La ley de El Todopoderoso sigue vigente aunque somos salvos por gracia mediante la fe en el Mesías. La ley muestra que todos pecan y merecen la muerte, pero El Todopoderoso nos salva gratuitamente a través de la redención realizada por el Mesías, quien pagó el castigo por nuestros pecados. Mantenemos la ley no por obras sino por la fe en el Mesías, quien nos justifica ante El Todopoderoso.