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RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN DE LA RANA OOÑO (Osteocephalus taurinus)
EN LA ETNIA MURUI, COMUNIDAD DE SAN JOSÉ
EL ENCANTO (AMAZONAS, COLOMBIA)
Hichamón-Kuegagima Ronny montylocoupn@gmail.com ;Campos-Moreno Diego Fernando,
diego.campos@gmail.com;
Resumen
Basándose en las creencias y prácticas de la etnia Murui y su conocimiento ecológico tradicional
en torno a la rana “ooño” (Osteocephalus taurinus), se diseñó una estrategia de reconocimiento y
valoración con la comunidad de San José en el Encanto (Amazonas, Colombia) desde una
perspectiva biocultural. Entre los principales resultados se destaca el fortalecimiento de la cultura
a través de la recuperación de memoria por medio de mitos, cantos y bailes que incluyen aspectos
biológicos y culturales que permiten construir de manera colectiva con alternativas que propician
actitudes de cuidado y respeto por la naturaleza en las nuevas generaciones de la comunidad
Murui.
Palabras Claves Saber local, Reconocimiento, Conservación, Memoria Biocultural.
Recognition and appreciation of frog Ooño (Osteocephalus taurinus) in Murui `s community
of San José, El Encanto (Amazonas, Colombia)
Abstract
Based on the beliefs and practices of the Murui’s ethnic group and traditional ecological
knowledge about ooño frog (Osteocephalus taurinus), was designed a strategy for recognition
and appreciation in a biocultural perspective. The main results was the strengthen the culture
through the recovery of memory of myths, songs and dances that include biological and cultural
aspects, that allow collectively build alternatives that promote attitudes of care and respect of
nature in the new generations of Murui’s community.
Key Words: Traditional knowledge, Recongnition, Conservation, Biocultural memory
Introducción
El reconocimiento y valoración de la rana “Ooño” (Osteocephalus taurinus) desde una
perspectiva biocultural busca entender la importancia y valoración que la comunidad Murui
asigna a esta especie, incluyendo saberes locales de cómo su ausencia afectaría la presencia
misma de la comunidad en la región.
A pesar de que la UICN la considera en estado de conservación “preocupación menor”, en la
comunidad vemos que esta especie ha disminuido, gracias a diferentes actividades humanas como
la minería y la deforestación que ha conllevado a la fragmentación de los bosques y la
destrucción o deterioro del hábitat de esta especie. Según los pobladores de la región, esta
disminución también ocurre con mayor frecuencia en los oore, márgenes de caños y quebradas
debido al envenenamiento de los lugares de apareamiento por la acción humana, ocasionado
cuando los pescadores utilizan barbasco como veneno para la captura.
Culturalmente, la rana Ooño representa para los Murui el origen de la vida desde su gestación
hasta su organización social. La pérdida de este conocimiento en la comunidad conlleva a la
destrucción del hábitat y la disminución progresiva de su población, de igual forma su
disminución o desaparición conlleva pérdida cultural.
Por tanto, se busca reconocer la enorme importancia cultural que representa esta rana para este
grupo étnico sabiendo que la rana Ooño hace parte del grupo de animales que alerta a cerca de
las épocas de lluvia (uaik+ai) y sequía (f+emona), lo cual contribuye a las actividades de la
cultura como la chagra, la pesca, la caza, etc.; y así mismo a la prevención de enfermedades que
afectan al hombre, en especial a los niños.
El reconocimiento y valoración de esta especie desde una perspectiva biocultural, posibilita tener
otras miradas que ayudan a comprender y resignificar el sentido del cuidado y aprovechamiento
de la biodiversidad, con capacidad de asimilar y discernir el saber tradicional y occidental en aras
de generar nuevas estrategias pedagógicas, políticas, económicas y culturales apropiadas para el
fortalecimiento de los pueblos locales frente a los retos actuales, como la de contribuir a
programas establecidas dentro del Plan de Vida del Pueblo Murui -KA+ IY+K+NO- para la
defensa del territorio mediante trabajos de campo que permita reivindicar sus intereses y su
cultura. Aunque en el conocimiento científico todo es fragmentado y en el conocimiento
tradicional indígena todo es integrado, es evidente que estas dos miradas deben complementarse
en la lectura de los contextos, para reconocer y resignificar el entorno biológico y cultural, y
como la enseñanza de la biología en contextos indígenas hace posible el diálogo de saberes.
Materiales y métodos
Área de estudio: Corregimiento El Encanto, Amazonas.
El estudio se realizó en la comunidad Murui de San José, la cual se encuentra ubicado a 01º 37`
06” sur y 73º 15` 42,4” oeste en el departamento del Amazonas, resguardo indígena Predio
Putumayo, corregimiento del Encanto, zona OIMA (Organización Indígena Murui del
Amazonas), a 1.5 Km a la margen izquierda del río Uiyokue (Caraparaná), afluente del
Putumayo. Región de bosque tropical húmedo cuya principal vía de comunicación es fluvial y
por trocha.
Mapa de OIMA y la ubicación de San José. Comunidad de San José
Grupo étnico Murui
Los Murui son un grupo étnico establecido en el corregimiento del Encanto, dentro del
Amazonas, Colombia. Provienen míticamente del “Kom+mafo” (el hueco de origen-el origen del
hombre) y llevan este nombre porque salieron del hueco “ab+ muruide” (embadurnarse el
cuerpo) con la sangre de “Agaro Nuio” (pez boa mítico) de “Uigoji” (lago de aguas turbias).
“Los Murui pertenecen al grupo lingüístico Uitoto (los mismos Murui pueden ser nombrados
Uitoto Bue, junto con los M+n+ka, N+pode, B+n+ka y M+ka, con los cuales existen diferencias
dialectales. Murui es una denominación que cubre a los Uitotos del Caraparaná y Muina+ a los
del Caquetá” (Petersen de Piñeros, 2006). “Los Murui fueron llamados Uitotos por sus enemigos
ancestrales los Karihonas, tribu guerrera y dominante. Tal vez colonos y misioneros difundieron
este apelativo al tener contacto con los Karihonas” (Plan de vida del pueblo Murui-Ka+
Iy+k+no, 2008).
El grupo étnico Murui, hablantes del Bue, se caracterizan por sus costumbres, creencias y
tradiciones como: el trabajo de la chagra, la pesca y la cacería, que son complementados con la
recolección de frutos silvestres; el uso de la maloca como espacio de integración y centro
ceremonial (Garzón, 2006); el consumo del mambe y el ambil como base fundamental para el
desarrollo de sus actividades cotidianas(especialmente los hombres); sus propias maneras de
concebir el mundo y un legado sustancioso en la narración de mitos, prácticas rituales, cantos,
curaciones, entre otros que resaltan su identidad y su manera de vivir en comunidad.
Practicas, tradiciones y creencias
Se indagó a partir de la investigación etnográfica la concepción de la comunidad frente a las
creencias, prácticas y tradiciones en torno a la rana Ooño, para tomar información por medio de
una participación abierta de la vida cotidiana de personas durante un determinado tiempo, gracias
a la observación, y escuchar lo que se dice, se recoge y registran datos accesibles de la
observación de la vida cotidiana de la comunidad, que incorporan lo que los participantes dicen,
sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos tal como son expresados y no como uno los
describe (Gonzales y Hernández 2003, citado por Murillo y Martínez 2010). En consecuencia, se
buscó rememorar colectivamente con sabedores de la comunidad los saberes ancestrales en torno
a esta rana, a través de métodos de investigación propia como el mambeo.
Mambeo
Esta practica consiste en concentraciones nocturnas con sabedores, ancianos y jóvenes, ya sea en
el mambeadero de la maloca o en locaciones particulares donde durante el proceso de la
elaboración del mambe los reunidos dialogan, comparten mitos, anécdotas o casos de la vida
cotidiana concluyendo con enseñanzas que deben ser hechas realidad para el beneficio común.
