Un empleado interno sería la mejor opción para desarrollar un sistema que refleje con precisión la realidad de la empresa, ya que cuenta con experiencia, tiempo, objetividad y es una fuente de ideas. Además, alguien dentro de la organización que confíe en su talento, tenga iniciativa, capacidad de aprendizaje autónomo y liderazgo podría hacer un buen trabajo al desarrollar el sistema.