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Alfredo Pérez Rubalcaba da un discurso en Jaén en el que habla sobre la necesidad de cambiar la forma de hacer política, centrándose en temas como la corrupción, la defensa de la política y la importancia de crear empleo en España. También expresa su solidaridad con las víctimas de los atentados en Noruega y defiende el valor de la política europea para resolver problemas como la crisis griega.
Denuncia en la Justicia Federal por la salud en La Rioja
Rubalcaba Intervención acto Jaén
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ALFREDO PÉREZ RUBALCABA EN JAÉN (Viernes, 22 de julio de 2011)
Gracias a todos por estar aquí. Ya os digo, y es estilo de la casa, que esto es un
mitin raro y todos los mítines van a ser un poco raros. No os vais a divertir
mucho conmigo porque creo que hay que cambiar un poquito las cosas en
política. Lo creo sinceramente y por tanto vais a escuchar algo que podríamos
llamar como mitin clásico, si me permitís el símil pedagógico. No creáis que es
una manía personal. Además creo que tiene mucho interés político. Que en una
situación como la que vivimos nos carguemos de razones, de razones. La gente
lo está pasando muy mal y la gente que lo está pasando muy mal va a meditar
mucho lo que va a hacer en las elecciones, mucho.
El 9 de julio, en el discurso de aceptación de candidatura dije al final que nada
está escrito, el partido no se ha jugado… no es una forma de animar a la gente.
No creáis que es una fórmula retórica, una manera de animar a la gente. No,
no. Pienso sinceramente que hay mucha gente que se lo va a pensar dos veces,
que va a meditar a quién vota porque se va a jugar mucho. Cuanto más
trascendente es una elección, la gente más lo piensa.
Si en todas las elecciones nos hemos esforzado por dar argumentos a la gente,
en esta tenemos que esforzarnos el triple. Tenemos que darle argumentos,
decirle lo que vamos a hacer con su voto, que le pedimos el voto para una cosa
que podemos hacer. Por eso empecé el otro día y hoy empiezo diciendo a
todos, para que lo digáis a todo el mundo, que sólo vamos a comprometer
aquello de lo que estemos seguros que podemos cumplir. Solo aquello con lo
que nos sintamos cómodos. Y cuando digo cómodos no sólo me refiero a
términos ideológicos, que también me refiero en términos de capacidad de
llevarlo adelante. Sólo haremos y comprometeremos aquello que creamos que
podamos cumplir en la legislatura.
Segundo tema, antes de entrar en el discurso. Sabéis que hoy ha habido una
serie de atentados en Oslo, en Noruega. No sabemos muy bien en estos
momentos qué ha sucedido. Parece que habido dos explosiones y un tiroteo en
una reunión, por cierto, de jóvenes socialdemócratas. El resultado es algunos
muertos, no se sabe cuántos, parece que estamos ante un atentado, en un país
Noruega, y una capital Oslo… y además un atentado que, en parte, al menos
en el tiroteo, se ha producido en una reunión de socialdemócratas, por todo
ello no tengo más remedio que empezar expresando lo que creo un sentimiento
compartido: la solidaridad con los fallecidos, con las víctimas, con las familias
de las víctimas, con las familias de los heridos y la solidaridad, por supuesto,
con los jóvenes socialdemócratas y la solidaridad, en conjunto con el pueblo
noruego, que hoy está sufriendo algo que nosotros sabemos que duele
especialmente q es la irracionalidad del terrorismo. Nuestra solidaridad creo que
es una cosa que podemos compartir fácilmente con el conjunto de los
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españoles, nuestra solidaridad con el pueblo noruego en esta tarde terrible para
ellos.
Con la misma importancia que os decía que las ideas, las razones las certezas
que seamos capaces de transmitir en estas elecciones van a jugar un papel
determinante, quiero deciros que con la misma firmeza tenemos que defender
la política. Es verdad que vivimos una época en la que muchos ciudadanos hay
muchos ciudadanos piensan que la política ha perdido la batalla. Es cierto que
la crisis mundial ha llevado a mucha gente a pensar que esto de la economía se
dirime en un territorio distinto de la política, que los llamados mercados son los
que definen las cosas y que los políticos democráticos poco más que seguir sus
dictados podemos hacer en nuestra tarea. Eso es gravísimo porque pone en
cuestión la esencia misma del sistema democrático eso es lo que viene a hacer
es hacer dudar de la fuerza del voto a los ciudadanos. Eso te lleva a decir para
qué voy a votar si finalmente a los que voy a elegir no van a hacer nada de lo
que me interesa y define mi vida.