Esta actividad transcurre durante el proceso de elaboración del mambe y por lo general no excede
de la media noche con la connotación que es influenciada por Moo Buinaima (dios) representado
en jibie (coca) y yera (ambil). Estos dos elementos son quienes configuran la constante
construcción del conocimiento local porque “quien quiera investigar o consultar acerca de los
conocimientos propios de la cultura (mitos, cantos, bailes, etc.,) siempre debe llevar jibie y yera
al sabedor, solo así puede acceder a este” (C. Roque Hichamón com pers, 2013). Lo cual indica
que el mambeo o mambear no es solo el acto de consumir la coca pulverizada, sino que
trasciende a una dimensión analítica, educativa y por consiguiente espiritual.
Se realizaron tres mambeos, uno por semana con sabedores en la maloca de la comunidad en las
horas de la noche. En los mambeos, los diálogos, las conversaciones y las preguntas se realizaron
en lengua Bue tomando notas en diario de campo. En el primer mambeo, se dió a conocer el
proyecto, buscando el permiso para el desarrollo del estudio, especialmente el “por qué” y “para
qué” rememorar los saberes ancestrales en torno a la rana Ooño. Al “por qué” afirmaron que
últimamente poco se habla sobre las concepciones mitológicas de esta rana y otros animales,
además la juventud no se acerca a preguntar. Por lo cual, estos saberes se van perdiendo
conllevando al mal uso de la naturaleza. Al “para qué” coinciden en que si no se conoce lo propio
no se valora y de ahí sus consecuencias. Por tanto, es preciso conocer y fortalecer lo propio y por
consiguiente mostrarlo a R+ama para que lo reconozca, valore y respete las dimensiones
culturales de los diferentes contextos socioculturales.
En el segundo y tercer mambeo, se habló del saber ancestral acerca de la rana Ooño, la actividad
se inició una vez los sabedores abrieron la sesión, la cual sucede cuando el jibie (coca) tostado en
el tiesto a fuego lento es pilado y cernido poco a poco para ser consumida. Seguidamente se
inició el conversatorio con el propósito de conocer aspectos generales sobre esta rana, como la de
conocer cuántas ranas comestibles conocen, conocer un poco sobre su biología y ecología, y
prácticas culturales.
En este espacio, se reconocen diecinueve ranas comestibles en la comunidad, siendo Ooño la más
representativa y consumida actualmente. Se preguntó ¿cuál es el origen del Ooño? ¿quién es el
dueño?, ¿qué representa en la cultura?, ¿cómo afecta a las personas?, ¿dónde viven?, ¿qué
comen?, ¿cómo se reproducen?. Las respuestas fueron construidas en colectivo, es decir, entre
todos se acordaba quien respondía primero según su conocimiento y los otros complementaban lo
que hacía falta. Luego se realizó un mambeo exclusivo con el sabedor Claudio Hichamón
respecto al origen de Ooño. La información obtenida fue más que todo mitológica y escrita en
lengua bue, que para su análisis las respuestas fueron traducidas al español.
La información proviene de cinco sabedores nativos de la comunidad: Claudio Hichamón y
Gelacio Cabrales del clan Faiyajen+ (gente de faido-oropéndola), Honorio y Jacinto
Biguidima del clan Jidoruen+ (gente de jidoro-uito) y Narciso Yaci del clan Yauyan+ (gente
de yauda-venado), quienes presentan edades entre cincuenta y seis y setenta y cinco años, se
dedican al cultivo de la chagra, la pesca, la caza y la recolección agrícola. De acuerdo con los
sabedores la rana Ooño vive en oore, en buray+a+ (bromeliácea), en los troncos ahuecados de
los árboles, en los platanillos (heliconiaceae), entre las hojas del canangucho (Mauritia flexuosa),
donde hay agua o es húmedo.
Cuando llega la época de reproducción se escucha cantar sobre los árboles al inicio de uaik+ai
(época de lluvia, creciente, inundación), es decir al comienzo del mes de marzo, en las primeras
lluvias cientos de ranas bajan a depositar los huevos en los pantanos o estanques abiertos en los
bajiales donde son capturados para el consumo. La captura se realiza en la noche, aunque es muy
peligroso por la presencia de culebras y/o tigres que también las cazan. Por eso hacen un estanque
(oofo ) donde caen y son capturados de día.
Oofo de Ooño.
Este estanque (oofo), se arregla cuando se escuchan cantar las ranas, y antes de las primeras
lluvias, esté debe estar libre de palos, bejucos, ramas y todo elemento que les permita adherirse,
el borde y el costado del estanque debe estar completamente liso, textura que se logra con la
espalda de quienes lo arreglan, esto con el propósito de impedir que las ranas salgan. La
comunidad también manifiesta que durante esta época no solo se reproducen las ranas, también se
preparan, se pintan y ensayan sus cantos para ir a “Royiz+mui ja+gab+mo” (baile del hombre
frío), es decir, que también anuncia que llega “Royime”.
Las primeras posturas ocurren en la primera semana del mes de marzo cuando caen pequeñas
lluvias, aunque las larvas no llegan a desarrollarse completamente debido a una pequeña sequía
que se presenta y se conoce como jirada (abundancia de jira+a+ = abejas y avispas), que se
caracteriza por el incremento de abejas y avispas que se comen las larvas. Posteriormente ocurre
el uaik+ai, donde las larvas llegan a desarrollarse completamente debido a la abundancia del
agua.
Las hembras adultas se caracteriza son tener piel lisa y ser de mayor tamaño, mientras los machos
presentan una piel áspera y tamaño menor. Los huevos son depositados cuando el macho
permanece adherido firmemente en el lomo de la hembra y se encarga de apretar la barriga desde
la parte superior hasta que los huevos sean expulsados y fecundados externamente. Según
Honorio Biguidima y Abadías Martínez, (com pers, 2011), “después de cuatro días ya son
jiruruño (larva) que se desplaza con la ayuda de la cola lamiendo las babas pegadas en las hojas
y palos podridos del charco. A las cuatro semanas tienen cuatro patas y kuego+ma (avispa) le
corta la cola”.
Resultados y discusión
Creencias
Origen mítico de la rana Ooño
Se identificaron tres mitos que narran el origen de la rana comestible Ooño. El primer mito
evidencia la importancia cultural que le da la comunidad Murui a este animal; el segundo mito
pone de manifiesto la evidencia de ser ranas temporarias y que forman grandes conglomeraciones
de cientos de individuos para la reproducción. En este caso se conglomeran antes del comienzo
del friaje (royime) que de acuerdo al calendario ecológico Murui ocurre en el mes de julio, para
lo cual las ranas hacen su presencia en los meses anteriores, por tanto, cabe resaltar la
importancia que le dan a la rana como indicador del tiempo; igualmente da una explicación del
por qué las marcas irregulares y las características del cuerpo.
En el tercer mito se presenta el hecho de que las ranas son arbóreas y presentan algunas
características fisionómicas como las marcas en la piel, el líquido que segrega, el canto que
emiten, y lo fundamental de quién los designó para ser comestibles, acto que Jiduiyama hizo
pensando no solo en el momento ni en él mismo, sino en aquellos que lo sucedieran, es decir, las
futuras generaciones. No es ajeno reconocer que todo impacto a la naturaleza genera
consecuencias desagradables a las especies (incluyendo el hombre), pero quien de verdad conoce,
sabe, reacciona generando alternativas de bienestar para los demás tal como lo hizo Jiduiyama.
