El documento proporciona orientación sobre la dirección de cultos cristianos. Explica que la adoración debe estar enfocada en la relación entre Dios y el hombre, estimular el compromiso personal con Cristo y ministrar a las necesidades de las personas. También describe los diferentes elementos típicos de un culto como la música, la lectura bíblica y el mensaje, así como consideraciones sobre la planificación y ejecución efectiva del culto.