Y eso es gravísimo, sobre todo para la izquierda, que siempre ha pensado
justamente lo contrario. Ha pensado y ha defendido el valor de la democracia y
del voto, ha creído la izquierda en la capacidad transformadora de la política, es
la política lo que la izquierda la mueve. Es la política lo que la izquierda define
como aquello que tienen para cambiar sus vidas los que no tienen otra cosa. Es
la confianza en la política por tanto nos jugamos mucho en estas elecciones
también en estos términos. Tenemos que afirmar rotundamente el valor de la
política y decirles a los ciudadanos que es cierto que hemos entrado en una
crisis, porque los llamados mercados han campado por sus respetos, han hecho
exactamente lo que han querido para a continuación decirles que esto fue así
porque algunos políticos decidieron que fuera así. Que es una decisión política
finalmente la que ha permitido a los sistemas financieros del mundo jugar al
Monopoly con los ahorros de todos nosotros. Que es una decisión política y una
decisión política se cambia con otra decisión política. Es la política la que tiene
que ordenar estas cosas.
Ayer hubo una reunión en Europa, muy importante. Muy importante porque
hemos pasado una semana muy difícil. Una semana que ha demostrado cosas
muy evidentes. Entre otras, ha demostrado que se han dicho cosas que no eran
ciertas respecto a las reformas que había que hacer, que había que hacerlas,
sin duda, pero el valor que tenían. Ha demostrado que, como algunos venimos
diciendo, hay un elemento central en la crisis europea, que es la situación de
Grecia. Ha demostrado que nos equivocamos cuando abordamos la situación de
Grecia, que no la resolvimos y como no la resolvimos y había dudas en aquellos
que tienen deudas con Grecia, estos lo que han hecho es intentar cobrarse las
deudas, por si acaso, en la deuda soberana española e italiana. Eso es lo que
ha pasado: la desconfianza de quienes han prestado dinero a Grecia sobre sus
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posibilidades reales de cobrar han hecho que se cobraran, por adelantado, por
si acaso, en deuda española e italiana. En definitiva, un error político que es la
solución de la crisis griega, nos ha conducido a una situación financiera muy
difícil.
Pero no es eso lo que me interesaba destacar. Lo que me interesaba destacar
es que ayer hubo una decisión política. Los europeos nos hemos puesto
políticamente de acuerdo para tomar distintas medidas, la mayoría de ellas para
defender nuestra moneda, para defender el euro, para decirles a los
especuladores, desde la política que es la ordena la vida económica de los
países que no les vamos a dejar jugar libremente con nuestra moneda que la
vamos a defender y que tenemos formas de defenderla: leyes y dinero para
defenderla y para decirles que vamos a resolver de una vez por todas la crisis
griega. Esto acabará funcionando.
Pero más que el detalle concreto y el hecho concreto que se produjo ayer, me
interesa destacar el valor de la política. En estos meses de turbulencias
financieras en Europa ha habido quien ha pensado que era mejor alejarse de
Europa. Reflexionad, ¿qué hubiera pasado si esta crisis nos coge fuera del euro,
con la peseta? ¿dónde estaríamos ahora? Hay que decirles a los que desconfían
de Europa que es lo contrario, que es lo contrario, que lo que nos ha pasado no
es un exceso de Europa, es un defecto de Europa. Que lo que hicimos ayer, lo
teníamos que haber hecho hace un año y que probablemente nos teníamos que
haber preparado hace dos para hacer lo que estamos haciendo ahora. El
defecto de Europa es la falta de política económica europea y la que estamos
pagando ahora todos los europeos. Que no es menos Europa, compañeros, que
es más Europa, que es más política. Y este es un mensaje que tenemos que
explicar a los ciudadanos entre otras cosas para que vuelvan a confiar a la
política. Porque si los ciudadanos dejan de confiar en la política, la izquierda lo
va a pasar muy mal en España y en el conjunto de Europa.
