El documento explica que el ADN energético es la esencia inherente de cada persona que ha encarnado a través de la eternidad para experimentar vidas y equilibrar energías, y que dirige la forma en que se organiza el ADN biológico. El flujo de energías que conforma el ADN energético es único para cada individuo y se transforma constantemente a medida que la persona cambia sus patrones de conducta y energía a través de sus acciones.