Ahí se encuentra el verdadero poder del conocimiento, que en palabras del sabedor: “uiñot+m+e
ab+na uiñokaide, jenode marek+nona, naga okaina, naga amena, iemo ua naga kome marena
iyena, im+e eo uiñua”. Lo cual dice, “quien conoce o sabe reconoce sus errores, busca
alternativas de solución, para que todo animal (incluido toda especie de organismos), todo árbol
(especie vegetal en general), y principalmente toda persona en general se encuentren bien, esa
persona si conoce y si sabe”
Placenta de la primera mujer Oogaro na+ra+ que se convierte en Ooño Jiduiyama convierte la hojarasca en Ooño.
En los Murui la relación con la naturaleza esta mediada por la espiritualidad en donde a cada uno
de sus componentes le atribuyen un ser superior que cuida de ellos y a quien lo consideran dueño
o madre. La relación que establece el Murui con esta rana se da de una manera muy especial, en
sus narraciones míticas exponen tres maneras de concebir el origen de la rana Ooño: en uno que
surgió de la placenta de la primera mujer; en otro que fue Oogaro na+ra+ que se transformó en
Ooño; y en otro que Jiduyama “faitaka” se transformó en hojarasca para luego convertirsé en
ooño, un animal que era siguido bajo el monte.
Desde este contexto se puede percibir que esta fauna es humanizada y desde entonces sus vidas
han sido paralelas. Aparte de estos se encuentran los mitos de Jubizitoma, Amuiy+zi y, R++ño
y Zikaño que también involucran a esta rana.
Las relaciones de espiritualidad de la naturaleza son una característica propia de las culturas
indígenas. Para los Murui y de acuerdo a Plata (2005), en otras culturas indígenas los animales
terrestres y los acuáticos tienen dueños espirituales que contribuyen al manejo y conservación de
las especies y su función es cuidar de ellas. Así pues, en lengua “bue” el dueño de Ooño se
denomina “Janaba”, que como se dijo anteriormente deriva de jana+ (espanto, nada) y por eso
se cree que esta rana surge de la nada, de las hojas secas y podridas del monte como se narra en el
mito de Jiduiyama. Esta afirmación también se sustenta en que estas ranas son temporales y por
lo general, los pobladores difícilmente lo encuentran en cualquier época del año.
Esta manera de concebir la espiritualidad como un factor que regula la relación hombre-
naturaleza es lo que condiciona el aprovechamiento adecuado de las mismas, de lo contrario
causa efectos negativos a la persona. En esta medida esta fauna anfibia generalmente afecta a los
niños como se mencionó anteriormente, que solo parece curarse a partir de “j++ra” (conjuro)
porque esta afección (jenuiza+/jenuide) difícilmente puede ser tratada por la medicina
convencional así como lo manifestaron los sabedores.
En caso extremo, cuando se hace un uso exagerado de esta especie y demás organismos, se cree
que estos se pueden aparecer en forma de persona (abuel@, papá, mamá, o parientes cercanos) y
como es Janaba se lo lleva.
Tradiciones
En el clan “Zeua+” (gente de zeoño) esta rana se relaciona con algunos cantos para arrullar a los
niños; los cantos de “fakariya” y los cantos de “zaidue”. Cuando alguien realiza un baile en la
maloca algunas veces pide a sus invitados que le lleve animales del monte, y cundo alguno logra
capturar esta rana debe llevarla al baile, y así mismo su canto debe estar relacionado con este
animal ya sea en el desarrollo del baile (zaidue) o al inicio de la misma (fakariya). En este
sentido, cantar con este animal en la espalda se puede entender como un acto reproductivo,
porque al mismo tiempo se baila. Además porque al cantar y bailar con él, se elogia al animal,
acción que desde la cosmovisión traen la regeneración de este animal en el monte. Teniendo en
cuenta lo anterior se puede decir, que existe una interrelación recíproca hombre-animal, donde
las personas dependen del animal para la alimentación y los animales de las personas para su
reproducción y regeneración de vida.
Prácticas
El sistema de aprovechamiento de esta rana en los Murui ha cambiado, ya que la captura siempre
ocurre al comienzo de uaik+ai, lo que generalmente ocurría en los primeros días del mes de
marzo, pero en los últimos tiempos se ha presentado cambios significativos que ha hecho que los
pobladores los capturen en cualquiera de los cinco primeros meses del año e incluso al final. Lo
cual se debe a que últimamente según los pobladores durante el año ocurre uaik+ai o
sencillamente fuertes lluvias (de tres días aprox.) después de una pequeña sequía (5-10 días).
En palabras de los sabedores: “birui jaka uiñoñega, nana dobaideza, j+a+kaina f+emona
muidomo, j+a+kaina ie jiyak+mo. Jaie jaka marzomo ooref+rena”. Lo cual quiere decir: “en
estos tiempos la época de captura no se sabe, porque todo ha cambiado, a veces al comienzo del
año o al final del año. Pero desde la antigüedad siempre se capturaba en marzo”.
Cuando llega la época de captura esta rana se convierte en la principal fuente de alimento y el
modo de consumo principalmente es cosido con ají u “omai”, o también ahumado acompañado
de cazabe, tamal, arepa o fariña. Sin embargo, últimamente se ha introducido el modo de
consumirlo frito o salado. Y al igual que la captura, el hábito de consumo es realizado por toda la
población, incluyendo desde niñ@s hasta ancianos, sin restricciones de género ni edad. Esta
práctica de consumo es muy antigua donde se consumia la rana adulta al igual que las larvas,
hábito que en la actualidad se está perdiendo, pues son muy pocos los interesados en consumirla.
Siendo esta rana una principal fuente de proteína cuando llega su época, también dentro de la
cultura Murui es aprovechada para otras actividades, en la medicina sus huevos son utilizados
para curar el acné, recogiéndolos y posteriormente cubriéndose el rostro; así mismo, el mismo
animal es utilizado para curar el jenuiza+ de esta rana pero ya acompañado del conjuro realizado
por personas especiales; además algunos lo utilizan masajeando la mano de los niños para que al
ser adultos, sean adheribles a cualquier objeto.
Conocimiento ecológico tradicional
De acuerdo a los resultados del mambeo y la investigación etnográfica, esta rana vive
generalmente en ooria+ (plural de oore), los árboles con bromelias, en los huecos de los troncos
caídos y de tierra, en la orilla de los caños o quebradas, es decir, viven en condiciones de
humedad favorable. Y por consiguiente, ooria+ reúne todas estas características.
Ooño.
Se denomina oore, a aquellos bajiales o caños donde hacen presencia estos animales. Por tanto,
se puede decir que “oore” es una palabra compuesta por “oo” de “Ooño” y de “re” que es el
sufijo de “ikore” (bajial o zona inundable), lo cual es entendida como bajial de Ooño.
Los cambios de uso del territorio han hecho que su tiempo de establecimiento se cambie, porque
culturalmente se conoce que aparecía con el inicio de uaik+ai pero que últimamente según los
pobladores está ocurriendo en cualquier tiempo cuando cae pequeñas lluvias.
Por lo cual su tiempo de duración no se sabe con exactitud porque para algunos puede durar
mes(es); para otros semana(s) o días y también para unos la duración del establecimiento depende
de los días de lluvia.
La rana Ooño principalmente se alimenta de insectos, siendo los más comunes los grillos y
zancudos, seguido de las arañas, hormigas y cucarachas, y por último, mariposas y hormigas.
También son presa de algunos reptiles como el caimán y las culebras; de animales terrestres
como el tigrillo, guara, boruga y ega+; de animales voladores como el gavilán, picón y los
murciélagos; y de animales acuáticos como los peces y matamata. La importancia de esta
dinámica, de acuerdo a Amézquita et al.(2004), desde el punto de vista ecológico es la biomasa
aportada a los flujos de energía dentro de los ecosistemas cada vez que los anfibios constituyen
las piedras angulares de ciertas cadenas tróficas al actuar como presas y predadores.
