La Tierra primitiva tenía una atmósfera caliente con gases como el hidrógeno, metano y amoniaco. El experimento de Miller en 1953 mostró que estos gases, al ser expuestos a descargas eléctricas, podían combinarse para formar moléculas orgánicas. Las primeras células se alimentaban de sustancias en los océanos. La aparición de la fotosíntesis permitió a las células utilizar la energía solar para producir alimentos y oxígeno, oxidando las rocas y formando la capa de