El Altar Ara Pacis fue encargado por el Senado de Roma en el siglo I a.C. para conmemorar las victorias de Augusto. Se compone de un recinto de mármol con relieves que representan a las vestales, sacrificios de animales, y las diosas Tellus y Roma. Los relieves muestran el estilo griego pero con temas propios del imperio romano, distinguiendo jerárquicamente a los personajes principales de los secundarios.
Tumba hipogea etrusca de la segunda mitad del siglo II a. C., localizada en las afueras de la ciudad de Perugia, Italia, precisamente en la fracción geográfica de Ponte San Giovanni.
Ficha realizada para Hª del Arte del Erecteion, templo situado en la Acrópolis ateniense contruido a mediados del siglo V A.C. por Mnesicles.
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Ara Pacis
1. Ficha Técnica:
Obra: Altar Ara Pacis.
Autor: Desconocido, encargado por el
Senado de Roma.
Cronología: 13 a 9 a. C.
Tipología: Arte Romano Imperial.
Técnica del conjunto: Labra, ensamble.
Técnica de la escultura: Relieve.
Material: Mármol.
Ubicación actual: Campo de Marte, Roma.
2. Comentario Técnico:
Precedentes: La construcción del altar, por decisión del propio Augusto, tuvo lugar al norte del Campo Marcio, en una zona próxima al confín
sagrado de la ciudad (pomerium) donde quince años antes Octaviano quiso edificar su mausoleo. En ese mismo enclave se iniciaba,
contemporáneamente al Ara Pacis, la construcción de un gran reloj solar que había heredado el nombre de Augusto: el “Horologium o
Solarium Augusti”. El altar conmemora la victoria de Augusto en las guerras civiles desarrolladas en Hispania y Galia.
Composición y decoración: El Ara Pacis se compone de un cercado que encierra la mensa, el altar propiamente dicho sobre el cual se ofrecían
los despojos de los animales y el vino. La mensa ocupa casi totalmente el espacio interior del cercado, del cual esta separado por un estrecho
pasillo cuyo suelo se presenta ligeramente inclinado hacia el exterior, para favorecer la salida de las aguas a través de pequeños canales de
escurrimiento abiertos a lo largo del perímetro.
El altar se constituye de una planta con cuatro escalones sobre el cual se apoya un podium que presenta otros cuatro escalones en la parte
frontal. Encima de ellos se eleva la mensa, estrechada entre dos avanzacuerpos laterales. Estos se decoran con cenefas a base de temas
vegetales, acróteros y leones alados.
En el interior de lado izquierdo se distinguen las vestales, seis en total, representadas con la cabeza cubierta: son las vírgenes nombradas por
el “pontifex maximus”, la más alta carga sacerdotal, seleccionadas entre las jóvenes aristocráticas entre los seis y diez años de edad, las
cuales quedaban guardianas del fuego sagrado por 30 años. Aquí las vemos en el curso de la ceremonia acompañadas por los ayudantes.
Del friso frontal a las vestales, no queda mas que un fragmento con dos figuras, la primera de las cuales representan un sacerdote,
exactamente un flamen, mientras en el personaje que sigue se ha querido reconocer el mismo Augusto, a lo mejor representado en la
categoría de pontifex maximus, carga que asumió en el 12 a.C., mientras el Ara Pacis se estaba construyendo. En el lado derecho exterior se
conserva una procesión con tres animales, dos bueyes y un carnero, conducidos al sacrificio por doces encargados (vicitmarii). En sus manos
los instrumentos del sacrificio: las bandejas, el cuchillo, la maza y el ramo de laurel para la aspersión. Vienen anticipados por un togado ( o a lo
mejor un sacerdote) acompañado por ayudantes y asistentes del culto.
En los flancos de la entrada principal aparece el relieve de Tellus, diosa de la tierra, flanqueada por dos ninfas acuáticas y acompañada de sus
hijos. En otro relieve de este frente se aprecia la figura de la diosa Roma, muy deteriorada.
Análisis temático: Los relieves denotan un gusto y un estilo propio de artistas griegos, basados en el friso de las Panateneas, pero la
propaganda política y la individualización de los personajes evidencia una hechura propia del imperio romano. Se aprecian distinciones
jerárquicas, que ubican en primer término al personaje principal y en segundo plano a los personajes menos importantes. Las figuras ocupan
así varios planos, consiguiendo profundidad al aumentar el tamaño de los elementos y personajes cercanos al espectador. La gran variedad de
actitudes entre los personajes transmite una sensación de dinamismo.