Conclusiones
Dentro de la cultura Murui no hay término en bue que pueda traducir directamente
“conservación”, porque todo lo que existe en la naturaleza fue creado por Moo Buinaima para ser
aprovechado en beneficio común sin exceder los límites de la misma naturaleza.
Sin embargo, en los últimos tiempos el discurso conservacionista ha hecho que los pobladores se
apropien de este término como una herramienta más para la defensa de su territorio.
De acuerdo al Plan de Vida del Pueblo Murui-Ka+ Iy+k+no (2008), “conservar es cuidar, no
extinguir, fortalecer para el futuro no solo las especies animales y vegetales, sino también lo
espiritual, porque esto ayuda a mantener el dinamismo entre naturaleza y sociedad por medio de
sus mitos y creencias”. En este contexto, no se trata de solo conservar las especies sino también
los principios culturales como las creencias, prácticas y tradiciones.
Una de las principales causas que la población le atribuye a la paulatina pérdida de los principios
culturales en torno a Ooño está relacionado con el contacto con otras culturas, especialmente
“r+ama” y con ellos la aparición de nuevos elementos (tecnológicos) al cual se quiere acceder en
muchos de los casos de manera inconsciente sin ninguna premeditación de los efectos que pueda
generar dentro de la población. Sumado a esto se resalta la pérdida del interés de los jóvenes por
el conocimiento de las creencias, tradiciones y prácticas no solo de esta rana sino también de
otras especies. Otras de las causas de esta pérdida se ven reflejada en la destrucción antrópica de
los hábitats naturales, lo cual pone en evidencia el riesgo de extinción de esta especie.
Aparte de esto, para algunos de los pobladores los saberes culturales que giran en torno a esta
fauna anfibia e incluso el mismo animal no genera ingreso económico en la región, así como la
madera, caza y pesca, siendo estos últimos en menor proporción.
Para remediar esto los pobladores creen conveniente que es preciso seguir practicando y
fortaleciendo las prácticas, que haya un acercamiento a los sabedores ha aspectos relacionados
con esta rana, como contar mitos al respecto. La importancia de Ooño está dada principalmente
por las diversas formas en que los pobladores entienden y aprovechan esta rana, donde en
primera instancia su principal importancia radica en que es fuente de alimentación para las
personas, y posteriormente para los animales. Desde lo mítico asume una importancia basado en
el mito que narra su origen a partir de la placenta de la primera mujer, por lo cual para éste grupo
étnico es importante porque es un símbolo cultural. Se puede decir, que la importancia que le dan
a este animal está determinada por el conocimiento que se tenga sobre él, o sea, siempre que este
conocimiento sea mayor, su reconocimiento y valoración serán también superiores.
Por último, al ser un animal muy apetecido para los pobladores de la región, y las comunidades
aledañas, la población de Ooño está disminuyendo debido al deterioro de los hábitats naturales
y/o el crecimiento poblacional, y sus habitantes se ven en la necesidad de buscarlos cada vez mas
lejos.
Esto ha hecho que los pobladores de San José vean como una alternativa económica la cría y
producción en condiciones controladas de la rana para lo cual es necesario realizar estudios sobre
su hábitat y las necesidades para su crecimiento y desarrollo. Una de las maneras posibles para
traer Ooño cerca de las casas es haciendo oofo en ambientes favorables de modo que se pueda
transportar los huevos a dicho lugar. Igualmente, una práctica cultural que se realiza para que
estas ranas habiten lugares no propios de ellas consiste en recoger las hojas secas o en
descomposición de cierto oore y esparcirlo en el sitio donde se quiera que hagan presencia, y esta
puede ser una alternativa para este caso. Considerando que es muy poco lo que lo que se conoce
acerca de la biología y ecología de este anfibio, los pobladores consideran que la instalación de
un ranario en la comunidad Murui de San José puede ser una alternativa para conocer su biología
y ecología así como también el comienzo de una actividad productiva en la localidad. Pero
además, un ranario contribuiría no solo para el conocimiento de esta especie sino que sería un
paso más para realizar otras investigaciones relacionadas al contexto.
De hecho, sabiendo que para los estudiantes de la escuela Uiyokue siendo nativos de la región,en
sus clases de ciencias naturales y en otras áreas de la enseñanza convencional, sería ésta una
oportunidad para que dichos estudiantes se acerquen a la realidad a partir de prácticas que
realicen en un ambiente natural cerca de sus familias. Un argumento adicional a favor del ranario
se sostiene en que la admiración por esta especie podría dar un salto importante y en este caso
sería para contemplar la belleza de este grupo faunístico Ooño enfocado hacia lo turístico.
Finalmente, además del reconocimiento y valoración de la rana comestible Ooño
(Osteocephalus taurinus), el estudio realizado en esta comunidad permite constatar aún más que
el conocimiento de este grupo étnico Murui (y demás pueblos indígenas) sobre los elementos de
la naturaleza se compone de un cuerpo global de saberes muy ligados con el desarrollo de
diversas actividades productivas y al mismo tiempo con sus preocupaciones intelectuales y sus
códigos simbólicos (Bello, 2004). Pero a partir de los resultados se evidencia en cierto grado el
desarraigo cultural que se advierte en el deterioro de los hábitats, demostrando que el
conocimiento aún vigente puede considerarse como el resultado de convivencia entre indígena
Murui y los ecosistemas.
Literatura citada
BARRIO A, Cesar A & W. E. DUELLMAN. (sf). Herpetofauna de la Sierra de Lema, Estado
de Bolívar. Capítulo 8, en: Evaluación rápida de la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos
de la cuenca alta del río Cuyuní, Guayana venezolana. Publicaciones.indígena.org/indígena
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fascinación de ponernos en contacto. Serie publicaciones para maestros. Ministerio de
Educación Nacional, Santa fe de Bogotá. historico.unperiodo.unal.edu.co/ E. 2012
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No 12891.
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(Gastrotheca riobambae) para educación ambiental en el jardín botánico de Quito, provincia
de Pichincha. Tesis previa a la obtención del título de: ingeniería en recursos naturales
renovables. Facultad de ingeniería en ciencias agropecuarias y ambientales. Escuela de
ingeniería en recursos naturales renovables. Universidad Técnica del Norte. Ibarra, Ecuador.
Págs. 43-45, 95-97.
GEILFUS, Frans. 1997. 80 herramientas para el desarrollo participativo: diagnostico,
planificación, monitoreo, evaluación. Prochalate – I ICA, San Salvador, el Salvador; 208p.1.
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estrategia de manejo local. Pg. 20-35. www.ciga.unam.mx/.../j_granados.pdf.
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húmedos con diferentes escalas de sucesión, Estación Biológica La Selva Sarapiquí, Costa
Rica. Proyecto de tesis para optar por el grado de Licenciado en Biología con énfasis en
zoología.Facultad de ciencias básicas, Escuela de Biología. Ciudad universitaria Rodrigo
Facio. Costa Rica, pg. 8-10.
RODRIGUEZ, Lily O & W. E. DUELLMAN. 1994. Guide to the frogs of the Iquitos Region,
Amazonian Peru. Natural History Museum, the University of Kansas. Editor: Linda Trueb.
Lawrence – Kansas, USA.
SICCAR V, Luis a., J. G. Gil Navarro & M. CHUMBE AYLLON... Manejo en
semicautiverio de Leptodactylus pentadactylus (Laurenti, 1786) “HUALO” (anfibia:
Leptodactilidae). Resultados preliminares en: Folia amazónica vol.7 (1-2) – 1995 I I AP 16
TOLEDO, Victor M. & N. BARRERA – BASSOLA. 2008. La memoria Biocultural. La
importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Icaria Editorial. Barcelona. 230 pp.

