Jacob y Monod propusieron la existencia de una molécula que transporta la información del ADN a las proteínas. Brenner y sus colaboradores demostraron la existencia de este intermediario, el ARN mensajero. Más tarde, Crick propuso el Dogma Central de la Biología Molecular para describir el flujo de información genética en los organismos vivos. Temin recibió el Premio Nobel por el descubrimiento de la transcripción inversa en virus ARN-ADN.