Y la política la he defendido también y he defendido la necesidad de cambiar la
política y creo que tenemos que introducir este elemento en nuestro discurso.
Cambiarla es cambiar las formas de hacer política, cambiar la forma de
relacionarse con los ciudadanos cuando eres representante político, es entrar a
fondo en los temas de corrupción, que están ahí y que afectan y que afectan
mucho a los ciudadanos, que desaniman a los ciudadanos, que les alejan de la
cosa pública, que alejan a los mejores de la cosa pública, a los que tienen un
sentido más ético de la vida pública les alejan. Estamos ante un reto para toda
la clase política, mal llamada clase política, para todos los políticos y
especialmente para la izquierda. Y lo malo de la corrupción es que nos hemos
preocupado de atacarla cuando se produce. Hemos hecho esfuerzos para
investigar los corruptos. Y cuando hemos gobernado, lo hemos hecho:
esfuerzos policiales para perseguir a los corruptos, hemos hecho modificaciones
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legales para castigar a los corruptos y es cierto que hemos modificado el
Código Penal, lo hemos endurecido extraordinariamente, pero ¿sabéis que os
digo? que es un flaco consuelo. Que el problema de la corrupción política es
previa, que cuando un político se corrompe, el mal ya está hecho. Que luego le
puedes castigar, que los ciudadanos agradecen que les castigues con
severidad, que seas ejemplarizante. Pero amigo, lo que se queda en la cabeza
es que hay alguien, al que ellos eligieron, que se ha llevado lo que es de todos.
Y eso es muy fuerte.
Por eso sostengo la tesis de que lo que tenemos que repensar lo que hemos
hecho y volver a los controles previos, que muchas veces los hemos quitado.
Volver a los controles previos porque nadie me va a convencer de que los
españoles somos, o tenemos, una mayor tendencia a la corrupción que aquellos
países donde hay menos corrupción, por ejemplo en la UE. Nadie me va a
convencer de eso. Yo lo que digo es que, en esos países quien quiere
corromperse lo tiene mucho más difícil porque tiene controles previos más
serios. Y es importante que lo digamos y que lo hagamos. Y si para eso
tenemos que ponernos de acuerdo las CCAA, ayuntamientos y Estado,
hagámoslo porque es mucho lo que nos jugamos que la gente que más moral
cívica tiene esté cerca o esté lejos de la política eso es lo que nos estamos
jugando.
Y en esto, los partidos tenemos una responsabilidad. La de no servir de red a
los corruptos, no servir de red de seguridad a los corruptos. Cuando un partido
político apoya, ampara, consuela o simplemente confía en un corrupto, está
haciendo un flaco favor a la democracia. El otro día dije una cosa que pienso de
verdad. Dije que la política española, en demasiadas ocasiones, rechaza una
idea con independencia de que sea buena o mala simplemente por quién la
pronuncie. Y yo dije que había que cambiar las cosas, que había que valorar las
ideas en función de lo que son, lo que dicen o expresan no de quien las
pronuncia. Con la corrupción pasa lo mismo, da igual que sea de un sitio o de
otro. La línea está clara: los que estamos contra la corrupción y los que la
toleran, la amparan o a veces incluso la protegen. Esa es la línea y no vale esa
cosa de la doble vara de medir y eso de que mis corruptos son Teresa de
Calculta y los tuyos Al Capone. Eso no vale. Todos son iguales y merecen el
mismo rechazo, todos. Y los partidos políticos no podemos volvernos de
ninguna manera en una red de seguridad para los corruptos. De ninguna de las
maneras.
Corrupción y política. Política limpia, política cercana, política transparente, eso
nos piden los ciudadanos en la calle y fuera de la calle. Algunos de una forma y
muchos de otra, pero nos lo están pidiendo y de eso vamos a tomar nota y
poner en nuestro programa para defenderlo. Y, como os decía al principio, para
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hacerlo. Porque solo vamos a hacer o vamos a comprometer aquello que
seamos capaces de llevar adelante.
