La estimulación temprana adecuada desde los 1 y 2 años puede influir positivamente en el desarrollo psicomotor de los niños. Al estimular diferentes áreas como la psicomotricidad afectiva, fina y gruesa, así como el uso de materiales educativos, los niños pueden desarrollar mejores habilidades motoras y más independencia. Además, cuanta más estimulación reciban los niños pequeños, mayor será su rendimiento educativo futuro y menores serán su dependencia de los adultos.