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Reconocimiento cultural de la rana ooño en la comunidad Murui

  • 1. RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN DE LA RANA OOÑO (Osteocephalus taurinus) EN LA ETNIA MURUI, COMUNIDAD DE SAN JOSÉ EL ENCANTO (AMAZONAS, COLOMBIA) Hichamón-Kuegagima Ronny montylocoupn@gmail.com ;Campos-Moreno Diego Fernando, diego.campos@gmail.com; Resumen Basándose en las creencias y prácticas de la etnia Murui y su conocimiento ecológico tradicional en torno a la rana “ooño” (Osteocephalus taurinus), se diseñó una estrategia de reconocimiento y valoración con la comunidad de San José en el Encanto (Amazonas, Colombia) desde una perspectiva biocultural. Entre los principales resultados se destaca el fortalecimiento de la cultura a través de la recuperación de memoria por medio de mitos, cantos y bailes que incluyen aspectos biológicos y culturales que permiten construir de manera colectiva con alternativas que propician actitudes de cuidado y respeto por la naturaleza en las nuevas generaciones de la comunidad Murui. Palabras Claves Saber local, Reconocimiento, Conservación, Memoria Biocultural. Recognition and appreciation of frog Ooño (Osteocephalus taurinus) in Murui `s community of San José, El Encanto (Amazonas, Colombia) Abstract Based on the beliefs and practices of the Murui’s ethnic group and traditional ecological knowledge about ooño frog (Osteocephalus taurinus), was designed a strategy for recognition and appreciation in a biocultural perspective. The main results was the strengthen the culture through the recovery of memory of myths, songs and dances that include biological and cultural aspects, that allow collectively build alternatives that promote attitudes of care and respect of nature in the new generations of Murui’s community. Key Words: Traditional knowledge, Recongnition, Conservation, Biocultural memory Introducción El reconocimiento y valoración de la rana “Ooño” (Osteocephalus taurinus) desde una perspectiva biocultural busca entender la importancia y valoración que la comunidad Murui asigna a esta especie, incluyendo saberes locales de cómo su ausencia afectaría la presencia misma de la comunidad en la región. A pesar de que la UICN la considera en estado de conservación “preocupación menor”, en la comunidad vemos que esta especie ha disminuido, gracias a diferentes actividades humanas como la minería y la deforestación que ha conllevado a la fragmentación de los bosques y la destrucción o deterioro del hábitat de esta especie. Según los pobladores de la región, esta disminución también ocurre con mayor frecuencia en los oore, márgenes de caños y quebradas
  • 2. debido al envenenamiento de los lugares de apareamiento por la acción humana, ocasionado cuando los pescadores utilizan barbasco como veneno para la captura. Culturalmente, la rana Ooño representa para los Murui el origen de la vida desde su gestación hasta su organización social. La pérdida de este conocimiento en la comunidad conlleva a la destrucción del hábitat y la disminución progresiva de su población, de igual forma su disminución o desaparición conlleva pérdida cultural. Por tanto, se busca reconocer la enorme importancia cultural que representa esta rana para este grupo étnico sabiendo que la rana Ooño hace parte del grupo de animales que alerta a cerca de las épocas de lluvia (uaik+ai) y sequía (f+emona), lo cual contribuye a las actividades de la cultura como la chagra, la pesca, la caza, etc.; y así mismo a la prevención de enfermedades que afectan al hombre, en especial a los niños. El reconocimiento y valoración de esta especie desde una perspectiva biocultural, posibilita tener otras miradas que ayudan a comprender y resignificar el sentido del cuidado y aprovechamiento de la biodiversidad, con capacidad de asimilar y discernir el saber tradicional y occidental en aras de generar nuevas estrategias pedagógicas, políticas, económicas y culturales apropiadas para el fortalecimiento de los pueblos locales frente a los retos actuales, como la de contribuir a programas establecidas dentro del Plan de Vida del Pueblo Murui -KA+ IY+K+NO- para la defensa del territorio mediante trabajos de campo que permita reivindicar sus intereses y su cultura. Aunque en el conocimiento científico todo es fragmentado y en el conocimiento tradicional indígena todo es integrado, es evidente que estas dos miradas deben complementarse en la lectura de los contextos, para reconocer y resignificar el entorno biológico y cultural, y como la enseñanza de la biología en contextos indígenas hace posible el diálogo de saberes. Materiales y métodos Área de estudio: Corregimiento El Encanto, Amazonas. El estudio se realizó en la comunidad Murui de San José, la cual se encuentra ubicado a 01º 37` 06” sur y 73º 15` 42,4” oeste en el departamento del Amazonas, resguardo indígena Predio Putumayo, corregimiento del Encanto, zona OIMA (Organización Indígena Murui del Amazonas), a 1.5 Km a la margen izquierda del río Uiyokue (Caraparaná), afluente del Putumayo. Región de bosque tropical húmedo cuya principal vía de comunicación es fluvial y por trocha. Mapa de OIMA y la ubicación de San José. Comunidad de San José
  • 3. Grupo étnico Murui Los Murui son un grupo étnico establecido en el corregimiento del Encanto, dentro del Amazonas, Colombia. Provienen míticamente del “Kom+mafo” (el hueco de origen-el origen del hombre) y llevan este nombre porque salieron del hueco “ab+ muruide” (embadurnarse el cuerpo) con la sangre de “Agaro Nuio” (pez boa mítico) de “Uigoji” (lago de aguas turbias). “Los Murui pertenecen al grupo lingüístico Uitoto (los mismos Murui pueden ser nombrados Uitoto Bue, junto con los M+n+ka, N+pode, B+n+ka y M+ka, con los cuales existen diferencias dialectales. Murui es una denominación que cubre a los Uitotos del Caraparaná y Muina+ a los del Caquetá” (Petersen de Piñeros, 2006). “Los Murui fueron llamados Uitotos por sus enemigos ancestrales los Karihonas, tribu guerrera y dominante. Tal vez colonos y misioneros difundieron este apelativo al tener contacto con los Karihonas” (Plan de vida del pueblo Murui-Ka+ Iy+k+no, 2008). El grupo étnico Murui, hablantes del Bue, se caracterizan por sus costumbres, creencias y tradiciones como: el trabajo de la chagra, la pesca y la cacería, que son complementados con la recolección de frutos silvestres; el uso de la maloca como espacio de integración y centro ceremonial (Garzón, 2006); el consumo del mambe y el ambil como base fundamental para el desarrollo de sus actividades cotidianas(especialmente los hombres); sus propias maneras de concebir el mundo y un legado sustancioso en la narración de mitos, prácticas rituales, cantos, curaciones, entre otros que resaltan su identidad y su manera de vivir en comunidad. Practicas, tradiciones y creencias Se indagó a partir de la investigación etnográfica la concepción de la comunidad frente a las creencias, prácticas y tradiciones en torno a la rana Ooño, para tomar información por medio de una participación abierta de la vida cotidiana de personas durante un determinado tiempo, gracias a la observación, y escuchar lo que se dice, se recoge y registran datos accesibles de la observación de la vida cotidiana de la comunidad, que incorporan lo que los participantes dicen, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos tal como son expresados y no como uno los describe (Gonzales y Hernández 2003, citado por Murillo y Martínez 2010). En consecuencia, se buscó rememorar colectivamente con sabedores de la comunidad los saberes ancestrales en torno a esta rana, a través de métodos de investigación propia como el mambeo. Mambeo Esta practica consiste en concentraciones nocturnas con sabedores, ancianos y jóvenes, ya sea en el mambeadero de la maloca o en locaciones particulares donde durante el proceso de la elaboración del mambe los reunidos dialogan, comparten mitos, anécdotas o casos de la vida cotidiana concluyendo con enseñanzas que deben ser hechas realidad para el beneficio común. Esta actividad transcurre durante el proceso de elaboración del mambe y por lo general no excede
