Los animales querían saber qué sabor tenía la luna y realizaron un gran esfuerzo para alcanzarla, subiéndose unos sobre otros. A pesar de los intentos de la tortuga, la jirafa, el elefante, el león y el zorro, la luna se alejaba cada vez más. Finalmente, el pequeño ratón logró subir a la cima y arrancó un pedazo de luna para probarla.