Y también os dije el otro día que un candidato y una candidatura tiene que
tener un modelo de España. Tiene que plantear a los ciudadanos lo que quiere
hacer con España los próximos cuatro años, eso es un candidato y un programa
electoral. Y os formulé cuatro elementos fundamentales que voy a repasar
brevemente. Dije que en España había una cosa urgente que había que hacer
de forma urgente, que es crear empleo. Que había una cosa especialmente
importante: crear una economía sana y competitiva que justamente dé
estabilidad a la creación de empleo. Dije que los socialistas no podíamos
olvidarnos de algo en lo que creemos profundamente, que es la igualdad de
oportunidades. Y finalmente hablé de la política que no podíamos dejar de
escuchar lo que la gente decía y por tanto tenemos que cambiar la política
democrática para hacerla más democrática. Esos cuatro ejes son los ejes de
nuestro programa, los ejes de nuestro compromiso, del modelo de los cambios
que queremos introducir en España de aquí al 2016.
Y todo ello se resume en una idea que repito una y otra vez que tiene una
extraordinaria importancia: estamos viendo la luz al final del túnel el final de la
crisis. Todavía no del todo, pero es verdad que ya estamos creciendo, menos
de lo que quisiéramos para crear empleo neto, pero estamos creciendo. Y en
este momento, que vemos la luz al final del túnel, es bueno que tengamos claro
que de las crisis económicas a veces no salen todos. Y nos tenemos que
preocupar porque esto no sea así. Tenemos que preocuparnos para que salgan
todos al mismo tiempo, decirles a los sectores sociales que menos han sufrido
la crisis, en algunos casos que no han sufrido la crisis, ahora cuando hay que
salir tienen que echar una mano a aquellos que peor lo han pasado. Esta es la
esencia del proyecto político que comprometemos: que aquellos que no han
sufrido la crisis, aquellos que menos costes han tenido en la crisis echen una
mano a aquéllos que lo han pasado peor, que son fundamentalmente el
empleo. Esa es la esencia de nuestro programa: una salida solidaria y justa de
la crisis.
Por eso propuse un par de impuestos que han creado una polémica enorme con
los bancos y los patrimonios. Voy a tratar de explicarlo brevemente porque se
entiende muy bien. Quitamos el impuesto de patrimonio, sí lo quitamos. Lo
quitamos porque teníamos una situación económica bien, muy distinta y porque
era un impuesto que estaba mal diseñado. Lo pagaban esencialmente las clases
medias. Y ahora que lo que decimos es que la economía está en una situación
diferente, hay que pedirle un esfuerzo al que menos ha sufrido la crisis y por
tanto hay que reponer el impuesto de patrimonio, pero no para castigar a las
clases medias, no, para que echen una mano las grandes fortunas, los grandes
patrimonios, que los hay. Para eso queremos un impuesto patrimonio: que los
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que tienen grandes patrimonios, echen una manos a quienes peor lo han
pasado en la crisis y que les ayuden a salir y no se queden atrás. Este es el
sentido del impuesto de patrimonio que vamos a plantear y que tenemos
perfectamente diseñado y estudiado.
Y algo parecido sucede con los bancos. Algo parecido. Los bancos tienen un
fondo de rescate. Vamos a proponerles que, cuando acabe la situación, la
reestructuración bancaria en la que estamos, en ese momento los bancos
hagan un fondo de rescate para los que han perdido el empleo. Es muy
sencillo. Los españoles hemos hecho un fondo de rescate para ayudar a los
bancos ahora los bancos hacen… no pasa nada.
Es verdad que han dicho que era una propuesta izquierdista… han dicho de
todo. Yo me he limitado a decir que era una propuesta realista, que por cierto
han aplicado países tan peligrosamente izquierdistas como Francia o Gran
Bretaña. La Francia de Sarkozy, como Suecia, como Alemania que también está
en manos de una furibunda izquierdista… más allá de eso, ¿sabéis lo que es? Es
una propuesta justa, sensata y realizable, que es pedirles a los bancos que
echen una mano cuando tengan beneficios a aquellos que peor lo han pasado
en la crisis que tiene un origen financiero. Aquellos que ¿sabéis qué? No se
enteraron de nada, y de repente se quedaron sin trabajo y con dificultades para
pagar hipotecas que les habían dado. Y esa es una de las fórmulas que
proponemos para lograr una salida solidaria de la crisis. Y es verdad que para
conseguir un empleo, trabajo, para conseguir que nuestra economía sea sana y
competitiva, tenemos que hacer un esfuerzo para cambiar muchas cosas. Y es
cierto que tenemos que explicar a los ciudadanos en esta campaña que nos
dimos un atracón de ladrillo. Les tenemos que explicar por qué estamos y
dónde estamos. Y hay que decirle ha habido una crisis financiera, es verdad,
una crisis mundial, es verdad, pero nos teníamos además nuestra propia crisis.