  • 4. de la media noche con la connotación que es influenciada por Moo Buinaima (dios) representado en jibie (coca) y yera (ambil). Estos dos elementos son quienes configuran la constante construcción del conocimiento local porque “quien quiera investigar o consultar acerca de los conocimientos propios de la cultura (mitos, cantos, bailes, etc.,) siempre debe llevar jibie y yera al sabedor, solo así puede acceder a este” (C. Roque Hichamón com pers, 2013). Lo cual indica que el mambeo o mambear no es solo el acto de consumir la coca pulverizada, sino que trasciende a una dimensión analítica, educativa y por consiguiente espiritual. Se realizaron tres mambeos, uno por semana con sabedores en la maloca de la comunidad en las horas de la noche. En los mambeos, los diálogos, las conversaciones y las preguntas se realizaron en lengua Bue tomando notas en diario de campo. En el primer mambeo, se dió a conocer el proyecto, buscando el permiso para el desarrollo del estudio, especialmente el “por qué” y “para qué” rememorar los saberes ancestrales en torno a la rana Ooño. Al “por qué” afirmaron que últimamente poco se habla sobre las concepciones mitológicas de esta rana y otros animales, además la juventud no se acerca a preguntar. Por lo cual, estos saberes se van perdiendo conllevando al mal uso de la naturaleza. Al “para qué” coinciden en que si no se conoce lo propio no se valora y de ahí sus consecuencias. Por tanto, es preciso conocer y fortalecer lo propio y por consiguiente mostrarlo a R+ama para que lo reconozca, valore y respete las dimensiones culturales de los diferentes contextos socioculturales. En el segundo y tercer mambeo, se habló del saber ancestral acerca de la rana Ooño, la actividad se inició una vez los sabedores abrieron la sesión, la cual sucede cuando el jibie (coca) tostado en el tiesto a fuego lento es pilado y cernido poco a poco para ser consumida. Seguidamente se inició el conversatorio con el propósito de conocer aspectos generales sobre esta rana, como la de conocer cuántas ranas comestibles conocen, conocer un poco sobre su biología y ecología, y prácticas culturales. En este espacio, se reconocen diecinueve ranas comestibles en la comunidad, siendo Ooño la más representativa y consumida actualmente. Se preguntó ¿cuál es el origen del Ooño? ¿quién es el dueño?, ¿qué representa en la cultura?, ¿cómo afecta a las personas?, ¿dónde viven?, ¿qué comen?, ¿cómo se reproducen?. Las respuestas fueron construidas en colectivo, es decir, entre todos se acordaba quien respondía primero según su conocimiento y los otros complementaban lo que hacía falta. Luego se realizó un mambeo exclusivo con el sabedor Claudio Hichamón respecto al origen de Ooño. La información obtenida fue más que todo mitológica y escrita en lengua bue, que para su análisis las respuestas fueron traducidas al español. La información proviene de cinco sabedores nativos de la comunidad: Claudio Hichamón y Gelacio Cabrales del clan Faiyajen+ (gente de faido-oropéndola), Honorio y Jacinto Biguidima del clan Jidoruen+ (gente de jidoro-uito) y Narciso Yaci del clan Yauyan+ (gente de yauda-venado), quienes presentan edades entre cincuenta y seis y setenta y cinco años, se dedican al cultivo de la chagra, la pesca, la caza y la recolección agrícola. De acuerdo con los sabedores la rana Ooño vive en oore, en buray+a+ (bromeliácea), en los troncos ahuecados de los árboles, en los platanillos (heliconiaceae), entre las hojas del canangucho (Mauritia flexuosa), donde hay agua o es húmedo.
  • 5. Cuando llega la época de reproducción se escucha cantar sobre los árboles al inicio de uaik+ai (época de lluvia, creciente, inundación), es decir al comienzo del mes de marzo, en las primeras lluvias cientos de ranas bajan a depositar los huevos en los pantanos o estanques abiertos en los bajiales donde son capturados para el consumo. La captura se realiza en la noche, aunque es muy peligroso por la presencia de culebras y/o tigres que también las cazan. Por eso hacen un estanque (oofo ) donde caen y son capturados de día. Oofo de Ooño. Este estanque (oofo), se arregla cuando se escuchan cantar las ranas, y antes de las primeras lluvias, esté debe estar libre de palos, bejucos, ramas y todo elemento que les permita adherirse, el borde y el costado del estanque debe estar completamente liso, textura que se logra con la espalda de quienes lo arreglan, esto con el propósito de impedir que las ranas salgan. La comunidad también manifiesta que durante esta época no solo se reproducen las ranas, también se preparan, se pintan y ensayan sus cantos para ir a “Royiz+mui ja+gab+mo” (baile del hombre frío), es decir, que también anuncia que llega “Royime”. Las primeras posturas ocurren en la primera semana del mes de marzo cuando caen pequeñas lluvias, aunque las larvas no llegan a desarrollarse completamente debido a una pequeña sequía que se presenta y se conoce como jirada (abundancia de jira+a+ = abejas y avispas), que se caracteriza por el incremento de abejas y avispas que se comen las larvas. Posteriormente ocurre el uaik+ai, donde las larvas llegan a desarrollarse completamente debido a la abundancia del agua. Las hembras adultas se caracteriza son tener piel lisa y ser de mayor tamaño, mientras los machos presentan una piel áspera y tamaño menor. Los huevos son depositados cuando el macho permanece adherido firmemente en el lomo de la hembra y se encarga de apretar la barriga desde la parte superior hasta que los huevos sean expulsados y fecundados externamente. Según Honorio Biguidima y Abadías Martínez, (com pers, 2011), “después de cuatro días ya son jiruruño (larva) que se desplaza con la ayuda de la cola lamiendo las babas pegadas en las hojas y palos podridos del charco. A las cuatro semanas tienen cuatro patas y kuego+ma (avispa) le corta la cola”.
  • 6. Resultados y discusión Creencias Origen mítico de la rana Ooño Se identificaron tres mitos que narran el origen de la rana comestible Ooño. El primer mito evidencia la importancia cultural que le da la comunidad Murui a este animal; el segundo mito pone de manifiesto la evidencia de ser ranas temporarias y que forman grandes conglomeraciones de cientos de individuos para la reproducción. En este caso se conglomeran antes del comienzo del friaje (royime) que de acuerdo al calendario ecológico Murui ocurre en el mes de julio, para lo cual las ranas hacen su presencia en los meses anteriores, por tanto, cabe resaltar la importancia que le dan a la rana como indicador del tiempo; igualmente da una explicación del por qué las marcas irregulares y las características del cuerpo. En el tercer mito se presenta el hecho de que las ranas son arbóreas y presentan algunas características fisionómicas como las marcas en la piel, el líquido que segrega, el canto que emiten, y lo fundamental de quién los designó para ser comestibles, acto que Jiduiyama hizo pensando no solo en el momento ni en él mismo, sino en aquellos que lo sucedieran, es decir, las futuras generaciones. No es ajeno reconocer que todo impacto a la naturaleza genera consecuencias desagradables a las especies (incluyendo el hombre), pero quien de verdad conoce, sabe, reacciona generando alternativas de bienestar para los demás tal como lo hizo Jiduiyama. Ahí se encuentra el verdadero poder del conocimiento, que en palabras del sabedor: “uiñot+m+e ab+na uiñokaide, jenode marek+nona, naga okaina, naga amena, iemo ua naga kome marena iyena, im+e eo uiñua”. Lo cual dice, “quien conoce o sabe reconoce sus errores, busca alternativas de solución, para que todo animal (incluido toda especie de organismos), todo árbol (especie vegetal en general), y principalmente toda persona en general se encuentren bien, esa persona si conoce y si sabe” Placenta de la primera mujer Oogaro na+ra+ que se convierte en Ooño Jiduiyama convierte la hojarasca en Ooño. En los Murui la relación con la naturaleza esta mediada por la espiritualidad en donde a cada uno de sus componentes le atribuyen un ser superior que cuida de ellos y a quien lo consideran dueño o madre. La relación que establece el Murui con esta rana se da de una manera muy especial, en sus narraciones míticas exponen tres maneras de concebir el origen de la rana Ooño: en uno que surgió de la placenta de la primera mujer; en otro que fue Oogaro na+ra+ que se transformó en Ooño; y en otro que Jiduyama “faitaka” se transformó en hojarasca para luego convertirsé en ooño, un animal que era siguido bajo el monte.
