jade y
se la llevó antes de que pudiera reaccionar. Desapareció en lo que parecía
ser un agujero negro. El agujero se cerró y fue como si nunca hubiera
existido. Toda mi familia se había ido. Mi mundo se vino abajo. Me
desmayé por un momento; el resto de la noche es un borrón.”
Roam sabía que los Castians tenían órdenes estrictas de llevar
cualquier hembra humana inmediatamente a la nave. El Guerrero debió

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