Nos hemos pasado diez años dándonos un atracón de ladrillo. La familias se
endeudaron para comprar casas, las empresas se endeudaron para construir
casas, los bancos se endeudaron para prestar a las familias y a las empresas y,
mira por dónde, nos pilló la crisis financiera. Estábamos de deuda hasta aquí.
Esa es la realidad y esa es la deuda que estamos pagando, que especulan y
que debemos. Y es verdad que hemos construido 700.000 casas cuando sólo
necesitábamos 350.000 y hay que dejar de hacerlo. Ojo, somos un país de
extremos y a veces cuando decimos que hay que pinchar la burbuja
inmobiliaria, pinchar no, porque ha estallado, que hay que cambiar el ladrillo,
la gente entiende que vamos a pasar de construir 800.000 casas a construir
cero casas. Y no es verdad. Del atracón al ayuno, no. Habrá que construir las
que necesitemos. Pero es verdad que hay 350.000 que ya no vamos a construir
porque no las necesitábamos. Y esas 350.000 daban trabajo a mucha gente
que ya no va a encontrar empleo en la construcción por tanto tenemos que
crear otros empleos distintos, diferentes, en otros sectores distintos o sectores
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tradicionales en los que cambiemos cosas para crear más empleo y ser más
competitivos, eso es lo que tenemos que hacer, es lo que tenemos que
proponer.
Por ejemplo, en desarrollo rural. Ahí se pueden encontrar empleos alternativos,
que tienen que ver con nuevas energías, cambio climático… empleos que
vamos a necesitar para cambiar nuestro modelo energético. Empleo que vamos
a necesitar para proteger nuestra naturaleza. Ese empleo nuevo se puede crear
justamente en las redes de desarrollo local que tan queridas son al partido.
Empleo en la agricultura. La agricultura durante los últimos años ha sido un
sector en regresión. Y todos hemos admitido fácilmente que era verdad. Que la
agricultura estaba en regresión y que, poco a poco, tendríamos que sustituirlas
por cosas distintas y distintos servicios. Pero, ¿sabéis lo que os digo? Que ya no
es así. Si lo pensáis un poco, y los países serios lo están pensando, os daréis
cuenta de que hay q producir muchos más alimentos en los próximos años. Hay
que crecer en un 70% la producción de alimentos de aquí al año 2050 para dar
de comer a la gente. Que no es razonable que estemos restringiendo la
capacidad agrícola de Europa mientras tenemos una hambruna en el cuerno de
África, q es espantosa y se está muriendo la gente a millones. No es sensato y
no es razonable y no es económicamente rentable, por tanto, va a haber más
demanda agrícola. Vamos a tener que hacer más alimentos y ahí estamos
nosotros. Por eso os propongo que revisemos esos sitios donde podemos crear
nuevo empleo. No enfrentemos tecnología con la agricultura. No se trata de
elegir entre agricultura o tecnología. Se trata de hacer una agricultura
tecnológicamente avanzada, que de eso sabemos mucho, de eso sabéis mucho
en Andalucía. De esto quería haber hablado con los compañeros: de las nuevas
formas de crear empleo ligadas a la innovación, al desarrollo, al conocimiento,
a la educación que es el corazón mismo del programa electoral que vamos a
trabajar.
La educación, que es donde se suman la igualdad y el crecimiento. Es donde se
suman las dos necesidades que tiene España: crear empleo, y las que sentimos
los socialistas, hacerlo en condiciones de igualdad. Eso es la educación y por
eso es tan importante.
La educación es enormemente importante porque en la educación se produce
la socialización de los niños. Socialización que no es lo que… (recuerdo en un
debate en el Parlamento con una persona que hoy es muy importante y que de
aquella era ministra de Educación y ya no os tengo que decir más, hoy no
ocupa ese puesto, pero ocupa uno importante, que creyó que cuando yo
hablaba de la socialización de los niños, creyó que hablaba de hacerlos
socialistas… que no, que no tiene nada que ver).