  • 7. Desde este contexto se puede percibir que esta fauna es humanizada y desde entonces sus vidas han sido paralelas. Aparte de estos se encuentran los mitos de Jubizitoma, Amuiy+zi y, R++ño y Zikaño que también involucran a esta rana. Las relaciones de espiritualidad de la naturaleza son una característica propia de las culturas indígenas. Para los Murui y de acuerdo a Plata (2005), en otras culturas indígenas los animales terrestres y los acuáticos tienen dueños espirituales que contribuyen al manejo y conservación de las especies y su función es cuidar de ellas. Así pues, en lengua “bue” el dueño de Ooño se denomina “Janaba”, que como se dijo anteriormente deriva de jana+ (espanto, nada) y por eso se cree que esta rana surge de la nada, de las hojas secas y podridas del monte como se narra en el mito de Jiduiyama. Esta afirmación también se sustenta en que estas ranas son temporales y por lo general, los pobladores difícilmente lo encuentran en cualquier época del año. Esta manera de concebir la espiritualidad como un factor que regula la relación hombre- naturaleza es lo que condiciona el aprovechamiento adecuado de las mismas, de lo contrario causa efectos negativos a la persona. En esta medida esta fauna anfibia generalmente afecta a los niños como se mencionó anteriormente, que solo parece curarse a partir de “j++ra” (conjuro) porque esta afección (jenuiza+/jenuide) difícilmente puede ser tratada por la medicina convencional así como lo manifestaron los sabedores. En caso extremo, cuando se hace un uso exagerado de esta especie y demás organismos, se cree que estos se pueden aparecer en forma de persona (abuel@, papá, mamá, o parientes cercanos) y como es Janaba se lo lleva. Tradiciones En el clan “Zeua+” (gente de zeoño) esta rana se relaciona con algunos cantos para arrullar a los niños; los cantos de “fakariya” y los cantos de “zaidue”. Cuando alguien realiza un baile en la maloca algunas veces pide a sus invitados que le lleve animales del monte, y cundo alguno logra capturar esta rana debe llevarla al baile, y así mismo su canto debe estar relacionado con este animal ya sea en el desarrollo del baile (zaidue) o al inicio de la misma (fakariya). En este sentido, cantar con este animal en la espalda se puede entender como un acto reproductivo, porque al mismo tiempo se baila. Además porque al cantar y bailar con él, se elogia al animal, acción que desde la cosmovisión traen la regeneración de este animal en el monte. Teniendo en cuenta lo anterior se puede decir, que existe una interrelación recíproca hombre-animal, donde las personas dependen del animal para la alimentación y los animales de las personas para su reproducción y regeneración de vida. Prácticas El sistema de aprovechamiento de esta rana en los Murui ha cambiado, ya que la captura siempre ocurre al comienzo de uaik+ai, lo que generalmente ocurría en los primeros días del mes de marzo, pero en los últimos tiempos se ha presentado cambios significativos que ha hecho que los pobladores los capturen en cualquiera de los cinco primeros meses del año e incluso al final. Lo cual se debe a que últimamente según los pobladores durante el año ocurre uaik+ai o
  • 8. sencillamente fuertes lluvias (de tres días aprox.) después de una pequeña sequía (5-10 días). En palabras de los sabedores: “birui jaka uiñoñega, nana dobaideza, j+a+kaina f+emona muidomo, j+a+kaina ie jiyak+mo. Jaie jaka marzomo ooref+rena”. Lo cual quiere decir: “en estos tiempos la época de captura no se sabe, porque todo ha cambiado, a veces al comienzo del año o al final del año. Pero desde la antigüedad siempre se capturaba en marzo”. Cuando llega la época de captura esta rana se convierte en la principal fuente de alimento y el modo de consumo principalmente es cosido con ají u “omai”, o también ahumado acompañado de cazabe, tamal, arepa o fariña. Sin embargo, últimamente se ha introducido el modo de consumirlo frito o salado. Y al igual que la captura, el hábito de consumo es realizado por toda la población, incluyendo desde niñ@s hasta ancianos, sin restricciones de género ni edad. Esta práctica de consumo es muy antigua donde se consumia la rana adulta al igual que las larvas, hábito que en la actualidad se está perdiendo, pues son muy pocos los interesados en consumirla. Siendo esta rana una principal fuente de proteína cuando llega su época, también dentro de la cultura Murui es aprovechada para otras actividades, en la medicina sus huevos son utilizados para curar el acné, recogiéndolos y posteriormente cubriéndose el rostro; así mismo, el mismo animal es utilizado para curar el jenuiza+ de esta rana pero ya acompañado del conjuro realizado por personas especiales; además algunos lo utilizan masajeando la mano de los niños para que al ser adultos, sean adheribles a cualquier objeto. Conocimiento ecológico tradicional De acuerdo a los resultados del mambeo y la investigación etnográfica, esta rana vive generalmente en ooria+ (plural de oore), los árboles con bromelias, en los huecos de los troncos caídos y de tierra, en la orilla de los caños o quebradas, es decir, viven en condiciones de humedad favorable. Y por consiguiente, ooria+ reúne todas estas características. Ooño. Se denomina oore, a aquellos bajiales o caños donde hacen presencia estos animales. Por tanto, se puede decir que “oore” es una palabra compuesta por “oo” de “Ooño” y de “re” que es el sufijo de “ikore” (bajial o zona inundable), lo cual es entendida como bajial de Ooño. Los cambios de uso del territorio han hecho que su tiempo de establecimiento se cambie, porque culturalmente se conoce que aparecía con el inicio de uaik+ai pero que últimamente según los pobladores está ocurriendo en cualquier tiempo cuando cae pequeñas lluvias.
