La antigua Basílica de San Pedro en Roma fue construida en el lugar donde actualmente se encuentra la Basílica de San Pedro por orden del emperador Constantino I durante el Paleocristianismo. La actual basílica fue levantada en el siglo XVI por orden del Papa Julio II, conservando algunos elementos de la estructura anterior. La construcción de la nueva basílica comenzó en 1506 y finalizó en 1626, contando con la participación de importantes arquitectos como Bramante, Miguel Ángel y Bernini.