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Socialización, que es muy importante. Muy importante cuando vamos a una
sociedad como la que tenemos ahora, en la que tenemos muchos inmigrantes,
es muy importante... Ahí hay una batalla política que vamos a tener los
próximos años. Cómo se educa a los inmigrantes, a los hijos de los inmigrantes.
Fijaros, es una batalla de derechos y de obligaciones porque se trata de que
todo el mundo lo haga al mismo tiempo, que los centros sostenidos con fondos
públicos tengan la obligación de hacer eso, que es una tarea compleja. Pero
que es algo mucho más importante, tiene que ver con la socialización, tiene
que ver con que los niños crezcan con aquellos con los que van a vivir. Ese es
el problema de fondo de la segregación de los alumnos inmigrantes de la
escuela pública. Que es que hay que hay un sector, la escuela privada, donde
se va a socializar en una sociedad que no es la que van a tener. Y eso sí que es
un problema.
Y cuando uno analiza lo que ha pasado en sociedades que llevan ya tres
generaciones de inmigrantes, como Francia y Gran Bretaña, y ve los problemas
de acoplamiento social que hay, algunos con consecuencias dramáticas que
todos conocemos, ve que el origen tiene que ver muchas veces con la escuela.
Por eso es tan importante la batalla. No es sólo por defender la escuela pública.
No es sólo por decirle a la escuela privada concertada que tiene que hacer lo
mismo que la pública porque para eso está financiada con recursos públicos.
Nos estamos jugando la integración social de los niños, de los jóvenes del
futuro. Esa es la posición de fondo.
Educación, educación y educación. Y sanidad. No lo olvidéis. Con la sanidad
tendremos polémica. Ayer hubo una reunión con los consejeros, una buena
reunión, donde les dijimos a los consejeros nuevos, (estos que andan diciendo
todo el día que la sanidad tiene agujeros), que el año que viene hay dinero.
Que hay 8.000 millones de euros para el nuevo sistema de financiación
autonómica. Que se trata de que echen una mano, cojan una parte del dinero y
lo lleven a sanidad. Que hagamos un acuerdo político sobre eso porque, si hay
dinero y hay problemas en sanidad, qué mejor que llevar ese dinero a la
sanidad. Pero ojo con las fórmulas mágicas, con el copago, que en realidad no
es copago, es repago, porque es pagar por impuestos y además pagar después.
Pero ojo, porque el copago o es muy baratito y no vale para nada, te cuesta
más la gestión que lo que recaudas o es muy carito, muy carito y entramos en
la segregación social. Ojo con el copago, que miren lo que ha pasado en Italia y
vean dentro de un año lo que pasa con su sanidad pública.
Ojo con las fórmulas inteligentes de privatización, que las defienden además en
términos de eficiencia: No, si se trata de externalizar servicios, por qué no
hacemos un catering externo… ojo, ojo, ojo porque, ¿sabéis en lo que acaba
eso? en los hospitales para jóvenes y los hospitales para crónicos. Los jóvenes
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que pagan y no enferman y los crónicos para la pública, que son los que
cuestan mucho dinero. Ojo con ese tema.
Ojo con la sanidad. Ojo compañeros con esas fórmulas de privatización tan
queridas para la derecha y que con tanta rotundidad explican en las
televisiones. No se trata de mejorar la gestión… no, no, no. Se trata de un
gigantesco negocio. Y cuando a la sanidad pública le quitemos los jóvenes que
pagan igual y enferman menos, estaremos llevando a la bancarrota la sanidad
pública. Ojo con el copago y ojo con la privatización. Y aquí, sí, tenemos que
defender rotundamente un modelo de sanidad pública, universal, gratuita, que
queremos y tenemos o que tenemos y queremos. Y lo vamos a hacer sin
desconocer que hay que mejorar la gestión, que se pueden hacer muchas
cosas, pero lo haremos defendiendo el modelo que tenemos, del que nos
sentimos orgullosos todos los españoles y funciona fantásticamente bien, que
es bueno y barato, las dos cosas.