  • 9. Por lo cual su tiempo de duración no se sabe con exactitud porque para algunos puede durar mes(es); para otros semana(s) o días y también para unos la duración del establecimiento depende de los días de lluvia. La rana Ooño principalmente se alimenta de insectos, siendo los más comunes los grillos y zancudos, seguido de las arañas, hormigas y cucarachas, y por último, mariposas y hormigas. También son presa de algunos reptiles como el caimán y las culebras; de animales terrestres como el tigrillo, guara, boruga y ega+; de animales voladores como el gavilán, picón y los murciélagos; y de animales acuáticos como los peces y matamata. La importancia de esta dinámica, de acuerdo a Amézquita et al.(2004), desde el punto de vista ecológico es la biomasa aportada a los flujos de energía dentro de los ecosistemas cada vez que los anfibios constituyen las piedras angulares de ciertas cadenas tróficas al actuar como presas y predadores. Conclusiones Dentro de la cultura Murui no hay término en bue que pueda traducir directamente “conservación”, porque todo lo que existe en la naturaleza fue creado por Moo Buinaima para ser aprovechado en beneficio común sin exceder los límites de la misma naturaleza. Sin embargo, en los últimos tiempos el discurso conservacionista ha hecho que los pobladores se apropien de este término como una herramienta más para la defensa de su territorio. De acuerdo al Plan de Vida del Pueblo Murui-Ka+ Iy+k+no (2008), “conservar es cuidar, no extinguir, fortalecer para el futuro no solo las especies animales y vegetales, sino también lo espiritual, porque esto ayuda a mantener el dinamismo entre naturaleza y sociedad por medio de sus mitos y creencias”. En este contexto, no se trata de solo conservar las especies sino también los principios culturales como las creencias, prácticas y tradiciones. Una de las principales causas que la población le atribuye a la paulatina pérdida de los principios culturales en torno a Ooño está relacionado con el contacto con otras culturas, especialmente “r+ama” y con ellos la aparición de nuevos elementos (tecnológicos) al cual se quiere acceder en muchos de los casos de manera inconsciente sin ninguna premeditación de los efectos que pueda generar dentro de la población. Sumado a esto se resalta la pérdida del interés de los jóvenes por el conocimiento de las creencias, tradiciones y prácticas no solo de esta rana sino también de otras especies. Otras de las causas de esta pérdida se ven reflejada en la destrucción antrópica de los hábitats naturales, lo cual pone en evidencia el riesgo de extinción de esta especie. Aparte de esto, para algunos de los pobladores los saberes culturales que giran en torno a esta fauna anfibia e incluso el mismo animal no genera ingreso económico en la región, así como la madera, caza y pesca, siendo estos últimos en menor proporción. Para remediar esto los pobladores creen conveniente que es preciso seguir practicando y fortaleciendo las prácticas, que haya un acercamiento a los sabedores ha aspectos relacionados con esta rana, como contar mitos al respecto. La importancia de Ooño está dada principalmente por las diversas formas en que los pobladores entienden y aprovechan esta rana, donde en
  • 10. primera instancia su principal importancia radica en que es fuente de alimentación para las personas, y posteriormente para los animales. Desde lo mítico asume una importancia basado en el mito que narra su origen a partir de la placenta de la primera mujer, por lo cual para éste grupo étnico es importante porque es un símbolo cultural. Se puede decir, que la importancia que le dan a este animal está determinada por el conocimiento que se tenga sobre él, o sea, siempre que este conocimiento sea mayor, su reconocimiento y valoración serán también superiores. Por último, al ser un animal muy apetecido para los pobladores de la región, y las comunidades aledañas, la población de Ooño está disminuyendo debido al deterioro de los hábitats naturales y/o el crecimiento poblacional, y sus habitantes se ven en la necesidad de buscarlos cada vez mas lejos. Esto ha hecho que los pobladores de San José vean como una alternativa económica la cría y producción en condiciones controladas de la rana para lo cual es necesario realizar estudios sobre su hábitat y las necesidades para su crecimiento y desarrollo. Una de las maneras posibles para traer Ooño cerca de las casas es haciendo oofo en ambientes favorables de modo que se pueda transportar los huevos a dicho lugar. Igualmente, una práctica cultural que se realiza para que estas ranas habiten lugares no propios de ellas consiste en recoger las hojas secas o en descomposición de cierto oore y esparcirlo en el sitio donde se quiera que hagan presencia, y esta puede ser una alternativa para este caso. Considerando que es muy poco lo que lo que se conoce acerca de la biología y ecología de este anfibio, los pobladores consideran que la instalación de un ranario en la comunidad Murui de San José puede ser una alternativa para conocer su biología y ecología así como también el comienzo de una actividad productiva en la localidad. Pero además, un ranario contribuiría no solo para el conocimiento de esta especie sino que sería un paso más para realizar otras investigaciones relacionadas al contexto. De hecho, sabiendo que para los estudiantes de la escuela Uiyokue siendo nativos de la región,en sus clases de ciencias naturales y en otras áreas de la enseñanza convencional, sería ésta una oportunidad para que dichos estudiantes se acerquen a la realidad a partir de prácticas que realicen en un ambiente natural cerca de sus familias. Un argumento adicional a favor del ranario se sostiene en que la admiración por esta especie podría dar un salto importante y en este caso sería para contemplar la belleza de este grupo faunístico Ooño enfocado hacia lo turístico. Finalmente, además del reconocimiento y valoración de la rana comestible Ooño (Osteocephalus taurinus), el estudio realizado en esta comunidad permite constatar aún más que el conocimiento de este grupo étnico Murui (y demás pueblos indígenas) sobre los elementos de la naturaleza se compone de un cuerpo global de saberes muy ligados con el desarrollo de diversas actividades productivas y al mismo tiempo con sus preocupaciones intelectuales y sus códigos simbólicos (Bello, 2004). Pero a partir de los resultados se evidencia en cierto grado el desarraigo cultural que se advierte en el deterioro de los hábitats, demostrando que el conocimiento aún vigente puede considerarse como el resultado de convivencia entre indígena Murui y los ecosistemas.
  • 11. Literatura citada BARRIO A, Cesar A & W. E. DUELLMAN. (sf). Herpetofauna de la Sierra de Lema, Estado de Bolívar. Capítulo 8, en: Evaluación rápida de la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos de la cuenca alta del río Cuyuní, Guayana venezolana. Publicaciones.indígena.org/indígena BETANCOURT, Mabel & M. E. PUCHE, 1997. Guía metodológica, palabras y páginas: la fascinación de ponernos en contacto. Serie publicaciones para maestros. Ministerio de Educación Nacional, Santa fe de Bogotá. historico.unperiodo.unal.edu.co/ E. 2012 CAIRO, Samanta L., S.M. SALVA & A. J. NEBBIA. Representaciones sociales acerca de los anfibios en pastizales de Argentina. Su importancia para la conservación. DEC 2010, Vol. 35 No 12891. ESCANTA A, Sandra. 2007. Manejo en semicautiverio de la rana marsupial andina (Gastrotheca riobambae) para educación ambiental en el jardín botánico de Quito, provincia de Pichincha. Tesis previa a la obtención del título de: ingeniería en recursos naturales renovables. Facultad de ingeniería en ciencias agropecuarias y ambientales. Escuela de ingeniería en recursos naturales renovables. Universidad Técnica del Norte. Ibarra, Ecuador. Págs. 43-45, 95-97. GEILFUS, Frans. 1997. 80 herramientas para el desarrollo participativo: diagnostico, planificación, monitoreo, evaluación. Prochalate – I ICA, San Salvador, el Salvador; 208p.1. GRANADOS H, Janik. Sf. Percepción geoecológica sobre la fauna silvestre: hacia una estrategia de manejo local. Pg. 20-35. www.ciga.unam.mx/.../j_granados.pdf. HILJE R, Branko, 2004. Distribución y abundancia de anfibios en bosques tropicales húmedos con diferentes escalas de sucesión, Estación Biológica La Selva Sarapiquí, Costa Rica. Proyecto de tesis para optar por el grado de Licenciado en Biología con énfasis en zoología.Facultad de ciencias básicas, Escuela de Biología. Ciudad universitaria Rodrigo Facio. Costa Rica, pg. 8-10. RODRIGUEZ, Lily O & W. E. DUELLMAN. 1994. Guide to the frogs of the Iquitos Region, Amazonian Peru. Natural History Museum, the University of Kansas. Editor: Linda Trueb. Lawrence – Kansas, USA. SICCAR V, Luis a., J. G. Gil Navarro & M. CHUMBE AYLLON... Manejo en semicautiverio de Leptodactylus pentadactylus (Laurenti, 1786) “HUALO” (anfibia: Leptodactilidae). Resultados preliminares en: Folia amazónica vol.7 (1-2) – 1995 I I AP 16 TOLEDO, Victor M. & N. BARRERA – BASSOLA. 2008. La memoria Biocultural. La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Icaria Editorial. Barcelona. 230 pp.