Voy terminando. Empleo, empleo y empleo. A eso vamos a dedicar nuestras
mejores cabezas. A formular políticas de empleo, creíbles y financiables. A
formular fuentes de financiación para esas políticas de empleo que tengan en
cuenta lo que os decía al principio: que hay quien tiene que aportar más a la
salida de la crisis sencillamente porque lo ha pasado mejor o menos mal, si
queréis. Políticas de empleo, a eso vamos a dirigir nuestras mejores cabezas. A
las políticas de empleo porque es el principal problema que tienen los jóvenes,
los no tan jóvenes. Las mujeres, cuya igualdad vamos a defender con uñas y
dientes. Y ojo, que nadie piense que esto de los derechos es irreversible. Sobre
todo los jóvenes, que han nacido con una sociedad llena de derechos y que
pueden llegar a pensar que son irreversibles, que son para toda la vida. No es
verdad, en igualdad entre hombres y mujeres se avanza o se retrocede. Y
nosotros queremos seguir alcanzando porque no hemos hecho más que
empezar. Ojo con los retrocesos.
Lo más importante de este proyecto, que estamos diseñando, es cómo lo
vamos a hacer: escuchando. Haciendo y explicando, pero sobre todo
escuchando, que es en la fase en la que estamos. Lo más importante es que
sumemos. Este país ha vivido unos años de una profunda división política y
social, que creo que nos viene muy mal a la hora de afrontar los grandes retos
de España. Nosotros los socialistas tenemos que decirles a los españoles que
nosotros siempre hemos creído en España, en todos sus pueblos y
comunidades. Siempre hemos creído en Andalucía y nunca le hemos fallado al
pueblo andaluz. No creo que todos los partidos puedan decirlo con la misma
firmeza. Por tanto, tenemos que decirles a los españoles que este es un
proyecto que se basa en la confianza en un gran país, que lo somos. Que los
grandes países lo son cuando tienen grandes retos, cuando saben solucionar
grandes temas, como es la crisis. Que los españoles hemos sabido salir de
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situación mucho más difíciles. Hemos hecho una transición política con una
situación económica peor que la que tenemos. Cuando éramos más pobres,
más desiguales pintábamos menos en el mundo. Ahora tenemos una mejor
situación. Este es un proyecto para una España en la que creemos, en la que
confiamos y es un proyecto para todos los españoles que quieran sumarse a él.
Para los que quieren trabajar en lugar de dar codazos. Para los que quieren
decir que sí en lugar de decir sistemáticamente que no. Para todos los
ciudadanos de buena fe que creen en nuestro país y en la cultura de la
cooperación para todos ellos es este proyecto político que vamos a presentar.
Y para defenderlo y para explicarlo, primero para escucharlo, hace falta la
colaboración de todos los socialistas. Los que me habéis escuchado en mítines,
sabéis que suelo acabar así. Nosotros no tenemos grandes medios de
comunicación. No tenemos ayudas mediáticas. Nosotros nos tenemos a
nosotros y sabemos lo que es eso. Por eso defiendo tanto el esfuerzo y el
trabajo, por eso me molesta extraordinariamente cuando hay gente que dice
que los socialistas no somos el partido del esfuerzo y pienso ¿quién si no? pero
¿qué somos nosotros sino lo que nos hemos hecho a nosotros mismos? Pero
¿qué han sido los trabajadores en este país?, ¿quién mejor que los trabajadores
para defender que ese esfuerzo, el suyo, es el que les ha llevado a ser lo que
son? ¿Pero quién si no para defender como hemos defendido nosotros a los
que más han trabajado con nuestro trabajo? El esfuerzo, el trabajo. Eso es lo
nuestro, es la bandera que no podemos dejarnos arrebatas, la del esfuerzo y el
trabajo. Por eso ahora os pido que ese esfuerzo y ese trabajo, que está
presente en nuestra estructura, que está presente en nuestra historia, que está
presente en nuestro nacimiento porque nacimos justamente para trabajar duro
por aquellos que más duro trabajan… ahora os pido que ese esfuerzo y ese
trabajo lo volquéis en convencer a los ciudadanos de q nos vuelvan a votar.
Que nos vuelvan a votar, fijaros lo que os digo.
Y como os dije el otro día, sabemos cómo hacerlo. Porque ya lo hemos hecho
otras veces. Creo que queremos hacerlo. Lo que nos queda es trabajar para
hacerlo. A eso os convoco y eso os pido agradeciendo muchísimo que hayáis
estado esta tarde aquí conmigo. Muchas gracias.
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